El New York Times y NBC News publicaron reportes basados en las declaraciones de oficiales estadounidenses que constituyen un intento deliberado de intensificar el conflicto por el control de Ucrania y convertirlo en un enfrentamiento directo entre la OTAN y Rusia.
En su reporte publicado en línea la noche del miércoles, el Times citó a oficiales de la Casa Blanca que confirmaron que EE.UU. había entregado inteligencia al ejército ucraniano para atacar y asesinar a generales rusos, una docena de los cuales ha muerto durante la guerra.
“Estados Unidos se ha concentrado en suministrar la ubicación y otros detalles de los cuarteles generales móviles del ejército ruso, los cuales se trasladan frecuentemente”, señaló el Times. Esto ha permitido que las fuerzas ucranianas “lleven a cabo ataques con artillería y otros ataques que han matado a oficiales rusos”.
La intervención de EE.UU. ha tenido un “efecto decisivo en el campo de batalla”. Añadió que el nivel de “inteligencia a partir de la cual se pueden tomar acciones sobre el movimiento de las tropas rusas que EE.UU. le ha entregado a Ucrania tiene pocos precedentes”.
El día siguiente, NBC News reportó que EE.UU. estuvo involucrado a un nivel crítico en coordinar el hundimiento del crucero Moskvá, el principal buque de guerra de la flota rusa en el mar Negro y el peor desastre militar ruso en décadas.
Se están llevando a cabo ataques cada vez más frecuentes en suelo ruso con la asistencia de EE.UU. El Wall Street Journal reportó “una serie de ataques dentro de territorio ruso y explosiones contra blancos rusos que no han sido explicadas”.
El artículo cita a Rob Lee, un alto miembro del Foreign Policy Research Institute, quien afirmó que los ataques “pudieron haber sido el resultado del intercambio cada vez mayor de inteligencia entre Occidente y Ucrania”.
Cualquier noción de que las potencias de la OTAN, ante todo EE.UU., no son participantes directos en la disputa sobre Ucrania ha sido desmentida. La declaración del presidente estadounidense Joe Biden de que “no es verdad” de que EE.UU. esté involucrado en una guerra, incluso en una guerra por delegación, es una mentira descarada. EE.UU. y la OTAN están suministrando decenas de miles de millones de dólares en equipo militar y, como lo indican estos reportes, inteligencia inmediata que el ejército y las milicias ultraderechistas ucranianas está utilizando.
Los informes en la prensa estadounidense claramente fueron orquestados por la Casa Blanca.
El Times escribe, “El Gobierno ha buscado mantener gran parte de la inteligencia sobre el campo de batalla en secreto por temor de que el presidente ruso Vladímir V. Putin lo considere una escalada y lo provoque a expandir la guerra”.
Si ese fuera el caso, ¿por qué divulga el Gobierno su participación directa en la guerra?
La publicación de esta información al Times y NBC, por medio de declaraciones extraoficiales de varios oficiales gubernamentales, constituye un intento deliberado de la Administración de Biden de aumentar la presión sobre el Gobierno ruso para que lleve a cabo represalias contra las fuerzas de la OTAN. Esto sentaría las bases para una escalada aún mayor por parte de EE.UU., que podría llegar hasta la participación directa de las tropas estadounidenses o la invocación del Artículo 5 de la OTAN.
Así como Estados Unidos logró provocar a Rusia para que invadiera Ucrania convirtiendo al país en un campo armado en sus fronteras y negándose a negociar sobre la relación de Ucrania con la OTAN, también está tratando de imponer a Rusia la “responsabilidad de una escalada” por medio de ataques contra el ejército ruso a través de las fuerzas ucranianas, las cuales se encuentran efectivamente bajo su control.
El Times cita a Evelyn Farkas, exfuncionaria de alto rango del Departamento de Defensa para asuntos de Rusia y Ucrania en la Administración Obama, quien dijo: “Claramente, queremos que los rusos sepan hasta cierto punto que estamos ayudando a los ucranianos en esta medida, y seguiremos haciéndolo”.
En otras palabras, los ataques respaldados por Estados Unidos contra los generales rusos, el Moskvá y en suelo ruso están diseñados para ser lo más provocativos posible, a la vez que siguen siendo, en palabras del Times, “negables”. El objetivo de Estados Unidos es exactamente “provocar al presidente ruso Vladimir V. Putin de Rusia a expandir la guerra”.
A medida que Estados Unidos amplía los objetivos y el alcance de la guerra, busca provocar a Rusia para que tome represalias que les permitan a los propagandistas del imperialismo estadounidense a afirmar que las acciones ofensivas de Estados Unidos son de naturaleza defensiva.
Mientras que Rusia ha intentado llevar a cabo negociaciones para concluir la guerra, Estados Unidos ha dejado clara su oposición a cualquier resolución del conflicto que no sea la derrota militar total de Rusia y la reocupación de Crimea y el Dombás.
Así lo demuestra un artículo anterior del Times, cuyo coautor escribió el artículo publicado el miércoles y que se preguntaba por qué Putin no estaba siendo más agresivo.
El artículo “¿Por qué Putin no está atacando con más fuerza en el campo de batalla?” señalaba: “Los funcionarios estadounidenses y europeos también dicen que las tácticas del presidente Vladímir Putin en las últimas semanas han parecido notablemente cautelosas, marcadas por una ofensiva lenta en el este de Ucrania, un enfoque comedido para tomar la infraestructura ucraniana y evitar acciones que podrían escalar el conflicto con la OTAN”.
Si bien Washington ha denunciado públicamente la “guerra total” de Rusia, en privado los funcionarios estadounidenses se han mostrado desconcertados por la “notable cautela” de Putin. La mirada de Washington está puesta en el 9 de mayo, día en que se conmemora la victoria de la Unión Soviética sobre la Alemania nazi, y espera provocar a Putin para que anuncie medidas más agresivas en su discurso y en sus declaraciones.
El objetivo último de Estados Unidos, como dejó claro Biden en marzo con su declaración de que Putin “no puede seguir en el poder”, es el cambio de régimen en Rusia y su total subordinación al imperialismo estadounidense.
Pero las presiones internas desempeñan un papel igual o mayor. Estados Unidos busca provocar una gran escalada bélica para desviar las enormes tensiones internas hacia el exterior. El coste de la vida se está disparando. Para contrarrestar las demandas de aumentos salariales de los trabajadores, la Reserva Federal está aumentando bruscamente los tipos de interés, lo que probablemente conducirá a una recesión. Y la pandemia de COVID-19 sigue fuera de control.
Los esfuerzos desesperados de la Casa Blanca por intensificar la guerra son las acciones de una clase dominante asediada y cercada por la oposición de masas. A través de la guerra y de los ataques a los derechos democráticos que la acompañan, busca deslegitimar la oposición política interna.
El pueblo trabajador debe estar en guardia contra los peligros extremos que plantea la escalada militar estadounidense. Es necesario desarrollar urgentemente un nuevo y poderoso movimiento contra la guerra, unificando la lucha contra la guerra con la lucha contra la desigualdad social, la pobreza, el aumento del coste de la vida, la pandemia del COVID-19 y el sistema de lucro capitalista.
(Publicado originalmente en inglés el 5 de mayo de 2022)