En medio de la crisis política explosiva en España causada por la revelación de llamamientos generalizados para un golpe fascista entre los cuerpos españoles de militares, el dirigente de Podemos y vicepresidente del gobierno, Pablo Iglesias, finalmente rompió su silencio el jueves sobre el asunto —pero solo para insistir en que las conspiraciones golpistas fascistas no plantean ninguna amenaza.
Este es un intento políticamente criminal de podemos por adormecer a los trabajadores y los jóvenes ante el peligro creciente del fascismo. Un día antes, Infolibre había filtrado chats de WhatsApp de un grupo de un montón de altos mandos retirados del ejército del aire que proclamaban su lealtad al dictador fascista español Francisco Franco, denunciaban a la izquierda, alardeaban de su contacto estrecho con el estado mayor, e instaban a masacrar al pueblo español. El mayor general retirado Francisco Beca exigió repetidamente una matanza masiva para "extirpar el cáncer", escribiendo: "¡Creo que lo que echo en falta es fusilar a 26 millones de personas!".
La noche anterior a la intervención de Iglesias, el teniente coronel retirado del Ejército del Aire, José Ignacio Domínguez, un antiguo miembro del grupo de chat, estuvo en el programa de radio Hora 25. Allí advirtió, "ha habido y hay un movimiento por un pronunciamiento", es decir, un intento de desplazar la política hacia la derecha amenazando con un golpe de Estado. Hablando de los participantes del chat, Domínguez añadió: "No son monárquicos ni constitucionalistas, son franquistas y defienden la dictadura. No solo hablo de las pasadas, sino también de las futuras. Aspiran a una dictadura".
El jueves por la mañana, sin embargo, Iglesias dio una entrevista en el canal de televisión estatal TVE1 en hora de máxima audiencia para insistir descaradamente en que no se ha revelado nada importante. Dijo, "Lo que digan estos señores, a su edad y ya retirados, en un chat y con algunas copas de más, no plantea ninguna amenaza".
Iglesias intentó tranquilizar al público diciendo que los mensajes de WhatsApp no son "representativos de nuestras fuerzas armadas". Esto había sido contradicho la noche anterior por el teniente coronel Domínguez, quien informó de que el fascismo está vivito y coleando en el ejército español: "El régimen franquista sigue teniendo una gran presencia en el ejército, y Franco sigue siendo una figura respetada".
A pesar de todo, Iglesias insistió en que las amenazas de los mandos en el grupo de WhatsApp no tienen importancia práctica: "Si hubieran hecho esto mientras estaban en activo, evidentemente, habría tenido consecuencias disciplinarias, pero entonces no lo hubieran hecho".
Iglesias dijo que ello era así porque les faltaban "agallas" para agitar en favor de un golpe mientras estaban en activo. Para fundamentar este argumento grotesco, Iglesias citó la autoridad de otro destacado miembro de Podemos, el general retirado del ejército del aire y antiguo jefe del estado mayor conjunto, Julio Rodríguez. Rodríguez, dijo Iglesias, le había dicho que "algunos de los que ahora están diciendo atrocidades, cuando estaban en el ejército le hacían la pelota a cualquiera para seguir ascendiendo [en rango]".
El argumento de Iglesias trivializando el apoyo al fascismo en el ejército está lleno de contradicciones. Si estos mandos habían estado apoyando un golpe fascista desde hacía mucho tiempo pero no tenían las "agallas" para ello, y en cambio se pasaban el tiempo "haciéndole la pelota" a los superiores, esto solo plantea la pregunta: ¿Por qué estos mandos creen ahora que exigir un golpe fascista es una buena manera de "hacerle la pelota" al estado mayor y la clase gobernante?
De hecho, fuerzas poderosas en la política burguesa española están difundiendo y legitimando llamamientos al rey para que apoye un golpe. De hecho, mientras Iglesias y Podemos estaban guardando un silencio confuso después de las revelaciones de Infolibre, el partido fascista Vox estaba defendiendo abiertamente en el Congreso los chats obscenos y fascistas en WhatsApp de los mandos. Aclamando la solicitud de los mandos militares de matar en masa a 26 millones de españoles como luchar por "la unidad de España", la diputada de Vox Macarena Olona dijo: "Por supuesto que son nuestra gente".
