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¿Nuevas burocracias sindicales o poder obrero independiente?

Lecciones de la rebelión en Matamoros: Segunda Parte

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Primera ola: Prieto aísla a los trabajadores matamorenses y salva el sindicato de Villafuerte

Tan solo dos días después, el 9 y 10 de enero, los trabajadores de las maquiladoras en Matamoros de Polytech, Dura, Autoliv, Cedros y AFX Industries —afiliados al SJOIIM— comenzaron paros parciales en protesta del no pago de los bonos que usualmente recibían. Los trabajadores comenzaron a presionar a sus delegados sindicales e indagar sobre su contrato, lo que llevó a los gerentes a afirmar que el aumento del salario mínimo de AMLO significaba que los trabajadores habían perdido su bono. Mientras tanto, Juan Villafuerte, líder del SJOIIM, argumentaba que los trabajadores no tenían derecho al aumento salarial del 100 por ciento.

Trabajadores en AFX Industries hacen paro el 10 de enero

El 11 de enero, los trabajadores en Edemsa, APTIV, Parker, Autoliv y otras plantas también llevaron a cabo paros parciales, mientras que se organizó una asamblea masiva a través de las redes sociales para la mañana siguiente. Una trabajadora de autopartes en Trico Componentes, Delfina Martínez, le dijo a reporteros que el aumento del salario mínimo federal “fue un pretexto para que la fábrica no nos pagara lo que normalmente recibíamos cada mes de enero”.

Unos 2.000 trabajadores se reunieron en la plaza principal a las 9 a.m. el día siguiente. Ahí y en reuniones fuera de las plantas, los trabajadores eligieron a representantes de base en cada planta para que los representaran en las negociaciones y para organizar una huelga, incluso cuando los delegados sindicales decían estar “del lado de los trabajadores”.

En internet y en estas reuniones iniciales, el consenso era casi unánime sobre abandonar el sindicato, con algunos argumentando que “no necesitamos sindicato para negociar”. Siendo de repente capaces de comunicarse democráticamente después de que el sindicato bloqueara esto por décadas, los trabajadores comenzaron a plantear sus propias demandas, incluyendo el aumento salarial del 100 por ciento, un regreso a la semana laboral de 40 horas, el bono de 32.000 pesos, la eliminación de las cuotas sindicales equivalentes a 4 por ciento de sus salarios, “sin despidos”, entre otros. Los trabajadores insistieron continuamente en que el aumento y los bonos eran “victorias” que había que defender.

Ante un mar de trabajadores furiosos que irrumpió en las oficinas del sindicato, Villafuerte aceptó el sábado, 12 de enero, negociar un aumento del 20 por ciento y el bono completo, pero ordenó que los trabajadores pospusieran cualquier huelga hasta el miércoles.

Masas de trabajadores entran al sindicato para enfrentar a Villafuerte

Desafiando esto, los trabajadores, comenzando por el comité de base en Autoliv, reunieron dinero para comprarse sus propias banderas rojinegras —el símbolo tradicional de una huelga en México— y las colgaron en los portones de las fábricas. Las huelgas espontáneas o “salvajes” se expandieron a las 48 plantas del SJOIIM en cuestión de horas, lo cual fue seguido por una ardua batalla por convencer a los compañeros de trabajo de todos los turnos a unirse.

Los trabajadores luego organizaron en redes sociales otra asamblea masiva en la plaza para la tarde del miércoles, 16 de enero, para deshacerse del sindicato. Cuando llegó el miércoles, el SJOIIM no estalló a huelga, sino que solo hasta entonces emitió su “emplazamiento” o anuncio a huelga, que legalmente requiere de 6 a 10 días antes del estallido.

Cientos de trabajadores de autopartes en Tridonex, la cual está afiliada a otro sindicato, se unieron a la huelga ese día con una declaración que decía, “Hoy tenemos una única oportunidad que nunca jamás volveremos a tener, todos nosotros los obreros estamos todos en desacuerdo con las injusticias del sindicato y las cuotas que nos quitan semanalmente, hoy podemos luchar por un cambio todos unidos”.

Entre el 11 y 15 de enero, más de 3.000 trabajadores en las maquilas Levolor de Agua Prieta y Stewart Connector Systems en Cananea —dos ciudades fronterizas en el estado de Sonora a pocos kilómetros de Tucson, Arizona— realizaron huelgas salvajes.

La prensa mexicana e internacional respondió a estos acontecimientos con un apagón mediático casi total, temiendo que las huelgas salvajes se propagarían y se unirían.

