La siguiente declaración fue emitida por el Comité de Trabajadores de Base de Boeing. Para obtener más información o unirse al comité, envíe un mensaje de texto al (406) 414-7648, envíe un correo electrónico a boeingworkersrfc@gmail.com o complete el formulario al final de este artículo.
Nosotros, el Comité de Trabajadores de Base de Boeing, hacemos un llamado para el voto NO más amplio posible el miércoles. El acuerdo no cumple con ninguna de nuestras demandas, que hemos dejado claro desde el principio, incluyendo un aumento salarial inmediato del 40 por ciento y la restauración de nuestras pensiones. Ninguna maniobra burocrática puede ocultar el hecho de que es un contrato entreguista y proempresa.
Lo peor se encuentra fuera de las cuatro esquinas de este acuerdo. Después de que se aprobaron los contratos el año pasado en UPS y en la industria automotriz, la gerencia desató recortes masivos de empleos preparados con antelación. Pero Boeing ya ha comenzado esto incluso antes de que firmemos cualquier cosa.
Los 17.000 recortes de empleos a nivel mundial son una declaración de guerra. Quieren reemplazar a una fuerza laboral altamente capacitada y experta con trabajadores eventuales mal pagados al mando de la gerencia. Esta es la razón por la cual han añadido términos como un período de prueba para los nuevos empleados.
Si aceptamos este acuerdo, allanará el camino para más desastres en las aerolíneas Boeing. Somos profesionales altamente capacitados que pasan años familiarizándose con nuestros trabajos, y ya no hay suficientes ingenieros en el piso para abordar problemas de seguridad a medida que surgen. Los problemas de control de calidad abundan debido a decisiones de reducción de costos tomadas en función de los beneficios de la compañía por gerentes con antecedentes en finanzas o recursos humanos, no en ingeniería.
El miércoles, les instamos a todos a enviar este contrato a la basura donde pertenece. Pero después de cinco semanas de huelga, ha quedado claro que necesitamos una nueva estrategia si vamos a ganar. Mientras los burócratas sindicales controlen esta huelga, estamos luchando con ambas manos atadas a la espalda. Ellos tienen una estrategia para la derrota, no para la victoria.
La IAM ni siquiera quería esta huelga desde el principio. Desde el comienzo, el director de Distrito 751, Jon Holden, dijo que el principal objetivo de la IAM era “salvar a Boeing de sí mismo”. Lo que realmente quería decir era que los burócratas querían trabajar con la gerencia para ayudarnos a pagar por una crisis creada por los ejecutivos y accionistas ricos de Boeing.
Esta es la razón por la cual nos han dejado con $250 a la semana en pago de huelga y apenas se molestan en mantener los piquetes. Mientras tanto, están tratando de aislarnos imponiendo un contrato en Textron. Ese contrato es aún peor que el que rechazaron antes de ir a la huelga, y allí los trabajadores sospechan juego sucio en el conteo de votos.
Los burócratas de IAM recibieron órdenes directas del gobierno para poner fin a nuestra huelga. Esta fue la razón por la que la secretaria de Trabajo interina, Julie Su, a quien los burócratas agradecieron por negociar este acuerdo, fue enviada a Seattle la semana pasada. Esta es la misma razón por la que ella y otros funcionarios de la Casa Blanca intervinieron este mes para poner fin a la huelga de los muelles de la Costa Este.
Debemos luchar por el principio de que la base tiene autoridad absoluta, no los oficiales sindicales codeándose con funcionarios de la gerencia y del gobierno. Para establecer esto, proponemos la siguiente estrategia de cuatro puntos:
1. Supervisión de la base sobre el propio voto del miércoles. Muchos recuerdan cómo en 2014 la IAM supuestamente afirmó que aprobamos por poco una extensión de 10 años y la entrega de nuestras pensiones;
2. Fin a todas las conversaciones a puertas cerradas, con control y supervisión de la base sobre todas las sesiones de negociación futuras;
3. Triplicación del pago de huelga a $750 por semana. Los $300 millones en activos de IAM son nuestro dinero, no un fondo de maniobra para los salarios de seis cifras de los burócratas sindicales, y;
4. Movilización de la clase trabajadora en apoyo a nuestra huelga. Debemos desplegarnos en los muelles, las escuelas, las fábricas y otros lugares de trabajo, establecer piquetes informativos y usar otros métodos para instarlos a apoyar nuestra lucha.
La intervención del gobierno es un signo de debilidad, no de fuerza. Los dos partidos grandes empresariales están aterrorizados de que nuestra resistencia inspire a otros. En particular, están preocupados de que estemos amenazando las operaciones de un importante contratista de defensa en vísperas de una guerra nueva e impopular con Irán.
Esto es también por qué toda la clase dominante se está uniendo detrás de Boeing. El director general de Ryanair resumió su perspectiva cuando instó a Boeing a resistir contra nosotros, incluso después de dos accidentes en los 737 de su aerolínea. Las vidas de los pasajeros de avión no son nada comparadas con derrotar las demandas de la clase trabajadora por un nivel de vida digno.
Los ejecutivos de Wall Street pueden controlar enormes cantidades de dinero, pero los trabajadores creamos toda esa riqueza y los superamos en número por millón a uno. Tenemos que apelar a los trabajadores de todo el mundo, no solo por solidaridad moral sino por unidad de lucha, respondiendo a la conspiración corporativa contra nuestra huelga con el poder masivo de la clase trabajadora.
Ellos—la IAM, Boeing y el gobierno—quieren hacernos creer que somos impotentes para conseguir algo mejor. Pero tenemos un apoyo potencial masivo. Los trabajadores de Embraer en Brasil, acaban de rechazar un acuerdo entreguista propio. Los trabajadores de Airbus en Europa están luchando contra los despidos masivos. En otras industrias, los trabajadores también están luchando contra contratos entreguistas, incluidos los de los ferrocarriles, donde recuerdan amargamente cómo el Congreso impuso una prohibición de huelga en 2022.
Si algo se ha demostrado en el último mes, es que el principal obstáculo para nuestra unidad es la dictadura de la burocracia en los sindicatos. Tenemos que conectar un amplio llamamiento con una rebelión de base para transferir el poder del aparato a los propios trabajadores.
Nuestra huelga también ha revelado el hecho de que la sociedad está dividida en dos grandes campos: los trabajadores que crean la riqueza y los capitalistas que viven explotándonos. Nuestra huelga es una lucha sobre quién controla la riqueza de la sociedad, nosotros o ellos.
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(Artículo publicado originalmente en inglés el 21 de octubre de 2024)