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En España, Podemos es políticamente cómplice del genocidio de los palestinos

Millones de trabajadores y jóvenes están protestando internacionalmente, indignados por el genocidio perpetrado por Israel en Gaza con el objetivo de llevar a cabo una limpieza étnica con los palestinos. Desde el 7 de octubre, se han organizado miles de protestas en toda España, incluidas las principales ciudades Madrid, Barcelona, Bilbao, Sevilla, Valencia y Zaragoza, movilizando a millones de jóvenes y trabajadores.

Más de 100.000 personas marcharon en Madrid el domingo 29 de octubre en defensa de Gaza.

El espíritu antibélico de los participantes contrasta claramente con las cínicas motivaciones de sus organizadores. Este es en particular el caso del grupo pseudoizquierdista Podemos, que después de haber dejado el gobierno en diciembre ahora se presenta como opositor al genocidio después de haber armado a Israel cuando estaba en el poder.

Existe un abismo de clase entre la lucha emprendida por el WSWS para dirigir las protestas hacia la tarea esencial de construir un movimiento consciente de la clase trabajadora contra el gobierno y el sistema capitalista, la fuente de la desigualdad, la guerra y el fascismo, y las cínicas maniobras políticas de Podemos en el parlamento y en las calles, dirigidas a mantener la ira masiva contra el genocidio israelí en Gaza atrapada dentro del corsé del gobierno PSOE-Sumar.

Podemos en el poder (2020-2023): los florecientes años de las relaciones entre Israel y España

Hoy, Podemos participa activamente en las protestas generalizadas en toda España pidiendo al gobierno de coalición PSOE-Sumar que rompa todos los lazos diplomáticos y militares con Israel. Sin embargo, cuando estuvo en la coalición de gobierno junto al PSOE entre 2020 y 2023, se intensificaron los compromisos políticos, económicos y militares de España con el gobierno de extrema derecha de Netanyahu. Esto ocurrió a pesar de la brutal represión de los derechos de los palestinos en Cisjordania y Gaza por parte de Netanyahu, acciones que condujeron a la incursión de Hamas en Israel el 7 de octubre.

Antes de 2020, las relaciones entre Israel y España se habían deteriorado por la posición de Jerusalén sobre la crisis secesionista catalana en 2017. Israel había definido la crisis en Cataluña como 'un asunto interno que tenía que resolverse a través del diálogo', lo que enfureció a Madrid, que esperaba un apoyo total para su represión de los nacionalistas catalanes.

Esto cambió cuando Podemos llegó al poder.

Las relaciones comerciales se dispararon hasta alcanzar un récord de 3.100 millones de euros en 2023. Solo en 2022, 2.558 empresas exportaron a Israel, y el valor de sus bienes y servicios alcanzó un récord de €2.100 millones, lo que supone un aumento del 20,2% respecto al año anterior, mientras que las importaciones procedentes de Israel alcanzaron los €1.000 millones.

Algunas de las mayores corporaciones españolas del Ibex-35 han incrementado su presencia en el mercado israelí, como Sacyr, Indra, Acs o Comsa. Podemos nunca se opuso a que varias empresas de infraestructuras, como CAF, COMSA, GMV o TyPSA, trabajaran para reforzar la ocupación israelí de Cisjordania a través de la expansión de las redes de tranvías que conectan el Jerusalén ocupado con Israel.

El comercio de armas también floreció. En 2014, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, criticó al gobierno derechista del Partido Popular (PP) por sus acuerdos de armas con Israel. Iglesias dijo que era 'una vergüenza que nuestro Gobierno vaya a seguir gastando 300 millones de euros comprando misiles Spike a Israel y que durante 2013 vendiera material militar a Israel por valor de cuatro millones de euros'.

