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Perspectiva

Por una coalición internacional para luchar contra la censura del Internet

Una carta abierta del Comité Editorial Internacional del World Socialist Web Site a sitios web, organizaciones y activistas socialistas, izquierdistas, progresistas y contra la guerra

El Gobierno estadounidense, en estrecha colaboración con Google, Facebook, Twitter y otras poderosas corporaciones tecnológicas, está implementando restricciones masivas al acceso a sitios web socialistas, progresistas y antibélicos. Los Gobiernos capitalistas en Europa y alrededor del mundo están ejecutando políticas represivas similares.

El nuevo régimen de censura está siendo combinado con una intensificación de las operaciones de espionaje que buscan monitorear lo que leen, escriben y piensan las personas mientras navegan el Internet. Las acciones de esta alianza del Estado, las agencias militares y de inteligencia y las oligopólicas corporaciones tecnológicas atentan peligrosamente contra la libertad de expresión y otros derechos democráticos básicos.

Detrás de la fachada de eliminar las “noticias falsas” y la “injerencia rusa”, se está erigiendo andamiaje tecnológico del Estado policial capitalista del siglo XXI.

Durante el verano septentrional del 2017, el World Socialist Web Site expuso que Google había estado manipulando resultados de búsqueda desde abril con el propósito de limitar el tráfico a las páginas web izquierdistas. El WSWS reportó una caída de casi 70 por ciento en el número de lectores que llegaban al sitio por medio de búsquedas en Google. De los 150 términos de búsqueda en Google que, hasta abril del 2017, le generaban tráfico al WSWS, 145 de ellos dejaron de hacerlo. La investigación del WSWS también mostró que otros sitios web como globalresearch.ca, consortiumnews.com, counterpunch.org, alternet.com, wikileaks.com y truthdig.com también habían experimentado una caída substancial en su número de visitas de búsquedas en Google.

Por medio de una Carta abierta dirigida a los principales ejecutivos de Google, fechada el 25 de agosto del 2017, David North, el presidente del Comité Editorial del WSWS, escribió:

Una censura de esta magnitud equivale a construir una lista negra política. La obvia intensión del algoritmo empleado por Google es bloquear las noticias que la compañía no quiere reportadas y suprimir las opiniones con las que no concuerda. El manejo de listas negras políticas no es una práctica legítima dentro de las prerrogativas de Google como una empresa comercial. Es además un abuso flagrante de un poder monopólico y un ataque contra el derecho a la libre expresión.

Le demandamos a ustedes y a Google a que eliminen al WSWS de su lista negra y que cesen enteramente su censura de sitios de izquierda, socialistas, antibélicos y progresistas que también se han visto afectados gravemente por sus nuevas políticas discriminatorias de búsqueda.

Google no respondió a esta carta, pero un artículo del 26 de setiembre en el New York Times con los hallazgos del WSWS citó la afirmación de Google “que su algoritmo de búsqueda es sometido a un proceso riguroso de prueba para asegurar de que sus resultados no reflejen un sesgo político, de género, racial o étnico”.

Esta fue una mentira de extremo a extremo. Desde la primera exposición del WSWS, el complejo conformado por el Gobierno, el aparato militar y de inteligencia y las corporaciones tecnológicas no ha escondido el hecho de que procura intensificar sus esfuerzos de censura a nivel global. En diciembre del 2017, el Gobierno de Trump eliminó la neutralidad de la red, mientras que los Gobiernos en Alemania, Francia y otras partes han comenzado a implementar medidas severas contra la libertad de expresión en el Internet. En enero del 2018, Facebook cambió el muro de publicaciones para bloquear el acceso a noticias, específicamente de sitios izquierdistas, con su CEO, Mark Zuckerberg, declarando de forma artera y corporativa propia de la neolengua orwelliana que este cambio iba a hacer que los usuarios “se sientan más conectados y menos solos”.

La amenaza a los derechos democráticos es de gran alcance e inmediata. El desarrollo del Internet en los años noventa creó posibilidades para una expansión vasta en la divulgación de información y las comunicaciones globales. Pero, en respuesta al meteórico ascenso de la desigualdad social, el descontento popular y las tensiones internacionales, los Estados capitalistas y los oligarcas multimillonarios que son dueños y controlan la información, la inteligencia artificial y las tecnologías de la comunicación están transformando el Internet en una herramienta para la vigilancia estatal, la dictadura, el lucro privado y la guerra.

