El apoyo del gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Podemos a las amenazas de la OTAN contra Rusia junto al envío de buques de guerra al Mar Negro está poniendo en evidencia a toda una capa de grupos pequeñoburgueses que se sitúan en la órbita política de Podemos.
Mientras miles de personas mueren a diario de COVID-19 en centros hospitalarios desbordados de América y Europa, la OTAN está preparando una guerra contra Rusia. Los funcionarios estadounidenses han declarado que probablemente esta será la guerra más sangrienta en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Tratando de estrangular la oposición de la clase trabajadora al peligro catastrófico inminente, estas organizaciones tratan desesperadamente de atar a los trabajadores y los jóvenes con el partido bélico Podemos.
La guerra sólo puede ser detenida a través de la movilización política internacional de la clase obrera. Esto requiere una oposición consciente a grupos como la denominada Corriente Revolucionaria de Trabajadores (CRT), la sección española del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) morenista de Argentina, o el grupo Izquierda Revolucionaria, anteriormente afiliado al Comité por una Internacional de los Trabajadores (CIT).
En un comunicado publicado en Izquierda Diario titulado “Contra la ofensiva imperialista en el Mar Negro ¡Retirada de todas las tropas españolas y de la OTAN!”, la CRT declara de forma absurda:
Parece que los dirigentes de Unidas Podemos no se han dado cuenta de que son parte de un gobierno de la OTAN hasta el envío de las embarcaciones militares al mar negro. Cuando la ministra de Defensa Margarita Robles anunció su despliegue en los próximos días, salieron a manifestar su oposición a tal decisión. Sin embargo, el despliegue de tropas marítimas y aéreas españolas en el Mar Negro fue aprobado ya en el Consejo de ministros y ministras del pasado 21 de diciembre. En ese momento con el apoyo unánime de todos los partidos en el gobierno, incluido Podemos y el PCE [Partido Comunista de España].
Más tarde afirman que la creciente oposición social, reflejada en el hashtag #NoALaGuerra que fue tendencia durante días en España, 'le pone difícil a Unidas Podemos y el PCE poder sostener su actual impostura. Pero no es imposible que lo hagan, como vienen haciendo desde que entraron en el gobierno '.
Esto equivale a poco más que especular sobre si Podemos será capaz de adormecer a los trabajadores en cuanto al peligro inminente de una guerra. La 'impostura' de los intentos de Podemos de promocionarse como un partido menos militarista que sus rivales en el establishment gobernante español ha sido de hecho ampliamente expuesta. Están enviando buques de guerra al Mar Negro y tropas y aviones de combate a Bulgaria.
La líder de Podemos, vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, dejó inequívocamente clara la posición de su partido la semana pasada. Saliendo a defender al gobierno, dijo, “El Gobierno tiene una sola voz, y la posición es clara,” añadiendo: “Y no me van a encontrar, jamás, dividiendo a nadie.” Al día siguiente reiteró: “La voz del Gobierno es la del presidente Pedro Sánchez.”
La ministra de Derechos Sociales de Podemos, Ione Belarra, también salió a defender la campaña bélica. Mientras enviaba un documento de 16 puntos en defensa de la 'paz' en Ucrania, apoyando la 'neutralidad militar de Ucrania', se apresuró a señalar en una entrevista en TVE que las diferencias de Podemos con el PSOE eran solo 'matices' y 'distintas opiniones'. También elogió el 'muy buen papel' desempeñado por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, quien recientemente viajó a Kiev para amenazar a Rusia con “sanciones que se aplicarán muy rápidamente en caso de agresión militar contra Ucrania.”
Los morenistas de la CRT son solo los más descarados de una serie de partidos que presentan a Podemos como pacifistas, incluso cuando envía buques de guerra, aviones de combate y tropas a Europa del Este.
La declaración de Izquierda Revolucionaria señala que el envío de buques de guerra era “Toda una declaración de intenciones nada sorprendente por parte del PSOE, pero decepcionante en el caso de UP.” Concluyen su comunicado explicando que solamente si Podemos cambiara su retórica, podría estar en una mejor posición para intervenir en la clase obrera para impedirle movilizarse contra la guerra. Escriben:
Las críticas al PSOE de Pablo Iglesias y otros dirigentes de Podemos, les han terminado llevando, a pesar de sentarse en el Consejo de Ministros, a firmar un manifiesto junto a otras fuerzas como EH Bildu o la CUP, que señala la responsabilidad de EEUU y la OTAN en esta peligrosa escalada militar. Pero no basta con firmar un manifiesto … Lo que necesitamos es una oposición real en las calles, organizada, contra el militarismo de la OTAN, EEUU y la UE. Una oposición que no puede llevarse a cabo sentándose en un Gobierno que participa de la propia amenaza belicista.
Esto no es más que vender ilusiones peligrosas en que Podemos se opondrá a la guerra, o sucumbirá espontáneamente a la masiva oposición popular en contra de la guerra.
En cambio, apuntan a mantener la camisa de fuerza de Podemos sobre la clase trabajadora, incluso cuando está formación prioriza los beneficios empresariales sobre las vidas humanas en medio de la pandemia de COVID-19 que ya ha matado a más de 122.000 españoles, reparte miles de millones de euros de los fondos de rescate de la UE a las grandes empresas y bancos e implementa medidas de austeridad.
