El gobierno del Partido Socialista (PSOE) y Podemos está encubriendo activamente a los círculos de extrema derecha en el ejército español.
En julio, el periódico digital La Marea solicitó información al Ministerio de Defensa sobre qué investigaciones se llevaron a cabo y qué sanciones se impusieron a los oficiales en servicio activo por las demostraciones públicas de apoyo al fascismo por dichos militares españoles mientras estaban de servicio.
En diciembre de 2020, La Marea había publicado un video que mostraba a soldados de la Brigada Paracaidista (BRIPAC), con sede en el cuartel de Paracuellos del Jarama de Madrid, cantando y bailando 'Primavera' de la banda de rock neonazi Estirpe Imperial y levantando los brazos en un saludo fascista. La canción elogia a la División Azul de España, una división de infantería de 45.000 voluntarios enviados por el dictador fascista español General Francisco Franco durante la Segunda Guerra Mundial para apoyar la guerra de exterminio de la Alemania nazi contra la Unión Soviética. Esta guerra dejó casi 27 millones de muertos soviéticos.
Esto tuvo lugar el 8 de diciembre de 2019, durante la Fiesta de la Inmaculada Concepción. Tres de esos soldados, aunque muchos más estaban involucrados, fueron presuntamente castigados por una falta leve.
Otro video, tomado en 2017 pero reportado solo el día después de que La Marea publicara el video BRIPAC, mostró a esquiadores del ejército español cantando estrofas de al menos dos canciones de Estirpe Imperial. Mientras marchaba por la calle Atocha de Madrid, un soldado cantó estos versos que el resto repitió. Se les escucha exaltando la ' Raza de conquistadores, de gente noble y leal, antes muertos que traidores, luchadores sin igual'.
Los videos surgieron en medio de una crisis política provocada por cartas al rey Felipe VI por parte de altos mandos militares retirados, denunciando al gobierno del PSOE-Podemos como un 'gobierno social-comunista', acusándolo de socavar la 'unidad nacional' y asegurando al rey su 'profunda lealtad'. Entre los firmantes había oficiales cuyos chats de WhatsApp proclamaban lealtad a Franco, se jactaban de ser 'buenos fascistas' y pedían el asesinato de '26 millones' de votantes de izquierda y sus familias para 'extirpar el cáncer'. Estos oficiales recibieron el apoyo público del partido de extrema derecha Vox.
Estos vídeos, junto con los textos de un grupo de WhatsApp de 121 oficiales en servicio activo que defienden a los firmantes de estas cartas, expusieron la mentira de que la integración de España en la OTAN y en las guerras lideradas por Estados Unidos en Oriente Medio modernizó y democratizó el ejército español. Exponen la atmósfera degradada que prevalece en las fuerzas militares de la OTAN en toda Europa. Solo unos meses después, 23 generales franceses retirados, apoyados por más de 7.000 oficiales, escribieron en la revista neofascista Current Values abogando por un golpe de Estado en Francia.
Sobre todo, expusieron las falsas afirmaciones del entonces secretario general de Podemos y vicepresidente del gobierno Pablo Iglesias, que trató de minimizar y encubrir los sentimientos fascistas en el cuerpo de oficiales. Después de que se revelaron los chats de WhatsApp de los oficiales retirados, Iglesias dio un discurso televisivo en horario estelar descartando los chats como irrelevantes. 'Lo que digan estos señores, con la edad que tienen y ya jubilados, en un chat con unas copas de más, no supone ninguna amenaza'.
Una vez que La Marea publicó sus videos, exponiendo las mentiras de Iglesias, Podemos trató de cubrir sus huellas pidiendo al Ministerio de Defensa que investigara a sus tropas. Cuando la ministra de Defensa del gobierno del PSOE-Podemos, Margarita Robles, denunció vitriólicamente al Partido Nacionalista Vasco (PNV) por pedir una investigación, el portavoz del Parlamento de Podemos, Jaume Asens, defendió al PNV. Asens le pidió a Robles qua acabara 'con la apología al nazismo en el Ejército', alegando que estaba 'alarmado' por la 'infiltración' neofascista en el ejército.
