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Perspectiva

El imperialismo alemán debe responder por su complicidad en el genocidio en Gaza

Setenta y nueve años desde el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando los nazis asesinaron a 6 millones de judíos, Alemania comparece nuevamente ante el máximo tribunal internacional por su complicidad en un genocidio. El 8 y 9 de abril, la Corte Internacional de Justicia en La Haya celebró las audiencias sobre el caso presentado por Nicaragua acusando al Gobierno alemán de violar la Convención sobre Genocidio de Naciones Unidas y otros tratados internacionales de los que Alemania es signataria.

Una audiencia de la Corte Internacional de Justicia sobre el caso contra Alemania [Photo by International Court of Justice]

A pesar de que estar obligado a hacer, el Gobierno alemán no ha hecho nada para prevenir el genocidio en la Franja de Gaza, según la demanda. En cambio, ha suministrado ayuda a Israel, incluyendo equipo militar, que se ha empleado en perpetrar el genocidio. Se ha rehusado a procesar o castigar a personas que han cometido crímenes graves contra el derecho internacional. Y en una violación aún mayor de sus obligaciones bajo el derecho internacional humanitario, ha dejado de apoyar financieramente a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, sigla en inglés).

Nicaragua exige que la CIJ condene a Alemania y ordene medidas de emergencia para detener las entregas de armas alemanas a Israel, una investigación sobre dónde se utilizaron las armas y la continuación de los pagos a la UNRWA.

Las pruebas citadas por Nicaragua en apoyo de su denuncia son abrumadoras e irrefutables.

El caso detalla cómo Israel ha actuado contra la población civil palestina con total desprecio del derecho internacional humanitario desde los primeros días de la guerra. Como prueba, cita numerosas declaraciones de representantes de la ONU y organizaciones de derechos humanos, así como del propio Gobierno israelí.

La denuncia continúa:

Mientras las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales deploraban los actos ilegales israelíes, el canciller alemán reiteró el 12 de octubre de 2023 el pleno apoyo de Alemania a la campaña militar de Israel, que ya era manifiestamente indiscriminada. En un discurso ante el Bundestag [Parlamento] alemán declaró que “en este momento, [solo] había un lugar para Alemania: del lado de Israel. Esto es lo que queremos decir cuando afirmamos que la seguridad de Israel es una raison d'État alemana'.

A continuación, la denuncia muestra cómo Alemania incrementó su apoyo a Israel cuanto más evidente se hacía la orientación genocida de la guerra. A pesar de que el ejército israelí ha matado al menos a 33.000 palestinos, entre ellos 14.500 niños y casi 10.000 mujeres, mientras sometía deliberadamente a la población a una hambruna y arrasaba amplias zonas de la Franja de Gaza, destruía hospitales, universidades y escuelas y asesinaba a cientos de periodistas, trabajadores sanitarios y humanitarios, Alemania siguió aumentando sus suministros de armas.

“A principios de noviembre de 2023, se informó ampliamente de que las aprobaciones de exportaciones de defensa alemanas a Israel se habían multiplicado casi por diez en comparación con el año anterior, alcanzando los 303 millones de euros en equipos de defensa”, señala la denuncia.

Según un nuevo estudio de la agencia de investigación Forensis, Alemania es el segundo proveedor de armas de Israel, por detrás de Estados Unidos. En los últimos cinco años, ha representado el 30 por ciento de todas las importaciones de armas israelíes, y el año pasado incluso el 47 por ciento. Desde 2003, Alemania ha concedido 4.427 licencias de exportación de armas a Israel por un valor total de 3.300 millones de euros. Muchas de estas armas se utilizan en Gaza.

“De todo lo anterior se desprende claramente que Alemania ha prestado y sigue prestando apoyo político, financiero y militar a Israel con pleno conocimiento de que Israel está cometiendo plausiblemente graves violaciones del derecho internacional, facilitadas por dicho apoyo, y haciendo caso omiso de las propias obligaciones de Alemania”, concluye la denuncia.

En los alegatos orales presentados el lunes en apoyo de la demanda, los abogados también abordaron la historia de la guerra actual: la expulsión de los palestinos en 1948 y la política de ocupación israelí desde 1967, así como la intrascendente defensa de una solución de dos Estados y la aceptación de la brutal e ilegal política de ocupación israelí y de construcción de asentamientos en Cisjordania por parte de Alemania y otros aliados de Israel.