El miércoles por la tarde, afirmando que los trabajadores la habían invitado a través de las redes sociales, Susana Prieto llegó a Matamoros y tomó control del escenario durante la asamblea de masas. Una de sus primeras declaraciones fue advertir que “el 98 por ciento de las redes sociales es falsa”. Para ese entonces, el World Socialist Web Site había publicado dos artículos sobre la huelga, el 15 y 16 de enero que estaban siendo compartidos y accedidos por miles de trabajadores en huelga por medio de Facebook y durante dicho apagón mediático. Uno de los artículos advertía: “Los trabajadores mexicanos en paro no pueden perder la iniciativa colocando su confianza en ningún político, sindicato o aquellos que afirmen que estas organizaciones corruptas [los sindicatos] pueden ser ‘reformadas’”.

Asamblea de masas en la plaza principal el 16 de enero

Los artículos del WSWS también incluían llamados de trabajadores de Tridonex y Autoliv a favor de una lucha internacional con los trabajadores automotores de EUA y Canadá, junto a un mensaje de trabajadores de autopartes estadounidenses que llamaban a los trabajadores mexicanos a “luchar juntos como una fuerza global unida”.

En este momento crucial, Prieto denunció al SJOIIM y argumentó a favor de las huelgas salvajes en las 48 plantas del SJOIIM, utilizando declaraciones que sonaban radicales como “es tiempo de decidir”, o “donde hay un obrero, hay un líder”.

Luego, afirmó que AMLO “quería chingarse a todos los sindicatos del país. No quería fregárselos él, sino que esperaba que ustedes los chingaran”. Sin embargo, llegó a concluir que: “Este movimiento que ustedes ya hicieron escapa el control de Villafuerte. Ustedes se organizaron solitos. Pero por eso tienen tanto poder porque no pueden emplazar a huelga sino es por un sindicato… Compañeros, tienen que presionar, para empezar, al sindicato. No pueden liberarse de Villafuerte por ahora”.

En otras palabras, cualquier supuesto apoyo a paros o huelgas salvajes que eran técnicamente ilegales —y Prieto incluso marchó con los trabajadores en los próximos días para llamar a que todos los turnos se unieran a la huelga— fue una maniobra fraudulenta para prevenir que se organizaran fuera del sindicato.

El 17 de enero, miles de trabajadores de las maquilas Kemet y APTIV (antiguamente Delphi Automotive, una rama de autopartes de General Motors) en la capital tamaulipeca de Ciudad Victoria se inspiraron en las huelgas de sus compañeros 320 km al noreste en Matamoros e iniciaron paros exigiendo un aumento del 30 por ciento. Ese día, un equipo de reporteros del WSWS fue a la planta de Detroit-Hamtramck de GM y varios proveedores de autopartes en Michigan para discutir la rebelión en Matamoros. Sally, una trabajadora estadounidense, declaró, “¡Necesitamos unirnos! Manténganse firmes”. El WSWS también publicó declaraciones de apoyo de trabajadores de autopartes en Ontario, Canadá.

Un trabajador de Easy Way en Matamoros apeló a través del WSWS a todos los trabajadores de América del Norte: “Unidos podremos lograr vencer a todos esos caciques que se han enriquecido gracias a esa esclavitud en la que vivimos”.

Por el otro lado, Prieto defendió plenamente a Villafuerte en una asamblea masiva el 17 de enero frente a las oficinas del SJOIIM, llamando a los trabajadores “cretinos” e “ignorantes” por denunciar a Villafuerte después de haber emitido el emplazamiento a huelga.

Villafuerte recibe el respaldo de Prieto (crédito: AquíMatamoros, 17 de enero)

El 18 de enero, cientos de trabajadores de APTIV en Reynosa, Tamaulipas, a tan solo 88 km al oeste de Matamoros, fueron despedidos por exigir un aumento del 100 por ciento.

Esa mañana, Prieto tomo un vuelo de vuelta a Ciudad Juárez a través de la Ciudad de México, probablemente para participar en la manifestación que había convocado para el 19. Viajando miles de kilómetros y estando en contacto con trabajadores a lo largo de toda la frontera que se enfrentaban a la misma conspiración de las empresas y el Gobierno de Morena, Prieto no realizó ningún esfuerzo serio para unir estas luchas.

En cambio, Prieto estaba planeando organizar delegaciones de trabajadores para que fueran a la Ciudad de México y Monterrey para reunirse con burócratas sindicales. No hay una explicación inocente para esto: como en 2016, se dedicó a aislar las luchas y mantenerlas encadenadas al aparato sindical, el cual a su vez está atado al Estado y el imperialismo.