En una declaración enviada al World Socialist Web Site en ocasión del seminario en línea del 16 de enero, Organizando la resistencia a la censura del Internet , el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, advierte correctamente:

Si bien el Internet ha provocado una revolución en la capacidad de las personas para educarse a sí mismas y a los demás, el fenómeno democrático resultante ha sacudido los Establecimientos existentes hasta su núcleo. Google, Facebook y sus equivalentes chinos, integrados socialmente, logísticamente y financieramente con las élites existentes, se han movido para restablecer el control del discurso.

El activista y cineasta, John Pilger, en otro mensaje para la discusión en línea del WSWS, condenó la manipulación de los resultados y algoritmos de búsqueda como “censura de rango” e indicó: “Con los periodistas independientes siendo expulsados de la corriente dominante, la red informática mundial sigue siendo la fuente vital para exposiciones serias y análisis basado en evidencia: periodismo real”.

La burguesía ha identificado el Internet como una amenaza mortal a su monopolización de la información y su habilidad para promover propaganda, a fin de legitimar guerras y legitimar la obscena concentración de riqueza y la extrema desigualdad social. La democracia y el libre intercambio de la información son incompatibles con el capitalismo contemporáneo. Ocho multimillonarios poseen la misma riqueza que la mitad más pobre de la población mundial, alrededor de 3.600 millones de personas. Manteniendo un control total de la economía global, la oligarquía teme que el Internet se convierta en la plataforma de discusión, intercambio de información y organización política de la lucha en todo el mundo contra la explotación capitalista y las guerras imperialistas.

En el 2017, 3.800 millones de personas —el 52 por ciento de la población total del mundo— utilizó el Internet. Esto se compara con 1.000 millones, o 16 por ciento de la población, en el 2005. Más de 70 por ciento de los jóvenes están en línea, un total de 830 millones de ellos, incluyendo a 320 millones en China e India. Las subscripciones a una conexión móvil de banda ancha aumentaron de alrededor de 1.700 millones en el 2012 a 5.000 millones en el 2017, con los mayores aumentos en Asia, África, Oriente Próximo y América Latina. La clase obrera mundial, más grande, más conectada e integrada internacionalmente que nunca, posee un tremendo poder político potencial.

Los argumentos utilizados por la prensa corporativa, el Partido Demócrata y el Republicano para justificar la censura del Internet, el control de la información y el espionaje policial-estatal son una sarta de mentiras. Lo que pretenden en realidad es crear una atmósfera de miedo paranoico y así eliminar derechos democráticos y los procesos debidos legales.

El 17 de enero, el exoficial del FBI y del Ejército de EUA, Clint Watts, le ofreció la siguiente declaración al Senado estadounidense: “Las poblaciones menos educadas por todo el mundo serán particularmente vulnerables a la manipulación de las redes sociales por parte de terroristas y autoritarios”.

La abogada de Facebook, Monika Bickert, también recurrió a un lenguaje orwelliano al señalarle al Senado que, “Estamos encontrando cada vez más formas para menoscabar las noticias falsas y ayudarles a las personas a conectarse a noticias verdaderas. Sabemos que eso es lo que quieren hacer”.

La invocación de “noticias falsas”, al igual que de “injerencia rusa”, es una maniobra fraudulenta. Los demócratas, los republicanos y los propagandistas de los medios corporativos, el New York Times y el Washington Post (propiedad de Jeff Bezos, CEO de Amazon), acusan a los sitios web opositores de involucrarse en la que es realmente la especialidad de estas publicaciones capitalistas, la divulgación de noticias falsas.

No hay mejor ejemplo de esto que las acusaciones fraudulentas de “armas de destrucción masiva” que precedieron la invasión la invasión de Irak en el 2003 y que condujeron a la muerte de más de un millón de personas. La trama completamente infundada sobre “injerencia rusa” está siendo promovida por un Gobierno inmerso permanentemente en guerras, que ha llevado a cabo operaciones de cambios de régimen en todos los continentes y que tiene tropas desplegadas en todo el mundo. La élite gobernante está utilizando estas acusaciones fabricadas para criminalizar como traición el desacuerdo y la publicación de opiniones críticas.

