Esta conferencia fue pronunciada por Marcus Day, un escritor del World Socialist Web Site, en la escuela de verano de 2021 del Partido Socialista por la Igualdad (EE.UU.), que se llevó acabo del 1 al 6 de agosto.
Los eventos de Volvo Trucks este año tienen un significado teórico crucial, político e histórico. Lo que ocurrió constituye la convergencia más importante en décadas entre una gran lucha de trabajadores industriales y el programa y la actividad del movimiento trotskista.
Durante aproximadamente tres meses, casi 3.000 trabajadores de la fábrica de camiones pesados en Dublín, Virginia, lucharon de forma cada vez más consciente tanto contra Volvo, una de las empresas multinacionales más grandes del mundo, como contra el “sindicato” corporativista United Auto Workers (UAW). En una etapa temprana de esta lucha, con la estrecha colaboración, asistencia y aliento del Partido Socialista por la Igualdad (PSI), los trabajadores formaron el Comité de Base de Trabajadores de Volvo (VWRFC, por sus siglas en inglés).
En el curso de la lucha, el VWRFC se convirtió en el punto de reunión de amplios sectores de trabajadores y de su oposición a darles más concesiones a la empresa. En un esfuerzo conjunto con el World Socialist Web Site y la PSI, el VWRFC buscó promover las aspiraciones de los trabajadores, desarrollar su capacidad de lucha, articular sus intereses y demandas y unificar a los trabajadores tanto en la planta de New River Valley (NRV) como en todas las operaciones de Volvo a nivel internacional. El VWRFC y el WSWS combatieron las mentiras y maniobras de Volvo y el UAW y lucharon por abrir un camino para ganar la huelga.
¿Cuál fue el contexto en el que surgió la huelga de Volvo? Durante los últimos tres años, ha habido un número creciente de huelgas y otras formas de lucha de clases a nivel internacional en las que nuestro partido ha desempeñado un papel cada vez más crucial y directo.
A partir de 2018, hubo una ola de huelgas de maestros en varios estados de EE.UU. En 2019, hubo huelgas salvajes de decenas de miles de trabajadores de autopartes en Matamoros, México, a principios del año. En los EE.UU. a principios del otoño de 2019, hubo una huelga de 40.000 trabajadores automotores de GM, durante la cual el partido desarrolló conexiones importantes entre los trabajadores de EE.UU. y los de Silao, México. También hubo huelgas de 20.000 trabajadores de AT&T, la huelga de más de 30.000 maestros de Chicago y la huelga de 3.600 trabajadores de Mack Trucks, que también es propiedad de Volvo. Los trabajadores en lucha entraron casi de inmediato en conflicto con los sindicatos.
Esto fue parte de un resurgimiento global de la lucha de clases que involucró grandes huelgas en Francia y otros países europeos, en India, Brasil y virtualmente en toda América Latina. Estallaron manifestaciones masivas contra la desigualdad y los ataques a los derechos democráticos aparentemente en todos los rincones del mundo.
Como hemos explicado, la pandemia de coronavirus se produjo en estas condiciones de creciente lucha de clases y de crisis política avanzada, actuando como un “evento desencadenante” que acelera e intensifica las contradicciones subyacentes del capitalismo.
A principios de 2020, cuando la enormidad del peligro planteado por la pandemia comenzó a hacerse evidente para las masas, los trabajadores buscaron entrar en acción, desafiando los intentos criminales tanto de las corporaciones como de los sindicatos de sacrificar la salud y las vidas para mantener la producción y mantener el flujo de ganancias. En marzo, hubo huelgas salvajes de los trabajadores automotores que se extendieron desde Italia a España y Canadá, y luego a varias plantas automotrices de EE.UU.
Las consignas y la línea política del CICI se reflejaron cada vez más directamente en estas acciones. La declaración del Partido Socialista por la Igualdad donde exigía el cierre de la industria automotriz para salvar vidas fue leída por decenas de miles de personas a medida que se extendían los paros. Las plantas en Canadá y Estados Unidos donde se llevaron a cabo acciones de protesta fueron aquellas en las que teníamos influencia entre los trabajadores, tras desarrollarla durante varios años.
Solo dos meses después, el asesinato policial de George Floyd en Minneapolis provocó protestas globales masivas, incluyendo las manifestaciones más grandes en la historia de Estados Unidos. Las protestas tuvieron lugar en todas las ciudades importantes de Estados Unidos y en muchas ciudades pequeñas, involucrando a jóvenes, trabajadores y amplios sectores de la población de todas las razas y etnias.
En el transcurso de 2020, el Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI) intervino y buscó dar dirección a una amplia gama de luchas contra las políticas de “inmunidad colectiva” de la clase dominante, trabajando con trabajadores automotores, educadores, trabajadores de Amazon y transportistas para iniciar comités de base independientes de las burocracias sindicales corporativistas.
Nuestro partido ha desempeñado un papel particularmente importante en las luchas de maestros y educadores contra las reaperturas inseguras de escuelas durante los últimos dos años, ayudando a los educadores a establecer comités de seguridad de base en varios estados y ciudades, así como en otros países y contrarrestar las grotescas mentiras de la clase dominante de que los niños son inmunes o no transmiten el coronavirus.
La lucha de clases se expande en 2021
En el transcurso de 2021, las luchas de los trabajadores han adquirido un carácter nuevo y más decidido. Han sido alimentadas por la ira generalizada ante el manejo catastrófico de la pandemia, la devastación social que la acompaña y el crecimiento obsceno de las ganancias corporativas y las fortunas de los milmillonarios que han lucrado de la pandemia. Desde principios del año, han estallado las siguientes huelgas, y algunas aún continúan:
- Trabajadores del mercado Hunts Point en la ciudad de Nueva York
- Enfermeras del hospital San Vicente en Massachusetts
- Trabajadores-estudiantes de posgrado de la Universidad de Columbia y la Universidad de Nueva York
- Trabajadores siderúrgicos de ATI en Pensilvania y otros estados
- Mineros de Warrior Met Coal en Alabama
- Trabajadores petroleros de ExxonMobil sometidos a un cierre patronal en Texas
- Enfermeras y trabajadores estatales del condado de Cook en Chicago y sus alrededores
- Trabajadores de Frito-Lay en Kansas y trabajadores de Pepsi en Indiana
- Trabajadores de Volvo Cars en Bélgica
- Trabajadores eléctricos en Turquía
- Mineros de níquel de Vale y trabajadores de la fundición de Rio Tinto en Canadá
- Trabajadores de plantaciones de té en Sri Lanka
- Constructores navales en Corea del Sur
- Enfermeras de Nueva Zelanda
- Docentes, trabajadores del transporte y trabajadores ferroviarios en Brasil
- Trabajadores de reparto de comida en Alemania
En todas estas luchas, los trabajadores han estado en conflicto con los sindicatos, luchando tanto contra las concesiones que los sindicatos otorgaron anteriormente a los empleadores como las nuevas que buscan imponer.
