El lunes 3 de julio, el trabajador automotor de base y socialista Will Lehman presentó una demanda contra el Departamento de Trabajo de Biden para exigir que se repitan las elecciones de cargos nacionales del sindicato UAW, con los nombres de todos los candidatos en la papeleta, debido a la privación masiva del derecho a votar por parte de la burocracia.
La demanda de Lehman, presentada ante el tribunal federal en el Distrito Este de Míchigan, se produjo días después de que el Departamento de Trabajo rechazara su desafío a la ejecución de las elecciones por parte del UAW en un fallo de tres oraciones, el cual ni siquiera intenta responder a los argumentos o la evidencia presentados. “Será enviada por correo una declaración de razones justificando esta decisión en una fecha futura”, concluye el fallo
Esta es la segunda vez en menos de un año en que Lehman acude a un tribunal federal para defender los derechos de las bases. En noviembre de 2022, antes de que concluyera la primera ronda, Lehman presentó una demanda en el mismo distrito exigiendo que el juez David Lawson extendiera el periodo de votación y exigiera al UAW que tomara acciones para notificar a los miembros.
Durante la demanda de 2022, Lehman advirtió: “Si las papeletas siguen siendo enviadas a este ritmo cada día hasta la fecha límite del 28 de noviembre, la participación total será aproximadamente de 104,000, casi 40,000 papeletas menos que el referéndum del año pasado”.
Lehman citó esta predicción en la más reciente demanda y añadió:
Ya no queda nada que especular sobre las cuestiones planteadas por Lehman en noviembre. A través de una combinación de engaño, incompetencia y atrasos, esta elección se celebró efectivamente a espaldas del grueso de las bases y los jubilados. Incluso el presidente saliente del UAW Ray Curry reconoció el 16 de marzo de 2023 que la elección estuvo caracterizada por “la privación desenfrenada del derecho a votar para los votantes del UAW”. Esta es una admisión extraordinaria del líder de la propia burocracia, que confirma las muchas objeciones de Will Lehman a lo largo de la elección.
La nueva demanda de Lehman inicia explicando que, “la arraigada burocracia privó sistemáticamente a cientos de miles de miembros de base y jubilados del derecho a votar, rehusándose deliberadamente a notificar adecuadamente que había una elección en curso. Hasta la fecha, muchos miembros no saben que hubo una elección en la que tenía derecho a votar. De 1,1 millones de miembros elegibles, solo 104,776 emitieron su voto, mientras que aproximadamente 1,000,000 no lo hizo. Esta participación del 9 por ciento es la más baja de cualquier elección sindical nacional en la historia de Estados Unidos”.
La denuncia de Lehman explica detalladamente cómo y por qué la burocracia del UAW suprimió sistemáticamente el voto.
La burocracia hizo campaña en contra de las elecciones directas y tenía un motivo para suprimir el voto. La burocracia temía que las elecciones dieran a los trabajadores de base como Will Lehman la oportunidad de disputar el control que hasta entonces habían ejercido sobre los activos del sindicato, acumulados durante generaciones con el dinero de las cuotas de los trabajadores, así como de eliminar los privilegios de la burocracia y sus estrechas relaciones con los directivos de las empresas.
La denuncia explica cómo el UAW notificó a la burocracia, pero trató de excluir a las bases en la medida de lo posible.
La burocracia trató las elecciones como un asunto privado e interno. En la primera ronda de votación, tomó medidas para informar a su red clientelar de funcionarios locales y nacionales de que se estaban celebrando elecciones, al tiempo que garantizaba la menor participación posible de las bases. Esta estrategia se reflejó en la gran dependencia del sistema de información sindical local (“LUIS” [por sus siglas en inglés]) para anunciar las elecciones, que históricamente solo se utilizaba para la comunicación interna entre los funcionarios nacionales y locales. Esta estrategia garantizó que la segunda ronda de votaciones excluyera a Lehman y se limitara a una contienda entre los representantes de dos facciones principales de la propia burocracia: el “Caucus de la Administración” liderado por Ray Curry y “Miembros Unidos” liderado por Shawn Fain.
La demanda resume la enorme cantidad de pruebas presentadas por los trabajadores de base a la campaña de Lehman, en las que se explica que el UAW nacional y las sedes locales no actualizaron las listas de correo y se negaron sistemáticamente a recordarles a los trabajadores que actualizaran sus direcciones para poder obtener una boleta electoral. Estas pruebas, así como las respuestas de una encuesta realizada a más de 100 miembros de más del 20 por ciento de las sedes locales, nunca han sido refutadas por el monitor, el UAW ni el Departamento de Trabajo.
