Español

El NPA Pablista respalda el Nuevo Frente Popular proguerra en las elecciones anticipadas francesas

Al unirse al Nuevo Frente Popular formado por el partido Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon y el, vinculado a las grandes empresas, Partido Socialista (PS) después de que el presidente Emmanuel Macron convocara elecciones anticipadas para el 7 de julio, el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) se ha desenmascarando nuevamente como una herramienta del imperialismo. Está empujando a los trabajadores detrás de la trampa política tendida por Mélenchon y el ex presidente del PS François Hollande, que pretenden intensificar la guerra con Rusia en el extranjero y la guerra de clases en el interior.

Jean-Luc Melenchon comenta sobre los resultados preliminares de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en París, Francia, el domingo 10 de abril de 2022.

El NPA justifica su apoyo a la alianza, argumentando que así se construirá la unidad de la izquierda contra el peligro de que la neofascista Agrupación Nacional (RN) llegue al poder. La RN ahora tiene un apoyo creciente en la clase dominante, particularmente en la facción del partido Los Republicanos (LR) en torno a Eric Ciotti que llama a alianzas con La RN. El NPA señala:

En este momento, cuando la RN y sus aliados están en condiciones de tomar el poder, el Frente Popular está dando esperanza a la izquierda social y política contra las reformas neoliberales, y a las luchas antirracistas, ecológicas, feministas, LGBTI y a todos los movimientos por la igualdad de derechos. …

La victoria contra la extrema derecha y Macron solo es posible a condición de una gran movilización de la población, especialmente en los lugares de trabajo, los barrios populares y la juventud. El movimiento sindical, las luchas ambientales, el movimiento feminista, el movimiento de solidaridad con Palestina, las luchas decoloniales y antirracistas, deben nutrir profundamente el programa del Frente Popular. Deben constituir su fuerza viva.

Pero el Nuevo Frente Popular no es ninguna gran esperanza para la izquierda. Al apoyarlo, el NPA se une a la restauración derechista de la clase dirigente que Macron pretende llevar a cabo a través de las elecciones anticipadas. Macron convocó sus elecciones anticipadas para el 7 de julio, poco después de que el primer ministro británico, Rishi Sunak, convocara elecciones anticipadas para el 4 de julio, para preparar a la clase dirigente para una escalada masiva de la guerra contra Rusia al mismo tiempo que de la guerra de clases en casa.

Los recién elegidos gobiernos británico y francés enviarán funcionarios a la cumbre de la OTAN del 9 de julio en Washington, que se prepara para mandar tropas a Ucrania para la guerra con Rusia, una política que Macron ha defendido repetidamente. De hecho, el calendario bélico de la OTAN está dictando el calendario electoral en Francia y Gran Bretaña, así como las maniobras políticas del NPA.

La afirmación del NPA de que el Nuevo Frente Popular se nutre de las luchas anticoloniales es una mentira política. Es una alianza con fuerzas como Hollande, un enemigo no disimulado de la clase obrera que reprimió brutalmente las protestas sociales en casa mientras llevaba a cabo guerras neocoloniales desde Siria hasta Mali. El programa del Nuevo Frente Popular llama a fortalecer las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia franceses y a enviar tropas a Ucrania, supuestamente como 'fuerzas de paz'.

El Nuevo Frente Popular no es el Frente Popular de 1934-1938. El Frente Popular no era, hay que decirlo, una fuerza anticolonial. Fue una alianza de partidos estalinistas y socialdemócratas con el burgués y liberal partido Radical. El precio de la alianza con los radicales no era sólo renunciar a la revolución socialista, sino también consentir el dominio de Francia sobre su entonces vasto imperio colonial. Que iba desde Indochina hasta Siria y Argelia. El Frente Popular estaba, sin embargo, muy a la izquierda del Nuevo Frente Popular.

El Nuevo Frente Popular de hoy, a diferencia de su predecesor en la década de 1930, no contiene ningún partido con una base de masas en la clase obrera y ni siquiera tiene la pretensión de proponer grandes reformas sociales como la jornada de 8 horas o las vacaciones pagadas. Es una alianza a favor de la guerra que, si formara un gobierno bajo la presidencia de Macron, reduciría drásticamente el nivel de vida de los trabajadores para armar y preparar a Francia para una 'guerra de alta intensidad' contra Rusia.

En la década de 1930, el movimiento trotskista pudo entrar en la base obrera de masas de la socialdemocracia francesa para llevar a cabo abiertamente un trabajo político opuesto al imperialismo, el colonialismo y el capitalismo.

La decisión del NPA de unirse hoy al Nuevo Frente Popular atestigua su arraigada hostilidad hacia el trotskismo. Se une a una alianza con el PS, un gran partido empresarial fundado en 1971 y que desde entonces ha sido uno de los principales partidos de gobierno del imperialismo francés.

El principal candidato del PS en las elecciones europeas de este mes, Raphaël Glucksmann, negó públicamente el genocidio en Gaza y llamó a armar a Ucrania contra Rusia. De hecho, el PS está en el centro de la intriga bélica imperialista en Ucrania. Bajo el mandato de Hollande, de quien Macron fue ministro de Economía, el PS trabajó con Washington y Berlín para derrocar al presidente ucraniano prorruso Viktor Yanukovich en un golpe de extrema derecha que desencadenó un conflicto en Ucrania que ahora se está escalando rápidamente hacia una guerra nuclear.