Este fue el caso de Volvo, donde los trabajadores estaban decididos a revertir las condiciones acordadas anteriormente por el UAW.
En primer lugar, estaba el sistema de salarios y prestaciones de múltiples niveles que el UAW ha ayudado a las corporaciones a expandir hacia las industrias de equipos pesados /agrícolas (Deere, Caterpillar) y automotrices durante los últimos 25 años, repudiando el principio de “igual paga por igual trabajo” por el que habían luchado las generaciones anteriores. El sistema de niveles se ha utilizado como un medio para reducir permanentemente los salarios de los nuevos empleados y reducir las pensiones y otros beneficios. Lo más importante desde el punto de vista de las empresas y el sindicato es que ha servido como una cuña estratégica para enfrentar a diferentes sectores de trabajadores entre ellos mismos en un intento de bloquear una lucha unificada y socavar la solidaridad.
Mientras los salarios de los trabajadores más nuevos en Volvo se redujeron significativamente después de 2011, los aumentos salariales para los trabajadores del “grupo principal”, es decir, los trabajadores “legacy” de mayor antigüedad se congelaron o los aumentos se mantuvieron constantemente por debajo de la inflación, lo que redujo sus salarios reales.
La empresa transfirió continuamente más y más costos la cobertura médica (primas, deducibles, gastos máximos de bolsillo) a los trabajadores, erosionando aún más su salario neto.
Esto no solo afectó a los trabajadores activos, sino también a los jubilados, a quienes se les había prometido que sus costos de atención médica estarían cubiertos después de haber dedicado su vida laboral a la empresa. Los jubilados han sido cada vez más incapaces de vivir de sus ingresos fijos y se han visto obligados a trabajar a los 60, 70 y más años de edad.
Por lo tanto, antes de 2021, la ira se había acumulado en Volvo durante años, particularmente cuando el UAW y la compañía obligaron a los trabajadores a continuar trabajando durante la pandemia, generando miles de millones en ganancias para Volvo y sus accionistas adinerados.
Cabe señalar que nuestros esfuerzos para entrar en contacto con los trabajadores de la planta comenzaron hace más de una década, en 2008, cuando los reporteros del WSWS hablaron con los trabajadores en los piquetes durante una huelga. Continuamos informando sobre las luchas en la fábrica de New River Valley en los años siguientes y extendimos nuestro contacto con los trabajadores de Volvo y Mack.
17 de abril-30 de abril: la primera huelga de Volvo
Como deja en claro cualquier análisis cuidadoso de los eventos, el UAW estaba siguiendo desde el principio un plan para imponer las demandas de Volvo de nuevas concesiones por parte de los trabajadores.
Un factor central fue el apagón casi total de información por parte del UAW sobre sus discusiones con la empresa, que el sindicato continuaría durante los meses de lucha. Si bien el UAW hablaba con poca frecuencia con los trabajadores sobre las “negociaciones”, lo hacía como portavoz de Volvo, transmitiendo las mentiras y amenazas de la gerencia y agregando mentiras y amenazas propias.
A mediados de marzo, el UAW extendió el contrato anterior con la compañía, un acuerdo de concesiones de cinco años impuesto a la fuerza en 2016, por 30 días, desafiando el voto de autorización de huelga del 97 por ciento de los trabajadores y permitiendo a la compañía almacenar camiones.
Con la esperanza de contener y detener la oposición de los trabajadores convocando una huelga limitada y preparando el terreno para imponer un acuerdo, el UAW autorizó una huelga a partir del 17 de abril.
Rápidamente se hizo evidente que existía un amplio interés y receptividad hacia la perspectiva del WSWS entre los trabajadores. El 20 de abril, el artículo escrito por el camarada Ed Hightower, “Los trabajadores de camiones de Volvo en huelga en Virginia exigen recuperar las concesiones respaldadas por el UAW”, fue ampliamente circulado en los grupos de Facebook de los trabajadores de Volvo y Mack Trucks. Los camaradas de la región se pusieron a trabajar contactando sistemáticamente a los trabajadores a través de las redes sociales.
Debido a su anterior trabajo teórico y político, el partido se sensibilizó ante el surgimiento de la oposición de la clase trabajadora en Volvo y anticipó que inevitablemente surgiría un conflicto con el UAW. De este modo, el PSI se movilizó para aprovechar las posibilidades presentes en la situación y brindar un asesoramiento estratégico y táctico crucial y un apoyo organizativo a los trabajadores en su lucha.
Y a medida que expandíamos nuestra red de contactos y comenzábamos a tener discusiones más frecuentes con los trabajadores, el CICI se preparaba simultáneamente para lanzar una importante iniciativa internacional.
El 24 de abril, el CICI publicó la declaración “¡Qué avance la Alianza Internacional Obrera de los Comités de Base!”. Presentó concepciones críticas que guiaron la intervención entre los trabajadores de Volvo. La declaración explicaba:
Para que la clase obrera resista, se debe crear el camino para coordinar sus luchas en distintas fábricas, industrias y países en oposición a la clase gobernante y los sindicatos corporativistas.... El IWA-RFC buscará desarrollar el marco para nuevas formas independientes, democráticas y militantes de organización de las bases de trabajadores en las fábricas, las escuelas y los lugares de trabajo a una escala internacional. La clase obrera está lista para luchar. Pero se encuentra amarrada por las organizaciones burocráticas reaccionarias que suprimen toda expresión de resistencia.... Se deben crear nuevos caminos para la lucha de masas.
