En medio de un crecimiento explosivo en las hospitalizaciones por COVID-19, la capital amazónica de Brasil, Manaos, vive días de terror por un colapso del suministro de oxígeno en sus hospitales.
Un ala entera de pacientes del Hospital Universitario murió el jueves por la noche debido a la falta de oxígeno, seis personas en total. Las muertes fueron reportadas por el Ministerio Público de la Federación (MPF), que también manifestó que ese mismo día hubo falta de oxígeno en 200 camas de UCI. El MPF no descarta que otras personas murieran en circunstancias similares.
Las imágenes impactantes de profesionales de la salud desesperados, incapaces de evitar la muerte de sus pacientes, han causado conmoción nacional. Videos de la llegada de tanques de oxígeno a hospitales colapsados, mientras familiares clamaban por la vida de sus seres queridos, circularon en las redes sociales este viernes.
Aunque han llegado nuevos suministros de oxígeno a la ciudad, la situación crítica continúa. Según el Ministerio de Salud, hay 480 personas en fila para recibir una cama de UCI. El especialista en enfermedades infecciosas de Fiocruz Amazonas, Jesem Orellana, informó que “algunos profesionales de la salud esta mañana [el viernes] temían que la cantidad de oxígeno no fuera suficiente para llegar a la medianoche con todos los pacientes adecuadamente ventilados”.
El hospital más grande de Manaos, el 28 de Agosto, fue rodeado por la Policía Militar para evitar que familiares desesperados entraran a la fuerza en la atestada unidad. El supervisor de cirugía del 28 de Agosto, José Francisco dos Santos, dijo al Correio do Povo: “Hay gente muriendo en camillas de ambulancia porque no hay forma de ingresar al hospital ... La mala gestión de la atención de salud por parte del estado es lo que permitió que las cosas llegaran a este punto”.
El Correio do Povo también informó que el hospital está pidiendo a las familias de los pacientes que traigan sus propios tanques de oxígeno. Santos dijo que los médicos están disminuyendo el flujo de oxígeno de los pacientes para hacer frente a la escasez: “Es una medida de emergencia, pero también tiene consecuencias. Los pacientes quedarán con secuelas por permanecer mucho tiempo con bajo flujo de oxígeno. Todavía estamos librando una guerra”.
La empresa responsable del suministro de oxígeno a Manaos, White Martins, declaró que la demanda de oxígeno se ha multiplicado por cinco en los últimos 15 días debido al aumento de las hospitalizaciones. La demanda de oxígeno alcanzó los 70.000 metros cúbicos por día, más del doble de lo que se requirió en el primer pico de la pandemia en mayo, cuando alcanzó los 30.000 metros cúbicos. La capacidad de producción local es de solo 28.000 metros cúbicos.
Mientras los hospitales colapsan sin oxígeno, las tasas de infección aumentan rápidamente. El jueves, el estado de Amazonas registró un récord de 3.816 nuevas infecciones en un solo día, lo que indica que el hacinamiento en el sistema de salud puede alcanzar niveles aún más explosivos.
Un factor ominoso en el aumento de las tasas de infección es la circulación de una nueva cepa brasileña del coronavirus, descubierta en Manaos en diciembre. El Centro Brasil-Reino Unido para el Descubrimiento, Diagnóstico, Genómica y Epidemiología de los (Arbo)virus detectó esta variante del virus en el 42 por ciento de los pacientes infectados examinados en Manaos entre el 15 y el 23 de diciembre.
Los investigadores indican que la cepa tiene características genéticas similares a las nuevas variantes más infecciosas descubiertas recientemente en el Reino Unido y Sudáfrica. El epidemiológico Jesem Orellana dijo a la BBC: “[Es] bastante probable que esta posible nueva variante sea una de las causas de la fuerte propagación viral del COVID-19 en Manaos y, por lo tanto, una amenaza no solo para Brasil, sino para la humanidad”.
La calamitosa situación en Manaos ha provocado ira en todo el país contra la Administración del presidente fascistizante de Brasil, Jair Bolsonaro. La etiqueta #ImpeachmentBolsonaroUrgente exigiendo un juico para destituir urgentemente al mandatario alcanzó el primer lugar en tendencias de Twitter para Brasil
Es innegable que Bolsonaro y su Gobierno tienen una responsabilidad penal por la catástrofe en Manaos, que él niega cínicamente. Con su característico desdén, el presidente declaró a sus seguidores el viernes por la mañana: “Problemas. Siempre estamos haciendo lo que tenemos que hacer. Problema en Manaos. Terrible, el problema en Manaos. Ahora hemos hecho nuestra parte. Recursos, herramientas”.
Además de apoyar sistemáticamente la política de inmunidad colectiva, que es responsable del rebrote en Manaos, Bolsonaro incitó abiertamente a desafiar las órdenes de cierres económicos ante un colapso inminente del sistema de salud de la ciudad.
El 28 de diciembre, en respuesta a una protesta organizada por los empleados de las tiendas, que sirvió de pretexto para que el Gobierno de Amazonas se alejara de las mínimas restricciones implementadas a fin de año, Bolsonaro celebró el hecho de que “en Manaos la gente ignoraba la decreto”, y agregó: “Ya no podemos soportar cierres, medidas más restrictivas que quiebran la economía”.
El Gobierno de Bolsonaro está bajo investigación penal por haber impuesto al sistema de salud de Manaos la administración “preventiva” de cloroquina e ivermectina, ambos medicamentos cuya eficacia no ha sido probada para el tratamiento de COVID-19. Esto sucedió en las últimas semanas, en medio del colapso.
En una carta oficial dirigida al Ayuntamiento de Manaos, el Ministerio de Salud, encabezado por el general Eduardo Pazuello, solicitó visitar los centros de tratamiento del coronavirus el lunes pasado, “para difundir y adoptar un tratamiento temprano como forma de reducir el número de hospitalizaciones y muertes por la enfermedad”.
Continúa el documento: “Aprovechamos para destacar la evidencia científica sobre el papel de los medicamentos antivirales recomendados por el Ministerio de Salud, haciendo inadmisible, dada la gravedad de la situación de salud en Manaos, la no adopción de dicha guías [subrayado nuestro]”.
Habiendo incitado personalmente a las multitudes que desafiaron las restricciones económicas e impuesto el uso de tratamientos anticientíficos, el Gobierno de Bolsonaro también está respondiendo a la calamidad en Manaos promoviendo su campaña militarista.
El vicepresidente de Brasil, el general Hamilton Mourão, indicó que la falta de oxígeno en Manaos estaba directamente relacionada con la falta de recursos para las Fuerzas Armadas, como grandes aviones: “Nos topamos con un momento como este y vemos que no podemos dejar sin capacidades a la que es nuestra última reserva, las Fuerzas Armadas”, declaró.
Como en todas partes del planeta, la lucha contra la pandemia en Brasil ha demostrado ser una lucha de la clase trabajadora contra el capitalismo y el impulso de la clase dominante hacia formas dictatoriales de gobierno.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 16 de enero de 2021)