El sábado 4 de mayo, el Comité Internacional de la Cuarta Internacional celebró el Mitin Internacional En Línea por el Primero de Mayo de 2019, el sexto Mitin por el Primero de Mayo en línea anual celebrado por el CICI, el movimiento trotskista mundial. En el mitin se oyeron discursos acerca de diferentes aspectos de la crisis mundial del capitalismo y las luchas de la clase trabajadora internacional de 12 destacados miembros del partido mundial y sus secciones y organizaciones simpatizantes en todo el mundo.
En días sucesivos, el World Socialist Web Site estará publicando los textos de los discursos pronunciados en el mitin. Abajo está el discurso del candidato del Partido Socialista por la Igualdad en el Doceavo Distrito Congresional en Michigan (2018) y a vicepresidente de EUA (2016), Niles Niemuth . La semana pasada , el WSWS publicó en español el informe de apertura del mitin, a cargo de David North, el director de la junta editorial internacional del WSWS y director nacional del Partido Socialista por la Igualdad (EUA).
Hace cien años, el gran socialista y revolucionario estadounidense Eugene Debs fue arrojado a una penitencia federal en Atlanta, Georgia, por denunciar el sangriento esfuerzo de los imperialistas para repartirse el mundo en la Primera Guerra Mundial. Debs fue legendario por su oposición al imperialismo, e intransigente en su postura hacia la lucha de clases, ganándose el apoyo y la admiración de millones de trabajadores en todo el mundo.
Debs declaró en 1915: “No tengo un país por el que luchar; mi país es la tierra y soy un ciudadano del mundo. No soy un soldado capitalista; soy un revolucionario proletario. ... Me niego a obedecer cualquier orden de luchar de la clase dominante, pero no esperaré a que me ordenen luchar por la clase obrera".
Un siglo después, mientras que Estados Unidos hace la guerra en todo el mundo y prepara guerras cada vez mayores, el editor y periodista de WikiLeaks, Julian Assange, ha sido enviado a una celda británica por decir la verdad sobre los crímenes de guerra estadounidenses. Se enfrenta a posibles cargos en EUA por violar la Ley de Espionaje, la misma ley utilizada contra Debs.
La "guerra para poner fin a todas las guerras", la Primera Guerra Mundial, en la que millones de jóvenes trabajadores fueron llevados a su muerte, preparó el escenario para un conflicto imperialista aún más sangriento en la Segunda Guerra Mundial, en un intento por redividir el mundo entre camarillas competidoras capitalistas.
El fundador de nuestro movimiento, León Trotsky, escribió en 1928 que "en el período de crisis, la hegemonía de los Estados Unidos operará de manera más completa, más abierta y más implacable que en el período de auge...". Esto se ha confirmado, según la clase dominante estadounidense ve desaparecer su posición económica dominante que tenía después de la Segunda Guerra Mundial.
Estados Unidos ha librado una serie de guerras e intervenciones militares a lo largo de los casi 75 años transcurridos desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Desde la disolución de la Unión Soviética hace casi tres décadas, ha instigado un baño de sangre interminable y en expansión, que comenzó con la Primera Guerra del Golfo en Irak en 1990–91 y la guerra en Yugoslavia.
Durante dos décadas, en lo que Bush llamó las "guerras del siglo veintiuno", los Estados Unidos invadieron y ocuparon Afganistán en 2001, seguidos por Irak, Libia, Siria, Yemen y Somalia. Se han destruido sociedades enteras y al menos un millón de personas han sido asesinadas, y millones más han sido convertidos en refugiados que buscan un asilo para ellos mismos y sus familias.
Ahora, la llamada "guerra contra el terrorismo" se está transformando en un nuevo conflicto entre grandes potencias. "La competencia estratégica interestatal, no el terrorismo, es ahora la principal preocupación en la seguridad nacional de los Estados Unidos", declararon los planificadores de guerras del Pentágono en el documento de la Estrategia de Defensa Nacional del año pasado.
China y Rusia, ambas potencias nucleares, están directamente en la mira de Estados Unidos y sus aliados imperialistas en Europa, Japón y Australia, amenazando con una catástrofe para la humanidad. La temeraria provocación imperialista de la Administración de Trump en Venezuela, encabezada por el demente militarista de John Bolton, se ha utilizado para aumentar las tensiones con Rusia, China e Irán. El conflicto histórico entre Estados Unidos y Europa, particularmente Alemania, está resurgiendo nuevamente.
Este nuevo conflicto global se está preparando con una acumulación militar masiva en todo el mundo. El gasto militar global superó los 1,8 billones de dólares el año pasado, el más alto desde el final de la Guerra Fría.