La formación del Comitéde Base delosTrabajadores de Volvo
El 30 de abril temprano, un viernes al final de la segunda semana de la huelga, comenzó a correr la voz entre los trabajadores de que el UAW y la empresa habían alcanzado un acuerdo tentativo y que el UAW planeaba suspender la huelga. No se dio a conocer información sobre los términos del acuerdo, lo que provocó una creciente desconfianza y furia entre los trabajadores.
Más tarde ese mismo día, el partido organizó una reunión con un pequeño grupo de trabajadores de Volvo. Después de analizar las maniobras y la duplicidad del UAW, y advertir que su propósito era ingeniar una traición, logramos un acuerdo con los trabajadores de que establecerían los cimientos de un comité de base, así como su apoyo a la publicación de un comunicado llamando a oponerse al sabotaje de la huelga por parte del UAW.
De acuerdo con nuestras preguntas, los trabajadores explicaron durante la reunión lo que sentían que necesitaban para lograr un nivel de vida decente y condiciones de trabajo adecuadas, independientemente del impacto en la rentabilidad de la empresa. Esto lo llevó a la formulación de las siguientes demandas iniciales, que se seguirían desarrollando a lo largo de la lucha:
1. Un aumento salarial general del 25 por ciento para restaurar los ingresos perdidos durante los últimos tres contratos de UAW.
2. La abolición del sistema salarial de niveles múltiples y el restablecimiento del principio de un “igual paga por igual trabajo”.
3. Pagos completos de horas extras más allá de las ocho horas diarias o por trabajo los fines de semana. ¡Sin horas extras obligatorias! Un aviso de un día completo antes de cualquier programación de horas extras, con derecho a negarse sin represalias.
4. El fin de la aceleración y el acoso por parte de la gerencia. No somos reclusos de una prisión, sino trabajadores que se respetan a sí mismos.
5. Control obrero de los protocolos de seguridad y de distanciamiento social para frenar la propagación del COVID-19. El derecho a detener la producción y cerrar la planta para una limpieza completa, con compensación garantizada a los trabajadores, si hay brotes de COVID.
Aquí se deben hacer algunos puntos más amplios sobre los trabajadores que participaron en el comité en varias etapas. Como hemos señalado anteriormente, muchos en esta región en el suroeste de Virginia votaron anteriormente por Trump, incluyendo algunos de esos trabajadores que ocuparían posiciones de liderazgo en el propio comité. También había otros puntos de vista políticos: los que apoyaban a los demócratas, fuera a Biden o Sanders. Otros expresaron políticas anarcosindicalistas. Y también algunos se consideraban socialistas.
Al explicar nuestro programa socialista, no establecimos que debían estar de acuerdo con él como condición para participar en el comité, ni siquiera debían estar de acuerdo con que el UAW estaba más allá de la posibilidad de ser reformado. Lo que se requería era un acuerdo en que era necesaria una lucha por los intereses de los trabajadores y que los trabajadores no podían esperar a que actuara el UAW.
Se llevó a cabo una filtración. Algunos trabajadores que participaron temprano en el comité se volvieron más cercanos con el tiempo. Otros se alejaron, pero luego volvieron a ponerse en contacto más tarde.
Hubo una interacción dinámica entre los trabajadores entrando en lucha y el factor más consciente de la situación, el partido revolucionario. Los camaradas mantuvieron discusiones diarias, continuas y de gran alcance con los trabajadores: escuchando, aprendiendo sobre las condiciones que enfrentaban, cómo cambiaban los sentimientos y estados de ánimo en respuesta a los nuevos acontecimientos.
Los miembros del partido se esforzaron por elevar el nivel de conciencia de los trabajadores, y frecuentemente entraron en conflicto con sus concepciones iniciales y limitadas. Explicamos las fuerzas de clase que actúan detrás de Volvo y el UAW, el papel de Wall Street y el capital financiero. Hubo discusiones sobre la naturaleza del UAW y la degeneración de los sindicatos, la historia de las luchas obreras anteriores, sobre la política de identidades y nuestra campaña contra el “Proyecto 1619” y sobre la Revolución rusa, y qué es realmente el socialismo, en oposición a sus muchas versiones contrahechas y falsificaciones.
A lo largo de nuestras discusiones, enfatizamos la importancia crítica de que los trabajadores desarrollen su propia iniciativa, advirtiéndoles que no depositen ninguna confianza en el UAW.
El UAW y la dirección de la empresa, cada vez más temerosos de la audiencia que estaba recibiendo el WSWS, pretendían sembrar desconfianza por medio provocaciones y tropos anticomunistas. Mientras que esto tuvo cierto impacto, muchos trabajadores llegaron a ver que el WSWS proporcionaba la única información honesta y veraz sobre su lucha, contrarrestando la propaganda de la empresa. Además, muchos trabajadores, y no solo de Volvo, llegaron a ver al WSWS y el PSI como los defensores más consistentes de los intereses de todos los trabajadores de la planta.
Uno de los trabajadores del comité describió después de la huelga el cambio de actitudes entre los que inicialmente se mostraron escépticos con respecto al comité: “Al principio, había muchos detractores sobre el comité. Pero luego todo el mundo decía como, '¿Qué está diciendo el comité? Escuchamos a la gerencia. Escuchamos el UAW. Ahora queremos escuchar lo que dice el comité”. Finalmente, incluso los detractores decían:” El comité es la única fuente de información creíble”.
1 de mayo-16 de mayo: antes de la primera votación delcontrato
En las 72 horas posteriores a las medidas del UAW para poner fin a la primera huelga de Volvo, los estudiantes de posgrado de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York votaron en contra de un acuerdo entreguista respaldado por un sindicato afiliado al UAW, y ExxonMobil inició su cierre patronal de 600 trabajadores petroleros en Beaumont, Texas. Se emitió la primera declaración del Comité de Base de los Trabajadores de Volvo, “¡Detengan el sabotaje del UAW contra nuestra huelga! ¡Sin contrato, no hay trabajo!”, así como una declaración del Boletín de Trabajadores Automotores del WSWS llamando a oponerse al acuerdo vendido del UAW.
Lo que fue más importante aún, el sábado 1 de mayo, el CICI celebró su Mitin Internacional en Línea del Primero de Mayo, elaborando e impulsando el llamado a formar la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base. El evento presentó un análisis exhaustivo de la crisis capitalista global y delineó el programa socialista internacionalista necesario para resolverla.
