Una nueva ola de COVID-19 se está desarrollando en toda España como parte de la próxima ola global de la pandemia de COVID-19. Si bien el desmantelamiento completo de las pruebas y los informes de datos por parte del gobierno del Partido Socialista (PSOE) y Podemos hace imposible medir la evolución de la pandemia, los casos están aumentando claramente.
Los únicos datos disponibles son sobre el nivel de incidencia acumulada del virus en personas mayores de 60 años. En septiembre, se situó en 150 casos por cada 100.000 habitantes durante 14 días. Ahora ha llegado a 221 casos. Las hospitalizaciones también están aumentando rápidamente, pasando de 4,8 por 100.000 habitantes a finales de septiembre a 7 pacientes por cada 100.000 habitantes. Además, tras un mes de octubre con temperaturas muy altas debido al cambio climático, los inmunólogos advierten de que la llegada del frío podría aumentar rápidamente las infecciones y hospitalizaciones.
Las muertes casi nunca se comentan en los círculos oficiales, parte de la nueva estrategia de la élite gobernante de simplemente ignorar una pandemia que ya ha matado al menos a 20 millones de personas en todo el mundo y más de 115,000 en España, 160,000, medidas en las estadísticas más confiables de exceso de muerte. Sin embargo, varios cientos de personas siguen muriendo de COVID-19 como señalan los datos quincenales en España
La criminal minimización de los datos se ve en el exceso de mortalidad. España registró un exceso de mortalidad récord de 32.058 personas del 1 de enero al 30 de septiembre de 2022, según datos del Informe de Seguimiento Diario de la Mortalidad, elaborado por el Instituto de Salud Carlos III. Es decir, hay un exceso de 117 muertes por día sin que se conozcan las causas de este aumento. Las cifras alarmantes muestran un aumento en las muertes del 94 por ciento en comparación con 2019, el año anterior a la pandemia, cuando se registraron 2.862 como muertes en exceso.
Existe la sospecha de que estas pueden deberse a enfermedades cardiovasculares relacionadas con el Covid persistente. José Luis Carrasco, experto en enfermedades cardiovasculares, dijo al canal de noticias Antena3 que las enfermedades cardíacas han aumentado en un 20 por ciento. El origen, observó, 'son los efectos de la COVID-19'. Comentó también que: “En España las cifras de personas que han pasado la Covid son altísimas”, refiriéndose al hecho de que más de 13,5 millones de españoles han sido infectados, el 29 por ciento de la población. En el mismo sentido Tomás Segura, jefe de neurología del Hospital Universitario de Albacete, comenta que: “Cualquier persona que haya pasado la enfermedad tiene mayor riesgo vascular”
Las víctimas de Covid persistente están siendo abandonadas a su suerte. En 2021, el Ministerio de Sanidad se negó a considerar el Covid persistente una enfermedad. Esto significa que la mayoría de los pacientes con Covid persistente son dados de alta o no reciben ningún tipo de pensión por incapacidad laboral cuando finaliza su período máximo de incapacidad laboral temporal. Estos pacientes sufren de múltiples condiciones incapacitantes: fatiga, fiebre, problemas respiratorios, dolores musculares, estomacales, torácicos o dolor de cabeza, dificultad para pensar y concentrarse, dolores de cabeza o problemas para dormir, entre otros.
La peor parte se la llevan los trabajadores sanitarios, un 30% de los cuales padecen esta dolencia en su mayoría contagiados en sus puestos de trabajo tratando a enfermos de Covid muchas veces sin la protección adecuada y a los que no se les reconoce el Covid persistente como enfermedad profesional.
Una trabajadora de la salud con Covid persistente, Carolina Sánchez, de 41 años, explicó a La Razón: “Los dolores son como si te estuvieran atravesando las piernas y las manos con agujas de hacer punto, y con agujas pequeñas en los músculos” y que “No puedo mantener a mi hija con el 70% de mi sueldo [lo que cobra si obtiene una baja laboral], he ido a trabajar arrastrándome”.
Las burocracias sindicales de España no han tomado ninguna medida para defender a los trabajadores con Covid persistente. Las grandes federaciones sindicales, Comisiones Obreras (CCOO), sindicato vinculado a Podemos, y la socialdemócrata Unión General de Trabajadores (UGT), se unen al silencio de los medios de comunicación y del gobierno PSOE-Podemos.