El Gobierno alemán reaccionó con extremo nerviosismo ante la demanda de Nicaragua. Desplegó un equipo de abogados de primera categoría, entre ellos cuatro catedráticos de Derecho de Alemania, Escocia, Inglaterra e Italia. La jefa del departamento jurídico del Ministerio de Asuntos Exteriores, Tania von Uslar-Gleichen, calificó las acusaciones ante el tribunal de “infundadas”, añadiendo que carecían de toda base jurídica y fáctica.

Pero en cuanto al contenido, la parte alemana, que tomó la palabra en La Haya el martes, no pudo refutar la denuncia. En su lugar, recurrió a excusas y maniobras legales. Alegaron que los suministros de armas –incluidos drones de combate, buques de guerra, municiones y motores de tanques— eran armamento general y no armas de guerra que pudieran utilizarse en combate. Desde el pasado octubre, solo se había aprobado el suministro de armas de prueba y cascos, añadieron.

Al mismo tiempo, los representantes alemanes intentaron retrasar el proceso con diversos obstáculos procesales. Por ejemplo, solicitaron continuar la audiencia solo después de que el tribunal se haya pronunciado sobre el caso de genocidio de Sudáfrica contra Israel, lo que podría llevar años.

El Gobierno alemán reaccionó con tanto nerviosismo porque el velo de mentiras y propaganda con el que oculta su complicidad en el genocidio de los palestinos es cada día más endeble. Durante años, ha justificado su apoyo al Estado sionista y al régimen de extrema derecha de Netanyahu, odiado por millones de judíos en Israel y en todo el mundo, haciendo referencia a la responsabilidad de Alemania en el Holocausto.

Cualquiera que proteste contra el genocidio de los palestinos en Alemania es denunciado como antisemita. Se detiene a los manifestantes, se censuran arbitrariamente las consignas. Se cancelan las invitaciones a artistas, se despide a académicos y se expulsa a estudiantes de las universidades. Sin embargo, la resistencia crece. Según una encuesta, el 69 por ciento de la población alemana rechaza la ofensiva militar de Israel en la Franja de Gaza.

Justificar el genocidio de los palestinos con el Holocausto no solo es cínico, sino también mendaz. Los círculos gobernantes de Alemania, que tras la caída de Hitler dejaron en sus cargos de negocios, política, judicatura y el mundo académico a decenas de miles de asesinos en masa y criminales que siguieron moviendo los hilos entre bastidores sin ser molestados, nunca han tratado seriamente de hacer frente a los crímenes nazis.

Su interés en Israel no se basa en la responsabilidad por el Holocausto. Más bien, el Estado sionista sirve de plataforma para avanzar sus intereses imperialistas en Oriente Próximo. Los palestinos son apartados del camino porque se interponen en la realización de estos intereses y de un nuevo reparto de esta región rica en recursos energéticos.

La complicidad de Alemania en el genocidio de los palestinos está inextricablemente ligada al retorno del militarismo alemán. En Ucrania, el Gobierno alemán lleva años operando junto a los admiradores de quienes colaboraron con los nazis y asesinaron a decenas de miles de judíos. La guerra contra Rusia está financiada y dirigida por la OTAN. Alemania es el mayor donante después de Estados Unidos.

El Gobierno pretende que Alemania vuelva a estar “preparada para la guerra” dentro de unos años, es decir, que pueda librar una gran guerra. Para ello, se están desviando decenas de miles de millones de euros del gasto social al presupuesto de guerra, y se está preparando la reintroducción del servicio militar obligatorio. Esto es incompatible con la democracia.

Lo mismo está ocurriendo en todos los demás países imperialistas. La clase dominante se está desplazando bruscamente hacia la derecha en todas partes. La brecha entre ricos y pobres y las rivalidades por las materias primas y los mercados han alcanzado tal nivel que las potencias solo pueden responder con violencia. El hecho de que Alemania, entre todos los países, esté siendo juzgada de nuevo por genocidio es sintomático de este proceso.

Sin embargo, el fallo del tribunal, que se espera para dentro de unas dos semanas, no cambiará esta evolución, aunque decida a favor de Nicaragua. Si bien las sentencias de la CIJ son vinculantes para Alemania, el tribunal no dispone de medios para hacer cumplir sus fallos.

Tampoco es probable que la CIJ, un organismo de las Naciones Unidas, muerda la mano que le da de comer. Georg Nolte, hijo del difunto historiador derechista Ernst Nolte, también es jurista alemán en el tribunal.

El genocidio en Gaza, la guerra en Ucrania, el giro político de la clase dominante hacia la derecha y los ataques al gasto social solo pueden ser detenidos mediante un movimiento independiente de la clase obrera internacional que luche por el derrocamiento del capitalismo y por una sociedad socialista.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 10 de abril de 2024)

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