El peligro de una guerra total en Oriente Próximo continuó aumentando y saliéndose de control al desatarse sangrientos combates entre las tropas turcas, sirias y rusas en el norte de Siria.
Las unidades de artillería turcas en la provincia de Idlib, en el norte de Siria, respaldaron una ofensiva coordinada de las milicias de la oposición islamista que atacan a las tropas del Gobierno sirio cerca de Qminas y Nayrab. Inicialmente rompieron las filas del Gobierno, causando grandes pérdidas. Durante los combates, el Ministerio de Defensa turco informó en Twitter que 50 "elementos del régimen" sirios fueron destruidos, junto con cinco tanques, dos vehículos blindados, dos camionetas y un obús.
Las tropas del Gobierno sirio pidieron ataques aéreos rusos en respuesta, y los cazabombarderos rusos junto con las contraofensivas del ejército sirio repelieron el ataque. El Centro de Reconciliación de Rusia para Siria afirmó que este contraataque destruyó "un tanque, seis vehículos de combate de infantería y cinco camionetas con armas de gran calibre". El Ministerio de Defensa turco dijo que dos soldados turcos habían muerto y cinco resultaron heridos por los ataques aéreos.
Una guerra sobre Idlib y otras regiones de Siria entre Turquía, Siria y Rusia, el país con el segundo arsenal nuclear más grande del mundo amenaza con convertirse en un conflicto global entre Estados con armas nucleares. Turquía es miembro de la alianza de la OTAN, que incluye a los Estados Unidos y las principales potencias europeas, y está intensificando la lucha en Siria porque está recibiendo garantías de apoyo de Washington y las capitales europeas contra Rusia.
Lideradas por el Gobierno turco y Washington, todas las principales potencias involucradas en los combates están avanzando con una temeridad asombrosa, haciendo declaraciones belicosas y advirtiendo que están preparados para tomar medidas militares.
El miércoles, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, emitió tal vez la advertencia más severa que ha hecho desde que estallaron los combates el 3 de febrero en los puestos de observación militar turcos en la región. El presidente turco había dado previamente al Gobierno sirio un ultimátum de que debe cesar sus ataques contra las milicias de la oposición para fines de febrero o enfrentar una acción militar de Turquía, que es el segundo ejército más grande de la OTAN.
El miércoles, Erdogan dijo que una invasión turca de Siria era inminente e inevitable, y que la invasión "terminaría" las operaciones militares sirias en Idlib. Dijo: “Estamos entrando en los últimos días para que el régimen detenga su hostilidad en Idlib. Estamos haciendo nuestras advertencias finales. ... Turquía ha hecho todos los preparativos para llevar a cabo sus propios planes operativos. Yo digo que podemos llegar en cualquier momento. En otras palabras, la ofensiva Idlib es solo cuestión de tiempo".
Los funcionarios de las milicias opositoras sirias también insistieron en que Turquía se está preparando para una guerra a gran escala. Uno le dijo a Reuters: "No se pueden imaginar la escala de los refuerzos turcos, la mitad de Reyhanli ahora está llena de comandos turcos listos para ingresar en Siria. ... Están preparando sus fuerzas para la hora cero. Se espera que las operaciones comiencen en cualquier momento".
Las amenazas de Erdogan el miércoles se produjeron un día después de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, emitiera una declaración respaldando la acción militar turca en Siria, agradeciendo a Erdogan y enfatizando que Washington y Ankara están "trabajando juntos". Trump elogió a Erdogan y dijo: "Está luchando en Idlib. ... Hay muchas guerras en este momento, muchas guerras sucediendo, pero estoy tratando con el presidente Erdogan".
El portavoz del Pentágono, Jonathan Hoffman, dijo que el ejército estadounidense cree que la amenaza de guerra entre Turquía y Rusia es real. “Estamos viendo que los rusos y los turcos han estado muy cerca de tener un conflicto más extenso en el área. Esperamos que encuentren una solución para evitar eso”, dijo Hoffman. Sorprendentemente, sin embargo, se negó a decir si Washington está en contacto con las diferentes partes en conflicto en la provincia de Idlib.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, también se negó a decir cómo reaccionaría Moscú ante una invasión turca de Siria. "No esperemos que el peor escenario se convierta en realidad", dijo, y agregó que "si se trata de una operación contra las autoridades legítimas y las fuerzas armadas de Siria, definitivamente sería el peor escenario". Moscú y Ankara negociaron un acuerdo sobre Siria en Sochi en 2018, dijo, pero "dejamos de estar satisfechos después de que militantes y grupos terroristas lanzaron operaciones ofensivas contra las fuerzas armadas sirias y las instalaciones militares rusas desde el territorio de Idlib".