Una vez más, EUA encabezó la lista en 2018, gastando $649 mil millones en su ejército, tanto como los siguientes ocho países combinados, que representan más de un tercio del gasto militar mundial.
Esta tendencia va a continuar. Trump ha firmado un presupuesto de $686 mil millones para 2019 y está solicitando $718 mil millones para el Pentágono en 2020. La Oficina del Presupuesto del Congreso proyecta que si las tendencias actuales de financiamiento continúan, los Estados Unidos gastarán $7 billones en su ejército durante la próxima década, equivalente a la cantidad que se gastará en programas de educación, infraestructura y salud pública combinados.
La educación, la salud y la seguridad social están siendo privados de fondos y los salarios se reducen, de modo que los recursos puedan ser invertidos en las máquinas de la muerte y la destrucción. Se desperdiciarán billones de dólares en portaaviones, aviones de combate, misiles hipersónicos y bombas nucleares, mientras que se nos dice que no hay dinero para brindarles a los maestros un alto nivel de vida o proporcionarle a cada estudiante una educación gratuita y de alta calidad.
Esta inmensa acumulación militar se está llevando a cabo con el apoyo de todas las facciones de la élite política, sin siquiera un soplo de protesta. De hecho, la principal crítica del Partido Demócrata hacia Trump ha sido desde la derecha, exigiendo una mayor concentración militar y una postura más agresiva hacia Rusia.
En la clase obrera estadounidense, existe una oposición amplia y abrumadora contra la guerra. Hace dieciséis años, hubo manifestaciones masivas en los Estados Unidos y en todo el mundo contra la operación sangrienta e ilegal en Irak. Las fuerzas pseudoizquierdistas trabajaron con fuerza y poder para canalizar la oposición a la guerra detrás del Partido Demócrata. ¿Y cuál fue el resultado?
El expresidente Obama, el pionero de los asesinatos con aviones de drones, incluyendo de ciudadanos estadounidenses, pasó todos los días de su Administración en guerra. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, se rio de alegría por el asesinato del líder libio, Muamar Gadafi, en 2011, y ayudó a alimentar la devastadora guerra de cambio de régimen en Siria.
El autoproclamado socialista democrático, Bernie Sanders, quien actualmente se postula como candidato presidencial de los demócratas en 2020, prometió una política exterior de "drones, todo eso y más" cuando se postuló para presidente en 2016.
Assange y la denunciante Chelsea Manning están siendo perseguidos, mientras que aquellos que cometieron crímenes de guerra permanecen en posiciones de poder, libres para planificar y llevar a cabo nuevas guerras.
Pero hoy en día hay una creciente oposición de la clase obrera en todo el mundo, desde las protestas masivas en Argelia y Sudán hasta los chalecos amarillos en Francia y las huelgas de maestros en los Estados Unidos. Los trabajadores estadounidenses vieron cómo sus hermanos y hermanas al otro lado de la frontera en Matamoros, México se alzaron en un poderoso movimiento de huelga a principios de este año. En todo el mundo, los trabajadores están lidiando con los mismos problemas y contra las mismas empresas transnacionales.
La semana pasada, 20,000 maestros marcharon en el estado sureño de Carolina del Norte en defensa de la educación pública. Un maestro nos dijo que se necesitaba dinero para las mentes, no para las minas terrestres. Existe una inmensa ira por las guerras que se llevan a cabo en nombre del pueblo estadounidense.
El surgimiento de la lucha de clases internacional está rompiendo todos los esfuerzos de los sindicatos, Trump y los demócratas para impulsar el nacionalismo estadounidense. Esta es la fuerza objetiva que romperá los esfuerzos de lanzar a los trabajadores a la guerra contra ellos mismos.
Este movimiento, aún en sus fases iniciales, debe estar armado con un programa socialista internacional.
La lucha para poner fin a la guerra es imposible sin luchar por el socialismo, y la lucha por establecer el socialismo no es posible sin luchar contra la guerra. Sobre todo, la lucha contra el imperialismo debe estar arraigada en las luchas de la clase obrera.
La criminalidad y el gansterismo en la política exterior son la otra cara del parasitismo y la especulación en la vida económica. La clase obrera internacional debe asumir y asumirá la bandera de la lucha contra las guerras imperialistas, como parte de la lucha por derrocar el sistema capitalista y establecer una sociedad socialista basada en la igualdad, la unidad internacional y la paz.
(Publicado originalmente en inglés el 13 de mayo de 2019)