El estallido de la lucha de clases en Francia y en toda Europa está aterrorizando al gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Podemos y a sus burocracias sindicales asociadas, incluyendo Comisiones Obreras (CCOO) vinculada a Podemos y la socialdemócrata Unión General de Trabajadores (UGT).
Se está acumulando un descontento explosivo entre los trabajadores en España a medida que las burocracias de CCOO y UGT proceden a firmar convenios con miserables aumentos salariales muy por debajo de la inflación. Las burocracias están temerosas de que estallen luchas de masas ante su intento de recortar los niveles de vida de los trabajadores. Las mismas condiciones que impulsan la confrontación revolucionaria entre los trabajadores y el presidente francés Emmanuel Macron se dan en España y en toda Europa, como lo demuestra el aumento de huelgas contra la austeridad y la inflación en Italia, Alemania, Reino Unido y otros países.
El estado de las discusiones dentro de las burocracias sindicales se reflejó en los comentarios del secretario general de la UGT, Pepe Álvarez, en la manifestación del Primero de Mayo llevada a cabo por el sindicato en Madrid.
Alertando sobre la posibilidad de un contagio revolucionario de las protestas contra Macron en Francia, en el caso de que comiencen movilizaciones masivas por parte de los trabajadores españoles, Álvarez dijo: “las movilizaciones se saben cómo empiezan, pero no cómo acaban”.
Hablando de los líderes sindicales franceses, continuó: “cuando comenzaron no sabían que iban a tomar la importancia que han tenido”. Es decir, Álvarez hizo saber que los dirigentes sindicales franceses están sorprendidos y conmocionados de que, habiendo convocado protestas, ya no sepan cómo pararlas debido a la presión que sufren desde abajo.
Esto también explica claramente por qué las burocracias sindicales españolas no están llamando a una huelga contra el derrumbe de los niveles de vida de los trabajadores en España. También están aterrorizados ante el descontento en la clase obrera y el peligro de que estalle una oposición que no puedan controlar. Durante más de un año, han retrasado la firma de cientos de convenios colectivos para evitar el estallido de huelgas para exigir salarios más altos. El número de convenios colectivos firmados en 2022 cayó un 70 por ciento.
La clase dominante es muy consciente del papel de las burocracias sindicales para estrangular la lucha de clases mientras se libra la guerra contra Rusia en Ucrania. En un editorial, el diario económico Cinco Días reconocía “la gran labor que vienen realizando los sindicatos españoles, especialmente representados por CC OO y UGT, para que el descontrol de los precios no haya provocado un ambiente de movilizaciones reclamando aumentos salariales”.
El artículo reconocía la importancia de los sindicatos como la policía laboral de las corporaciones y los bancos, reconociendo que “aceptaron pactar una fuerte pérdida de capacidad adquisitiva” en 2022. Los trabajadores no habían sido llamados a las calles para exigir aumentos salariales a pesar de que “la vida en general se dispara, mientras las empresas casi duplicaron beneficios en 2022 (subieron un 91,3 por ciento, según datos del Banco de España)” En el mismo año, concluía el artículo, hubo menos huelgas (679) que en 2019 (898), el año anterior al estallido de la pandemia de COVID-19.
De hecho, a lo largo del año, los sindicatos lanzaron amenazas vacías de “movilizaciones de primavera”, luego “un verano caliente” y finalmente un “invierno de descontento” si no se aumentaban los salarios. El Primero de Mayo, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, amenazó con “un intenso proceso de movilizaciones que adoptarán la forma de huelgas”. Del mismo modo, Álvarez de la UGT dijo que “vamos a llenar las calles”.
Sin embargo, a espaldas de los trabajadores estaban negociando aumentos salariales muy por debajo de la inflación. En 2022, 3.084 convenios colectivos que cubrían a 9 millones de trabajadores aumentaron los salarios un 2,7 por ciento de media, que es solo un tercio de la inflación promedio de ese año, la cual alcanzó el 8,4 por ciento. Según los cálculos de Oxfam, los trabajadores han perdido un promedio de 1.500 euros al año, o una media del 5,6 por ciento de su poder adquisitivo.
Ahora, las burocracias sindicales españolas están dejando claro que están comprometidas a continuar con el saqueo de la clase obrera durante los próximos años. Días después de su manifestación del Primero de Mayo, los sindicatos firmaron el quinto Acuerdo por el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) con el principal grupo empresarial, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE).