En Volvo, el UAW pudo poner fin a la primera huelga, pero a medida que comenzó a aparecer información sobre el acuerdo, la indignación se extendió rápidamente entre los trabajadores. Los términos básicos del primer acuerdo, que el UAW casi con certeza recibió de Volvo y acordó antes de que comenzara la primera huelga, se mantuvieron en los acuerdos posteriores, supuestamente nuevos, que contenían modificaciones en gran parte cosméticas. El contrato incluía:
- La continuación del sistema de niveles salariales detrás de a tapadera de una “progresión” de varios años hasta el salario máximo.
- Incrementos onerosos de los costes de la cobertura médica de los trabajadores activos.
- Ataques a la cobertura médica de los jubilados.
- Aumentos salariales por debajo de la inflación, efectivamente recortes salariales, para la parte superior de la escala salarial.
- Ampliación de la jornada y un ataque contra la jornada de ocho horas a través del Horario Laboral Alternativo. La empresa y el UAW afirmarían posteriormente que esto se eliminó en propuestas contractuales posteriores, pero esto está por verse.
Mientras el UAW buscaba vender este acuerdo proempresarial a los trabajadores, el expresidente del UAW, Dennis Williams, quien fue presidente durante la firma del último contrato de Volvo en 2016, estaba siendo sentenciado por su participación en un esquema de malversación de fondos sindicales. La sentencia de su sucesor, Gary Jones, se produciría menos de un mes después, en junio.
Sin lugar a dudas, el escándalo de corrupción del UAW que se prolongó durante años, que demostró de manera irrefutable que el sindicato estaba dirigido por estafadores de cuotas y tomadores de sobornos, contribuyó a alejar aún más a los trabajadores de Volvo del UAW. Sin embargo, lo significativo es que incluso cuando el Gobierno federal ha tratado de concluir su investigación y afirmar que la cúpula del UAW ahora tiene las manos limpias, la desconfianza y la hostilidad de los trabajadores hacia el UAW no ha disminuido, sino que ha aumentado.
Muchos trabajadores de Volvo sospechaban con razón, incluso antes de la lucha contractual, que no había cambiado nada fundamental, y esos sentimientos fueron confirmados por la traición del UAW durante toda la lucha. El trabajo que hemos realizado exponiendo los intereses materiales de la UAW, sus vínculos con el mercado de valores y los ingresos cada vez mayores de los ejecutivos sindicales ha sido un elemento esencial para impulsar ese proceso.
En el período previo a la primera votación del contrato, el secretario-tesorero del UAW, Ray Curry, quien supervisó todo el proceso de aprobación del contrato como jefe del Departamento de Camiones Pesados del UAW, declaró con arrogancia que el contrato se aprobaría “con un 60 por ciento” de votos a favor. En cambio, el 16 de mayo, los trabajadores rechazaron el acuerdo con un 91 por ciento de votos en contra.
Pocos días después, el Comité de Base de Trabajadores de Volvo envió la primera carta abierta al presidente del UAW International, Rory Gamble, a Curry, y al presidente del Local 2069 del UAW, Matt Blondino.
La carta analizó cuidadosamente las maniobras de mentiras del UAW y planteó una serie de demandas dirigidas al UAW:
Primero, no aceptaremos ningún contrato que se negocie a puertas cerradas. Todas las negociaciones deben ser supervisadas por un representante de los trabajadores de base. No aceptaremos otra propuesta contractual preparada a nuestras espaldas, por la sencilla razón de que esto solo produciría otra traición.
En segundo lugar, describimos aquí lo mínimo para un acuerdo que los trabajadores aceptarán:
* Un aumento salarial general del 25 por ciento para restaurar los ingresos perdidos en los últimos tres contratos.
* Mantener las tarifas y coberturas de seguro médico actualizado.
* Beneficios de atención médica totalmente pagados para jubilados, sin copagos ni primas.
* Poner fin al sistema salarial de niveles múltiples y transferir a todos los trabajadores al primer nivel de salarios y prestaciones.
* Eliminar el horario de trabajo alternativo y mantener las reglas de horas extras actualizadas.
* Implementar una cláusula de aumentos salariales según la tasa de inflación para hacer frente a los altos precios de los bienes de consumo.
* Cinco días libres por razones personales para todos los trabajadores, no solo para los empleados asalariados.
* Un bono de $3.500 por ratificación de contrato.
No nos interesa oír hablar de que la empresa no puede “costear” estas demandas. Incluso en medio de nuestra huelga, Volvo reportó $1 mil millones en ganancias solo en los primeros tres meses de 2021. El precio de las acciones se ha duplicado en los últimos 12 meses. Martin Lundstedt, el director ejecutivo, gana 51 millones de dólares al año.
En tercer lugar, cualquier reanudación de la huelga no puede utilizarse para someternos de hambre y hacer que aceptemos el mismo contrato que ya derrotamos. Los huelguistas deben recibir ingresos completos durante y desde el comienzo de cualquier huelga, pagados con el fondo de huelga del UAW de $700 millones que se ha acumulado con el dinero de nuestras cuotas.
Cuarto, no aceptaremos otro intento de imponer un contrato con mentiras y amenazas. Cualquier nuevo acuerdo debe proporcionarse en su totalidad a todos los trabajadores con dos semanas para que lo revisemos y discutamos antes de una votación.
Los trabajadores nos reportaron que la carta se extendió “como un reguero de pólvora” por toda la planta, lo que provocó un aumento significativo de interés en unirse al comité.
Es importante enfatizar que estas demandas no se plantearon desde el punto de vista de reforzar las ilusiones en el UAW, sino más bien de exponer las maniobras y el carácter proempresarial del UAW.
Esto requería que tuviéramos en cuenta el hecho de que, mientras que había una oposición abrumadora hacia los intentos de imponer nuevas concesiones y se había establecido un comité de base, el UAW aún controlaba las negociaciones y continuaba sus esfuerzos para mantener a los trabajadores desinformados y encontrar una manera de alcanzar el acuerdo a sus espaldas.
Además, a pesar de la desconfianza y la hostilidad generalizadas hacia el UAW, aún persistían las ilusiones entre los trabajadores, incluso entre los miembros del comité, sobre la posibilidad de que los ejecutivos del sindicato pudieran verse obligados a regresar con un mejor acuerdo, e incluso de que el UAW pudiera ser reformado. El desafío era encontrar un puente hacia la conciencia de estos trabajadores y una palanca tanto para ayudarlos a desarrollar su propia iniciativa como para animar la incipiente insurrección contra la burocracia sindical.
