El miércoles, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu se pronunció ante una sesión conjunta del Congreso estadounidense, donde presumió el progreso en el genocidio en Gaza, recibiendo aplausos y cánticos entre los demócratas y republicanos presentes.
El recibimiento de Netanyahu, desafiando la abrumadora oposición popular, representa un hito en el colapso de las formas de gobierno democráticas en Estados Unidos y el respaldo abierto y público por parte del régimen estadounidense del genocidio, la limpieza étnica y la barbarie fascista.
El discurso de Netanyahu y el clamor que recibió recuerdan la aparición de Hitler ante el Reichstag (Parlamento) alemán. Los diputados alemanes que gritaron “¡Heil Hitler!” y los congresistas norteamericanos que ladraron “¡USA!” representan procesos equivalentes.
Netanyahu habló como un criminal de guerra entre criminales de guerra. Las ovaciones bipartidistas para este asesino en masa confirman la observación de Mark Twain, de que “No hay una clase estadounidense característicamente criminal fuera del Congreso”.
Si bien algunos demócratas no participaron en el evento, y la congresista Rashida Tlaib sostuvo un cartel que acusaba a Netanyahu de ser “culpable de genocidio”, no fueron más que gestos vacíos.
La posición real del Partido Demócrata fue resumida por la vicepresidenta Kamala Harris, ahora la candidata demócrata a la presidencia. Harris emitió una declaración el jueves condenando a los “manifestantes antipatriotas” que protestaron el discurso de Netanyahu y declaró, después de reunirse con Netanyahu por separado, “siempre me aseguraré de que Israel pueda defenderse”.
Netanyahu comenzó refiriéndose a la guerra genocida de Israel contra el pueblo de Palestina como un “choque entre la barbarie y la civilización”. El primer ministro israelí quiso dar a entender que hablaba en nombre de la “civilización”. Pero la gran mayoría de la población mundial ve el genocidio de más de nueve meses en Gaza como la encarnación de la barbarie imperialista.
Después de proclamar al Congreso como la “ciudadela de la democracia”, Netanyahu concentró gran parte de su discurso en una feroz denuncia de los manifestantes contra el genocidio por ejercer sus derechos de la Primera Enmienda.
Netanyahu condenó las protestas pacíficas contra su Gobierno, llamando a los estadounidenses que se oponen al genocidio en Gaza “los idiotas útiles de Irán”. Añadió: “Por lo que sabemos, Irán está financiando las protestas contra Israel que están ocurriendo en este momento fuera de este edificio”. Las protestas, afirmó, estaban motivadas por el “antisemitismo”.
El hecho de que muchos judíos han estado a la vanguardia de las protestas es una verdad incómoda que Netanyahu, en su “gran mentira”, optó por ignorar. Los que protestan no están motivados por el antisemitismo, sino por la oposición a los crímenes monumentales que Israel está llevando a cabo.
Netanyahu se dirigió al Congreso a la sombra de las acusaciones de “asesinato” y “exterminio” presentadas el mes pasado por el fiscal principal de la Corte Penal Internacional y un fallo la semana pasada de la Corte Internacional de Justicia de que la ocupación israelí de los territorios palestinos es ilegal. En respuesta a estas sentencias, Netanyahu condenó el derecho internacional y afirmó el derecho no solo de Israel, sino también de los Estados Unidos, a cometer crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad.
Estas instituciones, afirmó Netanyahu, estaban participando en una nueva “calumnia sangrienta” contra Israel.
Para defender sus afirmaciones, Netanyahu recurrió a mentiras asombrosas, incluso alegando que el número de civiles muertos en Gaza es “prácticamente nulo”.
La cifra oficial de muertos en Gaza desde el 7 de octubre asciende a más de 39.000, mientras que The Lancet ha estimado que podría ser de 186.000 o más. Toda Gaza se encuentra en estado de hambruna, según el relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación.