El AENC establece un marco nacional para los aumentos salariales en los más de 1.300 convenios colectivos pendientes de renovación este año, que afectan a millones de trabajadores. Incluye un aumento salarial del 4 por ciento para 2023 y del 3 por ciento en 2024 y 2025, todo por debajo de la inflación.
La inflación subyacente anual, que excluye los precios volátiles de los alimentos frescos y la energía, se encuentra actualmente en el 6,6 por ciento. Sin embargo, el aumento de los precios de los alimentos y la energía, que afecta desproporcionadamente a los trabajadores que gastan gran parte de su presupuesto en esos productos, significa que la inflación real es mucho mayor. Durante el año pasado, los alimentos y bebidas han aumentado en un 16,5 por ciento; la carne alcanzó un récord del 14 por ciento; la leche, queso y huevos 24 por ciento; y las legumbres y verduras 22 por ciento. La hipoteca promedio aumentó un 54 por ciento.
Si la inflación continuara en torno al 10 por ciento en los próximos tres años, como lo hizo el año pasado en la zona euro, el AENC significaría un espectacular recorte del 20 por ciento en los salarios reales de los trabajadores.
Sin embargo, los sindicatos elogiaron el AENC, con mentiras descaradas alegando que protege el poder adquisitivo. Álvarez (UGT) afirmó que: “va a permitir no solo mantener el poder adquisitivo de los salarios, sino recuperarlo”. Sordo (CCOO) dijo, “Lo que estamos sellando aquí hoy son buenas noticias,”, calificando el acuerdo como “un éxito colectivo”.
El gobierno PSOE-Podemos también elogió el acuerdo. Yolanda Díaz, vicepresidenta del Gobierno, ministra de Trabajo y líder de Sumar, una escisión del partido pseudoizquierdista Podemos, agradeció “a los agentes sociales un acuerdo tan importante destinado a proteger los salarios de las personas trabajadoras”.
Todo esto es mentira, sobre todo porque el acuerdo ni siquiera obliga a las empresas a conceder las subidas sugeridas por el AENC. Estos aumentos son orientativos, no obligatorios, y los dirigentes sindicales y las grandes empresas son libres de imponer salarios aún más bajos que los estipulados en la AENC. Además, casi siete millones de trabajadores ni siquiera están cubiertos por el AENC; están sujetos a convenios colectivos firmados anteriormente, en su mayoría con aumentos muy por debajo de la inflación.
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, declaró sin rodeos que espera que el AENC evite las huelgas y “garantice la paz social hasta 2025”.
Además de esto, el gobierno PSOE-Podemos planea imponer una gran austeridad. Ha prometido a la Unión Europea imponer 24.000 millones de euros en recortes o aumentos de impuestos para reducir el déficit público el próximo año al 3 por ciento del PIB.
No hay nada que los trabajadores puedan negociar con la CEOE ni con el gobierno PSOE-Podemos. Son enemigos de la clase obrera, cuyos niveles de vida atacan implacablemente. Gobiernan contra la población. no menos que Macron, que implementa sus recortes frente a huelgas de masas y una abrumadora oposición popular, contando con la burocracia sindical para bloquear la lucha contra la máquina capitalista del Estado policial en Francia.
Mientras que las burocracias sindicales en Francia apelan a la “mediación” con Macron para bloquear un movimiento político para derrocar su régimen, las burocracias sindicales españolas también son cómplices de ataques masivos contra los salarios, los derechos sociales y los niveles de vida. Las demandas de los grupos pseudoizquierdistas para que las burocracias sindicales lleven adelante la lucha son un callejón sin salida.
El camino a seguir para los trabajadores en España, Francia y toda Europa es construir comités de base en los lugares de trabajo, independientemente de las burocracias sindicales. La Alianza Internacional Obrera de Comités de Base se ha creado para coordinar y unificar las luchas de los trabajadores en Europa e internacionalmente contra el ataque a los empleos, los niveles de vida y las condiciones de trabajo. Construir tales organizaciones es la única manera de romper el aplastante control del gobierno PSOE-Podemos y sus dirigentes sindicales sobre la lucha de clases.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 10 de mayo de 2023)