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Perspectiva

Invierno mortal: dos letales incendios residenciales en menos de una semana desenmascaran la realidad del capitalismo estadounidense

Dos incendios mortales en menos de una semana, uno en Filadelfia y otro en la ciudad de Nueva York, han puesto al descubierto las condiciones que millones de trabajadores enfrentan a diario debido a la subordinación de todos los derechos sociales básicos, incluyendo a la vivienda, al afán de lucro de la oligarquía financiera.

Personal de emergencia en la escena del letal incendio en un edificio de apartamento en el Bronx, 9 de enero de 2022, Nueva York (AP Photo/Yuki Iwamura)

Ambos incendios se encuentran entre los más mortíferos de la historia de ambas ciudades, y convierten el mes de enero de 2022 en un sombrío invierno de muerte, a medida que la pandemia de COVID-19 alcanza nuevas alturas en Estados Unidos y en el resto del mundo. Y fueron totalmente evitables. Por esta razón, no son solo tragedias horribles y desastres personales para los implicados. Son crímenes sociales.

En la madrugada del miércoles 5 de enero, un incendio arrasó con una casa adosada de propiedad municipal en el barrio Fairmount de Filadelfia (Pensilvania), matando a 12 personas, entre ellas ocho niños. Los investigadores han sugerido que la causa inmediata del incendio fue probablemente un niño que jugaba con un mechero cerca de un árbol de Navidad. La casa de tres pisos había sido convertida en dos apartamentos, con 18 personas hacinadas en una unidad y ocho en la otra. Los cuatro detectores de humo a pilas de la unidad donde murieron las 12 personas no funcionaban en el momento del incendio.

El domingo 9 de enero, un incendio en un apartamento llenó de humo todo el edificio Twin Parks North West, en el barrio neoyorquino del Bronx, y provocó la muerte por asfixia de 17 residentes, entre ellos nueve niños. Al menos otros 63 resultaron heridos, 15 de los cuales seguían el lunes en estado crítico con riesgo de muerte. Los bomberos descubrieron a los residentes muertos y heridos en las escaleras mientras intentaban desesperadamente escapar de la torre de 15 pisos.

Según los informes, el incendio en el Bronx fue provocado por un calentador. Una puerta automática descompuesta que no cerró hizo que el humo saliera de la unidad después de que los residentes huyeran. No había ningún sistema de rociadores para sofocar automáticamente el fuego ni ninguna otra medida de seguridad que hubiera impedido que el humo llenara la torre y ahogara a los residentes hasta la muerte.

En 2013, un incendio similar en el Bronx acabó con la vida de tres niños, provocado por las velas utilizadas para calentar el apartamento después de que les cortaran los servicios. En 2017, un incendio se extendió por un edificio de apartamentos del Bronx en el barrio de Belmont, matando a 12 residentes, incluido un niño de un año. La mayoría de las víctimas quedaron atrapadas en los pisos superiores y se asfixiaron cuando la escalera central se llenó de humo debido a una puerta abierta que no tenía cierre automático.

El Bronx, la sede de la multimillonaria franquicia de béisbol de los Yankees y a pocos kilómetros de Wall Street, es el distrito más pobre de Nueva York y alberga algunos de los barrios más empobrecidos de Estados Unidos. Los trabajadores de bajos ingresos, tanto inmigrantes como ciudadanos, viven en algunas de las peores viviendas de la ciudad mientras apenas sobreviven en una de las ciudades más caras del mundo. En el caso de los apartamentos de Twin Parks, los residentes son en su mayoría inmigrantes de África occidental, principalmente de Gambia y Burkina Faso.

En el barrio de Fairmount, en Filadelfia, también se pone de manifiesto el creciente abismo de desigualdad social que define la vida en Estados Unidos. Promocionado con orgullo como parte de la zona de los museos de arte de la ciudad, el precio promedio de venta de una vivienda en el barrio ha subido más de 130.000 dólares en cinco años, y el alquiler mensual promedio supera ahora los 2.200 dólares, inasequible para la clase trabajadora. La demanda de viviendas asequibles en la ciudad supera con creces la oferta de la Autoridad de la Vivienda de Filadelfia, con más de 40.000 residentes en lista de espera para viviendas subvencionadas. En estas condiciones, las familias se ven obligadas a amontonarse para poder permitirse una vivienda, lo que crea las condiciones idóneas para que se produzcan incendios mortales.