Durante las últimas dos semanas de enero, el WSWS publicó 12 distintos artículos con declaraciones de trabajadores de EUA, Canadá, México y Europa expresando apoyo a una lucha conjunta e independiente de los sindicatos —un promedio de un artículo por día—. El 19 de enero, el WSWS advirtió sobre la postura de Prieto: “A pesar de las advertencias de que esta es la única vía ‘legalmente autorizada’, conducirá inevitablemente a un compromiso entreguista con las empresas y una traición por parte del sindicato que dejará a los trabajadores a defenderse solos una vez que las empresas y las autoridades estatales contraataquen vengativamente a los trabajadores más militantes”.

Sin Prieto en la ciudad, lejos de que colapsara el movimiento como ella lo afirmaría luego, los trabajadores tomaron pasos para desarrollar la iniciativa independiente de las bases y amplificar sus llamados de clase. El 18 de enero, el comité de trabajadores de Parker realizó un llamado desde las afueras de la SJOIIM: envíen a “dos personas por maquiladora para que se presenten como comité” para discutir las acciones siguientes. Varias plantas enviaron un comité esa noche.

El día siguiente, los trabajadores de las maquiladoras afiliadas a otros sindicatos, incluyendo Avances Científicos, Varel, Sliding, Fisher Dynamics y otras, realizaron paros exigiendo el 20/32. Docenas de ellos fueron despedidos rápido, mientras que el líder del Sindicato Industrial de Trabajadores en Plantas Maquiladoras y Ensambladoras de Matamoros y su Municipio (SITPME), Jesús Mendoza Reyes, defendió los despidos, llamando a los huelguistas “vándalos” y enviando a la policía y a matones para que amenazaran los piquetes.

El 19 de enero, el WSWS publicó el primer reporte de un trabajador estadounidense, en la planta de ensamblaje de Ford en Flat Rock, Michigan, indicando que la producción se estaba paralizando debido a un faltante de autopartes por la huelga en México. Varios reportes similares de trabajadores en EUA y Canadá en los días y semanas siguientes fueron confirmados por otros medios de comunicación.

Marcha del 20 de enero

El domingo, 20 de enero, los propios trabajadores organizaron una manifestación masiva por toda la ciudad bajo la consigna “Sindicato y empresas matan a la clase obrera”. Su propósito era hacer un llamado a los trabajadores de todo México para que se unieran en “Un día sin obreros” el siguiente día. El llamado fue luego ampliado internacionalmente el lunes, cuando decenas de miles de trabajadores de distintos sindicatos y sectores, junto a estudiantes y jóvenes, marcharon en la mayor manifestación hasta ahora en la rebelión hacia el puente internacional con Brownsville, Texas. Cargando banderas que decían “La jornada de hoy va a pasar a la historia del movimiento obrero, unidos todos de pie”, los trabajadores les gritaron a los trabajadores estadounidenses, “¡gringos, despierten!”.

Sin Prieto para intervenir ese día, el presidente municipal Mario López se vio obligado a pronunciarse ante la multitud cuando llegó a la plaza y defender el “derecho” de las empresas a proteger sus ganancias. Después de que lo abuchearan, el líder del Sindicato Minero en Tamaulipas, Javier Zúñiga García, intervino. “Den la confianza a nuestro presidente”, dijo, “Queremos seguir creyendo en nuestras autoridades. Si vienen Juan Villafuerte y Jesús Mendoza van a tener las mismas garantías que tiene el ciudadano presidente”.

En un momento en que los matones de los sindicatos, la policía estatal y federal, junto a soldados de la Marina, estaban hostigando los piquetes fuera de las fábricas, aparecieron reportes de que los trabajadores habían formado sus propios comités de defensa para proteger a los huelguistas.

Contingente durante marcha del 21 de enero

Los trabajadores también le reportaron al WSWS que sus artículos estaban siendo “leídos por todos” e incluso fueron referenciados en las negociaciones con las empresas. Viendo su capacidad de paralizar la producción por todo el continente y organizarse independientemente, así como para apelar a los trabajadores internacionalmente, los trabajadores estaban sacando conclusiones revolucionarias. La noche del 21 de enero, un trabajador de Dura Automotive dijo en una entrevista publicada tres días después por el WSWS, “Me gustaría que toda la clase obrera del mundo se levantara contra todas las empresas que los tienen reprimidos, agobiados, que los tienen pobres para seguir teniendo mano de obra barata a su disposición”.

