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Obreros de la planta de GM en Silao, México, acusan a sindicato de embarazar urnas en voto de representatividad

General Motors y la Confederación de Trabajadores de México (CTM) están buscando rápido aprobar otro contrato favorable a la empresa en la planta manufacturera de Silao, México. La fábrica, donde unos 6.000 trabajadores construyen las populares camionetas Silverado y Sierra, ha sido testigo del aumento en la oposición de las bases a GM y la CTM.

Según la reciente “reforma” laboral” aprobada por el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y su partido Morena, más de 500.000 contratos colectivos en México deben ser recertificados por una nueva junta laboral federal para mayo de 2023. A fin de ser aceptados legalmente, los sindicatos primero deben hacer que el 30 por ciento de los trabajadores en cada centro laboral voten a favor de “reconocer” el sindicato como su representante. Por ahora, 86 sindicatos han llevado esto a cabo.

La CTM ha funcionado desde hace mucho como una herramienta corporativista de las corporaciones transnacionales como GM, que tradicionalmente firman “contratos de protección” con sindicatos gansteriles o "charros" para imponer bajos salarios y condiciones opresivas. Después de la ola de paros espontáneos del año pasado en las maquiladoras de Matamoros, que estallaron en oposición a la CTM, el Gobierno de AMLO está apurándose a colocar un velo democrático sobre los sindicatos. El nuevo tratado comercial con EE. UU. y Canadá (T-MEC) exigió tal reforma. El Gobierno de Trump y los sindicatos estadounidenses y canadienses que respaldaron el acuerdo temen un contagio de luchas de clases en México hacia EE. UU. y Canadá.

Miembros de una unidad táctica de Aduanas y Protección Fronteriza, vestidos de camuflaje, arrastran a un agente que finge ser un manifestante herido durante un ejercicio de entrenamiento el viernes 31 de enero de 2020, en la cercana ciudad de Sunland Park, Nuevo México. El ejercicio fue parte de un entrenamiento anual de uso de la fuerza para agentes en el sector de El Paso, que cubre el sur de Nuevo México y el oeste de Texas [Crédito: AP Photo/Cedar Attanasio]

En el Complejo Silao, la CTM llevó a cabo un voto para certificar su contrato la semana pasada, eligiendo una “Comisión Revisora del Contrato Colectivo” entre 57 candidatos que seleccionó detrás de las espaldas de los trabajadores. Luego, colocó sus nombres e imágenes en rótulos en la planta bajo las palabras “voto libre, secreto, personal y directo”, las mismas palabras requeridas por la reforma.

Varios trabajadores de la planta, que permanecen anónimos para protegerse de represalias de la empresa y del sindicato, le comentaron al Boletín de los Trabajadores Automotores del WSWS que la mayoría de los candidatos son “delegados ellos mismos” y hay “muy poca gente de piso”. Un trabajador identificó a la candidata María Guadalupe Pérez García como sobrina de uno de los oficiales sindicales. Durante la votación, varios trabajadores dijeron que vieron cómo los delegados sindicales colocaban varias hojas llenas para embarazar las urnas, con un trabajador indicando inequívocamente “esas elecciones fueron amañadas”.

La CTM anunció los resultados la semana pasada y los trabajadores señalaron que “solo dos o tres personas” elegidas no están vinculadas al sindicato. Pero incluso estos “se vendieron”, le dijeron al Boletín de los Trabajadores Automotores.

Una de las “representantes”, María Teresa Rangel, explicó en redes sociales que ya comenzaron a reunirse con los delegados y dirigentes sindicales el lunes y miércoles y que las pláticas con la gerencia comenzarán el 17 de febrero. Describiendo lo que dijeron los oficiales de la CTM, indicó Rangel, se discutió “la reforma laboral que ya se actualizó; tenemos que estar al momento de todo lo que está pasando con el Gobierno porque son argumentos que el día de la junta con los gerentes debemos tocar e ir bien argumentados para exigir más”.

La afirmación de que reformas laborales mejorarán la mano de los trabajadores contra GM y otros gigantes transnacionales es un fraude. Sea intentado limpiar la imagen de la CTM, la Confederación Revolucionaria de Trabajadores y Campesinos (CROC) y otros sindicatos desacreditados o promoviendo sindicatos supuestamente “independientes” alineados con la federación estadounidense AFL-CIO, el objetivo del Gobierno de AMLO es apagar la bomba de tiempo que es la oposición obrera a su programa de atraer inversiones extranjeras con mano de obra barata y la supresión de huelgas.

Como el columnista de Debate Darío Celis Estrada señaló, “Ahora el régimen de Andrés Manuel López Obrador va tener [ sic ] que bailar al ritmo de la música que toquen sus socios comerciales y la mejor muestra es que en lo sindical la fiesta apenas empieza”.

