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¡Movilicen a los estudiantes y recurran a la clase obrera para defender a los inmigrantes y los derechos democráticos!

Trabajadores y estudiantes protestan contra los ataques a los inmigrantes en San Diego, California, el 2 de febrero de 2025.

Los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social (JEIIS, o IYSSE en inglés) en EE.UU. saluda la creciente ola de huelgas estudiantiles contra el ataque fascista de Trump contra los inmigrantes y los derechos democráticos. Estas protestas, que han estallado en ciudades de todo el país, representan una expresión inicial de la amplia oposición a los intentos de Trump de establecer una dictadura y convertir a los inmigrantes en chivos expiatorios de las crisis generadas por el capitalismo.

Trump ha desplegado al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) para destrozar familias en ciudades y pueblos de todo el país. Su gobierno ha emitido órdenes ejecutivas para prepararse para el despliegue del ejército en suelo estadounidense, transformar Guantánamo en un gigantesco campo de concentración para inmigrantes con 30.000 camas y criminalizar efectivamente la disidencia al hacer que los no ciudadanos sean sujetos a deportación si critican al gobierno o denuncian el genocidio en Gaza.

Ha declarado que el ICE puede realizar redadas en las escuelas, ha intentado despojar a los niños nacidos en EE.UU. de su derecho constitucional a la ciudadanía por nacimiento y está sentando las bases para desplegar al ejército dentro del país. Justifica estas medidas dictatoriales con el absurdo argumento de que la inmigración es una “invasión” y de que nuestros compañeros inmigrantes en las aulas y en el trabajo están librando una guerra contra Estados Unidos.

En los campus de secundaria y universidad, Trump está atacando la libertad de expresión, buscando silenciar a los estudiantes y desmantelar por completo la educación pública. Una de sus órdenes ejecutivas exige que las escuelas primarias enseñen únicamente historia “patriótica”, una maniobra destinada a suprimir la discusión de las luchas pasadas contra la monarquía, la esclavitud y el capitalismo.

Otra orden busca convertir a las universidades en brazos de vigilancia y aplicación de la maquinaria de deportación de Trump, instruyendo a las administraciones escolares a “monitorear e informar actividades” críticas con la “cultura, el gobierno [y] las instituciones” de Estados Unidos. La administración de Trump ha dejado claro que pretende deportar a quienes se opongan al genocidio en Gaza. Como una ominosa señal de lo que está por venir, agentes del Servicio Secreto fueron enviados durante los primeros días de su gobierno para intimidar a un estudiante de primaria de 11 años en Chicago por una publicación en redes sociales criticando al presidente.

Las protestas son necesarias y bienvenidas, pero este movimiento emergente debe contar con una orientación política clara. El Partido Demócrata está al acecho para intervenir—pero solo para sofocar estas protestas, hablar con una fraseología “izquierdista” y desviar la oposición con promesas vacías de reforma.

Fue el Partido Demócrata el que prohibió el asilo, expandió la detención de inmigrantes y deportó a 1,5 millones de personas bajo Biden. Durante décadas, ha trabajado junto con los republicanos para aprobar las mismas leyes que ahora se utilizan para deportar a millones y separar familias. Jugó un papel central en la expansión de la red de campos de detención de inmigrantes en todo el país.

Ahora, los demócratas están colaborando activamente con los ataques de Trump contra los inmigrantes, proporcionando votos clave para su candidata ultraderechista a secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, y ayudando a aprobar la ley antiinmigrante “Laken Riley Act”, que exige la detención de todos los inmigrantes acusados incluso de delitos menores como el hurto en tiendas.

En 2017, los principales demócratas corrieron a los aeropuertos para posar como opositores al veto migratorio de Trump contra países de mayoría musulmana. En 2018, figuras como Alexandria Ocasio-Cortez viajaron a la frontera para hacerse fotos expresando su “enojo” por la política de separación familiar de “tolerancia cero” de Trump.

Pero una vez que las protestas se disiparon y Biden asumió el poder, todo el discurso de los demócratas sobre “abolir el ICE” y “desfinanciar a la policía” fue rápidamente descartado en favor de aumentar el presupuesto de ambas entidades. Los Socialistas Democráticos de Estados Unidos (DSA, por sus siglas en inglés), presentados falsamente como opositores al establishment político, han jugado un papel clave en este proceso. Mientras se presentan como socialistas, han votado junto con el establishment político para financiar las guerras de EE.UU. en el extranjero e ilegalizar las huelgas de los trabajadores ferroviarios.

Por encima de todo, el Partido Demócrata teme que cualquier desafío serio a Trump pueda desencadenar una ola más amplia de oposición social que amenace no solo su gobierno, sino todo el sistema capitalista. Es por esto que figuras como Ocasio-Cortez han centrado sus ataques no en Trump, sino en la oposición de izquierda a Biden, descartando las críticas al Partido Demócrata como “privilegiadas” y “de mala fe”.

La situación política es extremadamente grave y requiere una política seria. El IYSSE es la sección estudiantil y juvenil del Partido Socialista por la Igualdad (PSI, o el SEP en inglés), que ha llamado a la formación de comités en las escuelas, barrios y lugares de trabajo para movilizar a la clase obrera en defensa de los derechos democráticos y oponerse a los esfuerzos de la clase dominante por dividir a los trabajadores según su etnia y estatus migratorio.

En una declaración publicada la semana pasada, el SEP (EE.UU.) explicó que dichos comités deben:

  • Servir como centros de difusión de información y movilización de la oposición masiva contra los ataques dictatoriales de Trump a los inmigrantes y los derechos democráticos.
  • Unir a maestros, estudiantes, padres y trabajadores para organizar respuestas públicas legales contra las redadas del ICE y otras represiones estatales bajo el principio: “Una injuria a uno es una injuria a todos” .
  • Contrarrestar los esfuerzos de ambos partidos de la gran empresa y la burocracia sindical por dividir a los trabajadores según líneas nacionales e inmigratorias.
  • Exponer las mentiras xenófobas de los medios corporativos mediante una campaña de educación política que haga que trabajadores y jóvenes sean plenamente conscientes de la amenaza a la democracia.
  • Orientar a los jóvenes y estudiantes hacia la única fuerza social capaz de liderar la lucha por los derechos democráticos— la clase obrera.

El IYSSE asistirá activamente en la formación de dichos comités, trabajando para enlazarlos a través de escuelas, centros de trabajo y fronteras nacionales en un poderoso movimiento organizado. Lucharemos por introducir un programa socialista que conecte la defensa de los inmigrantes con la lucha por los derechos democráticos y sociales de todos los trabajadores.

Abogaremos por un programa basado en la lucha de clases, que a lo largo de la historia estadounidense ha demostrado ser necesario para unir a los trabajadores de todos los orígenes a fin de aplastar el atraso político y la represión estatal. Nos aseguraremos de que estas lecciones históricas sean introducidas en el movimiento emergente. Sobre esta base, trabajaremos para transformar la defensa de los inmigrantes en una ofensiva de la clase obrera internacional contra Trump y su raíz—el sistema capitalista.

Quienes estén interesados en unirse a esta lucha y establecer un comité para impulsar esta lucha en su escuela—¡únanse a la IYSSE hoy y asuman esta lucha!

(Artículo publicado originalmente en inglés el 5 de febrero de 2025)