El líder del partido Podemos, Pablo Iglesias, habla ante la mirada del presidente interino de España, Pedro Sánchez, luego de firmar un acuerdo en el parlamento en Madrid, España, el martes 12 de noviembre de 2019. (Foto AP/Paul White)

Seis años después, sin embargo, el acuerdo armamentístico del PP con el régimen sionista palideció en comparación con el de Podemos. Bajo el mandato del vicepresidente Iglesias, entre 2020 y 2022, España vendió armas a Israel por valor de 140 millones de euros, mientras que Madrid gastó cientos de millones comprando armas con la marca de 'probado en combate' a Israel. Su uso contra los palestinos hizo que fueran vistos como más valiosos y fiables para las fuerzas armadas españolas.

El gobierno PSOE-Podemos también compró misiles Spike por valor de €365 millones. El 3 de octubre, pocos días antes del ataque israelí a Gaza, el gobierno compró otros 1.680 misiles Spike por valor de €285 millones.

Las relaciones diplomáticas también mejoraron. En junio de 2023, Madrid acogió el 'V Diálogo Estratégico España-Israel', que reunió a altos cargos de ambos países, incluidos representantes de los ministerios de defensa y de los ejércitos respectivos. En el encuentro se discutió el 'margen para que Israel ayude a satisfacer la creciente demanda de España y sus socios de la UE de tecnología civil y militar'.

El gobierno de Podemos también mantuvo 646 soldados en el sur del Líbano, como parte de los 11.000 efectivos de la misión imperialista de la Fuerza Interina de las Naciones Unidas en el Líbano (FINUL), el mayor despliegue de España en una misión de la ONU. Liderado por el general de división español Aroldo Lázaro Sáenz, su objetivo es asegurar la frontera norte de Israel contra Hezbolá, la milicia respaldada por Irán y aliada de Hamas en Gaza.

En vísperas del levantamiento del 7 de octubre, Podemos y su recién formada coalición, la plataforma electoral Sumar —que incluía al Movimiento Sumar, Podemos, la estalinista Izquierda Unida, así como varias facciones nacionalistas y regionalistas, todas ellas dirigidas por políticos probados en su posición favorable a la OTAN— ya habían señalado su apoyo a la opresión de Israel contra los palestinos.

Los cuarenta y cinco días de Podemos en el Gobierno tras el 7 de octubre

Podemos desempeñó un papel extraordinariamente cínico. Mientras acusaba a Israel de genocidio, el gobierno PSOE-Podemos continuaba vendiendo millones de euros en armamento para ser utilizado en Gaza.

Apenas una semana después del 7 de octubre, mientras Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno del PSOE, condenaba el ataque de Hamás y reiteraba el 'derecho a defenderse' del país israelí, la líder de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, acusaba a Israel de llevar a cabo un 'genocidio planificado' en Gaza.

Ione Belarra en la Cumbre de La Izquierda en Madrid, octubre de 2023 [Photo by The Left/Flickr / CC BY-NC-SA 2.0]

Belarra acusó a Israel de 'dejar a cientos de miles de personas sin electricidad, alimentos y agua' y de bombardear a la población civil 'como castigo colectivo'. De esta forma estaba interpretando un papel engañoso. Según una investigación del Centro Delàs para la Paz, después del 7 de octubre, el gobierno PSOE-Podemos siguió comprando y vendiendo armas a Israel y cerrando contratos con empresas armamentísticas israelíes.

El pasado mes de noviembre, mientras Belarra todavía se sentaba en el gobierno, una empresa armamentística española exportó a Israel munición letal autorizada por el Gobierno PSOE-Podemos por valor de €987.000 pertenecientes a la categoría 'bombas, granadas, torpedos, minas, misiles, cartuchos y otras municiones y proyectiles'. Estas operaciones fueron continuadas por su sucesor, el gobierno PSOE-Sumar.

Las importaciones también aumentaron. España adquirió productos por valor de €705 millones de euros a la empresa israelí Elbit Systems, especializada en la fabricación de electrónica militar y sistemas de recopilación de inteligencia y diferentes tipos de vehículos como submarinos, aviones y buques de combate.