Entre los puntos destacados en la demanda se encuentra la diferencia entre cómo la burocracia del UAW se negó a informar a los afiliados de base y “los esfuerzos mucho más avanzados y profesionales que realizó para informar a los afiliados y jubilados sobre su derecho a votar por el Partido Demócrata en las elecciones intermedias del 8 de noviembre, celebradas al mismo tiempo que la primera vuelta de las elecciones sindicales”. La demanda aporta detalles que demuestran que el UAW envió numerosos avisos instando a los trabajadores a votar en las elecciones intermedias, lo que “demuestra que el UAW disponía de los medios para notificar adecuadamente a sus miembros, pero que decidió deliberadamente no utilizarlos”.
La denuncia también expone el papel desempeñado por los dos bufetes de abogados recomendados por la burocracia del UAW para supervisar las elecciones: Jenner & Block y Crowell & Moring. “Los bufetes del monitor, Crowell & Moring y Jenner & Block, son abogados y lobistas de larga data de las empresas automotrices”, señala. “En la actualidad, estos bufetes representan a empresas que emplean a decenas o cientos de miles de miembros de base del UAW, como GM, Dana, CAT, Bosch, Bridgestone y otras. Los clientes corporativos de estos bufetes tenían un interés directo en garantizar que se suprimiera el voto de las bases en las elecciones, a fin de asegurar la elección de una dirección servil que continuara la colaboración de décadas de la burocracia del UAW con las empresas para suprimir los intereses de las bases y aumentar las ganancias corporativas”.
La decisión del Departamento de Trabajo de rechazar la queja de Lehman, sin molestarse siquiera en explicar por qué lo hacía, pone al descubierto las pretensiones de la Administración de Biden de defender la “democracia” en Estados Unidos, Ucrania o cualquier otro lugar. Cuando se trata de los derechos democráticos de los trabajadores, toda la élite política no tiene más que desprecio.
Las organizaciones como los Socialistas Democráticos de Estados Unidos (DSA, por sus siglas en inglés) y Labor Notes, por su parte, afirman falsamente que luchan por la “democracia en los sindicatos”. Sin embargo, han desempeñado un papel fundamental encubriendo la privación de derechos de los trabajadores de base y han mantenido un silencio culpable sobre los esfuerzos de Lehman para garantizar un voto justo durante toda la campaña. Estas fuerzas de la clase media-alta representan a la burocracia, componen cada vez más su personal dirigente y operan como parte del Partido Demócrata.
Como se afirma con contundencia en la queja: “Estas elecciones se han caracterizado por un desprecio total hacia los derechos de los trabajadores de base como Will Lehman por parte de todas las instituciones que han tenido algo que ver en su supervisión. El derecho más fundamental de más de un millón de trabajadores y jubilados --el derecho al voto-- ha sido tratado como algo totalmente sin importancia...”.
En respuesta a la demanda, Lehman comentó al World Socialist Web Site:
Esta demanda es para todos los 1,1 millones de afiliados, independientemente de a quién hayan votado o si sabían o no que había elecciones. A la luz de las abrumadoras pruebas de supresión de votantes e interferencia en las elecciones por parte del UAW, la negativa de la Administración de Biden a actuar en relación con mi demanda es una bofetada a los trabajadores de todo el mundo. Estas elecciones fueron un fraude y los dirigentes que llegaron al poder como resultado de ellas serán considerados ilegítimos a menos que se repitan las elecciones con un aviso real a todos.
Dado que la demanda de Lehman fue desestimada en noviembre cuando aún había tiempo de aumentar la participación en las elecciones, los trabajadores no deben hacerse ilusiones de que el tribunal intervendrá para proteger sus derechos. La principal preocupación de toda la élite política es apuntalar a la podrida burocracia del UAW, ahora dirigida por el veterano burócrata Shawn Fain.
El objetivo de esta conspiración de las empresas y el Gobierno es infligir un golpe devastador contra los trabajadores automotores y toda la clase obrera a través de los contratos de 178.000 trabajadores estadounidenses y canadienses de las Tres Grandes (GM, Ford y Stellantis) en septiembre. Fain ya ha demostrado ser una herramienta de las corporaciones tanto como Curry al aislar la huelga en Clarios e imponer un contrato entreguista y al negarse a hacer nada para proteger a los trabajadores obligados a permanecer en la línea de producción y ser envenenados por el humo de los incendios forestales canadienses.
La campaña de Lehman se basó en la lucha por establecer el poder de las bases, aboliendo el aparato sindical y desarrollando una red de comités controlados por los propios trabajadores. Esta es la condición previa fundamental para llevar a cabo una verdadera lucha contra las empresas y la élite dominante. La necesidad de tal movimiento quedó demostrada en la forma en que se llevaron a cabo las elecciones, mediante la privación sistemática del derecho de voto a los trabajadores por parte de la burocracia, la Administración de Biden y los bufetes de abogados corporativos que despojaron a los trabajadores de sus derechos.
(Publicado originalmente en inglés el 2 de julio de 2023)
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