Las víctimas de Covid persistente se han organizado en la plataforma Movilización Persistente que ha convocado protestas tanto presenciales como en redes para denunciar la situación de estos enfermos. El manifiesto para la convocatoria de estas movilizaciones es una denuncia de la situación de abandono en la que les ha dejado el gobierno PSOE-Podemos:
Se cumple un año desde que la Organización Mundial de la Salud publicara la primera definición clínica oficial de la enfermedad post-COVID-19. Acordada esta definición a nivel mundial y publicada para facilitar el tratamiento de los afectados, NO SE HA TRADUCIDO en investigación, seguimiento ni reconocimiento de una enfermedad que afecta ya a más de 17 millones de personas en toda Europa, y sigue en aumento a causa de los contagios.
Pero si al gobierno PSOE-Podemos no le importan las víctimas de Covid persistente, también es indiferente al aumento de las infecciones por COVID-19. La octava ola se ve agravada por su coincidencia con la epidemia de gripe estacional y también con la llegada a España de las nuevas variantes BQ.1 y BQ.1.1, que se espera que sean predominantes para el mes de diciembre. Se desconoce si la inmunidad que proporcionan las vacunas será capaz de resistir las nuevas variantes.
La ministra de Salud, Carolina Darias, ha declarado recientemente en el parlamento que las nuevas variantes 'Podrían tener un mayor escape'. Sin embargo, la reacción del gobierno PSOE-Podemos ha sido reducir la información disponible y las restricciones.
La monitorización de variantes de COVID-19 ha perdido gran parte de su fiabilidad. Ahora se realiza con menos de 50 muestras semanales frente a las 2.000 de verano y las 3.500 de enero. Además, el Ministerio de Sanidad ha reducido de dos a uno los boletines semanales informando sobre la evolución de los contagios y fallecidos por Covid, hasta abril pasado esos boletines eran diarios.
Los datos de incidencia acumulada tampoco son fiables porque desde abril solo se recoge en personas mayores de 60 años.
Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales (SEMG) comentaba con ironía: “Hay un apagón de información para justificar que no se tomen medidas impopulares, como la obligación de usar mascarilla en los interiores. Necesitamos saber cómo está circulando el virus, pero algunos piensan que es preferible no saberlo.”
Armenteros también destacaba que mientras los centros médicos notan un importante crecimiento de los contagios estos no se reflejan más que parcialmente en las estadísticas y que 'No tenemos la dimensión real de la enfermedad porque nos falta, por ejemplo, información de los jóvenes'.
El papel del gobierno PSOE-Podemos y de los medios de comunicación en minimizar el virus está teniendo un impacto terrible en la conciencia de las masas. La sociedad global no está preparada para el aumento actual. Según las encuestas del Instituto de Salud Carlos III, la percepción pública sobre el COVID-19 ha disminuido rápidamente, pasando del 43 por ciento de las personas que en el verano de 2020 pensaban que, de infectarse, su enfermedad sería 'muy grave', al 13 por ciento registrado en esta última ronda.
Todo esto llega con una sanidad pública completamente desbordada. Según los propios informes del ministerio de Sanidad con la pandemia la carga de trabajo entre los médicos aumentó un 24% y un 44% entre los enfermeros, mientras que las plantillas están estancadas. Pero la situación es mucho peor dada la gran cantidad de bajas que se están produciendo por COVID, ansiedad o depresión.
El gobierno responde diciendo que va aplicar un plan de 434 millones de euros para mejorar los servicios sanitarios. Una cifra totalmente insuficiente y ridícula, más aún si se compara con los 26.000 millones gastados en el ejército español o los 70.000 millones de euros de fondos europeos que se van a regalar a los bancos y corporaciones.
La respuesta del gobierno PSOE-Podemos ha evolucionado desde la estrategia de solo vacunas a 'dejarlo correr' hasta el silencio total ahora. Todas estas políticas se basan en permitir que las empresas continúen extrayendo ganancias de los trabajadores, incluso a costa de que estos se infecten, tengan que trabajar enfermos, sufrir graves secuelas o incluso morir. Sobre todo, expone al partido pseudoizquierdista Podemos, que ha afirmado defender a 'los de abajo', pero en realidad comparte el desprecio por los trabajadores de las corrientes socialdemócratas, derechistas y neofascistas, mientras trabaja para enriquecer a las grandes corporaciones.
(Publicado originalmente en inglés el 11 de noviembre de 2022)