El voto abrumador y bipartidista del miércoles en la Cámara de Representantes de Estados Unidos para mantener al congresista ultraderechista de Luisiana, Mike Johnson, como presidente de la cámara baja, representa la formación de un Gobierno de coalición en todos los aspectos menos en el nombre. Los demócratas y republicanos han unido fuerzas con base en un programa común de guerra en el exterior y represión masiva en casa.
La Cámara de Representantes votó 359 a 43 a favor de archivar una resolución de la diputada fascista de Georgia, Marjorie Taylor Greene, que pedía deponer al presidente legislativo. La moción habría dado paso a una serie extensa de votos para elegir a un nuevo líder de la Cámara de Representantes, cuando la pequeña mayoría de 217 republicanos ante 213 demócratas (y cinco escaños no ocupados) significa que incluso un puñado de diputados puede bloquear un candidato.
El contenido político del voto resulta aún más importante que el voto en sí. Los demócratas explícitamente estaban devolviéndole el favor a Johnson por presentar para votación el proyecto de ley de asistencia militar suplementaria a Ucrania, Israel y Taiwán, tras una larga espera.
Después de que el proyecto de ley de financiamiento se aprobara el mes pasado por un cómodo margen bipartidista, el líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, y otros líderes demócratas dijeron que no apoyarían una moción para deponer a Johnson, que usualmente ocurren de forma partidaria, si se usaba para castigarlo por poner fin al bloqueo republicano de la ayuda militar.
Greene presentó inicialmente la moción contra Johnson a fines de marzo, después de organizar la aprobación bipartidista de la legislación presupuestaria para el año fiscal en curso, incluida una cifra récord de $825 mil millones para el Pentágono. Pero no presentó la moción para votación, describiéndola como una “advertencia”, hasta que Johnson llegó a un acuerdo con la Casa Blanca y los demócratas del Congreso sobre el proyecto de ley de gasto militar suplementario, aprobado por ambas cámaras y promulgado por Biden el 24 de abril.
Cuando la congresista de Georgia finalmente presentó la moción para declarar vacante el cargo de presidente legislativo, fue respaldada por otros 10 republicanos. Este fue el mismo número de fascistas que derrocaron con éxito al presidente Kevin McCarthy en septiembre pasado, cuando todos los demócratas también votaron para deponerlo.
Esta vez, sin embargo, los demócratas se comprometieron a mantener a Johnson en el cargo. Y en lugar de proporcionar a Johnson el puñado de votos demócratas o abstenciones que necesitaba para permanecer en el cargo, los demócratas votaron en masa contra la moción, una ostentosa muestra de apoyo que Jeffries llamó una muestra de “madurez política”.
En una entrevista reciente en “Sixty Minutes”, Jeffries declaró:
A pesar de que estamos en minoría, efectivamente hemos estado gobernando como si estuviéramos en la mayoría porque continuamos proporcionando la mayoría de los votos necesarios para hacer las cosas... Ésos son los hechos.
Al día siguiente, los titulares de los dos principales periódicos estadounidenses tomaron nota de la importancia de la votación. El New York Times escribió: “Mike Johnson se convierte en el presidente de toda la Cámara de Representantes. Por Ahora”. El titular del Washington Post decía: “Como cogobernantes de la Cámara de Representantes, la mayoría demócrata en espera ya puede haber llegado”.
El Times señaló el carácter sin precedentes de la votación y escribió: “Los miembros del partido minoritario en la Cámara de Representantes nunca han apoyado al presidente del otro partido...”.
El Post escribió: “Los demócratas el miércoles por la noche acudieron al rescate de un congresista conservador que es presidente legislativo y consolidaron su condición de cogobernantes de una cámara baja profundamente disfuncional en el proceso”.
Johnson es el presidente de la Cámara de Representantes más reaccionario en la historia moderna de los Estados Unidos: un fundamentalista cristiano que se opone al aborto, aboga por la religión en las escuelas públicas y apoya los recortes masivos en el gasto social público. Tras la derrota de la moción de censura, declaró:
Soy un republicano conservador de toda la vida y tengo la intención de seguir gobernando de acuerdo con esos principios fundamentales.
Antes de liderar la Cámara de Representantes, Johnson votó a favor del desafío liderado por Trump a la certificación de la victoria de Biden en las elecciones de 2020. Está comprometido a respaldar a Trump en las elecciones presidenciales. Trump lo elogió después de una reunión reciente en Mar-a-Lago y aplaudió la derrota de la moción para deponerlo en un mensaje publicado en su plataforma Truth Social.
Los demócratas están listos para apoyar a un presidente legislativo archirreaccionario siempre que apruebe el financiamiento de la guerra de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia y el genocidio israelí respaldado por Estados Unidos en Gaza. En la ceremonia del martes para conmemorar el Día de Recordación del Holocausto, Biden y Johnson estuvieron uno al lado del otro, cada uno mostrando una fotografía de niños judíos asesinados por los nazis, como si esto justificara de alguna manera el asesinato por parte del ejército israelí de más de 10.000 niños palestinos en Gaza.
Las implicaciones domésticas de esta alianza bipartidista son igual de siniestras. Johnson y Biden unieron fuerzas el mes pasado para respaldar la aprobación de la legislación para extender la Sección 702 de la Ley de Seguridad de Inteligencia Extranjera, que autoriza el espionaje generalizado de los estadounidenses por parte de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, sigla en inglés).
Y ahora están respaldando la represión de las protestas estudiantiles contra el genocidio en Gaza. Las audiencias de la Cámara de Representantes han incluido el hostigamiento de los rectores universitarios por parte de republicanos y demócratas, exigiendo una represión policial aún más feroz de los estudiantes y otros manifestantes y despejar los encampes de protesta en los campus.
Esta coalición de Biden, Jeffries, Johnson y Trump en apoyo de las guerras en el extranjero y la construcción de un Estado policial en el país, guarda lecciones políticas vitales. Desmiente la ficción, difundida interminablemente por la campaña de reelección de Biden, de que él representa la última defensa del pueblo estadounidense contra la amenaza de la derecha a la democracia.
Demuestra la falsedad de todas las afirmaciones de los apologistas del Partido Demócrata en la prensa y los grupos pseudoizquierdistas como los Socialistas Democráticos de Estados Unidos (DSA, siglas en inglés), de que Biden representa un “mal menor” con respecto a Trump y los republicanos en las elecciones de 2024.
La realidad que enfrenta la clase trabajadora es que el único camino a seguir en la lucha contra la guerra y en defensa de los derechos democráticos es el desarrollo de un movimiento político independiente masivo de los trabajadores y jóvenes, basado en un programa socialista y en alianza con nuestros hermanos y hermanas de clase en todo el mundo.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 9 de mayo de 2024)