El 20 de mayo, el día después de que comenzó a circular la carta abierta, el UAW anunció su segundo acuerdo tentativo con Volvo, que ahora era por seis años en lugar de cinco. Ray Curry afirmó falsamente, como lo haría con cada acuerdo posterior, que “logró mejoras aún más sólidas hacia una remuneración, prestaciones y seguridad laboral justas”.
Del 20 de mayo al 6 de junio, cuando los “aspectos destacados” selectivos que presentó el UAW revelaron que el acuerdo era poco diferente del primero, la oposición y la ira aumentaron en el período previo a la votación del segundo acuerdo tentativo. El VWRFC ganaba una audiencia cada vez mayor y más trabajadores lo contactaron. Emitió varias declaraciones durante este período a medida que se desarrollaba la situación, analizando cada nuevo giro en la lucha:
- ¡Organicemos nuestra fábrica desde las bases! (21 de mayo)
- Voten “no” al contrato esclavista (28 de mayo)
- ¡Necesitamos una estrategia para ganar! (4 de junio)
El 6 de junio, el segundo acuerdo tentativo fue nuevamente rechazado abrumadoramente por prácticamente el mismo margen, el 90 por ciento, un rechazo devastador del UAW.
7 de junio al 14 de julio: la segunda huelga
El UAW, viendo el alcance de la oposición y sintiendo que no podría lograr imponer su acuerdo con la compañía sin cambiar sus tácticas, autorizó una nueva huelga a partir del mediodía del 7 de junio.
El mismo día, se publicó el inmensamente importante artículo de perspectiva del camarada David North: “Trabajadores de Volvo Truck en Virginia reanudan piquetes de huelga: un punto decisivo en la lucha de clases de EE.UU. y global”. Colocando la huelga de Volvo en su contexto histórico más amplio, la perspectiva declaró:
En la historia existe la retribución. Por todos los crímenes cometidos por el capitalismo contra la clase obrera en los últimos 40 años, la clase dominante, en el proceso mismo de atacar a la clase obrera y enriquecerse enormemente, ha contemplado una vasta expansión e integración del sistema de producción capitalista. El resultado más significativo y revolucionario de este proceso, impulsado por los asombrosos avances de la ciencia y la tecnología, es el crecimiento masivo de la clase obrera mundial…
Los trabajadores de Volvo en Dublín, Virginia, son muy conscientes de que la corporación, con sede en Gotemburgo, Suecia, emplea a casi 100.000 trabajadores en instalaciones de producción situadas en 18 países diferentes, que abarcan todos los continentes. Muchas de estas instalaciones son interdependientes y requieren un flujo continuo de productos de una planta a otra. En contra de las afirmaciones de la burocracia de que la resistencia a las corporaciones es inútil, los trabajadores se dan cuenta de que su poder potencial es inmenso si se organizan y movilizan globalmente.
Por lo tanto, la cuestión crítica para los trabajadores de Volvo, y la clase obrera en su conjunto, es la de la perspectiva, el programa y el liderazgo.
Casi de inmediato quedó claro que la segunda huelga, que no querían ni la empresa ni el UAW, era diferente de la primera. Franky Marchand, gerente general de la planta de New River Valley, dijo en un comunicado después del rechazo del contrato el 6 de junio que “esta acción es difícil de entender”.
Volvo respondió de manera agresiva y se dispuso a intimidar a los trabajadores y romper su solidaridad. Contó con la asistencia del UAW, que de hecho hizo todo lo posible por desarmar a los trabajadores ante los ataques de la empresa.
La compañía suspendió la cobertura médica y otros seguros, envió cartas de despido y comenzó a traer rompehuelgas, protegidos por la policía. Marchand emitió otra declaración más tarde esa semana diciendo que Volvo no volvería a la mesa de negociaciones hasta que “el proceso para la nueva ronda de negociaciones sea claro para todos”, es decir, hasta que reciba garantías del UAW de que podría lograr la ratificación.
Como explicamos en una serie de declaraciones a lo largo de la lucha, los grupos y publicaciones como la revista Jacobin, los Socialistas Democráticos de Estados Unidos (DSA, por sus siglas en inglés), así como Left Voice y Socialist Alternative, trabajaron en conjunto con los medios corporativos y el UAW para ejecutar un apagón informativo sobre la huelga. En las pocas ocasiones en las que comentaron al respecto, como en el caso de Labor Notes y el programa de radio “Valley Labor Report”, no dijeron nada sobre el VWRFC, minimizaron la traición del UAW y falsificaron lo que estaba sucediendo.
La respuesta de estas organizaciones fue un fenómeno social, que refleja los intereses de clase que representan. Están dirigidas y compuestas en gran parte por sectores privilegiados de la clase media-alta, incluyendo un número cada vez mayor de dirigentes sindicalistas. Como explicamos, “Tanto los aparatos sindicales como las organizaciones pseudoizquierdistas ven la lucha de clases como algo que debe ser altamente regulado y pacificado por ellos, a medida que se enriquecen en el proceso. Por lo tanto, aún no pueden hablar del comienzo de la rebelión de los trabajadores contra las instituciones corporativistas llamadas 'sindicatos', por temor a que se extienda más y destruya estas estructuras”.
Estos intereses sociales y preocupaciones políticas también son la base de su entusiasta promoción de la campaña de sindicalización del sindicato RWDSU en Amazon, una operación de arriba hacia abajo respaldada por los niveles más altos del Estado. Uno puede ver la hipocresía absoluta de estos grupos en su tono y llanto respecto a los esfuerzos de Amazon para bloquear el RWDSU, a través del nefasto y todopoderoso buzón en la planta, y su silencio mortal poco después sobre el brutal y antidemocrático rompimiento de las huelgas por parte de Volvo y el UAW.
Se puede ver el marcado contraste entre la respuesta de las organizaciones de la pseudoizquierda pequeñoburguesa y la de nuestro movimiento.
