Durante los últimos tres días, bombardeos israelíes continuos han matado al menos a 45 palestinos, incluyendo a 16 niños, y causado una gran devastación.
Al menos 400 personas fueron heridas, en muchos casos de forma grave, y el puñado de hospitales y clínicas que apenas se mantienen en funcionamiento se vieron abrumados por la llegada de pacientes. Aproximadamente 2,3 millones de palestinos viven en Gaza, confinados por bloqueos y vallas de los ejércitos de Israel y Egipto. Se arrojaron cientos de bombas y misiles de gran potencia sobre un territorio de tan solo 365 kilómetros cuadrados, exactamente el área de la ciudad de Detroit.
Los barrios más bombardeados, que según los oficiales israelíes albergan a los líderes de la Yihad Islámica que intentaban asesinar, vieron una destrucción apocalíptica, incluyendo edificios residenciales transformados en cráteres y partes de cuerpos por doquier. El siguiente collage de Al-Jazeera con los rostros de doce niños martirizados fotografiados por el Ministerio de Salud de Palestina circuló por todo el mundo árabe, produciendo un enfado generalizado.
Si hubieran sido niños ucranianos, no cabe duda de que la prensa capitalista estadounidense, una servidora fiel de la CIA y el Departamento de Estado, estaría saturando las frecuencias con ello. Dedicaría horas y horas continuas a lamentar la pérdida de vidas inocentes y presentando a los responsables de sus muertes como asesinos y criminales de guerra. No utilizarán tales términos para el primer ministro israelí Yair Lapid, el ministro de Defensa, Benny Gantz ni ningún otro alto cargo del ejército y la inteligencia israelíes.
El New York Times, que encabeza la campaña mediática para denunciar las supuestas atrocidades rusas durante la guerra en Ucrania, comenzó su reporte sobre la pausa temporal del bombardeo contra Gaza de esta forma: “Un cese al fuego que finaliza tres días de feroces combates transfronterizos entre Israel y un grupo militante palestino en Gaza parecía tener éxito el lunes y la vida en ambos lados de las líneas parecía volver a la normalidad”.
Los supuestos “combates transfronterizos” fueron completamente unilaterales. El ejército israelí, el más poderoso de Oriente Próximo y armado hasta los dientes por el imperialismo estadounidense, arrojó bombas y misiles sobre una población indefensa. Mientras tanto, los militantes de la Yihad Islámica Palestina (YIP) dispararon cientos de cohetes caseros y casi todos aterrizaron sin herir a nadie o fueron bloqueados por el sistema antimisiles de Israel.
En cuanto a un “regreso a la normalidad” para la población de Gaza, eso significa una pobreza intolerable, una tasa de desempleo del 50 por ciento y una infraestructura destruida dentro de lo que los observadores han calificado como la prisión al aire libre más grande del planeta. La electricidad solo está disponible 11 horas al día, incluso cuando la planta energética de Gaza funciona. Sin embargo, ha estado cerrada, no por el bombardeo, sino porque Israel y Egipto detuvieron la entrega de suministros de combustible para mantenerla operando.
El Gobierno de Biden emitió una breve declaración que aplaude el cese al fuego y agradece la intervención diplomática de Egipto, Qatar, Jordania y otras dictaduras y monarquías árabes para suspender la violencia. Luego, condenó a la Yihad Islámica por sus “ataques indiscriminados con cohetes”. Biden reafirmó su apoyo “duradero e incondicional” a Israel y añadió: “Felicito al primer ministro Yair Lapid y su Gobierno por su firme liderazgo a lo largo de la crisis”.
No cabe duda de que la ofensiva contra Gaza fue discutida y aprobada durante la visita de Biden a Israel del 13 al 15 de julio, apenas tres semanas antes del ataque cuidadosamente planificado. El Pentágono ahora acelerará el reabastecimiento de las municiones gastadas por las Fuerzas de Defensa de Israel durante su campaña de bombardeos.