La negativa del Ministerio de Defensa la semana pasada a revelar los resultados de estas investigaciones oficiales expone el fraude de los llamamientos de Podemos para que los militares investiguen sus propias simpatías fascistas.
Es probable que no se impusieran sanciones o que las sanciones fueran tan leves que su publicación avergonzara al gobierno del PSOE y Podemos. En cualquier caso, esto expondría su colusión con las fuerzas profascistas en el ejército.
Podemos nunca tuvo la intención de pedir una investigación del sentimiento profascista en el ejército. Su objetivo es amortiguar los sentimientos antifascistas profundos e históricamente arraigados en la clase trabajadora en España y en toda Europa, preocupados de que esto pueda cruzarse con la creciente oposición a su agenda de austeridad, los rescates bancarios y sus políticas sobre la pandemia de COVID-19, que ha resultado en más de 100.000 muertes en exceso. Podemos teme que tal movimiento en la clase obrera puede desarrollarse rápidamente contra su propio gobierno y el capitalismo.
El papel de Podemos reivindica las advertencias hechas por el WSWS a partir de finales del año pasado, en medio de las amenazas de golpe del ejército español y el complot golpista del ex presidente estadounidense Donald Trump que culminó en un intento de golpe fascista para invadir el Capitolio en Washington. Los trabajadores y los jóvenes no pueden confiar en que la administración Biden haga rendir cuentas a los conspiradores o defienda la democracia. En España, no pueden confiar en el partido 'populista de izquierda' Podemos para defender la democracia contra la preparación de un golpe de Estado de extrema derecha.
De hecho, Podemos está emergiendo como una herramienta política de la conspiración, dedicada a suprimir la oposición social a la amenaza fascista. Un partido de la clase media acomodada, familiarizado con la historia de la Guerra Civil Española, sabe que un movimiento obrero contra un golpe fascista también entraría en oposición contra su propio gobierno. Por lo tanto, está tratando desesperadamente de ocultar el hedor de los complots de extrema derecha en el ejército.
Significativamente, el gobierno del PSOE-Podemos invocó la Ley de Secretos Oficiales para bloquear cualquier divulgación a La Marea. Esta ley fue aprobada en 1968 durante la dictadura franquista y ha permanecido vigente desde entonces. Ha sido utilizado por los gobiernos del PSOE y del PP, y ahora por el gobierno del PSOE-Podemos, para evitar exposiciones del aparato estatal, incluido el papel del PSOE y del exrey Juan Carlos en el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981; el terrorismo de Estado contra el grupo armado nacionalista vasco ETA; y las finanzas corruptas de la monarquía borbónica española.
Esto expone todas las pretensiones de Podemos de criticar la transición de 1978 del régimen franquista a un régimen parlamentario por no 'cumplir' las aspiraciones democráticas y sociales del pueblo español. La verdad es que la Transición nunca buscó lograr la democracia. Los antepasados políticos de Podemos en el estalinista Partido Comunista de España (PCE) estrangularon una crisis revolucionaria en desarrollo, a cambio de obtener posiciones en el régimen capitalista post-franquista.
Este sucio compromiso, plasmado en la Constitución de 1978 del PSOE, el PCE y los franquistas y la Ley de Amnistía de 1977 que 'perdonó' los crímenes del fascismo, permitió a la clase dominante franquista conservar sus privilegios y riquezas. El aparato estatal, incluido el poder judicial, el ejército y la policía, permaneció lleno de fascistas.
Sería un terrible error político subestimar cuán frágiles son los limitados derechos democráticos otorgados bajo la Transición. Apenas 40 años después, Podemos está utilizando la legislación fascista para cubrir a los círculos de extrema derecha en el ejército. El peligro de un golpe fascista contra la creciente ira de la clase trabajadora por la desigualdad social, la austeridad y las políticas de 'inmunidad de rebaño' es muy real.
Estos acontecimientos reivindican el análisis del Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI) sobre el papel reaccionario de los partidos de clase media pseudoizquierdistas como Podemos. Estos partidos han completado su integración en la maquinaria militar. Una tarea crítica en la lucha contra la pandemia y el peligro de la dictadura es construir secciones del CICI en España e internacionalmente, para liderar la lucha por una ruptura política consciente e irrevocable con grupos pseudoizquierdistas como Podemos.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 10 de octubre de 2021)