Pero el hecho de que fuera invitado del todo resulta aún más significativo que su discurso. Ante la oposición masiva de trabajadores y jóvenes en los Estados Unidos y en todo el mundo, los demócratas y republicanos invitaron al jefe de un Estado que está llevando a cabo un genocidio a dirigirse a una sesión conjunta del Congreso, uno de los más altos honores otorgados a un líder extranjero.
En su invitación a protestar el discurso de Netanyahu, el presidente del Consejo Editorial Internacional del World Socialist Web Site, David North, señaló que esto demuestra la verdadera relación entre Israel y Estados Unidos. Netanyahu fue invitado a entregar un “informe de progreso” sobre “cómo la guerra genocida que libra su Gobierno está promoviendo los intereses geopolíticos, financieros y corporativos capitalistas de la clase dominante estadounidense en Oriente Próximo y en todo el mundo”.
Esto no solo fue demostrado por el estruendoso aplauso de los congresistas reunidos, sino en el contenido de los comentarios de Netanyahu.
La segunda mitad del discurso se dedicó a un argumento de que el genocidio en Gaza forma parte de una guerra más amplia liderada por Estados Unidos en todo Oriente Próximo, centrada en particular en Irán.
Declarando a Estados Unidos “el guardián de la civilización occidental y la mayor potencia del mundo”, Netanyahu declaró: “Si recuerdas una cosa, una sola cosa de este discurso, recuerda esto: nuestros enemigos son tus enemigos, nuestra lucha es tu lucha y nuestra victoria será tu victoria”.
Añadió: “Irán entiende que, para desafiar verdaderamente a Estados Unidos, primero debe conquistar Oriente Próximo... Sin embargo, en el corazón de Oriente Próximo, interponiéndose en el camino de Irán, está ... el Estado de Israel”.
De hecho, la realidad se invierte. El imperialismo estadounidense ve la “solución final al problema palestino” como un primer paso en una guerra contra Irán, que a su vez es parte de la escalada de la guerra contra Rusia y el conflicto en desarrollo con China.
Netanyahu explicó que al permitir que Israel perpetre crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad, limpieza étnica y genocidio, el imperialismo estadounidense también estará facultado para cometer estos crímenes: “Si las manos de Israel están atadas, Estados Unidos es el siguiente”.
A menos de tres meses y medio de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, todo el sistema político estadounidense está sumido en una crisis extrema. Trump, que apenas sobrevivió a un intento de asesinato, preside un Partido Republicano que está sumido en la reacción fascista. El presidente del país, Biden, acaba de anunciar su retirada como candidato por el Partido Demócrata, a favor de Harris.
Sin embargo, cualesquiera que sean sus diferencias, ambos partidos están unidos en apoyo a la erupción violenta del imperialismo estadounidense, del cual el genocidio en Gaza es un componente clave. Y están unidos en la guerra contra la clase trabajadora en casa.
Mientras Netanyahu pronunciaba su diatriba fascista, el World Socialist Web Site y el Partido Socialista por la Igualdad organizaron una manifestación fuera del Capitolio, donde avanzaron un programa y una perspectiva para oponerse al genocidio y al imperialismo.
En sus declaración durante el evento, David North resumió las conclusiones necesarias que deben derivarse del discurso de Netanyahu, el genocidio en Gaza y el apoyo de toda la élite política:
La construcción de un movimiento contra la guerra requiere la movilización de la clase trabajadora como fuerza internacional. Requiere el establecimiento de la independencia política de la clase trabajadora. Y requiere una perspectiva que no tenga como objetivo a los capitalistas, suplicándoles que adopten una política pacífica, sino que explique a la clase trabajadora que, si quieren poner fin a estos horrores, si quieren asegurarse de su propio futuro, tiene que conquistar el poder.
El WSWS insta a todos sus lectores a ver todos los discursos del mitin y compartirlos lo más ampliamente posible.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 25 de julio de 2024)