Las guerras imperialistas siempre están acompañadas de represión política. Las semanas después de la entrada de EUA en la Primera Guerra Mundial, el Congreso aprobó la Ley de espionaje y la empleó para encarcelar a socialistas y deportar a inmigrantes radicales. Durante la Segunda Guerra Mundial, el Gobierno les prohibió a los socialistas enviar sus periódicos por correo, enjuició a trotskistas bajo la Ley Smith e internó a 100.000 japoneses en campos de concentración. Luego, enfrentándose a una oposición de masas a la Guerra de Vietnam, las Administraciones de Johnson y Nixon implementaron el infame programa COINTELPRO para espiar a incontables activistas políticos izquierdistas y de los derechos civiles. Desde el 2001, los demócratas y republicanos han puesto en marcha programas de vigilancia masiva a través de la Ley FISA y la Ley Patriota, han creado una red de prisiones clandestinas y protegido a torturadores de la CIA bajo el pretexto de combatir el “terrorismo”.

El ejército estadounidense ve el potencial democrático de las redes sociales como una amenaza importante para sus operaciones. En un documento estratégico del 21 de diciembre del 2016, la Escuela de Guerra del Ejército de EUA escribió, “Las implicaciones de las redes sociales y la rápida circulación de la información (y la desinformación) en una ciudad altamente digitalizada pueden ser profundas… Aquí, en Estados Unidos, la publicación de videos de muertes a manos de la policía ha desencadenado protestas y movimientos políticos significativos”.

En otro documento, publicado en abril del 2017, la misma institución se refirió con temor al hecho de que, “Una población equipada con teléfonos inteligentes y dispuesta a comunicarse entre sí sobre los eventos que suceden en su área es capaz de generar una imagen de los acontecimientos en marcha, a tiempo real y al alcance de toda esa población”.

La magnitud del peligro no debe ser subestimada. El periodista independiente, Chris Hedges, quien participó con David North en el seminario web del WSWS, explicó previamente:

La censura es global. La ley de aplicación de la red en Alemania somete a las compañías de las redes sociales a multas por contenidos presuntamente impugnables. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha prometido eliminar las “noticias falsas” del Internet. Facebook e Instagram han borrado las cuentas de Ramzan Kadyrov, el dictador de la República de Chechenia, por caer una lista de sanciones de EUA. Kadyrov sin duda es repugnante, pero este veto, como la Unión Estadounidense por las Libertades Sociales lo indicó, le da el poder al Gobierno estadounidense para efectivamente censurar contenido. Facebook, colaborando con el Gobierno israelí, ha borrado más de 100 cuentas de activistas palestinos. Esta es una ominosa marcha hacia el mundo orwelliano de la Policía del Pensamiento, la “neolengua” y el “crimen del pensamiento” o, como a Facebook le gusta llamarlo, “descalificar” y “contradiscurso”. [ Truthdig.com, 21 de enero del 2018]

El recrudecimiento de la amenaza a la supervivencia misma de los derechos democráticos elementales tiene que encontrarse con resistencia. Esto exige la organización y coordinación de una amplia coalición contra la censura del Internet y el espionaje. Para este fin, el World Socialist Web Site está organizando la formación de una Coalición Internacional de Sitios Web Socialistas, Progresistas y Contra la Guerra. Alentamos la participación de organizaciones y sitios web socialistas, progresistas y antibélicos, así como activistas y periodistas individuales, que estén dispuestos y preparados para formar una coalición para el propósito en específico de oponerse a la censura en el Internet.

Sin embargo, para que la Coalición Internacional de Sitios Web Socialistas, Progresistas y Contra la Guerra sea efectiva, debe haber un acuerdo sobre un conjunto de principios, que deben incluir:

  • La protección del Internet como una plataforma para la organización política y el libre intercambio de la información, la cultura y los distintos puntos de vista, guiada por el principio de que el Internet es un derecho y tiene que ser libre y estar disponible de forma igualitaria para todos.
  • Una insistencia inflexible en la independencia completa del Internet del control de los Gobiernos y las corporaciones privadas.
  • La defensa incondicional de la neutralidad de la red y el acceso libre, irrestricto e igualitario al Internet.
  • La prohibición e ilegalización de la manipulación gubernamental y corporativa de los algoritmos de búsqueda y procedimientos, incluyendo el uso de evaluadores humanos, que restrinjan y bloqueen la visión pública de las páginas web.
  • La irreconciliable oposición al uso del Internet y la inteligencia artificial para la vigilancia de los usuarios de la red informática.
  • La demanda de poner fin a la persecución de Julian Assange y Edward Snowden y el restablecimiento completo de su libertad personal.
  • La defensa de la transformación de los monopolios corporativos del Internet en utilidades públicas, bajo su control democrático y coordinado internacionalmente, teniendo como fin el servicio de la mayor calidad posible y no el lucro privado.
  • La lucha contra la censura del Internet y la defensa de los derechos democráticos no puede ser avanzada a través de apelaciones a los Gobiernos capitalistas y los partidos y políticos que sirven los intereses de los capitalistas, sino solo por medio de una lucha intransigente contra ellos. Esta lucha es internacional y contraria a toda forma y manifestación de chauvinismo nacional, racismo y militarismo imperialista. Consecuentemente, aquellos verdaderamente comprometidos a la defensa de los derechos democráticos deben dirigir sus esfuerzos a la movilización de la clase obrera en todos los países.