El conflicto con el PIJ fue provocado deliberadamente por el arresto y la detención israelíes del principal líder del grupo en Cisjordania, Bassam al-Saadi, el 1 de agosto en la ciudad de Yenín. Esto fue parte de una campaña sistemática de violencia militar israelí en dicha ciudad que mató al menos a 30 palestinos y dejó a cientos de heridos a inicios del año.
El momento del ataque parece haber sido elegido para beneficiar al primer ministro Lapid, cuya coalición oficialista enfrenta una elección general el 1 de noviembre. Un titular del Times of Israel declaró, “Ante las elecciones, el ardid de Lapid en Gaza parece haberle funcionado” y mencionó la necesidad del antiguo presentador de televisión de barnizar sus credenciales militares dado que su principal contrincante es el militarista Benjamín Netanyahu, cuya coalición liderada por el Partido Likud perdió el poder el año pasado.
Los reportes en la prensa israelí sugieren que el principal cambio político desde la caída de Netanyahu ha sido la decisión de concentrarse en la destrucción de la Yihad Islámica, el más pequeño de los dos grupos islamistas en Gaza. Señalan que las declaraciones Lapid sobre el ataque militar israelí no se han referido a Hamás, el partido gobernante israelí. El sábado por la noche, el general Oded Basyuk, titular de operaciones de las Fuerzas de Defensa de Israel, dijo a reporteros que las FDI habían matado con éxito a “toda la cúpula de seguridad del ala militar de la Yihad Islámica en Gaza”.
La respuesta de los gobernantes árabes al bombardeo de tres días de Gaza fue un ejemplo de su cínica traición a los intereses del pueblo palestino y de las masas árabes en su conjunto. La mayoría de los jeques del golfo Pérsico siguieron el ejemplo de Arabia Saudita, cuyos medios de comunicación denunciaron a la Yihad Islámica como una herramienta de Irán y sugirieron que la YIP había provocado el conflicto en relación con la reanudación de las negociaciones sobre energía nuclear entre Irán y el llamado grupo P5+1 (los cinco miembros plenos del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania). Estas negociaciones se reanudaron en Viena el 4 de agosto.
Esta acusación pone el mundo de cabeza. Es mucho más probable que el régimen israelí, y no la Yihad Islámica, haya programado el conflicto para interrumpir las negociaciones nucleares porque se opone estridentemente a cualquier acuerdo que alivie las sanciones a Irán.
El régimen militar egipcio, bañado en sangre, medió en el alto el fuego, mientras mantiene su férreo control sobre la frontera occidental de Gaza, que ha mantenido cerrada en gran medida desde que Hamás llegó al poder en el territorio en 2007.
La matanza en Gaza también demuestra la impotencia y la bancarrota de los nacionalistas burgueses palestinos de todo tipo, ya sea la variedad islamista, como Hamás, o el grupo laico Al Fatah, que controla la Autoridad Palestina y actúa como carcelero designado por Israel en Cisjordania. Cabe destacar que mientras Estados Unidos e Israel siguen tratando nominalmente a Hamás como un “grupo terrorista”, Egipto, Qatar y los mediadores de la ONU “trataron con los líderes de Hamás como si fueran los legítimos y únicos gobernantes de la Franja de Gaza”, como observó el Jerusalem Post .
La situación en Gaza sigue siendo tensa. El ejército israelí ha llamado a filas a 25.000 reservistas y no tiene planes de desmovilizarlos, mientras que un dirigente de la Yihad Islámica dijo que, si Israel no liberaba a dos dirigentes de la Yihad Islámica encarcelados, incluido Bassam al-Saadi, antes del fin de semana –como aparentemente se prometió a Egipto—, se reanudaría el conflicto.
No es posible resolver los intratables y sangrientos conflictos de Oriente Próximo a través de ninguno de los regímenes nacionalistas reaccionarios ni de las maniobras con Naciones Unidas y las potencias imperialistas europeas, ni mucho menos a través de las negociaciones de “paz” mediadas por Washington, el centro de la reacción y el militarismo mundiales. El único camino hacia adelante es a través de un movimiento internacional de la clase obrera y las masas oprimidas de toda la región, que una a los trabajadores árabes, israelíes, turcos y kurdos sobre la base de un programa socialista y antiimperialista.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 9 de agosto de 2022)