Desde el comienzo de la guerra genocida del gobierno israelí contra Gaza tras la acción armada del 7 de octubre de Hamás contra las condiciones de campo de concentración impuestas por el régimen sionista, la facción de falsa izquierda del Partido Demócrata conocida como los Socialistas Demócratas de Estados Unidos (DSA, Democratic Socialists of America) se ha desvivido por apoyar la pretensión de Israel de responder a un crimen de guerra llevado a cabo por una organización terrorista motivada por el antisemitismo.
Esta narrativa fraudulenta ha servido de pretexto para el genocidio contra los 2,3 millones de habitantes de un enclave bloqueado del tamaño de la ciudad de Detroit, que ya se ha cobrado más de 12.000 vidas, incluidos muchos miles de niños, ha destruido hospitales, escuelas y bloques de apartamentos, y ha privado a la indefensa población palestina de alimentos, agua, combustible y electricidad.
La 'Solución Final' a la cuestión palestina que está aplicando el régimen fascistizante de Benjamín Netanyahu tiene como objetivo transparente la 'limpieza étnica' de Gaza, el asesinato del mayor número posible de sus habitantes y la expulsión del resto al desierto egipcio del Sinaí, para que la tierra pueda ser poblada por israelíes en pos de un 'Gran Israel'.
Contrariamente a las afirmaciones de Washington y Tel Aviv de que la actual guerra contra Gaza es una respuesta defensiva a la incursión de Hamás del 7 de octubre, dirigida contra los dirigentes y la infraestructura del grupo y no contra los gazatíes de a pie, es bien sabido que los planes de limpieza étnica y desplazamiento de la población fueron elaborados por funcionarios israelíes hace muchos años.
Los antiguos planes de limpieza étnica y genocidio de Israel
Un artículo de 2016 publicado por el Centro de Derechos Constitucionales bajo el título 'El genocidio del pueblo palestino: Una perspectiva de Derecho Internacional y Derechos Humanos', incluye lo siguiente:
En agosto de 2014, Moshe Feiglin, entonces vicepresidente de la Knesset israelí y miembro del partido gobernante Likud del primer ministro Benjamín Netanyahu, pidió la destrucción de la vida palestina en Gaza y ofreció un plan detallado para enviar a los palestinos que viven en Gaza a todo el mundo. En concreto, imaginó un escenario en el que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) encontrarían zonas en la frontera del Sinaí para establecer 'campamentos de tiendas de campaña... hasta que se determinen los destinos de emigración pertinentes'. Sugirió además que las FDI 'exterminarían entonces los nidos de resistencia, en caso de que quedara alguno'.
Posteriormente escribió en un artículo de opinión: 'Después de que las FDI completen el 'ablandamiento' de los objetivos con su potencia de fuego, las FDI conquistarán toda Gaza, utilizando todos los medios necesarios para minimizar cualquier daño a nuestros soldados, sin ninguna otra consideración.'
Y continuó: 'Gaza es parte de nuestra Tierra y permaneceremos allí para siempre. La liberación de partes de nuestra Tierra para siempre es lo único que justifica poner en peligro a nuestros soldados en la batalla para capturar tierras. Una vez eliminado el terror de Gaza, pasará a formar parte del Israel soberano y estará poblada por judíos. Esto también servirá para aliviar la crisis de la vivienda en Israel. La línea de tren costero se ampliará, tan pronto como sea posible, para llegar a toda la longitud de Gaza'.
La incursión de Hamás del 7 de octubre ha sido aprovechada para poner en práctica este plan preexistente de conquista del Lebensraum sobre los cadáveres de los palestinos.
La afirmación de la agresión y el terror de Hamás también ha servido como cobertura política para un muro de propaganda y mentiras por parte de los medios de comunicación capitalistas en Estados Unidos y en todo el mundo y el apagón virtual de los informes sobre las manifestaciones masivas en todos los continentes habitados contra el genocidio antipalestino y las demandas de los trabajadores y los jóvenes de todas las razas, religiones y nacionalidades para que se detenga.
