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Perspectiva

Carta abierta a la clase trabajadora: ¡Hay que poner fin a la pandemia y salvar vidas en 2022!

Estimados hermanos y hermanas,

Este fin de año, los trabajadores de EE.UU. y el resto del mundo deben decidir actuar colectivamente y poner fin a la pandemia de COVID-19. ¡Qué el 2022 no sea otra pesadilla de contagios masivos, enfermedad y muerte!

La catástrofe social de los últimos dos años es el resultado de la subordinación criminal de la salud pública a la incansable acumulación de ganancias corporativas y riqueza privada de los multimillonarios.

En términos de la pérdida de vidas humanas, esta pandemia ciertamente es una de las mayores tragedias en la historia estadounidense. Cuando comenzó el año, 373.356 estadounidenses ya habían muerto por el virus. Hoy, esa cifra es de 842.493, después de 469.137 muertes en 2021 a pesar de la distribución de vacunas que han salvado vidas.

Manifestaciones de maestros exigiendo m[as pruebas de COVID-19 fuera de la primaria Earth School 64, 21 de diciembre de 2021, Nueva York (AP Photo/Brittainy Newman) [AP Photo/Brittainy Newman]

Uno de cada 100 adultos mayores de 65 años falleció. La esperanza de vida, el indicador más importante de salud pública, ha caído por dos años consecutivos. Esto nunca había ocurrido fuera de la Segunda Guerra Mundial, cuando la pérdida de muchos jóvenes causó una caída en la esperanza de vida.

Pero el impacto de la pandemia ha sido peor que cualquier guerra. Más estadounidenses han muerto por COVID-19 que durante los cuatro años de combate en la guerra civil (aprox. 700.000) o durante la participación de EE.UU. en la Segunda Guerra Mundial (407.000). Cada día, mueren innecesariamente 1.500 estadounidenses más por el virus.

Oficialmente, 33,3 millones de estadounidenses contrajeron COVID-19 en 2021, pero la cifra real es mucho mayor dada la falta de testeo. Además del aumento en muertes, millones están lidiando con los efectos del Covid largo (persistente o post-Covid). Este trastorno puede impactar todos los sistemas de órganos del cuerpo, persistir por décadas y dejar a los individuos infectados con serios problemas de salud y un daño cerebral más grave que por envenenamiento con plomo.

Prácticamente todos tienen un amigo o familiar que ha muerto por este horrendo virus. Muchos de los lectores se han contagiado y quizás padecen COVID largo.

Pero tras dos años, la rápida propagación de ómicron presenta el peligro de un año incluso peor que 2020 y 2021. El miércoles, EE.UU. registró un récord mundial de 484.377 casos nuevos diarios. El Instituto de Métrica y Evaluación de Salud estima que 140 millones de estadounidenses se contagiarán con ómicron en los próximos tres meses, alcanzando un máximo de 2,8 millones de infecciones cada d í a para fines de enero.

Cuando los hospitales ya están al borde del colapso, las hospitalizaciones nuevamente están aumentando en todo el país. Más de 84.000 estadounidenses se encuentran admitidos en un hospital con COVID-19, incluyendo cifras récord de niños, quienes están en mayor riesgo frente a la variante ómicron.

En medio de esta crisis sin precedentes, el mercado bursátil sigue su racha alcista porque el Gobierno de Biden y los estados, independientemente de si los gobiernan demócratas o republicanos, se rehúsan a tomar medidas que menoscaben los intereses corporativos.

La desinformación y mentiras del Gobierno alimentan el desaliento, que a su vez se utiliza para promover derrotismo respecto a la pandemia. La prensa corporativa ahora dice que debemos “vivir con el virus” y que inevitablemente se volverá endémico. ¿Qué significa esto? ¿Cuál es el objetivo final de esta política y cuándo se detendrán la muerte y sufrimiento innecesarios de millones?

En realidad, con las medidas apropiadas, el virus aún puede ser eliminado en pocos meses. En China, la estrategia de Cero Covid logró la eliminación del virus para abril de 2020, y solo ha habido dos muertes registradas desde mayo de 2020. Estos métodos utilizados en China son bien conocidos y son el resultado de más de un siglo de experiencia en el combate de enfermedades infecciosas.

Los principios de la ciencia y la salud pública están siendo constantemente ignorados y falsificados para imponer una narrativa que justifique la reapertura plena de negocios y la economía.

Las nuevas guías de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), redujeron el periodo de cuarentena y aislamiento de 10 a cinco días, siendo esta la más reciente de una serie de acciones destructivas. El Gobierno ha declarado abiertamente que su política es permitir que el COVID-19 se propague indefinidamente.

