El sábado, Facebook borró un video publicado por el Partido Socialista por la Igualdad de Alemania en oposición a la participación del Gobierno alemán en la guerra por delegación de la OTAN y encabezada por EE.UU. contra Rusia en Ucrania.
El video, “¡No a una Tercera Guerra Mundial! ¡No a la guerra en Ucrania, las agresiones de la OTAN y al rearme alemán!”, contextualiza histórica y políticamente el conflicto en Ucrania. Había sido visto por 20.000 personas antes de ser eliminado.
El Sozialistische Gleichheitspartei (SGP, Partido Socialista por la Igualdad), que produjo el video, le escribió a Facebook exigiendo una explicación por sus acciones. Aún no ha recibido una respuesta.
No hay ninguna explicación inocente para esta acción, de parte de una empresa que, a inicios de la guerra, cambió sus normas para permitir que los usuarios de varios países hagan llamados a actos de violencia contra los rusos. Es un acto de censura política dirigida contra todos aquellos que se oponen a la guerra y el militarismo.
Las acciones de Facebook demuestran que la narrativa oficial de que la guerra en Ucrania se trata de una defensa de la “democracia occidental” contra el “autoritarismo ruso” no es más que una mentira propagandística. De hecho, la clase gobernante en los países imperialistas está recurriendo cada vez más a medidas represivas porque teme que el crecimiento de la oposición en la clase obrera a sus políticas asesinas a favor de los ricos.
La represión a los opositores de la guerra tiene una larga tradición en Alemania. Durante la guerra franco-alemana, dos líderes de los trabajadores, August Bebel y Wilhelm Liebknecht fueron encarcelados en diciembre de 1870 por exigir en el Reichstag (Parlamento) la paz sin anexiones. Durante la Primera Guerra Mundial, Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht cumplieron largas penas en la cárcel. Carl von Ossietzky, un opositor prominente del militarismo alemán, fue sentenciado a 18 meses en prisión en 1932 tras exponer el rearme secreto del Reichswehr (Ejército), incluso antes de que Hitler llegara al poder. Después de seis años de terror nazi contra la clase obrera, los nazis lanzaron una nueva guerra mundial que condujo a los mayores crímenes en la historia humana.
Los opositores de la guerra en Alemania están siendo censurados nuevamente porque las potencias de la OTAN se encuentran en un estado de guerra de facto. Como lo demuestra el video censurado, al OTAN ha sido un participante de la guerra en Ucrania. Deliberadamente provocó la reaccionara invasión rusa y ha intensificado sin tregua sus amenazas agresivas contra Rusia. “El pueblo ucraniano está siendo sacrificado como carne de cañón para avanzar la confrontación de la OTAN con Rusia. Este enfrentamiento, que puede provocar rápidamente en una guerra nuclear, está siendo escalado con una intensidad pasmosa”, afirma el video.
El fin de semana en que fue borrado el video, el presidente estadounidense Biden anunció una “lucha” que duraría “décadas” y afirmó abiertamente que el objetivo de la política exterior estadounidense era el cambio de régimen en Rusia. El canciller alemán Olaf Scholz hizo una declaración similar cuando defendió la triplicación del presupuesto militar alemán en la televisión el domingo, indicando que Alemania debe poder volver a librar una guerra contra Rusia. La velocidad con la que las potencias de la OTAN se precipitan hacia una guerra mundial es impactante.
El video es una espina al costado de la élite gobernante porque desmiente la propaganda oficial y explica el contexto y las circunstancias reales de la guerra. Demuestra que las principales causas de la política de guerra de las potencias imperialistas son las contradicciones fundamentales del capitalismo.
Después de la disolución de la Unión Soviética, EE.UU. buscó establecer su supremacía global. A través de las incontables guerras en Irak, Yugoslavia, Afganistán y muchos otros países, cualquier amenaza a la hegemonía estadounidenses intentó ser eliminada, como explicó el video. Por su parte, el imperialismo alemán reaccionó reviviendo el militarismo y ahora se arma ansiosamente. El grave peligro de una Tercera Guerra Mundial es la consecuencia de esta política.
El video concluye que la lucha contra la guerra exige una lucha contra sus orígenes, el capitalismo. “Solo un movimiento internacional de la clase obrera contra el capitalismo puede prevenir una catástrofe”, explica.