Además, ha proporcionado el pretexto para los esfuerzos de los gobiernos y las universidades de EE.UU., los países de la OTAN y los aliados imperialistas como Australia para criminalizar el apoyo a los palestinos y la caza de brujas a los estudiantes y trabajadores que manifiestan su oposición a la matanza sionista-imperialista, en que utilizan la vil calumnia de 'antisemitismo'.
Estados Unidos y sus aliados se han visto sorprendidos por el carácter masivo e internacional del movimiento contra la guerra que ha estallado en respuesta al genocidio de Gaza. También lo han hecho sus agentes en la fraternidad pseudoizquierdista como el DSA, que habla en nombre de sectores de la clase media-alta. Sus tardíos llamamientos al alto el fuego, en parte en respuesta a la disensión interna por su complicidad en un crimen histórico contra la clase obrera y los oprimidos del mundo, no alteran su papel reaccionario.
El historial del DSA y de sus funcionarios más destacados dentro del Partido Demócrata desde la fuga de Hamás el 7 de octubre de la 'prisión al aire libre' de Gaza y su ataque armado y toma de rehenes en el sur de Israel no puede ser más claro.
El 7 de octubre, el sitio web oficial del DSA hizo un llamamiento nominal a la solidaridad con los palestinos. Al mismo tiempo, condenaba implícitamente a Hamás por la violencia contra civiles israelíes y equiparaba su resistencia armada con los 75 años de historia de violencia, terror y desposesión de Israel contra civiles palestinos. El DSA escribió:
Condenamos inequívocamente el asesinato de todos los civiles. Es imperativo que se respete las leyes internacionales de los derechos humanos.
Sin embargo, las administraciones demócratas de Joe Biden en Washington, Kathy Hochul en Albany y Eric Adams en Nueva York, y la maquinaria de inteligencia militar que representan, lo consideraron insuficiente. El domingo 8 de octubre se celebró en Times Square una protesta propalestina para denunciar la declaración de guerra total de Israel contra Gaza, que había sido respaldada por la sección neoyorquina del DSA. Inmediatamente fue objeto de feroces ataques por parte de todas las facciones del sistema político y de los medios de comunicación corporativos, que declararon que se trataba de un apoyo ilegítimo al terrorismo y al antisemitismo.
Ocasio-Cortez condena la protesta contra el genocidio israelí por 'antisemita'
Al día siguiente, la portavoz de DSA y congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez denunció la protesta y pidió que se 'cerraran' más protestas contra el bombardeo de alfombra de Israel contra civiles de Gaza.
'No debería ser tan difícil acabar con el odio y el antisemitismo donde lo vemos', dijo; estaba repitiendo la mentira de que el apoyo a Palestina equivale a racismo y antisemitismo. 'El fanatismo y la insensibilidad expresados en Times Square el domingo fueron inaceptables y dnos en este momento devastador', continuó Ocasio-Cortez.
Ese mismo día emitió un comunicado de prensa, publicado en su página web oficial del Congreso, en el que afirmaba:
Yo condeno el ataque de Hamás en los términos más enérgicos posibles. Ningún niño ni ninguna familia deberían soportar jamás este tipo de violencia y miedo, y esta violencia no resolverá la opresión y la ocupación constantes en la región.
No mencionó el bombardeo israelí de viviendas, complejos de apartamentos, oficinas, hospitales, mezquitas e iglesias, ni el bloqueo del suministro de alimentos, combustible, medicinas, electricidad y agua al empobrecido y densamente poblado enclave.
Ocasio-Cortez no estuvo sola. El congresista Jamaal Bowman, que como miembro del DSA votó en 2021 a favor de un proyecto de ley que armaba a Israel, emitió un comunicado que decía que estaba 'conmocionado y asqueado por la manifestación celebrada aquí en NY este fin de semana celebrando la muerte.' Describió a los manifestantes contra la guerra como nazis que 'mostraban esvásticas'.