Nuestro partido internacional intensificó significativamente sus esfuerzos para romper el apagón mediático del UAW y movilizar a los trabajadores en los EE. UU. e internacionalmente. Solo en la primera semana de la huelga, se publicaron declaraciones de apoyo de trabajadores automotrices estadounidenses, mexicanos, indios, británicos y alemanes y otros trabajadores. Se llevaron a cabo varias intervenciones en plantas automotrices en Michigan, así como en Chicago. Trazamos la conexión entre la lucha de los trabajadores en Dublín, Virginia y lo que estaban enfrentando los trabajadores en Detroit y en otros lugares, explicando la necesidad de que los trabajadores formen nuevas organizaciones de base para unirse y coordinar sus luchas.
El 14 de junio, se publicó la segunda carta abierta del VWRFC a Gamble, Curry y Blondino del UAW. La carta planteaba las siguientes preguntas a los ejecutivos del UAW:
* ¿Cuáles son sus demandas en las negociaciones con Volvo?
* ¿Por qué sólo pagan $275 semanales en concepto de huelga?
* ¿Cuál es su estrategia para la victoria?
Después de presentar las demandas de los trabajadores por los recursos necesarios para ganar la lucha (sueldo de huelga equivalente al ingreso total de los trabajadores, la movilización de los trabajadores en Mack y en otros lugares), la carta concluyó:
Exigimos que se trace una línea en la arena, que esta huelga se traduzca en una clara victoria para los trabajadores. Si se les informa de nuestra lucha, los trabajadores de todo el país y, de hecho, de todo el mundo, entenderán que es en interés de todos los trabajadores. Entenderán que esta es una huelga no sólo para nosotros, sino para el futuro. Una lucha exitosa aquí en Volvo fortalecerá a todos los trabajadores de la industria automotriz y, de hecho, a toda la clase obrera.
Si no están preparados para llevar a cabo esta lucha, entonces salgan. Las bases elegirán un comité de negociación y de huelga propio que esté preparado para llevar a cabo la lucha que se requiere.
La carta fue nuevamente leída y circulada por toda la planta y recibió una respuesta entusiasta. El UAW, por su parte, respondió con silencio mientras desarrollaba en segundo plano su plan para lograr imponer el acuerdo.
El partido continuó expandiendo sus esfuerzos para movilizar a los trabajadores en los Estados Unidos e internacionalmente durante la segunda y tercera semana de la huelga.
El 17 de junio, se publicó la columna de perspectiva del camarada Kishore, “¡Rompan el aislamiento de la huelga de los trabajadores de Volvo Trucks en Dublín, Virginia!”.
El 20 de junio, tuvo lugar la primera de las intervenciones del CI entre los trabajadores de Volvo a nivel internacional, con camaradas en Australia distribuyendo material y entrevistando a los trabajadores en las instalaciones de Wacol de Volvo Group en los suburbios occidentales de Brisbane, la capital del estado australiano de Queensland.
El 22 de junio, el llamado para que los trabajadores de Mack y los trabajadores automotrices formaran comités de solidaridad iniciaba con la declaración del Boletínde los Trabajadores Automotores del WSWS: “Trabajadores automotores: ¡Formen comités de base de solidaridad para romper el aislamiento de la huelga en Volvo Trucks!”.
El 25 de junio, un viernes, el UAW anunció que el entonces presidente Rory Gamble dimitiría, preparando el escenario para el nombramiento de Ray Curry. Como explicamos en un perfil, Curry fue y es una “criatura del aparato del UAW, sin la más mínima conexión con las condiciones reales y las luchas de los trabajadores automotores”.
El 1 de julio, el mismo día en que Curry comenzó su mandato como presidente del sindicato —obviamente no es una coincidencia—, el UAW anunció un “nuevo” acuerdo tentativo con Volvo, el tercer acuerdo tentativo. El anuncio del acuerdo fue la primera declaración pública del UAW a nivel nacional sobre la huelga desde su inicio.
Curry dijo sobre el nuevo contrato: “Los miembros de UAW y sus familias tenían fuertes sentimientos sobre la necesidad de mejoras de estabilidad financiera en este contrato y estuvieron dispuestos a hacer huelga no una, sino dos veces, para lograr esas mejoras... Este contrato refleja mejoras significativas respecto a los dos anteriores acuerdos provisionales “. Al igual que con declaraciones anteriores, Curry no intentó explicar la contradicción entre sus afirmaciones de que los acuerdos anteriores eran los mejores que podían obtener para los trabajadores y su afirmación de que el último contrato representaba “mejoras significativas”.
Como antes, el UAW se negó a entregar el contrato completo a todos los miembros y programó una votación para el 9 de julio, aproximadamente una semana después.
El lunes siguiente, 5 de julio, marcó el inicio de la quinta semana de huelga. En este punto, Volvo había comenzado a desacelerar la producción y a tener turnos inactivos en sus plantas de Mack Trucks en Hagerstown, Maryland y Macungie, Pensilvania, que tienen un proceso de fabricación estrechamente interdependiente con la planta de New River Valley, aunque la compañía afirmaría que las desaceleraciones se debían al menos en parte a la escasez de microchips.
El 5 de julio, los trabajadores de ensamblaje de Mack Trucks en Allentown, con quienes nos habíamos estado reuniendo, emitieron una declaración iniciando un comité de base y declarando su solidaridad con los trabajadores de Volvo. Los camaradas en Canadá también distribuyeron panfletos en una planta de Nova Bus, una subsidiaria de Volvo, en Montreal.
Al día siguiente, un equipo del WSWS visitó las plantas de Volvo Cars y Volvo Trucks en Gante, Bélgica, lo que provocó una poderosa respuesta de los trabajadores y declaraciones de solidaridad. De las muchas entrevistas importantes y declaraciones de trabajadores a nivel internacional que publicamos durante la huelga, el artículo y el video producidos sobre esta intervención tuvieron quizás el impacto más significativo en la conciencia de los trabajadores de la planta de New River Valley, así como trabajadores de Mack Trucks. Un trabajador de Mack nos dijo que se conmovió tanto que lloró después de ver el video.
Los esfuerzos del partido para conectar las luchas de los trabajadores a nivel internacional tuvieron un impacto no solo en los trabajadores de Estados Unidos. Apenas dos días después de la intervención en Gante, los trabajadores de Volvo Cars iniciaron una huelga salvaje en contra de un intento de imponer una extensión de su semana laboral de 37,5 a 40 horas, que había acordado el sindicato a sus espaldas. Los paros laborales continuaron hasta el día siguiente.