Beca era el principal firmante de un grupo de 39 mandos retirados del ejército del aire que le escribieron al rey de España, Felipe VI, para denunciar al gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Podemos elegido en las urnas. Esto se produjo después de otra carta parecida de 73 altos mandos jubilados del ejército, de la que se publicaron algunos fragmentos en El País. Estos mandos han hecho circular ahora otra carta, una vez más denunciando un gobierno de "comunistas" y enfatizando su "juramento de defender la integridad de España y del orden constitucional, dando la vida si fuera necesario".
Iglesias está encubriendo la conspiración golpista fascista porque el propio gobierno del PSOE y Podemos ha sido expuesto efectivamente como criminal. Implementó una política de "inmunidad colectiva" para el COVID-19, imponiendo un regreso al trabajo y a las escuelas que dejó más de 65.000 muertos y 1,5 millones de contagiados en España. Al mismo tiempo, mientras aumentan el desempleo y el hambre, Iglesias se está uniendo a una comisión que les está regalando miles de millones de euros a los bancos y las empresas de los fondos de la UE para rescates.
Iglesias sabe que un movimiento de la clase trabajadora contra la amenaza de un golpe fascista también colisionaría con su propio gobierno. Por lo tanto se está haciendo cómplice de la amenaza de golpe fascista, intentando desesperadamente esconderla del público.
Millones de usuarios de Twitter hicieron de los mensajes fascistas de los generales retirados uno de los principales trending topics (temas de moda) de Twitter el martes. El miércoles, esto fue seguido por el trending hashtag #YoSoyDeLos26Millones, en el que comentaron decenas de miles de personas. Miles más denunciaron al rey por guardar silencio. Hubo muchas referencias al golpe fascista de Franco de 1936, la Guerra Civil española de tres años que siguió, y el asesinato en masa de cientos de miles de trabajadores de izquierdas por parte del régimen franquista tras finalizar la guerra.
Un usuario de Twitter dijo: "Yo sería uno de los primeros. Como mi abuelo. Lo fusilaron solo porque le gustaba hablar y participar en la política. Igual que a mí. Sigue masticando tierra en su fosa común".
Otro dijo: "Yo soy una de las 26 millones de personas que no van a permitir que eso pase de nuevo. Nos tendrán ante ellos".
Iglesias esperó en silencio cuatro días después de la primera publicación de una de las cartas de los mandos fascistas en El País, cuando la ira estaba en ebullición en las redes sociales, antes de posicionarse públicamente sobre el tema. Es evidente que su misión era disminuir la indignación creciente entre los trabajadores y la juventud.
Iglesias en su entrevista promocionó al régimen y especialmente al rey, que todavía no se desmarcó de las cartas, no reveló los firmantes ni reveló otros llamamientos golpistas que hubiere recibido. Iglesias dijo: "No tengo la menor duda de que ni siquiera leerá la carta". Culpó al grupo de WhatsApp por poner al rey "en una situación absurdamente incómoda ... Si unos señores franquistas creen que asociando al jefe del Estado con el franquismo le están haciendo un favor, creo que no entienden que ello contribuye a que cada vez más españoles se sientan republicanos".
Estas son más mentiras. En primer lugar, el rey Felipe y el propio Iglesias sin duda están leyendo intensamente las cartas que los mandos fascistas están enviando. Iglesias tiene un puesto en la comisión que rige el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de España, uno de cuyos principales cometidos es monitorizar las conspiraciones golpistas del ejército. Se sabe que el CNI identificó y paró conspiraciones golpistas por parte del ejército español en 1982, 1985 y 2006. Pocas dudas caben de que el CNI ahora está informándoles sobre los mandos fascistas a Iglesias y a otros cargos del gobierno.
Es más, si Iglesias está descontento con que los mandos militares franquistas estén poniendo al rey en una posición "incómoda", no es que tema a un movimiento para hacer de España una República. Su temor es que la amenaza de una dictadura militar fascista provoque un estallido de huelgas y protestas en la clase trabajadora y el desarrollo de un movimiento político contra el fascismo. Ello inevitablemente amenazaría los intereses de la oligarquía financiera que él defiende.
Estos acontecimientos son una justificación irrefutable del análisis del Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI) del papel reaccionario de los partidos pseudoizquierdistas de la clase media como Podemos. Estos partidos han completado su integración en el establishment militar y de inteligencia. La tarea crítica en la lucha contra la pandemia y el peligro de una dictadura es la construcción de secciones del CICI en España y en todo el mundo, para dirigir una lucha por una ruptura política con Podemos y todos sus satélites políticos, que están implicados en las maniobras de Iglesias.
(Publicado originalmente en inglés el 4 de diciembre de 2020)