El 22 de enero, la principal organización patronal del país, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) pidió a AMLO “su intervención, ya que en este momento de inestabilidad que vive el sector laboral y empresarial de Matamoros, puede traer consecuencias irreversibles para la economía de la región”. Más tarde esa mañana, Villafuerte dijo que “nos unimos a esa petición” a AMLO.

Según el movimiento huelguístico amenazaba con seguir saliéndose del control de la clase gobernante, Prieto regresó ese día y monopolizó el micrófono nuevamente en otra asamblea de masas. El significado completo de sus palabras y acciones debe digerirse. “Necesitamos al Gobierno Federal”, afirmó, haciendo eco a los llamados de los líderes empresariales, antes de invitar al periodista local, Mario Ramos, a hablar. Después de llamar a los trabajadores a no confiar en las publicaciones en redes sociales, lanzó un ataque de 15 minutos contra el socialismo. “Este movimiento no es comunista ni socialista porque no me parece que quieran manchar el movimiento de ustedes pacífico laboral diciendo que son comunistas o que son socialistas”, dijo.

Susana Prieto y Mario Ramos sermonean a los trabajadores sobre los males del socialismo mientras los trabajadores se ríen

Luego, Ramos admitió, “Soy un capitalista, me gusta el dinero”. Prieto asintió y dijo, “a mí también”. Los trabajadores se rieron y gritaron para que Ramos dejara el escenario. Cuando preguntó si podía volver a hablar luego, la multitud respondió en conjunto, “¡No!”.

Durante su conferencia de prensa matutina el día siguiente, el 23 de enero, AMLO respondió al llamado de la CCE y Prieto y se pronunció sobre la huelga en Matamoros: “Parece que los trabajadores rebasaron a sus líderes sindicales y se descontroló el asunto. Aunque no es asunto de atención directa nuestra meternos a la vida sindical, debemos ser respetuosos si estamos buscando el arreglo y la conciliación”.

En otras palabras, el asunto tenía que volver bajo el control de los sindicatos. Según un artículo del 1 de febrero del Associated Press, varios líderes empresariales reportaron que, lejos de no meterse, el Gobierno de Morena “activamente presionó al sindicato en Matamoros para que no buscara el aumento salarial”.

Sin embargo, Prieto respondió a la declaración de AMLO buscando confundir a los trabajadores, indicando, “No creo que el Gobierno federal esté en desacuerdo con lo que está pasando”. Luego, cuando los trabajadores expresaron inquietudes sobre el Gobierno de AMLO y los sindicatos, ella volvió a alegar, “No sigas la basura que lees en las redes sociales” y denunció burlescamente a los trabajadores de tener “opinionitis”. Esto fue interpretado por los mismos trabajadores como una arremetida contra el WSWS.

El 24 de enero, Polytech fue la primera empresa en acordar el 20/32. Al desconfiar en el sindicato, los trabajadores en la mayoría de las plantas le pidieron a Prieto que diera la luz verde sobre la validez legal de cada contrato nuevo.

Unas cuantas plantas más aceptaron el 20/32 poco antes y poco después de que el emplazamiento a huelga del SJOIIM entrara en vigor a las 2 pm el viernes 25 de enero, lo que volvía “legales” las huelgas en las plantas de ese sindicato. A la 1 pm, el subsecretario federal de Trabajo, Alfredo Domínguez Marrufo, y el representante federal en Tamaulipas, José Ramón Gómez Leal, realizaron una rueda de prensa como enviados directos de AMLO a Matamoros y pidieron sin éxito “una prórroga de 10 días o más… que evite un procedimiento de huelga que podría llegar a consecuencias inesperadas”.

Esa mañana, Prieto visitó varias plantas apelando a los trabajadores a no impedir que las empresas sacaran maquinaria y a estar listos a acatar una orden del SJOIIM para posponer el estallido de la huelga. “Este no es el momento para pelearse con sus delegados [sindicales]… los delegados no son más que obreros como ustedes con una licencia para representar”, afirmó. Con el SJOIIM y su posición como líder en juego, Villafuerte decidió no prorrogar el estallido.

El rescate del SJOIIM, estrictamente gracias a Prieto, permitió que la prensa corporativa internacional comenzara a reportar sobre los eventos en Matamoros dejando por fuera la rebelión de las bases obreras contra los sindicatos, un ejemplo que la clase gobernante temía que se expandiera. Después de un silencio total por dos semanas, el Associated Press publicó un artículo el 26 de enero que marcó la pauta para las otras publicaciones, destacando que “El líder del sindicato, Juan Villafuerte, dio gracias a sus miembros que se mantuvieron fuera en la lluvia y el frío, señalando, ‘esperamos que se acabe pronto esta acción laboral’”.