El 9 de julio, un viernes, los trabajadores de Volvo volvieron a rechazar el contrato respaldado por el UAW, esta vez con un 60 por ciento de votos en contra, a pesar de las amenazas del sindicato sobre las consecuencias. Mientras la votación representó un rechazo devastador del UAW, se estaba volviendo claro que habían crecido las divisiones entre los propios trabajadores en comparación con las votaciones anteriores, y que la presión económica de unos insignificantes $275 a la semana en concepto de huelga estaba comenzando a tener el efecto deseado de erosionar el apoyo a sostener la huelga.
Al mismo tiempo, el rechazo del tercer contrato provocó una grave crisis tanto para Volvo como para la UAW. El gerente general de New River Valley, Franky Marchand, declaró en ese momento que era necesario poner fin de inmediato a la huelga, porque “la pérdida continua de producción representa un riesgo demasiado grande para el futuro de nuestro negocio y nuestras instalaciones”. Después de las reuniones de emergencia entre la empresa y el sindicato tras la votación, el UAW anunció a los trabajadores que la empresa procedería a imponer unilateralmente el tercer acuerdo tentativo a partir del lunes 12 de julio, y que la empresa lo había declarado retroactivamente como su “última, mejor y final oferta”.
El UAW declaró que realizaría una nueva votación sobre el tercer acuerdo tentativo el miércoles 14 de julio, proporcionando una cubierta para y ayudando las maniobras evidentes de la empresa para romper la huelga. Más tarde, un trabajador le diría al WSWS que el UAW le hizo la propuesta a la empresa para la nueva votación.
El WSWS y VWRFC emitieron declaraciones contrarrestando y exponiendo las mentiras del UAW en relación con la celebración de una segunda votación, y nuevamente hicimos campaña en las plantas de Detroit y Gante para movilizar a los trabajadores en apoyo a la huelga:
* Perspectiva del WSWS: “La guerra de clases en Volvo y la lucha por los comités de base”
* Declaración del VWRFC: “¡Vote NO a las amenazas patronales el miércoles!”
En la mañana de la votación, los trabajadores de Volvo emitieron una declaración en video pidiendo el rechazo del tercer acuerdo tentativo. El video denunció las maniobras antidemocráticas del UAW y la empresa y, con gran importancia, pidió explícitamente el apoyo de los trabajadores a nivel internacional.
También cabe señalar, contrariamente a las afirmaciones de la pseudoizquierda de que los sindicatos representan los intereses de los trabajadores, que los trabajadores del video se vieron obligados a ocultar sus identidades debido al peligro real de victimización por parte del propio UAW.
La repetición del voto sobre el tercer acuerdo tentativo se llevó a cabo el 14 de julio. Los trabajadores nos informaron que existía una amplia oposición al acuerdo, y varios trabajadores que habían votado previamente “sí” dijeron que planeaban votar “no” esta vez como protesta contra el flagrante desprecio del UAW por la voluntad democrática de los trabajadores. Sin embargo, también hubo informes después de los trabajadores sobre la extrema presión financiera a la que estaban sometidos.
Después de una demora de más de tres horas, el UAW anunció la ratificación del contrato por solo 17 votos, o el 0,3 por ciento. Los trabajadores respondieron de inmediato en Facebook con acusaciones de fraude y demandas de un recuento o nueva votación, que el UAW ignoró.
Como explicamos en nuestras declaraciones después de la votación, independientemente de si hubo o no manipulación de las papeletas, y ciertamente hay razones para creer que sí la hubo, muchos de los que votaron “sí” no lo hicieron por apoyo al contrato ni al sindicato, y todo el proceso de “negociación” del contrato presidido por el UAW fue fraudulento e ilegítimo. Los trabajadores no fueron derrotados por la empresa, fueron traicionados por el UAW.
El resultado de la huelga
Un comunicado de la VWRFC emitido el fin de semana después de la votación, resumiendo las lecciones de la experiencia para los trabajadores, explicó:
El UAW representa a las empresas, no a los trabajadores, y ninguna presión cambiará eso. Lejos de responder a nuestro abrumador rechazo de sus acuerdos con Volvo invirtiendo el rumbo y trabajando para lograr nuestras demandas, el UAW reaccionó, en cambio, redoblando su apagón informativo y profundizando su conspiración con la empresa, que culminó con la ayuda que brindó a Volvo para que el tercer AT se aplicara a través de la revocación de la semana pasada.
Aunque el UAW ha demostrado que no es capaz de satisfacer nuestras necesidades, eso no disminuye ni elimina la necesidad de una organización colectiva de trabajadores de base para defender y luchar por nuestros intereses…
Un verdadero movimiento de trabajadores debe provenir de la base, no de la burocracia. La construcción de un poderoso movimiento de base —de los trabajadores, por los trabajadores y para los trabajadores— es la tarea a la que se enfrentan todos los trabajadores en todas partes.
El 18 de julio, los trabajadores regresaron a la planta en su primer día completo de vuelta, pero ahora con un nuevo ánimo desafiante. Los trabajadores informaron que apenas hubo producción los primeros días. Más adelante en la semana, hubo informes de trabajadores que se negaron a trabajar fuera de su horario.
Esto es importante. Si bien se impuso el contrato, por ahora, hay una sección significativa de trabajadores en Volvo, y en Mack Trucks, agregaría, que sienten una nueva confianza en sí mismos, que han desarrollado en el curso de esta lucha, y que la próxima batalla tendrá un resultado diferente.
Hasta la fecha, el UAW todavía no ha entregado el contrato completo a los trabajadores, temiendo la ira que sigue ardiendo. Expresando el estado de ánimo de muchos, un trabajador nos dijo: “Mucha gente está enojada y no se está llevando a cabo mucha producción. Pero en todo el país y el mundo, los trabajadores están comenzando a despertar”.
En la semana siguiente, trabajamos con los trabajadores de la planta de Mack Trucks en Macungie para concretar y lanzar formalmente su comité de base, emitiendo una declaración. Esta declaración ya ha provocado una fuerte respuesta de los trabajadores de Mack.
No cabe duda de que los representantes políticos de la clase dominante conocen bien y están seriamente preocupados por la creciente influencia del trotskismo entre los trabajadores industriales.
