Millones de trabajadores están en las calles de todo Sri Lanka exigiendo la dimisión inmediata del presidente Gotabhaya Rajapakse y de su gobierno capitalista, que es el responsable directo de las inmensas dificultades a las que se enfrentan. Rajapakse ha declarado categóricamente que no dimitirá ni disolverá su gobierno. Ha proclamado desafiantemente que, aunque pierda la mayoría parlamentaria, seguirá siendo presidente y mantendrá el control del ejército y la policía.

El Partido Socialista por la Igualdad (PSI, o SEP por sus siglas en inglés) apoya directamente las demandas de los trabajadores: '¡Gota tiene que irse!' Pero, ¿qué hay que sustituirlo? No basta con exigir la destitución de Rajapakse. Él es sólo la cara fea actual de un sistema de estado presidencialista corrupto y reaccionario que está organizado para asegurar la riqueza y los intereses de la clase capitalista y perpetuar la explotación y el empobrecimiento de los trabajadores y campesinos en toda la isla.

Como paso clave para abordar la actual crisis política, el SEP exige la abolición inmediata de la presidencia ejecutiva, que, con sus amplios poderes autocráticos, apunta con una pistola a la cabeza de la clase trabajadora. Desde su creación en 1978 por J. R. Jayawardene, la presidencia ejecutiva —con poderes que permiten a quien ocupa el cargo imponer arbitrariamente la voluntad de las élites capitalistas— se ha utilizado para suprimir despiadadamente los derechos democráticos y sociales de los trabajadores, los pobres y las masas rurales.

La semana pasada, Rajapakse volvió a explotar sus poderes presidenciales para proclamar el estado de emergencia, imponer el toque de queda y sacar a la calle a policías, soldados y vehículos blindados en un intento desesperado de acabar con las protestas masivas. Sólo fracasó porque los trabajadores, en decenas de miles, desafiaron valientemente la amenaza.

Sin embargo, Rajapakse está esperando su momento. Puede reimponer el estado de emergencia sin previo aviso y volver a movilizar a los militares. Puede prohibir las acciones industriales, proscribir las organizaciones y los partidos políticos, censurar los medios de comunicación y arrestar y detener arbitrariamente a personas. La propia presidencia debe ser abolida. Junto con Gotabhaya, la presidencia ejecutiva y el aluvión de leyes antidemocráticas en manos del gobierno tienen que desaparecer.

El Partido Socialista por la Igualdad exige la derogación de la Ley de Servicios Públicos Esenciales que se ha utilizado para criminalizar las huelgas de los trabajadores del sector público. También exigimos la derogación de la Ley de Seguridad Pública y la notoria Ley de Prevención del Terrorismo, que otorgan poderes de estado policial a las fuerzas de seguridad.

El PSI insiste en que el propósito de estos cambios políticos democráticos necesarios, que sólo pueden lograrse a través de la lucha decidida de la clase obrera, los pobres del campo y la juventud, es poner en marcha una reestructuración fundamental de la economía a lo largo de las líneas socialistas.

En oposición al programa de austeridad del gobierno y de los partidos de la oposición, estamos avanzando un programa de acción para que la clase obrera movilice su poder social e imponga su propia solución a la inmensa crisis social y económica, una solución que anteponga las necesidades humanas al beneficio de los inversores.

Los gobiernos capitalistas de todo el mundo no tienen otra respuesta que imponer más cargas terribles a los trabajadores. Esto está alimentando la lucha de clases en Oriente Medio, África y América Latina, así como en los principales centros imperialistas, incluido Estados Unidos. Los trabajadores de Sri Lanka no están solos en sus luchas. Los trabajadores pueden dirigirse a sus aliados de clase a nivel internacional en busca de ayuda mutua, en primer lugar a los trabajadores indios que la semana pasada organizaron una huelga general de dos días contra la agenda de austeridad y privatización del gobierno de Modi.

¿Qué hay que hacer? La clase capitalista de Sri Lanka es completamente incapaz de atender ninguna de las necesidades sociales apremiantes de los trabajadores y los pobres. Ninguna súplica o presión les hará cambiar de rumbo cuando sus beneficios y su riqueza están en juego.

La clase obrera sólo puede luchar por sus necesidades si establece sus propias organizaciones, independientes de todas las facciones de la burguesía y de los sindicatos que han jugado un papel tan traicionero en la supresión de la ola de huelgas y protestas masivas en los últimos dos años.