En lugar de ser tratada como una necesidad esencial, bajo el capitalismo, la vivienda se utiliza como un medio más para lucrar de la clase trabajadora. Los edificios como Twin Parks son comercializados como instrumentos financieros por corporaciones y grupos de propietarios que dependen de la financiación estatal y federal para hacerlos rentables mientras ignoran el mantenimiento.

El complejo Twin Parks del Bronx fue adquirido recientemente por Camber Property Group, cofundado por el millonario propietario Eric Gropper, asesor del alcalde Eric Adams en materia de vivienda, en una operación de $166 millones. En todo el país, la provisión de viviendas públicas ha sido deliberadamente subfinanciada y se ha permitido su abandono. La demanda de viviendas asequibles está creciendo, y los fondos públicos se están canalizando hacia los propietarios privados a través de los vales de la Sección 8.

Los incendios de viviendas y las muertes asociadas a ellos siguen siendo un fenómeno trágicamente común y mortal en Estados Unidos. Según el último informe de la Asociación Nacional de Protección contra los Incendios (NFPA), en 2020 se produjeron más de 356.000 incendios en estructuras de viviendas que causaron 2.580 muertos y 11.500 heridos. Esto supone un promedio de un incendio cada 1,5 minutos y una muerte cada 3,5 horas. A pesar de los avances en el uso de materiales de construcción resistentes a las llamas y de los sistemas de seguridad, la tasa de muertes por incendio doméstico registrado fue ligeramente superior en 2020 que hace 40 años: 7,2 por cada 100.000 incendios en la actualidad, frente a 7,1 en 1980.

La NFPA también informa que los equipos de calefacción son la principal causa de los incendios domésticos, matando a un promedio de 500 personas cada año entre 2014 y 2018, aproximadamente el 20 por ciento de todas las muertes por incendios. Las familias recurren a estas formas alternativas de calefacción para compensar la falta de servicios públicos o la mala calefacción y aislamiento. La pérdida de los servicios públicos en los fríos meses de invierno lleva a otras medidas desesperadas, como encender velas o encender hornos y chimeneas antiguas que pueden provocar incendios.

Con el levantamiento de un mosaico de moratorias implementadas al principio de la pandemia sobre el corte de los servicios públicos y los desalojos, millones de personas se ven expuestas a un mayor riesgo de incendios en sus viviendas. Incluso con las limitadas protecciones en vigor, un millón de hogares en 17 estados han sufrido el corte de los servicios públicos desde junio de 2021. Más de 116.000 hogares tuvieron cortes cuando Pensilvania levantó su moratoria a finales de marzo de 2021.

El levantamiento de las moratorias también expone a los trabajadores a un mayor riesgo de contraer y morir a causa del COVID-19. Un estudio realizado por la Oficina Nacional de Investigación Económica en enero de 2021 descubrió que si se hubiera aplicado una prohibición nacional consistente de cortes de servicios públicos desde marzo hasta noviembre de 2020, las infecciones se habrían reducido en casi un 15 por ciento y las muertes en un 9 por ciento.

¿Qué impide que todo el mundo viva en un hogar seguro? Desde luego, no es por falta de recursos. En los dos primeros años de la pandemia Wall Street ha acumulado billones de dólares más, y las ganancias de las empresas eclipsan un récord tras otro. La Reserva Federal ha proporcionado recursos ilimitados para garantizar que la clase gobernante siga enriqueciéndose mientras millones de personas mueren a causa del COVID-19.

Los incendios en el Bronx y Filadelfia son el resultado de la indiferencia homicida de la élite financiera hacia las vidas de la clase trabajadora y la subordinación de la seguridad a las exigencias de la oligarquía. Esta misma indiferencia criminal por la vida ha provocado más de 860.000 muertes en EE.UU. y al menos 5,5 millones en todo el mundo por la pandemia de coronavirus.

Al igual que la pandemia, las horribles tragedias de Filadelfia y el Bronx no pasarán desapercibidas para las amplias masas de trabajadores. Pero para que los responsables de estos crímenes rindan cuentas, la rabia y la repugnancia que producen estos desastres deben transformarse en un movimiento socialista consciente de la clase obrera, que luche por expropiar a la élite financiera y reorganizar la sociedad para satisfacer las necesidades de la gran masa de la sociedad y no de unos pocos.

(Publicado originalmente en inglés el 10 de enero de 2021)

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