El miembro de la Asamblea de Nueva York Zohran Mamdani, miembro del DSA, también denunció la concentración antibelicista: 'Mi apoyo a la liberación palestina nunca debe confundirse con una celebración de la pérdida de vidas civiles. Condeno la matanza de civiles y la retórica de una concentración [la del domingo] que pretende restar importancia a esas muertes'.
Los criminales de guerra de Tel Aviv y Washington, sus portavoces en los medios de comunicación corporativos y los dos partidos políticos imperialistas de Estados Unidos consideraron insuficientes estos ejemplos de cobarde adaptación al terror y asesinato masivos perpetrados por los fundadores del Estado sionista desde su creación hace 75 años, con la plena complicidad y apoyo del imperialismo estadounidense, y su último y más desnudo capítulo en el genocidio contra Gaza.
El 12 de octubre, el Detroit News informó de que el congresista republicano de Michigan Jack Bergman y otros republicanos de la Cámara de Representantes habían presentado una moción de censura contra Rashida Tlaib, miembro del DSA y única congresista palestina, por oponerse a la ayuda militar a Israel y negarse a condenar el atentado de Hamás del 7 de octubre. La congresista demócrata de Lansing Elissa Slotkin, exagente de la CIA, que forma parte de un creciente grupo de 'demócratas de la CIA', se sumó al ataque contra Tlaib.
Al día siguiente, el 13 de octubre, el Detroit Free Press, afín al Partido Demócrata, informó de que Tlaib había denunciado la incursión de Hamás como 'crimen de guerra' en una declaración al periódico el 11 de octubre. 'Fueron crímenes de guerra', declaró al periódico. 'Es un crimen de guerra igual que el castigo colectivo a los palestinos ahora mismo es un crimen de guerra'.
El intento de apaciguamiento de Tlaib no le sirvió de nada. Al contrario, animó a los cazadores de brujas. La Cámara votó el 7 de noviembre para censurar a Tlaib: 22 demócratas proporcionaron a los republicanos el margen necesario para castigar a una congresista electa por sus opiniones políticas, algo que establece un precedente para la dictadura.
También el 13 de octubre, la revista Jacobin, estrechamente vinculada al DSA, publicó un artículo de Ben Burgis titulado 'Los medios de comunicación están desprestigiando a los Socialistas Democráticos de América sobre Palestina'. Resulta, según el artículo, que los medios de comunicación están desprestigiando al DSA al no informar de la disculpa pública de su sección de Nueva York por su apoyo a la manifestación del 8 de octubre en Times Square y de las múltiples declaraciones de destacados demócratas del DSA que denunciaban el ataque de Hamás como un crimen de guerra.
Tres días después, el 16 de octubre, Ocasio-Cortez, entrevistada por Abby Phillip de CNN en la televisión nacional, anunció que ahora estaría dispuesta a votar a favor de la financiación militar estadounidense para el sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro de Israel. En diciembre de 2021, había votado 'presente' en la cuestión–demasiado cobarde y oportunista para votar 'no'–por lo que había sido atacada por demócratas y republicanos por igual. Pero ahora que la Cúpula de Hierro permitía a Israel llevar a cabo bombardeos de saturación en Gaza sin apenas temor a represalias efectivas, Ocasio-Cortez se había convencido evidentemente de su necesidad.
El bombardeo israelí del Hospital Al-Ahli de la ciudad de Gaza el 18 de octubre, en el que murieron cientos de civiles palestinos, si acaso provocó aún más condenas de Hamás y denuncias moralizantes de la 'violencia' desde los recintos del DSA.