La temeraria insistencia en mantener abiertas las fábricas y otros lugares de trabajo, y en enviar a los niños a las aulas, contradice todas las lecciones de la lucha contra las enfermedades infecciosas. Siglos de estudios científicos le han proporcionado a la humanidad un arsenal de conocimientos para luchar contra las enfermedades. Estos conocimientos se utilizaron en el siglo veinte, incluso en Estados Unidos, para eliminar enfermedades que antes se encontraban entre las principales causas de muerte, como la poliomielitis, la viruela, el sarampión, la malaria y la fiebre amarilla.

La ciencia moderna ha demostrado que el cierre de todos los lugares de trabajo no esenciales y la transición a las clases a distancia para todas las escuelas durante un período de dos meses podría controlar rápidamente la transmisión viral y sentar las bases para la eliminación a gran escala del COVID-19. Estos cierres necesarios deben ir acompañados de un apoyo financiero y social completo para todos los trabajadores y pequeños empresarios afectados.

Los cierres de dos meses deben combinarse con una producción y distribución coordinada a nivel mundial de vacunas y mascarillas de alta calidad a todos los países, así como con el uso de pruebas masivas, el rastreo de contactos, el aislamiento y tratamiento seguros de los pacientes infectados y una expansión dramática de la infraestructura de atención médica. En todos los lugares de trabajo esenciales y hospitales, los trabajadores deben tener acceso a mascarillas N95 o de mejor calidad, así como a sistemas de filtración y ventilación modernos. Todos los viajes nacionales e internacionales no esenciales deben cesar inmediatamente para permitir la eliminación del virus en cada país.

La clase trabajadora debe tomar el asunto en sus propias manos. La lucha para acabar con la pandemia debe basarse en los siguientes principios:

  1. La actual política de “inmunidad colectiva”, es decir, permitir que el COVID-19 se extienda por toda la población, debe ser rechazada. Debe adoptarse una nueva estrategia, dirigida a la eliminación y erradicación del SARS-CoV-2.
  2. Las políticas implementadas para detener la transmisión viral deben estar determinadas por las necesidades de la salud pública. La protección de la vida y la seguridad humanas debe tener prioridad absoluta e incondicional sobre todos los intereses corporativos-financieros. Los costos de la lucha contra la pandemia, incluyendo el pago de sueldos y salarios, la compensación a los propietarios de pequeñas empresas, la cobertura médica completa de los enfermos y los pagos a las familias en duelo, deben ser asumidos por las corporaciones y se debe fijar un impuesto del 100 por ciento sobre las ganancias durante la pandemia que los grandes inversores hayan obtenido del auge de la bolsa.
  3. La lucha contra la pandemia debe llevarse a cabo a escala mundial. La pandemia no puede detenerse si no se elimina el SARS-CoV-2 en todos los países. Los trabajadores estadounidenses deben exigir que se suministren vacunas en las cantidades necesarias y de forma gratuita a sus hermanos de clase en los países menos desarrollados.

Los demócratas y los republicanos, las grandes empresas y los medios de comunicación controlados por las corporaciones declararán que estas políticas son 1) imposibles de aplicar y 2) incompatibles con el sistema capitalista existente.

La respuesta a la primera objeción es que es imposible aceptar la infección de millones de personas y la pérdida masiva de vidas.

En cuanto a la segunda objeción, la respuesta es simplemente esta: si el capitalismo no puede ofrecer ninguna solución a una crisis que amenaza la vida y el bienestar de la gran mayoría de la población, entonces hay que deshacerse de él y sustituirlo por un sistema socialista que priorice la vida sobre las ganancias.

La lucha contra el Covid es, en esencia, una lucha contra el capitalismo. La tragedia de los dos últimos años ha puesto de manifiesto la necesidad de reorganizar la economía mundial en interés de la clase obrera.

Instamos a todos los trabajadores a que circulen esta declaración, inicien el debate en sus lugares de trabajo, formen comités de base y consigan apoyo para emprender acciones colectivas y detener la propagación de la pandemia.

Ponte en contacto con el Partido Socialista por la Igualdad y con la Alianza Obrera Internacional de Comités de Base. Queremos discutir contigo sobre la situación en tu lugar de trabajo y ayudarte a organizar la lucha para acabar con la pandemia.

Fraternalmente,

Partido Socialista por la Igualdad (EE.UU.)

(Publicado originalmente en inglés el 29 de diciembre de 2021)

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