El PSI llama a la formación de comités de acción como el primer paso en la autoorganización de la clase obrera. Llamamos a otros trabajadores a hacer lo mismo. Establezcan comités de acción independientes y elegidos democráticamente en las fábricas, lugares de trabajo, plantaciones y barrios obreros de todo el país. Ofrecemos toda la ayuda política en la construcción de tales organizaciones de lucha de la clase obrera.

El PSI insiste en que la clase obrera no debe apretarse el cinturón para adaptarse a lo que los capitalistas pueden permitirse dentro de su sistema de Estados-nación y propiedad privada. Más bien tiene que avanzar en su propia solución de clase a la crisis social y económica.

Proponemos el siguiente programa y políticas para animar el trabajo de los Comités de Acción para abordar las necesidades urgentes de las masas:

* ¡Por el control democrático de los trabajadores sobre la producción y distribución de todos los artículos esenciales y otros recursos críticos para la vida de la gente! ¡Nacionalizad los bancos, las grandes empresas, las plantaciones y otros grandes centros neurálgicos de la economía!

La clase capitalista explota su propiedad de los medios de producción y distribución para amasar enormes beneficios. La única manera de que la clase obrera pueda satisfacer sus necesidades esenciales es quitárselos de las manos a los capitalistas y hacer un inventario de los recursos para que puedan ser utilizados para acabar con el sufrimiento y la miseria actuales.

* ¡Repudiar toda la deuda externa! ¡No a las exigencias de austeridad del FMI y del Banco Mundial que representan a los banqueros e instituciones financieras internacionales!

El gobierno de Rajapakse achaca sus duras medidas de austeridad a la necesidad de devolver miles de millones de dólares a los banqueros mundiales. Los partidos de la oposición están de acuerdo. En lugar de que los 7.000 millones de dólares que deben pagarse este año vayan a parar a las arcas de los bancos internacionales, deberían utilizarse para pagar los alimentos, el combustible, las medicinas y otros bienes esenciales que necesita el pueblo trabajador.

* ¡Incautar la colosal riqueza de los milmillonarios y las empresas!

Según la Base de Datos de Desigualdad Mundial, en 2021 el 10% más rico de la sociedad de Sri Lanka poseía un enorme 63,8% de la riqueza total de la isla, mientras que el 50% más pobre sólo tenía el 4,3%. Esta inmensa riqueza, creada por la clase trabajadora, debe ser aprovechada y distribuida en función de las necesidades sociales.

* ¡Cancelar todas las deudas de los agricultores pobres y marginales y de los pequeños empresarios! Restablecer todos los subsidios, incluidos los subsidios a los fertilizantes para los agricultores.

Al proporcionar una salida a sus aplastantes problemas económicos, la clase obrera se convertirá en un polo de atracción para las masas rurales oprimidas y los operadores de pequeñas empresas agobiados por las altas deudas, los costosos insumos y los precios que no satisfacen sus necesidades esenciales.

* ¡Garantizar el empleo para todos con condiciones de trabajo dignas y seguras! ¡Indexad los salarios al coste de la vida!

Si el FMI y los banqueros internacionales se salen con la suya, habrá una avalancha de destrucción de empleo. La inflación ya se ha disparado y se ha comido los salarios. Si se deja en manos de los sindicatos, los puestos de trabajo, los salarios y las condiciones se seguirán negociando, como ha sucedido durante años.

La lucha por este programa proporciona un camino a seguir e imbuirá a la clase obrera de confianza en sus capacidades, atraerá a las masas rurales a su lado y, a través del desarrollo de una red de Comités de Acción, proporcionará las bases organizativas para que la clase obrera tome el poder y establezca un gobierno obrero y campesino para comenzar la reorganización socialista de la sociedad.

Los trabajadores que luchan en Sri Lanka comparten una trinchera común con sus hermanos y hermanas de clase y con enemigos de clase comunes. La creciente marea de la lucha de clases en todo el mundo da a los trabajadores de Sri Lanka potenciales aliados y bases de apoyo en las fábricas, lugares de trabajo y oficinas de todo el mundo. Esto puede desarrollarse en una lucha coordinada internacionalmente contra la dominación económica de las corporaciones globales, los bancos y las casas financieras para poner fin al capitalismo.

(Publicado originalmente en inglés el 6 de abril de 2022)