El 25 de octubre, mientras Israel intensificaba sus bombardeos contra Gaza, al norte y al sur, y el gobierno de Biden amenazaba con una guerra contra Irán, todos los miembros demócratas con derecho a voto de la Cámara de Representantes votaron por el líder de la minoría de la Cámara, Hakeem Jeffries, para que se convirtiera en el nuevo presidente de la Cámara. Todos los miembros del llamado 'Escuadrón', incluidos Ocasio-Cortez, Jamaal Bowman, Cori Bush, Greg Casar, Ilhan Omar y Ayanna Pressley, votaron por Jeffries.
Ocho días después, el 1 de noviembre, tras el bombardeo israelí del campo de refugiados de Jabalya, en el norte de Gaza, Jeffries declaró a Wolf Blitzer, de CNN: 'Sé que Israel está haciendo todo lo posible para seguir conduciendo esta guerra necesaria según las reglas internacionales de la guerra'.
En cuanto a Ocasio-Cortez, intensificó su defensa de la plena colaboración de la administración Biden en el genocidio: promovió sus cínicos llamamientos a una 'pausa humanitaria' en el asesinato en masa como un paso positivo. El DSAer de Nueva York es una de las primeras en apoyar la reelección de Biden.
El 26 de octubre, retuiteó con aprobación una declaración conjunta de los representantes demócratas de Nueva York Jerrold Nadler y Dan Goldman. La declaración condenaba 'los crímenes de guerra de Hamás y sus atroces e inhumanos ataques contra civiles', afirmaba el 'derecho absoluto' de Israel a llevar a cabo su guerra contra Gaza y trataba de culpar a Hamás de bloquear la ayuda al enclave asediado. Afirmó, sin aportar pruebas, que el gobierno de Hamás estaba 'desviando la ayuda' para sus 'objetivos terroristas', y exigió a Hamás que 'libere el combustible y la electricidad utilizados para su terrorismo a los hospitales de Gaza para garantizar que los civiles heridos reciban atención médica'.
¿Qué se puede decir? En su vileza y depravación, esta declaración, respaldada por Ocasio-Cortez, ¡es comparable a culpar a los resistentes judíos del sufrimiento de los judíos en el gueto de Varsovia!
Los demócratas del DSA firman una carta de 'alto el fuego' que elogia a Biden y Blinken
El apoyo total del Partido Demócrata y de Biden al asesinato masivo por parte de Israel de hombres, mujeres y niños palestinos en su campaña de limpieza étnica–un crimen de guerra que ha conmocionado e indignado a decenas de millones en todo el mundo–y las denuncias de protestas en defensa de los palestinos por parte de Ocasio-Cortez y otros titulares del DSA han llevado al DSA a una crisis interna masiva. Con las protestas contra la guerra que siguen extendiéndose por Estados Unidos y por todo el mundo, y el gobierno de Biden que exige miles de millones más en ayuda militar, mientras se niega a pedir ningún límite a las acciones genocidas de Israel ('sin líneas rojas'), el DSA ha adoptado el llamamiento a un alto el fuego (rechazado por Bernie Sanders). Se trata de un intento de controlar los daños políticos a nivel interno y de apuntalar la ilusión de que se puede acabar con la guerra y la opresión por presionar desde abajo al Partido Demócrata.
El 15 de noviembre, 24 demócratas 'progresistas' de la Cámara de Representantes, entre ellos los miembros de DSA Alexandria Ocasio-Cortez, Rashida Tlaib, Cori Bush y Greg Casar, enviaron una carta conjunta al 'Honorable Joseph R. Biden, Jr.' y al 'Honorable (secretario de Estado) Antony Blinken” que les instaba a pedir un 'alto el fuego bilateral sólido' en Gaza.
En su segunda frase, la carta 'reafirma nuestra condena inequívoca de los ataques de Hamás contra Israel que tuvieron lugar el 7 de octubre'. La siguiente frase, en un lenguaje notablemente más débil, declara la 'grave preocupación [de los firmantes] por la actual respuesta israelí'.