Según estos principios, estás son las tareas esenciales que deberá cumplir esta coalición internacional:

  • Desarrollar una campaña sistemática de exposiciones escritas de la censura del Gobierno y las corporaciones para publicar en el Internet y divulgar tan ampliamente como sea posible y mediante todas las formas disponibles, incluyendo las redes sociales y la distribución de volantes, folletos y panfletos impresos.
  • Ampliemos el conocimiento sobre la amenaza a la libre expresión en el Internet ayudándonos unos a otros en el intercambio de artículos, videos, entrevistas, gráficos y otros contenidos.
  • Organicemos reuniones y grupos de discusión sobre la lucha contra la censura del internet en los lugares de trabajo, las comunidades y las escuelas.
  • Movilicemos nuestros recursos combinados para defender y difundir los sitios web, grupos e individuos que sean blanco de los censores y el Estado.

El acuerdo de estos principios y estas tareas para la coalición será un punto de partida eficaz para el desarrollo de una contraofensiva internacional contra la conspiración de los Gobiernos y las corporaciones para censurar el Internet y destruir los derechos democráticos.

La Coalición Internacional de Sitios Web Socialistas, Progresistas y Contra la Guerra albergará inevitablemente un amplio abanico de opiniones y puntos de vista en conflicto sobre cuestiones políticas. La participación en ella, sin embargo, no requiere una convergencia en una sola línea política. Los sitios web y las organizaciones que participen podrán continuar libremente su propio trabajo independiente.

El World Socialist Web Site no pretende dictar cuál debe ser la política de las otras organizaciones, ni aceptará ninguna limitación a nuestra perspectiva política socialista en aras de una unión carente de principios.

No obstante, el World Socialist Web Site, como representación en línea del Comité Internacional de la Cuarta Internacional, continuará avanzando su programa, políticas y análisis marxistas y socialistas. Buscaremos movilizar el apoyo a la expropiación de los monopolios tecnológicos y el establecimiento del control internacional y democrático del Internet. El WSWS luchará por la comprensión de que una defensa real de la libertad de expresión y todos los derechos democráticos exige una lucha contra las guerras imperialistas, acabar con el sistema capitalista e instaurar una sociedad socialista.

El WSWS enfatizará que la censura del Internet, la cual llevan a cabo los Estados capitalistas y las inmensas corporaciones transnacionales, solo se puede enfrentar con éxito en la medida en que el gran poder de la clase obrera internacional impulse esta batalla. Es crítico establecer un entendimiento en la clase obrera de la conexión inseparable entre la defensa de sus intereses de clase —sus niveles de vida, condiciones laborales, salarios, entre otros— y la defensa de los derechos democráticos. Sin el acceso a noticias y medios sociales alternativos, los trabajadores de los diferentes países no podrán coordinar sus luchas comunes. Un acceso irrestricto al Internet facilitará la unidad internacional de la clase trabajadora en la lucha global por el socialismo, la democracia y la igualdad. El World Socialist Web Site está seguro de que la lucha contra la censura del Internet, como un componente crítico de la defensa de los derechos democráticos, será apoyada con entusiasmo por la clase obrera. Esta es su lucha. No se trata de que su participación es importante a fin de defender la libre expresión; en cambio, la lucha para defender la libre expresión es importante para la clase trabajadora.

Durante nuestro trabajo y las discusiones de coalición, intentaremos ganar a otros a este programa y a este abordaje revolucionario-socialista respecto a la lucha contra el control estatal-corporativo y la censura del Internet.

El World Socialist Web Site urge y le da la bienvenida a todos los sitios, las organizaciones y los activistas socialistas, progresistas y contra la guerra a colaborar con el trabajo de la Coalición Internacional de Sitios Web Socialistas, Progresistas y Contra la Guerra.

Los representantes de los sitios web y las organizaciones interesadas en unirse a la coalición pueden enviar todas sus consultas a endcensorship@wsws.org. Los individuos que quieran participar en el trabajo de la coalición pueden llenar el siguiente formulario.

(Publicado originalmente en inglés el 23 de enero de 2018)

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