El agresivo apoyo belicista de Podemos a la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania, en medio del descontento creciente de la clase trabajadora contra la inflación y la guerra, lo ha expuesto como un partido militarista pequeñoburgués y reaccionario. Temiendo un incremento al alza de la oposición a su izquierda, Podemos está montando una farsa tras otra contra la guerra, mientras sigue apoyando los esfuerzos de España en la confrontación imperialista contra Rusia en Europa del Este.
La última farsa de Podemos se realizó en el debate parlamentario de la semana pasada sobre la entrada de Suecia y Finlandia a la OTAN. Los países de la OTAN firmaron el protocolo de adhesión de los dos países en julio, pero deben ser ratificados por los parlamentos de los Estados miembros de la OTAN antes de que puedan ser protegidos por la cláusula de defensa del Artículo 5.
El Congreso de los Diputados ratificó el protocolo de adhesión con 290 votos a favor, 11 votos en contra y 47 abstenciones. El Partido Socialista (PSOE) en el gobierno, Partido Popular, el partido de extrema derecha Vox y los nacionalistas catalanes y vascos del PdeCat y del Partido Nacionalista Vasco (PNV) votaron a favor.
Podemos, por su parte, decidió abstenerse, mientras que una de sus facciones parlamentarias, Izquierda Unida (IU) liderada por los estalinistas, votó en contra. De forma ridícula, el líder de IU y ministro de Consumo, Alberto Garzón, se abstuvo, para asegurarse de que ningún ministro de la OTAN votara en contra de una resolución otanista.
El portavoz de Podemos, Gerardo Pisarello, presentó la farsa 'antibélica' de Podemos. Comenzó su discurso diciendo “Que Suecia y Finlandia tomen la decisión que consideren adecuada pero no será en nuestro nombre'.
La entrada de Finlandia y Suecia en la OTAN es una provocación temeraria contra Rusia. La alianza liderada por Estados Unidos quiere a Estocolmo y Helsinki no solo por sus ejércitos bien equipados y modernos, sino también por su ubicación geoestratégica. Finlandia comparte una frontera de 1.300 kilómetros con Rusia que se encuentra a poca distancia de San Petersburgo. La membresía sueca en la OTAN dejaría a Rusia totalmente rodeada por los Estados de la OTAN en el Mar Báltico y facilitaría que la alianza envíe suministros a sus grupos de batalla en las repúblicas bálticas de Estonia, Letonia y Lituania en caso de guerra con Rusia.
Pisarello cínicamente se quejó entonces de que la UE no estaba llevando a cabo la política pacifista sobre la que está supuestamente basada. Dijo que la UE se 'fundó con el objetivo declarado de buscar la paz y está haciendo poco o nada para parar la guerra'. De hecho, los Estados europeos han desempeñado papeles de liderazgo en las guerras imperialistas de la OTAN en todo Oriente Medio, los Balcanes y África durante décadas, que han devastado sociedades enteras como Afganistán, Irak, Libia, Siria, Chad y Malí, cobrándose millones de vidas y convirtiendo a decenas de millones en refugiados.
Jugando la carta antiamericana, Pisarello afirmó que Europa debe tener sus propios intereses imperialistas fuera de la OTAN. “La prioridad de USA es que Europa no tenga una política de defensa propia,” declaró, después de decir que ser parte de la OTAN es “subordinarse a una oligarquía militar y económica que le da igual la suerte de los agredidos … Es una oligarquía que aupará a la extrema derecha más belicista”.
De hecho, el gobierno PSOE-Podemos ha enviado misiles antitanques a las milicias ucranianas de extrema derecha.
La maniobra farsa de Pisarello tenía como destinatarios dos públicos distintos. Por un lado, todo el debate tenía el objetivo de señalar a los gobiernos de Estados Unidos y de la OTAN el pleno apoyo de España a la contraofensiva del ejército ucraniano contra Rusia en Járkov. Estados Unidos y la UE han respondido al colapso del frente norte de Moscú intensificando aún más su participación en la guerra contra Rusia en Ucrania, enviando millones más en armamento ofensivo, que se suman a los más de 50 mil millones de dólares en armamento y otra asistencia enviada hasta la fecha.
El gobierno español PSOE-Podemos ha sido un aliado clave en el apoyo a la ofensiva de Kiev. A principios de septiembre, la fuerza aérea española transportó 75 palés de artillería de campaña en cinco vuelos a Ucrania. La munición española de obuses de 155 mm fue utilizada en la ofensiva. Madrid también envió 20 vehículos blindados, un sistema antiaéreo, 1.000 toneladas de diésel y 30.000 uniformes de invierno. El ejército español pronto comenzará a entrenar a los soldados ucranianos en España en formación de tanques, sistemas de misiles, medicina militar y trabajo de desminado en una base del ejército en Zaragoza.