El papel proimperialista de estas tendencias fluye de los intereses materiales de las capas de la clase media que representan, y su oposición histórica a un programa trotskista. Cuando el Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI) se separó del revisionista Secretariado Internacional (SI) pablista en 1953, el líder del CIT, Ted Grant, encontró un hogar en el SI. La tendencia morenista liderada por Nahuel Moreno inicialmente apoyó al CICI, pero más tarde buscó una reunificación sin principios con los pablistas en 1963.
Su hostilidad hacia el CICI se basaba en la perspectiva de que el camino hacia el socialismo no pasaba a través de la construcción de la Cuarta Internacional, sino presionando a los movimientos estalinistas, socialdemócratas y nacionalistas burgueses existentes. Estas fuerzas, afirmaban, podrían convertirse en 'marxistas naturales' bajo la presión de eventos objetivos, evitando la necesidad de desarrollar y educar a los cuadros marxistas como la dirección de la clase obrera.
Hoy en día, la página web Izquierda Diario de la CRT mantiene la esperanza de que las tendencias estalinistas y pablistas que fundaron Podemos retomen las posiciones antimilitaristas históricas de los trabajadores españoles. Escriben lo siguiente:
La histórica demanda de la izquierda por la salida del Estado español de la OTAN y el cierre de todas sus bases militares en la península –otro de los temas a los que renunció la “izquierda” [Podemos] hoy … — debemos retomarla y luchar … Es hora de que la izquierda que mantiene posiciones de independencia frente al gobierno, junto a los sindicatos y movimientos sociales, llamemos a movilizaciones por estas demandas elementales para poner freno a la actual escalada belicista y retomar las banderas antiimperialistas e internacionalistas. Esas banderas tan olvidadas y pisoteadas por aquellos representantes de la “izquierda institucional” que decidieron convertirse en ministros y ministras de la OTAN.
Lo que la CRT propone aquí no es un movimiento de la clase obrera contra la guerra, sino una maniobra política controlada por el gobierno. La CRT llama a una alianza con la burocracia sindical. Sin embargo, estas burocracias son agencias directas del gobierno del PSOE y Podemos: la Unión General de Trabajadores (UGT) está vinculada al PSOE, y el sindicato Comisiones Obreras (CCOO) al PCE y a Podemos. No liderarán, sino que estrangularán un movimiento contra el peligro urgente de la guerra en Europa, incluida la guerra nuclear.
Esta línea continua el papel reaccionario desempeñado por el pablismo y el morenismo durante décadas para encubrir el papel contrarrevolucionario del estalinismo.
Durante la Guerra Civil Española lanzada por el golpe fascista del general Francisco Franco, los estalinistas aplastaron con sangre el levantamiento obrero de Barcelona en 1937. Después de la victoria de Franco y tras la Segunda Guerra Mundial, cuando España estaba gobernada por una dictadura fascista en la década de 1950, el PCE llamó a la 'Reconciliación Nacional' con el capitalismo español, basada en el establecimiento de un régimen parlamentario capitalista, y pidiendo 'coexistencia pacífica' y 'neutralidad' entre el imperialismo español y la Unión Soviética.
En 1976, cuando el PCE suprimió la mayor oleada de huelgas desde la década de 1930 contra el régimen franquista, el secretario general del PCE, Santiago Carrillo, dijo que estaba en contra de 'todas las bases extranjeras, tanto las estadounidenses en los países capitalistas como las rusas en los países socialistas'. Por ahora, añadió, el PCE 'aceptaría bases estadounidenses en España'. Esta fue la base de la alianza del PCE con el PSOE en medio de la caída del régimen franquista y la Transición al dominio parlamentario capitalista en 1978.
Podemos continúa con estas tradiciones podridas. Antes de entrar en el gobierno con el PSOE, Podemos ya había pedido que España permaneciera dentro de la OTAN y defendió la venta de buques de guerra a Arabia Saudí para que la industria armamentística española pudiera beneficiarse del baño de sangre en Oriente Medio. Después, reclutó al ex jefe del Estado Mayor de la Defensa, Julio Rodríguez, quien dirigió la participación del ejército español en las guerras neocoloniales lideradas por Estados Unidos en Afganistán e Irak y que desempeñó un papel importante en la guerra de la OTAN en Libia en el año 2011.
Una vez en el poder, Podemos se alineó cada vez más estrechamente con las guerras de la OTAN en Afganistán y Libia, mantuvo las cuatro bases militares estadounidenses en España y apoyó el aumento de las ventas de armas de España a un récord de 22.500 millones de euros, incluida las realizadas para la sanguinaria guerra saudí contra Yemen. Y votó a favor del último presupuesto militar, que aumentó un 9,4 por ciento el año pasado, superando su anterior aumento récord de 19.700 millones de euros en 2020 a 21.600 millones de euros en 2021.
De esta manera, el líder de Podemos y ex vicepresidente Pablo Iglesias pudo presumir cínicamente en una entrevista en 2020 con Corriere della Sera de Italia: “Ni siquiera el líder del Partido Comunista más grande de Occidente, Enrico Berlinguer, ha logrado llegar a donde estoy yo: un marxista en un gobierno de la Alianza Atlántica. Me marea sólo pensarlo.”
El peligro de la guerra sólo puede ser combatido mediante la construcción de un movimiento en la clase obrera en contra la guerra que se oponga irreconciliablemente al estalinismo y a todos sus aliados y apologistas. Esto requiere una lucha política basada en la historia y el programa internacional del CICI, con el objetivo de construir secciones del CICI en España e internacionalmente como la dirección política de la clase trabajadora.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 13 de febrero de 2022)