Español

El plan Trump-Navarro para la guerra económica global

La última escalada en la guerra económica global del presidente estadounidense Donald Trump fue presentada la semana pasada bajo el lema de “aranceles recíprocos”. Sin embargo, va mucho más allá de lo que esta designación parece implicar.

No se trata simplemente de imponer aranceles a los bienes que ingresan a EE.UU. en una cantidad equivalente a los que el país exportador impone sobre sus importaciones desde América. Eso es solo una pequeña parte del plan de batalla general, el cual involucra represalias por parte de EE.UU. contra cualquier arancel, regulación, impuesto o subsidio de cualquier país que el gobierno considere perjudicial para los intereses de las corporaciones estadounidenses.

Desde la izquierda, el subjefe de gabinete de la Casa Blanca, Stephen Miller, el consejero principal en comercio e industria, Peter Navarro, y el secretario de gabinete de la Casa Blanca, Will Scharf. [AP Photo/Alex Brandon]

La agenda de guerra económica ha sido diseñada en gran medida por Peter Navarro, quien ha sido nombrado consejero principal de Trump en política comercial e industrial, donde trabajará en estrecha colaboración con el designado secretario de Comercio, Howard Lutnick, y el nominado por Trump como representante comercial, Jamieson Greer.

Navarro, conocido por su feroz postura anti-China —en 2011 escribió un libro titulado Death by China ( Muerte por China )—, sirvió en la primera administración de Trump. Sin embargo, allí estuvo aparentemente limitado por otros miembros del gabinete, incluido el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el director del Consejo Económico Nacional, Gary Cohn.

El año pasado, Navarro fue encarcelado por cuatro meses por desacato al Congreso tras negarse a testificar en la investigación sobre el intento de golpe de Estado del 6 de enero de 2021. Su desafío al Congreso en defensa de Trump, junto con su ferviente apoyo a las medidas del expresidente, especialmente aquellas dirigidas contra China, le otorgaron el estatus de lo que algunos han llamado “realeza MAGA”.

Citando a una fuente anónima que, según ellos, ha observado a Navarro durante décadas, el Financial Times (FT) informó: “Es un tipo que básicamente ve una amenaza existencial para EE.UU. en lo económico, militar y geopolítico desde China. Es alguien completamente enfocado en eso”.

Libre de las restricciones que tuvo en la primera administración de Trump, Navarro ha sido desatado. Los resultados son evidentes en el documento de la Casa Blanca titulado “Comercio y Aranceles Recíprocos”, publicado el 13 de febrero.

El documento comienza con la ya conocida queja de que EE.UU. ha sido tratado injustamente, lo que ha resultado en un persistente y amplio déficit comercial anual, mientras que las industrias estadounidenses han soportado la carga de prácticas injustas y el limitado acceso a mercados extranjeros.

Este es un patrón bien establecido. Las potencias imperialistas que planean acciones agresivas siempre buscan presentarse como “víctimas” de las acciones de otros—Hitler utilizó ampliamente este método.

El documento deja en claro que, aunque los aranceles sean el primer tema de respuesta por parte de EE.UU., las represalias se extenderán mucho más allá.

Las medidas que requerirán acción recíproca incluyen “impuestos injustos, discriminatorios o extraterritoriales impuestos por nuestros socios comerciales a empresas, trabajadores y consumidores de EE.UU., incluido el impuesto al valor agregado”.

Los impuestos extraterritoriales se refieren a los intentos de los gobiernos por captar parte de los ingresos generados por las grandes tecnológicas en sus países, como a través de un impuesto a los servicios digitales.

El tema del impuesto al valor agregado (IVA), que se aplica en Europa, ha sido un blanco particular de Navarro. Ha afirmado que el IVA de la Unión Europea es el “ejemplo perfecto” de las medidas que serían abordadas a través de la imposición de aranceles “recíprocos” por parte de EE.UU.