Por otro lado, la clase dominante española utiliza la falsa postura antibélica de Podemos para canalizar el creciente sentimiento contra la guerra detrás del gobierno PSOE-Podemos.
Ahora, el gobierno PSOE-Podemos está preparando otra farsa. Incluirá un aumento del gasto militar del 20 por ciento en un Plan Especial de Defensa, el más costoso de la historia moderna de España. El aumento no se incluirá así en los presupuestos de 2023 y Podemos podrá reclamar que no apoya un presupuesto que eleve el gasto militar tal y como prometió en agosto la vicepresidenta del Gobierno y líder de facto de Podemos Yolanda Díaz.
Al mismo tiempo, PSOE y Podemos desplegarán más tanques T8x8, helicópteros NH-90, Eurofighters, submarinos S-80, buques de guerra F-100 y un satélite Hisdesat, todo ello pagado por los trabajadores españoles.
¿Qué subyace a esta asombrosa hipocresía de Podemos? Actúa de esta manera porque es muy consciente de la profunda oposición a la guerra dentro de la clase obrera y, por lo tanto, al mismo Podemos. Una radicalización masiva de la clase trabajadora está en marcha, a medida que estallan las huelgas en Europa y los Estados Unidos, y en medio del mayor colapso de los niveles de vida desde la década de 1930, una pandemia que se ha cobrado decenas de millones de vidas y una escalada de la guerra contra Rusia por parte de la OTAN en Europa.
Podemos es un partido pequeñoburgués que defiende los intereses del imperialismo español: la guerra imperialista en el extranjero y la guerra de clases en casa en forma de austeridad, rescates bancarios y corporativos, y ataques policiales a los huelguistas.
Si Podemos puede continuar con sus farsas 'antibélicas', se debe sobre todo a fuerzas que como la morenista Corriente Revolucionaria de Trabajadores (CRT) protegen su flanco izquierdo. En cada maniobra sucesiva montada por Podemos desde la invasión rusa de febrero de 2022, la CRT ha intervenido para afirmar que Podemos puede ser presionado a la izquierda por los sindicatos belicistas.
Un artículo publicado reciente en Izquierda Diario, publicación de CRT, titulado “El gobierno pretende aumentar un 20% el gasto militar en 2023 y prepara con Podemos y el PCE cómo justificar su apoyo”, afirma que Podemos está apoyando de manera pasiva la guerra, atrapado en un gobierno con el PSOE a favor de la guerra.
“Todo este ejercicio de trilerismo persigue que los PGE2023 no solo cuenten con el respaldo parlamentario, sino que no generen ningún tipo de cuestionamiento por izquierda. Yolanda Díaz, trabaja así para que el clima de apoyo pasivo a la política exterior del gobierno Sánchez siga siendo la tónica, incluyendo su apuesta atlantista y el endurecimiento brutal de las políticas migratorias. Todo, con la complicidad de una burocracia sindical que no ha criticado ni una coma de esta nueva escalada imperialista de la que su gobierno forma parte”.
¿Qué propone la CRT? Que las mismas burocracias sindicales de Comisiones Obreras (CCOO) vinculado a Podemos y la Unión General de Trabajadores (UGT) del PSOE, ambos profundamente ligada al gobierno PSOE-Podemos, lideren una lucha contra los presupuestos militaristas y la inflación:
“Es necesario exigir a las organizaciones sindicales el fin de la sumisión al gobierno de coalición y que planteen un plan de lucha que incorpore tanto la defensa de los salarios carcomidos por la inflación y la crisis, como oponerse a los planes militaristas.”
Esta perspectiva busca confinar la creciente oposición social a la inflación y la guerra en apelaciones inútiles a Podemos y los sindicatos, que han aplastado una huelga tras otra en España. Esto demuestra que la propia CRT es un ala apenas disimulada de Podemos.
Construir un movimiento contra la guerra requiere construir comités de base independientes de las burocracias sindicales en una lucha política abierta contra grupos como Podemos y la CRT. Sólo tal lucha puede movilizar a los trabajadores independientemente de las burocracias nacionales atadas al imperialismo, y aplastar el obstáculo político planteado por estos partidos pseudoizquierdistas para una lucha contra la guerra y por el socialismo.
(Publicado originalmente en inglés el 20 de septiembre de 2022)