Todavía el apoyo era abrumador entre los trabajadores a organizarse independientemente de los sindicatos, tanto antes como después de que las empresas aceptaran el 20/32. Después de que la huelga se volviera “legal”, un trabajador de Autoliv le comentó al WSWS: “Opino que sí, funcionaron más los comités independientes que el propio sindicato porque el comité independiente venía y decía, ‘Hay esto sobre la mesa, ¿qué hacemos?’, cosa que el sindicato nunca hizo”. El WSWS advirtió que Prieto estaba “socavando el trabajo que los comités independientes de base estaban haciendo, de comunicarse democráticamente con sus compañeros trabajadores y decidiendo sobre los pasos a seguir”.

Las autoridades laborales anunciaron que 13 plantas de autopartes en huelga habían sido calificadas por el TLCAN como sujetas a autoridad federal, lo que significaba que el emplazamiento a huelga emitido a través de la junta local no era válido. El sábado 26 de enero y el domingo, el Gobierno de AMLO hizo que el líder de Morena en el Senado, Ricardo Monreal Ávila, llamara a Villafuerte y Prieto pidiéndoles que terminaran la huelga.

El 27 de enero, Villafuerte les dijo a los trabajadores de Autoliv que Monreal le había dado órdenes provenientes del Gobierno federal para comunicarles la amenaza de que la policía estatal rompería violentamente sus líneas de piquete. Prieto luego llegó hablando con Monreal por celular y advirtiéndole que estaba en altavoz. De todos modos, el senador precedió a decir: “Tampoco vamos a permitir que se caiga la economía en el estado y en el municipio, ya que en la Fiscalía General la denuncia penal [contra los trabajadores], entiendo que están en un proceso de inicio, pero espero que pronto los detengan y los sometan a proceso”.

Reconociendo que Monreal no solo había expuesto las medidas represivas federales contra los trabajadores matamorenses, sino también el carácter antiobrero del Gobierno de Morena, Prieto comenzó a llorar y buscó frenéticamente encubrir sus propias huellas, gritando que apoyó “a Andrés Manuel López Obrador porque creí en él, porque creí que iba a terminar con la corrupción, pero estaba yo pendeja. ¡Son muchos intereses!”. Al difundirse el video del incidente, Monreal emitió una declaración afirmando que esa no era su voz.

El día siguiente, Prieto les manifestó a reporteros que Monreal también le dijo, “te hablo en nombre de nuestro amigo Andrés Manuel… Es necesario que las maquilas trabajen el lunes. Como a ti te tienen confianza, convéncelos, levantan las banderas de huelga”. Ella respondió que los trabajadores la hubieran “linchado” de haber hecho tal propuesta.

Con lágrimas en los ojos tras la llamada con Monreal, Prieto habla con Villafuerte y el representante de la CTM (en el medio)

Al ver tal confirmación de que el Gobierno de AMLO no apoyaba su lucha, los trabajadores apelaron con aún más determinación a sus hermanos y hermanas internacionalmente para que respaldaran su lucha. “Pedimos su apoyo para ser escuchados alrededor del mundo en un grito desesperado pues nuestra economía está en manos de unos cuantos, amenazando nuestra integridad con la fuerza pública”, declaró Rosalinda, una trabajadora en huelga de Kearfott, fabricante de sistemas de navegación para el ejército estadounidense y otros clientes.

El 29 de enero, el WSWS llamó a los trabajadores a no permitir que Prieto ni el sindicato los envíen “de regreso a su trabajo”, añadiendo “Con el apoyo de los sindicatos y el Gobierno, las empresas tratarán de recuperar cualquier concesión en la primera oportunidad disponible, al igual que lo hicieron cuando eliminaron los bonos cuando subió el salario mínimo en diciembre”. También publicó ese día una declaración intitulada “¡Defendamos a los trabajadores de Matamoros! ¡Por una lucha unida de los obreros de EUA, Canadá y México en defensa de nuestros trabajos y por niveles de vida dignos!” del Comité Directivo de la Coalición de Comités Independientes de Base, el cual está compuesto por trabajadores de Estados Unidos que lucha por unir sus luchas internacionalmente y de forma independiente de los sindicatos y la élite política.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 29 de marzo de 2019)

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