Esta situación explosiva es el producto de casi una década de implacables guerras de poder emprendidas por Washington y las potencias imperialistas europeas en Siria desde 2011. Inicialmente movilizando a las milicias islamistas vinculadas a Al Qaeda y financiadas por los jeques petroleros del golfo Pérsico, y luego a las milicias kurdas étnicas, la OTAN implacablemente avivó una guerra civil dentro de Siria que costó cientos de miles de vidas y obligó a más de 10 millones a huir de sus hogares. La guerra se convirtió en una guerra de poder global, ya que Rusia, Irán y China intervinieron para apoyar al régimen sirio contra la OTAN.
El año pasado, Trump retiró la protección estadounidense de las milicias kurdas en el norte de Siria, autorizando una incursión transfronteriza del Gobierno turco, que teme el establecimiento de un Estado kurdo independiente en el norte de Siria, junto a las provincias kurdas mayoritarias del sureste de Turquía. Esto preparó el escenario para un enfrentamiento violento entre las fuerzas turcas y sirias, ya que el régimen del presidente Bashar al-Asad busca reafirmar el control sobre todo el territorio sirio.
Con 3,5 millones de sirios que están viviendo como refugiados en Turquía, el Gobierno turco ha cerrado sus fronteras con Siria, atrapando hasta un millón de refugiados sirios que viven en campamentos en condiciones horribles dentro de la provincia de Idlib.
La alarma se debe sonar. A pesar de los consejos de Peskov a la población mundial de esperar lo mejor, la humanidad está a solo unos pasos de una guerra catastrófica entre los principales Estados con armas nucleares. Es fundamental movilizar políticamente a la clase trabajadora en un movimiento internacional contra la guerra.
Si Rusia contraataca contra Turquía y se producen combates a gran escala entre las unidades turcas, sirias y rusas en Siria, Turquía podría invocar el Artículo 5 del tratado de alianza de la OTAN para tratar de obligar legalmente a Estados Unidos y las potencias europeas a declararle la guerra a Rusia. Esta disposición para la defensa colectiva requiere que todos los Estados miembros de la OTAN entren en guerra si algún Estado miembro de la OTAN es blanco de una agresión militar por parte de una potencia externa.
Un silencio ensordecedor prevalece entre los jefes de Estado en la alianza de la OTAN sobre si van a cumplir una solicitud de Ankara para ir a la guerra con Rusia. La agencia de noticias TASS de Rusia citó a un diplomático anónimo de la OTAN de rango no especificado que dijo: "Los países de la OTAN no apoyarán la invocación del Artículo 5 por la muerte de las tropas turcas en Idlib a principios de febrero".
Según Middle East Monitor, esto se debe a que las pérdidas militares turcas se están produciendo "durante una operación militar unilateral en suelo extranjero, que va más allá del artículo 5 del tratado fundacional de la OTAN". Es decir, en este caso, Turquía, y detrás de ella Washington y las principales potencias imperialistas europeas no son el blanco sino los perpetradores de la agresión militar.
Sin embargo, a medida que Erdogan intensifica la acción militar contra las tropas sirias y rusas, es evidente que Ankara cuenta con la asistencia activa de la OTAN contra Rusia.
Según la edición turca del Independent, Ankara le ha informado a la OTAN sus planes para invadir Siria y ha solicitado que la OTAN haga cumplir una zona de exclusión aérea en las zonas seleccionadas antes de la ofensiva. Dado que los aviones de combate rusos están ofreciendo apoyo aéreo cercano a las tropas sirias en toda la región, esto significa pedirle a la OTAN que derribe los aviones rusos para asegurarse de que no amenacen a las tropas turcas.
Según un informe de Bloomberg News, Turquía ha pedido a Washington baterías de misiles Patriot para derribar aviones de combate rusos.
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(Artículo publicado originalmente en inglés el 21 de febrero de 2020)