El gobierno PSOE-Podemos también protegió la retaguardia israelí, ya que los ministros de Podemos votaron a favor de enviar a la fragata española Méndez Núñez y al buque de suministros militares Patiño para que se unieran al grupo de batalla del portaaviones USS Gerald R. Ford. El portaaviones fue desplegado en el Mediterráneo oriental para proporcionar apoyo estadounidense a la guerra israelí en Gaza, respaldando las amenazas de Estados Unidos de bombardear a las fuerzas en el Líbano, Siria, Irak o Irán que pudieran tratar de intervenir militarmente para ayudar a los palestinos.

El punto de inflexión que obligó a Podemos a cambiar su postura llegó con las protestas mundiales contra las atrocidades israelíes. El movimiento contra la guerra más grande y sostenido desde la era de la Guerra de Vietnam estalló en todo el mundo, con millones de personas participando en protestas. En Bélgica, los sindicatos de aeropuertos llamaron a los trabajadores a no manipular envíos de armas con destino a Israel. En Barcelona, 1.200 estibadores anunciaron que se negarían a dar servicio a cualquier barco que transportara material para abastecer la guerra del gobierno de Netanyahu. En Ferrol, los trabajadores de la empresa pública de astilleros Navantia denunciaron el envío de buques de guerra españoles y exigieron su retorno inmediato y el fin de todas las relaciones comerciales y diplomáticas con Israel.

Entendiendo que enfrentaban el olvido político debido a su asociación con el genocidio, con la gran mayoría de sus seguidores uniéndose a las protestas propalestinas y los primeros signos de la intervención de la clase trabajadora a nivel internacional, Podemos decidió abandonar el gobierno PSOE-Sumar. El 5 de diciembre, cinco diputados de Podemos anunciaron que abandonaban el grupo parlamentario de Sumar.

Podemos abandonó el gobierno no porque se oponga al genocidio en Gaza, sus políticas de austeridad y su militarismo, todo lo cual apoyó de 2020 a 2023. Incluso dejó claro que no iba a utilizar a sus cinco diputados clave para derrocar a un gobierno que goza de una escasa mayoría. Por el contrario, Belarra afirmó cínicamente que 'las fuerzas democráticas [Podemos, PSOE y Sumar] deben trabajar juntas' para frenar a la extrema derecha en España.

Podemos se posiciona contra el genocidio

En resumen, Podemos estaba trabajando con el gobierno PSOE-Sumar para, citando la amenaza de la extrema derecha, mantener el enorme enfado contra el genocidio israelí en Gaza confinado en la camisa de fuerza del gobierno.

Como era de esperar a principios de enero, Belarra declaró que Podemos había instado al gobierno español a apoyar el caso de Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) contra Israel por genocidio. Podemos envió cartas oficiales al Ministerio de Asuntos Exteriores español y al gobierno central.

El fallo provisional de la CIJ concluyó que había pruebas convincentes tanto de actos genocidas como de intenciones genocidas por parte del gobierno y los líderes militares israelíes, y que el caso debía seguir adelante. Sin embargo, cediendo a la presión de importantes potencias imperialistas, incluyendo Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania y otros, la corte escandalosamente no llamó a Israel a cesar su bombardeo en Gaza y levantar su bloqueo de alimentos, medicinas, energía y otros artículos esenciales.

Delegaciones de Sudáfrica, izquierda, e Israel, derecha, durante la sesión de la Corte Internacional de Justicia en La Haya, Países Bajos, 26 de enero de 2024 [AP Photo/Patrick Post]

El fallo desenmascaró la insistencia de Podemos en que los manifestantes deben depositar sus esperanzas en la CIJ que no pudo detener y no detendrá el genocidio.

