Durante la última semana, las fuerzas policiales de todo Estados Unidos, trabajando en coordinación con el Gobierno de Biden, han dado palizas y arrestado a cientos de estudiantes y profesores universitarios por oponerse al genocidio que Israel inflige de forma sistemática y deliberada al pueblo palestino.
En sus declaraciones el jueves desde el Despacho Oval, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, respaldó la embestida policial contra las protestas pacíficas, dejando claro que este ataque a los derechos democráticos fundamentales pretende impedir que la población influya en la política estadounidense en Oriente Próximo.
Ante la pregunta “¿Las protestas lo han llevado a reconsiderar alguna de las políticas con respecto a la región?”, Biden declaró categóricamente: “No”.
El mensaje era claro: frente a las protestas en todo el país, el Gobierno de Biden continuará con su política de armar, financiar y apoyar políticamente el genocidio de Gaza y proteger a sus autores.
En este contexto, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reiteró sus planes de llevar a cabo un asalto terrestre contra Rafah, la ciudad más meridional de Gaza donde se refugian más de un millón de desplazados. Netanyahu declaró que el ataque a la ciudad tendría lugar “con o sin” un alto el fuego negociado.
El Gobierno israelí ha informado a Estados Unidos de sus planes para expulsar a la población civil de Rafah antes de la operación militar prevista, obligándola a trasladarse a las ciudades de carpas que ha construido en el centro de Gaza, informó Politico.
“Los soldados están listos esperando”, dijo Fleur Hassan-Nahoum, enviada especial de la Cancillería israelí. “Entraremos en Rafah”.
El mismo día, el Wall Street Journal informó que el Gobierno israelí ha fijado un plazo de una semana para que los dirigentes de Hamás acepten sus exigencias o se enfrenten a la destrucción de Rafah.
Más de 1,2 millones de desplazados se refugian actualmente en la ciudad, huyendo de los incesantes bombardeos e incursiones militares israelíes. Según el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quienes se refugian en Rafah tienen “muy poco que comer, apenas acceso a atención médica, escaso cobijo y ningún lugar seguro al que ir”.
En una declaración el viernes, Guterres advirtió que “un asalto militar a Rafah supondría una escalada intolerable, mataría a miles de civiles más y obligaría a cientos de miles a huir”. El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió de un “baño de sangre” si se produce la invasión prevista, mientras que UNICEF declaró que la invasión de Rafah “traería una catástrofe sobre otra”.
Pero incluso antes de que comience la embestida contra Rafah, la situación en Gaza es catastrófica:
- Al menos 34.622 palestinos han muerto en los últimos siete meses, y miles más han quedado sepultados bajo los escombros de los edificios, lo que significa que el número real de víctimas mortales es superior a 40.000. Al menos 254 trabajadores humanitarios, 492 trabajadores sanitarios y 141 periodistas han muerto por las bombas o las balas israelíes.
- 1,7 millones de personas se han convertido en refugiados, es decir, el 75 por ciento de la población del estrecho enclave. Entre los desplazados a campos de refugiados, en promedio hay un metro cuadrado de espacio por persona.
- Según Naciones Unidas, 1,1 millones de personas se enfrentan a niveles “catastróficos” de inseguridad alimentaria. Más del 30 por ciento de los niños menores de dos años del norte de Gaza sufren desnutrición aguda.
- · Sólo un tercio de los hospitales de Gaza funcionan y lo hacen parcialmente. Las instalaciones “funcionan con capacidades limitadas, desbordadas de pacientes y haciendo frente a una escasez crítica de combustible, medicamentos, suministros y personal”, informa la ONU.
- Se han descubierto fosas comunes en hospitales de toda Gaza, como el Complejo Médico Al Shifa y el Complejo Médico Nasser. Según los informes, sólo en Nasser se han exhumado más de 390 cadáveres, muchos de ellos con señales de ejecución sumaria.
- Todas las instituciones de enseñanza superior han quedado destruidas. El 60 por ciento de los edificios residenciales y el 80 por ciento de los comerciales han resultado dañados o destruidos.
Naciones Unidas ha advertido de que el genocidio de Gaza ya ha hecho retroceder el desarrollo humano en Gaza más de 20 años.
Todo esto ha sido financiado, armado y justificado por la Administración de Biden y sus aliados imperialistas. Hasta la fecha, Estados Unidos ha proporcionado más de 100 envíos separados de armas a Israel, cuyo contenido, que asciende a miles de millones de dólares, no se ha revelado públicamente. El mes pasado, el Congreso autorizó decenas de miles de millones de dólares en armas y financiación adicionales para matar, hacer pasar hambre y desplazar a la población de Gaza.
Además, Estados Unidos está protegiendo activamente a Israel de ser procesado por la Corte Internacional de Justicia. En los últimos días, los medios de comunicación israelíes han informado de que podrían dictarse de forma inminente órdenes de detención de la CIJ contra el ministro de Defensa, Yoav Gallant, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, el teniente general Herzi Halevi, y el primer ministro Benjamín Netanyahu.
Estados Unidos condenó al tribunal, y la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, declaró: “Hemos sido muy claros sobre la investigación de la CIJ. No la apoyamos. No creemos que tengan jurisdicción”.
En vísperas de la ofensiva prevista sobre Rafah, los funcionarios estadounidenses mantienen una intensa coordinación sobre el terreno en Oriente Próximo. El miércoles, el secretario de Estado Antony Blinken visitó Israel para sostener discusiones con el Gobierno, a lo que siguió un viaje del director de la CIA, William Burns, a Egipto.
Durante su viaje, Blinken promovió un acuerdo de transferencia de rehenes, que describió absurdamente como un acuerdo de “alto el fuego”. Blinken calificó la propuesta de “extraordinariamente generosa”, declarando que Hamás es “lo único que se interpone entre la población de Gaza y un alto el fuego”.
Esta propuesta “extraordinariamente generosa” supondría la continuación de la ocupación militar de Gaza, acompañada de la continuación de la inanición deliberada de la población de Gaza por parte de Israel. De hecho, el objetivo de las declaraciones de Blinken era culpar a los propios palestinos del ataque previsto por Israel contra Rafah.
El imperialismo estadounidense ve la “solución final de la cuestión palestina” como un elemento integral de sus esfuerzos por reorganizar Oriente Próximo bajo la dominación imperialista como parte de la escalada de la guerra estadounidense contra Rusia y China.
En todo el mundo, millones han participado en protestas masivas contra el genocidio de Gaza. Es urgente fusionar estas protestas masivas con la lucha más amplia contra la guerra y la lucha de los trabajadores de todos los países en defensa de sus puestos de trabajo y su nivel de vida. Un hito de esta lucha será el acto en línea del 4 de mayo de 2024 para celebrar el Día Internacional de los Trabajadores. Instamos a todos los trabajadores y jóvenes a asistir y difundir este evento como un paso crítico en la lucha contra el genocidio de Gaza y el estallido de una guerra imperialista global.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 4 de mayo de 2024)