El presidente Biden visitó una planta de Mack Trucks casi vacía en Pensilvania la semana pasada, buscando contrarrestar el crecimiento del internacionalismo a través de la promoción de su programa económico nacionalista bajo el lema “Compra productos estadounidenses”. Al mismo tiempo, reiteró la necesidad de una asociación “obrero-patronal”, es decir, una alianza corporativista de los sindicatos, las empresas y el Estado, que Biden y los demócratas, así como el DSA y la pseudoizquierda, ven como críticamente necesaria para reprimir, contener y regular la lucha de clases.
¿Cuáles son las lecciones críticas de la huelga que debe extraer nuestro movimiento?
1. Nuestro análisis y perspectiva se han confirmado en el desarrollo objetivo de la propia lucha de clases, lo que tiene una enorme trascendencia.
Mucho antes de este año, nuestro partido estableció que los trabajadores inevitablemente entrarían en conflicto con las organizaciones que ahora se llaman falsamente “sindicatos” y que necesitaban nuevas organizaciones, comités organizados desde las bases e independientes de las burocracias corporativistas, unificando a los trabajadores y proporcionándoles un medio para luchar.
Además, hemos explicado que ha habido un enorme crecimiento de la clase trabajadora a nivel internacional, y que la lucha de clases asumiría y tendría que asumir un carácter cada vez más global.
Como dijimos ya en 1988, en la Resolución de perspectivas del CICI:
Durante mucho tiempo ha sido una proposición elemental del marxismo que la lucha de clases es nacional solo en su forma, pero que es, en esencia, una lucha internacional. Sin embargo, dadas las nuevas características del desarrollo capitalista, incluso la forma de la lucha de clases debe asumir un carácter internacional.
Los trabajadores se esfuerzan cada vez más por lograr la unidad internacional y reconocen cada vez más su necesidad, pero es a través del partido que los trabajadores han comenzado a tomar conciencia de sí mismos como clase internacional. Vimos esto en etapas anteriores de la lucha de clases en los últimos dos años, con Matamoros (huelguistas del otro lado de la frontera llamando a los trabajadores estadounidenses a que se les unieran), la valiente respuesta de los trabajadores automotores de Silao hacia la huelga de GM y las reuniones transatlánticas de trabajadores del transporte. En cada caso, hubo una interacción crucial entre el programa y la actividad del partido y el desarrollo objetivo de la lucha de clases.
Nuestra concepción de que esta es la quinta etapa en la historia del movimiento trotskista, en la que el CICI se convierte en un participante cada vez más activo y directo en la crisis mundial del capitalismo y se construye como la dirección política consciente de la clase trabajadora internacional, ha encontrado una poderosa confirmación en el curso de la propia lucha de clases.
Y en relación con las conferencias extremadamente importantes de esta semana que analizan la larga lucha del movimiento trotskista por unificar a la clase trabajadora y contrarrestar la política racial reaccionaria de la burguesía y la clase media-alta, la lucha en Volvo este año demostró nuevamente que la división básica en la sociedad es de clase, no de raza, y que el aspecto dominante de la sociedad estadounidense es la lucha de clases, no el racismo. Los trabajadores blancos, muchos de los cuales votaron por Trump, lucharon codo a codo con sus hermanas y hermanos negros durante la huelga de Volvo.
Mientras que es indudable que existe confusión política y atraso que debemos combatir, la huelga de Volvo muestra que son los obreros, de todas las razas, géneros y nacionalidades, que constituyen la clase progresista y revolucionaria en la sociedad, la fuerza hacia la que nos orientamos y que queremos construir en nuestro partido.
2. La huelga de Volvo marca una nueva fase en la lucha de clases y el período que comenzó con la derrota de la huelga de PATCO a principios de los años ochenta ha llegado a su fin.
Hay una ola creciente de rechazos abrumadores de acuerdos entreguistas respaldados por los sindicatos. Estos votos no solo reflejan una nueva determinación de los trabajadores de detener y revertir los ataques corporativos respaldados por los sindicatos durante décadas, sino que también expresan un cambio en la relación entre clases.
Los trabajadores están buscando una forma de pasar hacia la ofensiva. Los rechazos de contratos no han sido impulsados por los problemas inmediatos involucrados, ni tampoco ha sido este un factor principal, sino que han sido impulsados más fundamentalmente por la creciente ira y oposición en la clase trabajadora por la obscena desigualdad que ha alcanzado nuevos extremos durante la pandemia, y la subordinación de todos los aspectos de la vida a los intereses de lucro de la clase dominante.
3. El papel, la iniciativa, la teoría y la práctica del partido revolucionario, el factor más consciente de la situación, fueron indispensables para realizar el potencial de la situación en Volvo. La resolución del Congreso de 2020 es particularmente relevante aquí:
86. El partido debe explicarles pacientemente a los trabajadores y jóvenes la naturaleza de la crisis y la estrategia de la lucha por el socialismo. Pero la necesidad de una explicación paciente no debe convertirse en una justificación para la contemplación pasiva. No se deben desaprovechar las oportunidades para traducir el entendimiento político en acciones prácticas. El objetivo del partido es llevar a los trabajadores hacia la lucha.
Sin el partido, hubiera habido una oposición a los ataques de la empresa y e UAW, pero no habría desarrollado el carácter altamente consciente, organizado y sostenido que alcanzó.
Como escribió el camarada Kishore en su perspectiva del 11 de julio, “La guerra de clases en Volvo y la lucha por los comités de base”:
Muchos de los involucrados en el comité de base aún no se consideran socialistas. Quieren ganar su huelga, que puede y debe ser ganada. Son parte de una clase obrera cada vez más militante que ya no está dispuesta a seguir aceptando los ataques constantes a sus empleos y condiciones de vida.
La responsabilidad de los socialistas no es mantenerse al margen, sino es asistir a los trabajadores en el desarrollo de su organización e iniciativa independientes mientras procuran un entendimiento más profundo de las implicancias sociales y políticas de las luchas en las cuales están involucrados.
Los eventos en Volvo este año son un presagio de batallas aún más explosivas que se avecinan, que serán cada vez más la norma en todas partes. Nuestro partido debe avanzar las lecciones de la huelga de Volvo a las luchas venideras, trabajar para reclutar sistemáticamente a los trabajadores al partido y expandir la red de comités de base como parte de la lucha por construir una dirección revolucionaria en la clase trabajadora.
(Publicado originalmente en inglés el 12 de septiembre de 2021)
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