El jueves, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Charles Schumer, criticó en un discurso al primer ministro Benjamín Netanyahu y a los miembros ultraderechistas del gabinete israelí, llamándolos un “obstáculo” para la “paz”. Netanyahu “perdió su camino”, declaró el senador neoyorquino.
El discurso fue coordinado de cerca con la Casa Blanca, dado que Biden indicó que Schumer había “contactado a mi personal de alto nivel”. Biden añadió que fue “un bueno discurso” que manifestaba “las preocupaciones serias compartidas por muchos estadounidenses”.
En sus declaraciones, Schumer admitió por primera vez que los miembros del Gobierno israelí habían declarado su intención de llevar a cabo la limpieza étnica de la población de Gaza. El ministro de Finanzas israelí Bezalel Smotrich y el ministro de Defensa, Ben Gvir, “han dejado claro su deseo de desplazar [a los palestinos] de sus hogares y reemplazarlos por colonos israelíes”, dijo Schumer.
Estas declaraciones son una condena impactante contra sí mismo. Smotrich pidió la “inmigración de los árabes de Gaza a países de todo el mundo” el 14 de noviembre, el mismo día en que Schumer fue el orador principal de la “Marcha por Israel”, una concentración progenocida en Washington DC.
En medio de cánticos de “No al alto el fuego”, Schumer le dijo a Israel: “Estamos con ustedes... no descansaremos hasta que obtengan la asistencia que necesitan”. Dio a entender que la oposición de izquierda al genocidio de Gaza era “antisemitismo”.
Ese día, el número de muertos por el ataque de Israel a Gaza era de 11.500. Desde entonces, otros 20.000 hombres, mujeres y niños palestinos han sido asesinados.
Schumer y la Casa Blanca proporcionaron más de 100 envíos de armas, por valor de varios miles de millones de dólares, para financiar y armar un Gobierno que había declarado públicamente su intención de limpiar étnicamente a la población de 2 millones de personas.
Es hora de llamar a las cosas por su nombre: el Gobierno de Netanyahu está llevando a cabo la “solución final del problema palestino”. Independientemente de las ocasionales y cínicas lamentaciones en Washington, lo está haciendo con el apoyo de la Administración de Biden y ambos partidos políticos en los Estados Unidos.
Los llamamientos de Smotrich, Ben Gvir y Netanyahu a asesinar y expulsar a la población de Gaza no son solo declaraciones individuales. Representan la política real del Gobierno israelí. Las principales figuras del Estado israelí son los descendientes ideológicos y políticos de Adolf Hitler y el régimen nazi.
A pesar de sus críticas a las políticas de Netanyahu, tanto Schumer como la Casa Blanca dejaron claro que sus declaraciones no reflejaban ningún cambio en la política estadounidense. Estados Unidos continuaría proporcionando armas a Israel sin ninguna condición, como lo enfatizaron los funcionarios estadounidenses.
A principios de esta semana, la Casa Blanca se apresuró a reafirmar que Estados Unidos no tiene ningún límite o “línea roja” sobre el número de personas que Israel puede matar. “No creo que sea productivo asignar la terminología de una 'línea roja’ a lo que es un conjunto muy complejo de políticas”, dijo la vicesecretaria de Prensa, Olivia Dalton, en una sesión informativa de la Casa Blanca el lunes.
Las declaraciones de Biden y Schumer son una trama política cuyo propósito es encubrir el hecho de que su Gobierno es de manera íntegra un cómplice del genocidio en Gaza, al que se opone abrumadoramente la gran mayoría de la población mundial.
En su discurso, el cual ha sido presentado como una condena a Netanyahu, Schumer dedicó la mayor parte de su tiempo a condenar a los palestinos y a aquellos que buscan un Estado democrático y multiétnico tanto para judíos como para árabes en el Levante.
Atacó a los “izquierdistas” que “rechazan una solución de dos Estados a favor de un Estado en el que los palestinos y los israelíes supuestamente vivirían en paz democrática uno al lado del otro”.
A esto, Schumer respondió:
Este Estado sería mayoritariamente palestino, y en el pasado, algunos palestinos han votado a favor de empoderar a grupos como Hamás, que busca erradicar al pueblo judío... La política estadounidense de larga data es apoyar la democracia en el extranjero, pero en este hipotético Estado único, la democracia podría costarles la seguridad a los israelíes judíos.
La condena de Schumer de una solución “democrática” a las relaciones entre judíos y árabes en Israel y Palestina es muy significativa. En realidad, las políticas genocidas que Schumer dice condenar fluyen orgánicamente de todo el proyecto sionista, que desde sus inicios hasta la actualidad ha servido como bastión de la dominación imperialista estadounidense sobre la población de Oriente Próximo. Para citar a Joe Biden: “Si Israel no existiera, tendríamos que inventarlo”.
Con 30.000 habitantes de Gaza ya muertos, toda la población de más de 2 millones de personas está al borde de una hambruna. Israel está cometiendo masacres a diario, incluyendo una de docenas de personas en un centro de distribución de alimentos el jueves.
Los trabajadores y jóvenes de todo el mundo deben asumir la lucha contra el genocidio de Gaza como un componente crítico de la lucha contra la guerra imperialista y el sistema capitalista.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 15 de marzo de 2024)