Según Navarro, el IVA “casi triplica la tasa arancelaria de la UE sobre las exportaciones estadounidenses, mientras que al mismo tiempo subvenciona fuertemente las exportaciones europeas”.

El documento especifica que la administración Trump investigará “los costos para las empresas, trabajadores y consumidores estadounidenses derivados de barreras no arancelarias o medidas y prácticas injustas, incluidas las subvenciones y los requisitos regulatorios onerosos para las empresas estadounidenses que operan en otros países”.

La definición de “barreras no arancelarias” o “medidas” subraya el amplio alcance del régimen de represalias con aranceles recíprocos.

Dentro de la definición están incluidas “cualquier medida o política impuesta por el gobierno o barrera no monetaria que restrinja, impida u obstruya el comercio internacional de bienes, incluidas políticas de importación, medidas sanitarias y fitosanitarias, barreras técnicas al comercio, compras gubernamentales, subsidios a la exportación, falta de protección de propiedad intelectual, barreras al comercio digital y conductas anticompetitivas de empresas estatales o privadas permitidas por el gobierno”.

En otras palabras, las políticas internas de cualquier gobierno serán el pretexto para imponer aranceles paralizantes si se considera que afectan de alguna manera a las corporaciones estadounidenses. Esto va mucho más allá de cualquier precedente en la historia económica.

Asimismo, los valores de las monedas también estarán bajo escrutinio y podrían ser objeto de sanciones si sus políticas hacen que “se desvíen de su valor de mercado en perjuicio de los estadounidenses”.

Y, para asegurarse de cubrir todos los frentes, el documento especifica que “cualquier otra acción que, a juicio” de la administración estadounidense, “imponga cualquier limitación injusta al acceso al mercado o cualquier obstáculo estructural a la competencia justa con la economía de mercado de EE.UU.” será objeto de represalias.

El plan también tendrá en cuenta las pérdidas resultantes de “medidas que perjudiquen a EE.UU. en su aplicación, sin importar cómo se llamen o si están escritas o no”.

Las agencias de EE.UU., incluido el departamento de Comercio, el Tesoro y el representante comercial estadounidense, junto con Navarro en su calidad de consejero principal en comercio e industria, presentarán un informe a Trump el 1 de abril.

Incluso antes de la presentación del informe, Trump ya está intensificando la guerra comercial. A principios de esta semana, afirmó que estaba considerando imponer aranceles de aproximadamente un 25 por ciento a las importaciones de automóviles, medicamentos y chips de computación.

“Será del 25 por ciento o más, y aumentará sustancialmente a lo largo del año”, declaró Trump en referencia a los chips y los medicamentos. Dijo que quería dar a las empresas “una pequeña oportunidad” para trasladar sus operaciones a EE.UU.

Dentro de la prensa financiera, al menos, no hay dudas sobre el verdadero significado de la “reciprocidad”.

Como escribió Alan Beattie, corresponsal de comercio para el FT: “‘Reciprocidad’ es simplemente lo que Trump y Navarro deciden que es. EE.UU. se está otorgando múltiples herramientas para imponer cualquier arancel que desee por cualquier razón que pueda inventar, sobre una base legal altamente flexible, con una serie de plazos arbitrarios y fácilmente modificables”.

Se ha señalado que las medidas y planes de Trump destruyen completamente el sistema de comercio global que ha existido desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, la cuestión es aún más grave.

El orden comercial global de la posguerra se estableció para acabar con el sistema de bloques de divisas, bloques comerciales y guerras arancelarias de los años 30, de los cuales la Ley Smoot-Hawley de EE.UU. de 1930 fue un componente clave, y que desempeñó un papel nada menor en la creación de las condiciones para la Segunda Guerra Mundial.

La perspectiva trumpista—una guerra económica contra el resto del mundo—va incluso más allá de las medidas de la década de 1930 y acerca aún más la posibilidad de una tercera guerra mundial.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 20 de febrero de 2025)