Los transportistas españoles comenzaron ayer un paro nacional indefinido para protestar por el aumento de los precios del combustible y las malas condiciones de trabajo en su sector. La huelga, dirigida contra el gobierno del Partido Socialista De España (PSOE) y Podemos, fue convocada por la Plataforma para la Defensa del Transporte de Mercancías por Carretera, que representa a pequeñas empresas de transporte y a conductores autónomos. También se han unido al mismo otras asociaciones regionales como el sindicato vaso de transportistas Hiru o la Asociación de Transportistas de Navarra (Tradisna).
La huelga es parte de un creciente movimiento internacional de protesta por parte de los transportistas contra la inflación y el aumento de los precios del combustible ahora acelerado por las sanciones de la OTAN y la UE contra Rusia. Los camioneros italianos están en una huelga nacional contra los altos precios del combustible y planeando acciones de protesta el 19 de marzo, y los marroquíes están actualmente en una huelga de tres días en protesta por los precios del combustible. Circulan llamamientos para una huelga de camioneros franceses el 21 de marzo.
La principal demanda planteada por la Plataforma para convocar la huelga es una reducción de los impuestos sobre los hidrocarburos para así compensar el aumento de los precios de los combustibles. El fuerte aumento de la inflación, que alcanzó en febrero un 7,5%, máximo en 14 años, está repercutiendo especialmente en los precios del combustible, situación aún más agravada por las sanciones de la OTAN y la Unión Europea (UE) a Rusia por el conflicto de Ucrania, que amenazan con cortar sus exportaciones de petróleo y gas a Europa. La gasolina alcanzó los €1,68 y el diésel €1,58 por litro, ambos los precios más altos jamás registrados en España, subiendo un 13,8 y un 17,6 por ciento, respectivamente, desde diciembre.
En su convocatoria de huelga, la Plataforma advirtió que la situación a la que se enfrentan los transportistas es desesperada: “El 90% de las empresas de transporte (medianas y pequeñas) nos encontramos en una situación económica de quiebra total, al igual que las condiciones laborales son de total precariedad en todos los sentidos. Consecuencias que pagan de manera directa todos los conductores asalariados a los cuales defenderemos en las demandas exigidas.”
La huelga fue ampliamente seguida en su primer día por el 90 por ciento de los transportistas representados por la Plataforma, interrumpiendo la distribución de carga desde puertos fundamentales, bloqueando carreteras y ralentizando la distribución de alimentos y otros suministros clave a las tiendas en gran parte de España. En ciertas regiones, como Asturias o El Bierzo, prácticamente la totalidad de los camiones pararon.
Los camioneros bloquearon el tráfico de carreteras o zonas industriales en muchas de las ciudades más grandes de España, incluidas Madrid, Barcelona, Valencia, Murcia, Sevilla, Málaga, Tarragona y Albacete. También impusieron bloqueos totales o parciales del tráfico de camiones en los principales puertos españoles, incluidos Barcelona, Valencia, Bilbao, Tarragona, Coruña y San Sebastián. Realizaron protestas frente a edificios e instalaciones municipales en ciudades como Madrid, Barcelona y Mallorca.
Cada vez hay más indicios de que la huelga de camioneros podría conducir rápidamente a producir una escasez de alimentos en los supermercados de las principales ciudades españolas. Los camioneros en huelga bloquearon el tráfico en Mercabarna, el principal polígono de comercio de alimentos que concentra las actividades de procesamiento de frutas, verduras, pescado y carne en el área de Barcelona. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, aseguró ayer que 'por ahora no hay situación de desabastecimiento en Mercamadrid”.
Manuel Hernández, el presidente de la Plataforma convocante del paro, advirtió sin embargo que esta situación no se mantendrá en el tiempo: “Si esta huelga es prolongada, eso se notará en las estanterías de cualquier supermercado. Afectará en todo.”
Hernández prometió que la huelga continuaría si el gobierno no satisfacía las demandas de los camioneros, declarando: “Vamos a ir agravando la situación y agotando la paciencia de miles de familias que estamos parados por necesidad”.
Un camionero que participó en la huelga dijo el lunes por la mañana: “Estoy contento porque veo a la gente muy caliente y con ánimo de parar. Somos un sector que, si paramos, paralizamos el país”.