Esta perspectiva socialista contra la guerra está siendo prohibida en Alemania. Cualquiera que se oponga a la omnipresente y estridente propaganda de guerra ha de ser silenciado. Pero, como siempre ha ocurrido en la historia, tales reacciones no son una muestra de fuerza sino de debilidad. La censura de los opositores de la guerra es una respuesta desesperada al crecimiento de la oposición de la clase obrera al belicismo.
El impulso de guerra está agravando todas las contradicciones sociales. Los precios de la comida y los combustibles se están disparando por la guerra en Ucrania y las sanciones contra Rusia. La interrupción de las cadenas de suministro está resultando en despidos temporales y masivos en la industria alemana. La clase gobernante está utilizando el giro a la guerra para intensificar su política pandémica despiadada de “ganancias sobre vidas”, dejando que el COVID-19 se propague libremente. Dicha política es incompatible con los derechos democráticos, por lo cual aumentan la censura y la represión.
Las empresas tecnológicas colaboran íntimamente con los Gobiernos y el aparato estatal de las grandes potencias imperialistas. Solo Facebook contrató a más de 20.000 empleados para su equipo de seguridad y aplicación de normas, con el fin de vigilar y censurar las publicaciones en su plataforma. Muchos de ellos son “antiguos funcionarios de los servicios de inteligencia y de las fuerzas policiales”, admitió en enero de 2018 Monika Bickert, jefa de antiterrorismo de Facebook.
En Alemania, Facebook tiene a más de 1.000 personas empleadas para supervisar el contenido. La cooperación con el Gobierno es especialmente estrecha. Con la Ley de Aplicación de la Red, el Gobierno Federal ha convertido a las grandes corporaciones tecnológicas en jueces del Internet de facto, que pueden decidir de forma independiente sobre la censura de contenidos e incluso se les anima, con la amenaza de elevadas multas, a borrar más contenidos en lugar de menos. Ya se han borrado cientos de miles de publicaciones en virtud de esta ley.
La censura del vídeo antibélico del SGP está directamente relacionada con el intento del Gobierno Federal de criminalizar el SGP y, a partir de ahí, cualquier perspectiva socialista.
En 2018, el Ministerio Federal del Interior incluyó por primera vez al SGP en el informe del Verfassungsschutz, el servicio secreto alemán, y difamó al partido como extremista de izquierda. Esta medida se justificó posteriormente alegando que la “lucha por una sociedad democrática, igualitaria y socialista” del SGP y la “agitación contra el supuesto 'imperialismo' y 'militarismo'” eran inconstitucionales. El Tribunal Administrativo de Berlín siguió esta línea antidemocrática de argumentación en su sentencia de primera instancia en diciembre del año pasado ante una demanda presentada por el SGP contra su inclusión en el informe Verfassungsschutz. Solo unos meses después, ya se censuran los videos antimilitaristas.
Esta evolución no se limita a Alemania. En 2017, Google anunció que en el futuro daría preferencia a las “fuentes de autoridad” en sus resultados de búsqueda. Al mismo tiempo, varios sitios web socialistas y antiguerra, en particular el World Socialist Web Site, fueron censurados y excluidos de los resultados de búsqueda. El año pasado, Facebook intentó bloquear en dos ocasiones las páginas y los contenidos del CICI, pero se vio obligado a dar marcha atrás debido a la avalancha de oposición.
Las medidas autoritarias y antidemocráticas no solo van en contra de la perspectiva socialista del CICI, sino de todo opositor de la guerra con principios. Julian Assange, un valiente periodista que ha destapado los crímenes de guerra cometidos por las potencias de la OTAN, está siendo sometido a una tortura continua en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh y se enfrenta a una amenaza de muerte si es extraditado a Estados Unidos. El periodista progresista Chris Hedges, conocido por su oposición a las guerras dirigidas por Estados Unidos y por criticar la narrativa dictada por el Gobierno sobre el conflicto entre la OTAN y Rusia, denunció el lunes que todos los episodios de su programa “On Contact” en YouTube fueron eliminados sin previo aviso ni explicación.
La lucha contra la censura y las políticas bélicas despiadadas debe basarse en la oposición masiva que existe a una tercera guerra mundial. Debe dar voz y una perspectiva socialista a la hostilidad profundamente arraigada en la clase obrera a las guerras imperialistas. Instamos encarecidamente a todos nuestros lectores a difundir ampliamente este artículo y a protestar en todos los canales de las redes sociales contra la censura. Utiliza las etiquetas #defendSGP, #StopCensoringSocialism y #SpeakOutAgainstWW3 para distribuir el vídeo censurado por Facebook.
(Publicado originalmente en inglés el 29 de marzo de 2022)