Podemos también está tratando de desviar las protestas del gobierno español y de la burguesía imperialista a la que sirve utilizando un gastado antiamericanismo estalinista. En X, la líder de Podemos, Belarra, dijo: “El servilismo de este gobierno con los EE. UU es lo que impide que actúe contra el genocidio del pueblo palestino. Me avergüenza.”

Y ello a pesar de que, como ministra, votó a favor de aumentar el número de buques de guerra y soldados estadounidenses estacionados en territorio y suelo españoles y se unió al envío de tanques y armamento al régimen de Kiev, representante de Estados Unidos y la OTAN, en Ucrania, para librar la guerra contra Rusia.

Detrás del antiamericanismo de Belarra no está la oposición socialista al imperialismo estadounidense. Más bien, en condiciones en las que el poder de Estados Unidos está disminuyendo y las voces dentro de sectores de la élite europea están pidiendo una 'autonomía estratégica' de Washington, particularmente en caso de que Trump gane las elecciones de este año, Podemos está reforzando conscientemente al imperialismo europeo y especialmente español.

Al mismo tiempo, al no mencionar las protestas masivas que han estallado en Estados Unidos, particularmente entre los judíos, Podemos está demostrando que es hostil a cualquier perspectiva de unidad internacional de los trabajadores del otro lado del Atlántico en oposición al genocidio en Gaza.

Podemos también promueve ilusiones de que el gobierno PSOE-Sumar, todavía involucrado en la venta e importación de armas hacia y desde Israel, puede ser presionado para que actúe contra su campaña de asesinatos masivos y limpieza étnica.

A finales de febrero, Podemos presentó una proposición no de ley en el Parlamento para cortar las relaciones diplomáticas y militares con Israel, 'hasta que cese la ofensiva sobre Gaza y Cisjordania'. De las seis iniciativas sometidas a votación, solo se aprobó 'Redoblar los esfuerzos para lograr la apertura de corredores humanitarios y la entrada de ayuda humanitaria en Gaza, incluyendo la coordinación a nivel europeo para el envío conjunto de ayuda'.

Cínicamente, en la petición de un cese inmediato del comercio de armas con Israel, los dos partidos del gobierno, PSOE y Sumar, votaron a favor, pero esto fue rechazado por 176 votos a favor y 166 en contra, con la oposición del derechista Partido Popular (PP), el partido de extrema derecha Vox y los nacionalistas catalanes de Junts per Catalunya, que apoyan al gobierno desde fuera.

A pesar de todas sus posturas, Podemos sigue intentando apuntalar al Gobierno. No se opone al militarismo español y cuando estuvo en el poder acordó aumentos récord del gasto militar. También apoyaron la guerra de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia en Ucrania, enviando millones de euros en armamento, entrenamiento y ayuda al régimen de extrema derecha de Zelensky.

La guerra de Podemos en el extranjero está ligada a su historial ya bien establecido de represión de los trabajadores en España, incluido el envío de miles de policías para aplastar a los trabajadores metalúrgicos de Cádiz, la huelga de camioneros de 2022 y la imposición de duros servicios mínimos para romper las huelgas.

Por encima de todo, Podemos se opone a la única forma de detener los asesinatos en masa y la limpieza étnica en Gaza: el desarrollo de un movimiento global de la clase obrera contra la clase capitalista y su aparato estatal represivo.

Cualquier lucha genuina contra el genocidio y la guerra requiere la movilización independiente de la clase obrera sobre una base internacional y socialista, en oposición a fuerzas políticas como PSOE, Sumar y Podemos y sus aliados sindicales, CCOO y UGT, que actúan como una fuerza policial en nombre del imperialismo. Esto requiere nuevas organizaciones, una nueva perspectiva y la construcción de una dirección política que apunte a la conquista del poder por la clase obrera, el derrocamiento del capitalismo y el imperialismo, y el establecimiento del socialismo a escala mundial. Significa construir una sección española del Comité Internacional de la Cuarta Internacional, el movimiento trotskista mundial.

(Publicado originalmente en inglés el 15 de marzo 2024)

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