14. La división en el congreso de 1903 fue un presagio de la agitación social en Rusia. La Revolución Rusa de 1905 planteó problemas fundamentales de estrategia revolucionaria para la socialdemocracia rusa. A pesar de la derrota de la revolución, los acontecimientos de 1905 demostraron el enorme poder social de la clase trabajadora, la cual encabezó la lucha contra el régimen zarista. Antes de 1905 la evolución de revoluciones era analizada como un proceso nacional cuyo resultado estaba dictado por la lógica de estructuras y relaciones socio-económicas internas. Los teóricos marxistas suponían que la revolución socialista comenzaría en los países capitalistas más desarrollados de Europa (Inglaterra, Alemania y Francia) y que los países menos desarrollados (como Rusia) habrían de atravesar por un largo período de desarrollo económico capitalista y político democrático-burgués antes de estar suficientemente “maduros” para la revolución socialista proletaria. Para esos países generalmente se creía que los partidos marxistas estarían obligados a limitar la lucha revolucionaria al establecimiento de una república democrática bajo el liderazgo político de la burguesía nacional. Esa perspectiva tradicional orientaba a los mencheviques rusos, quienes seguían la estrategia política definida por Plejánov. En la revolución de 1905, sin embargo, la burguesía no se demuestra dispuesta a completar la revolución democrática y se une al Zar en contra de los trabajadores.
15. En oposición a los mencheviques, Lenín sostenía que, debido a la debilidad política de la burguesía, la revolución sería encabezada por la clase trabajadora en alianza con el campesinado. Esta alianza establecería una “dictadura democrática de la clase trabajadora y del campesinado”. Este enunciado ilustraba el empeño de Lenín en adjudicar a la revolución democrática el mayor radicalismo posible (por ejemplo, la destrucción intransigente de todos los vestigios de las relaciones feudales en el campo y la destrucción absoluta del gobierno autocrático). Pero no definía en términos socialistas ni a la revolución ni al tipo de estado que resultaría de ella. La dictadura democrática no necesitaba de un asalto sobre la propiedad capitalista burguesa y, además, era ambigua en cuanto a la distribución del poder entre el proletariado y el campesinado.
16. La Teoría de la Revolución Permanente de Trotsky representa una respuesta más audaz al problema de la revolución democrática en Rusia. Su plan evitaba la ambigüedad que caracterizaba a la fórmula de Lenín, en cuanto a la índole clasista del poder estatal que resultaría del derrocamiento del zarismo.. Trotsky predice que la revolución no se limitaría a tareas democráticas, que ésta asumiría un carácter socialista y que la clase obrera tomaría el poder estatal y establecería su propia dictadura. Según Trotsly, condiciones internacionales y no nacionales determinarán la naturaleza, tareas y resultados de la revolución rusa. Aunque las tareas urgentes que enfrentaban las masas rusas eran de carácter democrático-burgués —el derrocamiento de de la autocracia zarista y la eliminación de los vestigios de las relaciones feudales en el campo— éstas no podían resolverse bajo la dirigencia de la burguesía nacional o dentro del marco de una república democrático-burguesa. Los cambios en la economía mundial y el desarrollo de la clase trabajadora como poderosa fuerza social significaban que revoluciones democráticas en el siglo XX habrían de evolucionar de manera muy diferente a las del siglo XIX. La burguesía rusa, que ya se había integrado al sistema capitalista mundial, era débil y dependía del imperialismo. Las tareas democráticas sólo podían realizarse por medio de una revolución dirigida por la clase trabajadora con el apoyo de las masas campesinas. Una vez en el poder, la clase trabajadora no podría limitarse a sí misma a las tareas democráticas y se vería obligada a instituir medidas socialistas. Además, la revolución social en Rusia no podría mantenerse a sí misma dentro de límites nacionales. Su supervivencia dependería de la expansión de la revolución a países capitalistas avanzados y, posteriormente, al mundo entero. Trotsky escribe en junio de 1905:
“Uniendo todos los países con su método de producción y comercio, el capitalismo ha convertido al mundo entero en un organismo económico y político singular... Esto inmediatamente le da un carácter internacional a los acontecimientos que ahora se despliegan y abre un amplio horizonte. La emancipación política de Rusia, bajo la dirección de la clase trabajadora, elevará a esa clase a alturas desconocidas de la historia, y le concederá poderes y recursos colosales. La convertirá en iniciadora de la eliminación del capitalismo mundial, para lo cual la historia ha creado todas las condiciones objetivas.” [8]
Leon Trotsky, The Permanent Revolution (London: New Park, 1971), p. 239-40