El surgimiento del NPA en una alianza abierta con el PS es el resultado de su apoyo, desde su fundación en 2009 basado en un rechazo explícito al trotskismo, a las aventuras militares del imperialismo francés y de la OTAN. Respaldó las guerras en Libia, Siria y Mali y también el golpe de Estado de 2014 en Ucrania. Poco después del estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania hace dos años, el líder del NPA, Olivier Besancenot, viajó a Ucrania. A su regreso a Francia, promovió el armamento por parte de la OTAN del régimen ucraniano y las sanciones financieras contra Rusia como resistencia antifascista, declarando:

Entendemos que los ucranianos están exigiendo entregas de armas, especialmente armas defensivas que permitan tener el control de los cielos. Aquellos con los que hablamos allí subrayan que no planean que fuerzas distintas a las suyas les sustituyan como la resistencia ucraniana. En cuanto a las sanciones económicas, estamos luchando por sanciones contra los oligarcas, pero todavía nos estamos quedando muy cortos. En Gran Bretaña, en Chipre, estamos en sólo el 1 por ciento de lo que se podría hacer.

Este alegato para la guerra con Rusia es una sarta de mentiras que denuncia las pretensiones antifascistas del NPA y de todo el Nuevo Frente Popular. El régimen ucraniano no es un régimen democrático y antifascista, sino una dictadura de extrema derecha. Su presidente, Volodymyr Zelensky, ha suspendido las elecciones y gobierna basado en una red de agencias de inteligencia y milicias de extrema derecha lideradas por operativos leales a la memoria del colaborador nazi ucraniano Stepan Bandera.

Frente a la presentación totalmente fraudulenta por parte del NPA de su política de guerra en Ucrania como una 'esperanza para la izquierda', los trabajadores y la juventud sólo pueden orientarse recurriendo a la historia de las grandes luchas del movimiento trotskista. Un abismo de clase separa el apoyo Pablista a las guerras de la OTAN de la oposición trotskista del Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI) tanto al imperialismo de la OTAN como al régimen capitalista ruso postsoviético.

El Pablismo surgió de una escisión internacional con el CICI, los defensores de la continuidad del trotskismo, en 1953. Michel Pablo y Ernest Mandel rechazaron la concepción marxista de la clase obrera como una fuerza revolucionaria independiente y llamaron al movimiento trotskista a liquidarse en movimientos estalinistas, socialdemócratas o nacionalistas burgueses. Después de la disolución de la URSS en 1991 por la burocracia estalinista, que los Pablistas habían promovido previamente como revolucionaria, se orientó hacia el apoyo a la guerra imperialista, en línea con los intereses de su base de clase media acomodada.

La evolución del NPA desde su fundación en 2009 —durante la cual los Pablistas liquidaron públicamente a su predecesora, la Ligue Communiste Révolutionnaire— ha confirmado la evaluación hecha por el CICI en ese momento en el WSWS. En 2009, explicó:

El verdadero objetivo de la LCR al liquidarse a sí misma es, de hecho, la herencia política de Trotsky: la insistencia en la completa independencia política de la clase obrera, el internacionalismo revolucionario y una oposición irreconciliable a la colaboración con el Estado burgués, las burocracias estalinistas y socialdemócratas, y todas las marcas de nacionalismo burgués y radicalismo pequeñoburgués.

La elección del anticapitalismo por parte de la LCR como ideología rectora es, en el contexto de la política europea y especialmente francesa, un colosal paso hacia atrás y hacia la derecha, hacia lo más barato de la política. Políticamente indistinto, abarca todas las formas de descontento social, independientemente de la base de clase o la orientación. Es un término que puede ser adoptado por amplios sectores de la pequeña burguesía, tanto de izquierda como de derecha, desde el anarquismo propuesto por Pierre-Joseph Proudhon a mediados del siglo XIX hasta las violentas protestas populistas de derecha de Pierre Poujade de mediados del siglo XX.

La escalada de la OTAN y Macron contra Rusia provocará una explosiva oposición de masas. Después de que las encuestas de febrero mostraran que el 68% de los franceses se oponían al llamamiento de Macron a enviar tropas a Ucrania, una encuesta de Eurasia Group mostró que el 88 por ciento de los europeos occidentales se oponen a la escalada y quieren una solución negociada a la guerra de Ucrania. Pero estos hechos son una advertencia urgente. Un movimiento contra la guerra y la dictadura solo puede construirse desde abajo, movilizando a los trabajadores desde la base independientemente de las burocracias sindicales vinculadas a partidos pseudoizquierdistas como el NPA.

La base política de tal movimiento es la lucha del trotskismo contra el estalinismo y el Nuevo Frente Popular. Esto requiere sobre todo construir el Parti de l'égalité socialiste (PES), la sección francesa del CICI, como la oposición trotskista al Nuevo Frente Popular y al NPA. Así como no puede haber socialismo sin democracia, no habrá democracia sin una lucha trotskista de los trabajadores en Francia e internacionalmente por el socialismo.

(Publicado originalmente en inglés el de junio de 224)

Loading