Tras citar algunos índices de la espantosa muerte y destrucción infligidas por Israel a la indefensa población de Gaza, la carta en realidad 'elogia' a Biden y Blinken por buscar 'una mayor expansión de los suministros humanitarios que llegan a Gaza'. En ella se expresa la preocupación de que la carnicería en Gaza pueda tener 'implicaciones negativas para la seguridad nacional' y se corra el riesgo de 'socavar la propia credibilidad de Estados Unidos en la región.'
Tras elogiar las 'sabias palabras' de consejo de Biden a Israel tras el ataque de Hamás del 7 de octubre, la carta dice: 'Agradecemos al presidente que haya pedido una pausa humanitaria...'
Esta misiva llorona y cínica, cabe señalar, fue enviada en medio de la invasión terrestre de Gaza por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel, su ocupación del Hospital Al-Shifa y la expansión de su ataque terrestre al sur del enclave. Se envió un día después de la marcha bipartidista de Washington D.C. en apoyo de Israel y su guerra genocida, en la que destacados demócratas, como el líder de la minoría en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, compartieron plataforma con republicanos fascistas como el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, y el antisemita evangélico John Hagee. El cántico más popular del acto fue '¡No al alto el fuego!'.
La carta coincidió con el violento ataque perpetrado el miércoles por la policía del Capitolio contra manifestantes pacíficos contra la guerra, en su mayoría judíos, frente a la sede en Washington del Comité Nacional Demócrata. El jueves le siguió el anuncio del Departamento de Educación del gobierno de Biden de investigaciones federales sobre presuntos incidentes antisemitas contra cinco universidades en las que los estudiantes protestaron contra el genocidio estadounidense-israelí en Gaza.
En la carta firmada por los demócratas del DSA no se hace referencia alguna a la represión antidemocrática de la libertad de expresión y de la expresión política en apoyo de los palestinos en los campus de todo el país. No se pide que se deje de suministrar a Israel las bombas, los proyectiles, los aviones y los servicios de inteligencia que se utilizan para asesinar a los gazatíes, ni que Estados Unidos retire sus fuerzas especiales de portaaviones enviadas a la región para amenazar a Irán.
El impulso político básico de la carta, en línea con la política proimperialista del DSA, es canalizar la oposición social y el sentimiento antibélico detrás del Partido Demócrata, el cementerio de la oposición social durante más de un siglo, e impedir que el movimiento de masas contra la guerra se convierta en el movimiento en expansión de los trabajadores en EE.UU. e internacionalmente contra la explotación y la desigualdad capitalistas. La tarea, como han explicado incansablemente el CICI y el WSWS, es unir a la clase obrera y a la juventud en oposición a todos los partidos y gobiernos de la clase capitalista: destituir y sustituir al gobierno, no presionarlo.
El potencial material y político para llevar a cabo esta perspectiva se ve claramente en el carácter global de la oposición de masas al genocidio en Gaza–a pesar del torrente de mentiras y propaganda de todos los gobiernos imperialistas, medios de comunicación corporativos y administraciones universitarias–en medio del crecimiento de un movimiento de huelga internacional de trabajadores contra los recortes salariales, la inflación, la aceleración y la desigualdad.
El DSA sigue formando parte del sangriento Partido Demócrata, que actualmente dirige la guerra por poderes contra Rusia en Ucrania, al tiempo que proporciona las armas, el apoyo político y la propaganda mentirosa esenciales para la guerra genocida del régimen sionista contra los palestinos. Al mismo tiempo, el partido imperialista de elección del DSA se está preparando para abrir nuevos frentes en la campaña de Washington para superar su crisis mortal por medio de la guerra mundial contra Irán y China.
Y el DSA sigue apoyando la reelección del tembloroso criminal de guerra Biden. Se ha expuesto completamente como cómplice de genocidio y enemigo de la clase obrera y los oprimidos del mundo.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 19 de noviembre de 2023)
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