AMLO, quien fue elegido en 2018, salió de las filas del oligárquico Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó de 1929 al 2000, para darle una cubierta “izquierdista” al Estado capitalista. Lo apoyan ávidamente figuras como el milmillonario mexicano Carlos Slim y Larry Fink, cuya firma BlackRock es una de las principales accionistas de GM.

El T-MEC, aprobado de forma bipartidista en EE. UU. y respaldado por la AFL-CIO, buscó fortalecer la posición del imperialismo estadounidense contra el creciente desafío de China. Ante la ralentización de la economía mundial y una intensa disputa en la industria global automotriz por el dominio de los mercados de vehículos eléctricos y autónomos, es imperativo para las transnacionales basadas en EE. UU. explotar aún más brutalmente a la clase obrera mexicana.

En el Complejo Silao de GM, un grupo de trabajadores de base llamados “Generando Movimiento” hizo campaña contra el fraude de voto de la CTM y llamó a los trabajadores a organizarse independientemente. Durante la huelga nacional de 40 días en las operaciones de GM estadounidenses el año pasado, el grupo se opuso activamente a aceleraciones y tiempos extra obligatorios en apoyo a la huelga, llevando a GM y la CTM a despedir a los valientes trabajadores. Temiendo que la oposición se propagara a las otras plantas, GM cerró la planta en Silao por varias semanas mientras mantenía las otras plantas abiertas.

Después de que el sindicato United Auto Workers (UAW) aislara y traicionara la huelga en EE. UU., GM se ha ido a la ofensiva contra los trabajadores en Canadá, EE. UU., y México, incluyendo cierres de planta, el despido de trabajadores militantes y de mayor antigüedad, tiempos extra obligatorios, semanas de siete días y jornadas de 12 horas. La empresa ha emprendido particularmente contra los trabajadores en Silao, temiendo ante todo una rebelión contra los sindicatos en EE. UU., Canadá y México, los cuales han utilizado el veneno nacionalista para dividir a los trabajadores, así como los esfuerzos de los trabajadores de América del Norte para coordinar su resistencia por encima de las fronteras.

Los trabajadores de Silao le dijeron al Bolet í n de los Trabajadores Automotores que la gerencia les dijo durante una junta el 5 de febrero que no recibirán sus utilidades anuales, pagadas normalmente en mayo, por el costo de la huelga en EE. UU. Esto ha provocado un gran enojo, con trabajadores llamando a realizar acciones colectivas en redes sociales. “Hay que organizarnos para hacer huelga, espero y todo el complejo GM nos uniéramos, ya nos pusieron el ejemplo en Estados Unidos”, escribió uno.

Desmintiendo las afirmaciones de AMLO de que la reforma laboral les dará mayores protecciones a los trabajadores, Israel Cervantes, el portavoz electo de Generando Movimiento, le comentó al Boletín de los Trabajadores Automotores que la directora de derechos humanos de Guanajuato, Lucila Gallegos, desestimó las quejas de los trabajadores sobre su despido injustificado y los envió a la nueva junta laboral federal.

“Yo fui la semana pasada a la junta de conciliación y arbitraje federal #28 a preguntar sobre el registro del sindicato y dónde podría hacer la denuncia contra las violaciones de los trabajadores y no me dieron respuesta”, dijo Cervantes. “Es lo mismo que no ir,” señaló, así como antes de la reforma laboral.

Cervantes también explicó que la rama de Guanajuato de la “Nueva Central de Trabajadores”, la cual es encabezada por el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y está vinculada a Morena y a la AFL-CIO, ha buscado que su grupo se una al sindicato para competir por el contrato. Los trabajadores han tomado la decisión de principios de rechazarlo.

Así como la CTM, los sindicatos que se hacen llamar independientes defienden las divisiones nacionales y subordinan los intereses de los trabajadores al sistema capitalista y a la búsqueda despiadada de las transnacionales de la mano de obra más barata y las máximas ganancias. La defensa del capitalismo es incompatible con asegurar sus empleos, salarios dignos y otros derechos sociales.

Es por esto por lo que los trabajadores en Silao, todo México, EE. UU. y Canadá necesitan construir comités de base en cada fábrica, independientes de los sindicatos procapitalistas y nacionalistas. Los comités de fábrica deben contraponer sus necesidades y los derechos sociales de los trabajadores a los dictados de las corporaciones y sus cómplices sindicales, y vincular sus luchas con las de los trabajadores de toda América del Norte y el mundo para asegurar sus intereses independientes. El desarrollo de tal contraofensiva de la clase obrera necesita fusionarse con un programa y una conducción internacional socialista, independiente de todo el aparato sindical y todos los partidos procapitalistas.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 14 de febrero de 2020)

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