Con esta huelga, los transportistas españoles están entrando a una lucha contra el gobierno reaccionario de PSOE y Podemos que está decidido a recortar los salarios, reducir los niveles de vida y llevar adelante una guerra contra Rusia. El camino a seguir para los transportistas es recurrir a la clase obrera, movilizando a capas más amplias de trabajadores en lucha contra la implacable oposición que los transportistas van a enfrentar desde el estado y los bancos. Los maestros, los trabajadores del metal y los trabajadores del sector público ya están en huelga o preparándose para futuras huelgas por disputas contractuales en toda España y otros países.
Los trabajadores deben movilizarse independientemente de las burocracias de los sindicatos españoles. La socialdemócrata Unión General de Trabajadores (UGT) y la estalinista Comisiones Obreras (CCOO), que son herramientas al servicio de los partidos gobernantes, PSOE y Podemos, temen un estallido social y se oponen a la huelga. CCOO emitió ayer un comunicado en el que afirmaba que 'Los problemas del sector del transporte de mercancías por carretera no se resuelven con convocatorias de huelga' y pidió conversaciones entre el Estado, los sindicatos y la federación empresarial de transportistas.
Esta federación, el Comité Nacional de Transporte por Carretera (CNTC), es, sin embargo, encarnizadamente hostil a la huelga. Mientras la Plataforma representa aproximadamente el 85 por ciento del tráfico de camiones en España, que es realizado por empresas más pequeñas o transportistas autónomos, el CNTC habla en nombre de las empresas más grandes que planean negociar aumentos de precios según lo dictado por el gobierno del PSOE-Podemos.
Ayer, el CNTC emitió un comunicado mencionando la campaña de guerra de la OTAN contra Rusia y llamando a poner fin al paro decía: “Es por esto por lo que entendemos que no es el momento de secundar un paro de transportes, y menos aún si este se convoca con carácter indefinido y sin objetivos claros de ningún tipo, porque solo servirá para desestabilizar aún más la complicada situación por la que atravesamos debido a la invasión de Rusia a Ucrania”.
La Plataforma que coordina la huelga respondió denunciando a la CNTC, diciendo: “El comité nacional nos ha traicionado, que siga lanzando gasolina al fuego. El transporte es imprescindible en todas las actividades económicas del país y el camión tiene la clave del transporte mundial, sin camiones no hay barcos. La ministra no escucha a nadie”.
El gobierno del PSOE y Podemos ha indicado que no tiene intención de ayudar a los camioneros y, en cambio, se está preparando para la represión. El Ministerio de Hacienda emitió un comunicado declarando que hay 'poco o ningún margen' para ayudar a la industria del transporte por carretera, ya que reducir los impuestos al combustible tendría 'enormes costos'. La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, aseguró que 'No es el mejor momento para convocar movilizaciones o paros'.
Una federación empresarial de transporte, la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), anunció que está buscando la colaboración con la policía antidisturbios para romper los piquetes de los transportistas en huelga.
PSOE y Podemos son partidos burgueses reaccionarios, implacablemente hostiles a los trabajadores, cuyos aliados internacionales han respaldado el envío de la policía, e incluso de los militares, contra los camioneros en huelga. Syriza, los aliados griegos de Podemos, apoyaron la movilización del ejército en 2010 para aplastar una huelga de camioneros contra las políticas de austeridad de la UE. El Partido Socialista Portugués llamó al ejército en agosto de 2019 para obligar a los camioneros a volver al trabajo mientras el combustible se agotaba en las gasolineras de todo el país.
Los camioneros deben rechazar con desprecio las afirmaciones de los gobiernos capitalistas de que no hay dinero. Desde que comenzó la pandemia de COVID-19, la UE ha distribuido billones de euros en rescates a los bancos y las grandes corporaciones. Al mismo tiempo, afirmó que no había dinero para llevar a cabo una política de Cero-Covid contra el virus, que hubiera salvado más de 1 millón de vidas en Europa. Ahora, la clase dominante afirma que no hay dinero para ayudar a los trabajadores y las pequeñas empresas a llegar a fin de mes, ya que todo debe ser sacrificado para librar una guerra contra Rusia.
La cuestión decisiva es conseguir una amplia movilización internacional de la clase obrera contra la aristocracia financiera y su agenda de guerra global en el extranjero y guerra contra los trabajadores en casa. Construir la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base contra los sindicatos nacionales corruptos y luchar por políticas socialistas, incluida una amplia ayuda pública a las pequeñas empresas, es fundamental para organizar y unificar este creciente movimiento internacional.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 14 de marzo de 2022)