El siguiente discurso fue pronunciado por Deepal Jayasekera, secretario general del Partido Socialista por la Igualdad (Sri Lanka), ante el Acto Internacional en Línea del Día Internacional de los Trabajadores de 2024, llevado a cabo el sábado 4 de mayo.
Con el respaldo de las potencias imperialistas, Israel está llevando a cabo una guerra genocida en Gaza. En relación con eso, estamos viendo los avances hacia una guerra mucho más amplia en Oriente Próximo. Asimismo, en Ucrania se está intensificando la guerra de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia. Se están desarrollando los preparativos de guerra de EE.UU. contra China. Todos estos eventos intensifican la crisis hacia una tercera guerra mundial y configuran en gran medida el panorama político de toda la región del sur de Asia, incluidas Sri Lanka e India.
El primer ministro indio Narendra Modi ha convertido a India en un Estado de primera línea en los preparativos bélicos de Estados Unidos contra China. Dada la asociación estratégica militar entre EE.UU. y la India y los estrechos vínculos de India con Tel Aviv, el Gobierno de Modi ha ayudado e instigado la guerra genocida de Israel en Gaza, desde el inicio.
India, en complicidad con EE.UU., absorbe a los otros países de la región como Sri Lanka en la ofensiva militar estratégica estadounidense contra China. En consecuencia, toda la región del sur de Asia se ha sumergido en la vorágine geopolítica cada vez más intensa de una posible guerra nuclear mundial. En cuanto a los trabajadores y los jóvenes del sur de Asia, la conclusión política fundamental que debe extraerse es la necesidad de forjar un movimiento internacional contra la guerra basado en políticas socialistas y encabezado por el CICI.
El objetivo actual de Modi y su partido BJP chovinista hindú es con la bendición de poderosos sectores de la burguesía india, las grandes empresas nacionales y extranjeras, los medios de comunicación corporativos, y, por supuesto, de Estados Unidos y las demás potencias imperialistas, reelegirse por tercera vez en las actuales elecciones del Lok Sabha. Sus ambiciones son seguir aplicando sin descanso reformas económicas favorables a los inversores y ampliar la asociación estratégica entre Estados Unidos e India. Además, establecer un Gobierno fascistoide basado en el chovinismo hindú para reprimir brutalmente las inevitables luchas de los trabajadores, los jóvenes y los pobres rurales contra estas políticas.
Sin embargo, la Alianza Nacional Inclusiva India por el Desarrollo (INDIA) de oposición, liderada por el Partido del Congreso y compuesta por varios partidos burgueses regionales y estalinistas -el Partido Comunista de la India (Marxista), o CPM, y el Partido Comunista de la India (CPI)- no tiene políticas económicas y exteriores fundamentalmente diferentes a las del BJP de Modi. La alianza INDIA está comprometida con las mismas políticas de reforma económica y la asociación estratégica India-EE.UU.
Por lo tanto, no hay una alternativa para los trabajadores indios dentro de la élite política en las elecciones en curso. Deben rechazar a todos estos partidos del establishment político burgués, incluidos los estalinistas. Deben movilizarse como movimiento político independiente, movilizar a los pobres de las zonas rurales, en la lucha por un Gobierno obrero comprometido con las políticas socialistas. Esto debe formar parte de la lucha más amplia por el socialismo en Asia del sur y a escala internacional.
En respuesta a la creciente presión de India y EE.UU., el Gobierno de Sri Lanka del Presidente Ranil Wickremesinghe se dedica a integrar estrechamente a Sri Lanka en la campaña bélica de EE.UU. e India contra China. A finales de abril, las armadas de EE.UU. y Sri Lanka realizaron ejercicios conjuntos bilaterales frente a la costa de Trincomalee, en el este de Sri Lanka.
El Gobierno de Wickremesinghe también ha apoyado el genocidio de Israel en Gaza desde principios de octubre. A principios de este año, envió un buque de guerra al mar Rojo para unirse a la coalición liderada por Estados Unidos, supuestamente para proteger los buques comerciales de los ataques de los rebeldes hutíes respaldados por Irán en Yemen.
Al mismo tiempo, el Gobierno de Wickremesinghe está intensificando sus duras medidas de austeridad, dictadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), mediante la reestructuración o privatización de más de 400 empresas estatales. Destruirá cerca de medio millón de puestos de trabajo, recortará los salarios, empeorará las condiciones de trabajo y aumentará aún más los precios de los servicios públicos, como la electricidad y el agua, a niveles insoportables.
La clase obrera entra en luchas contra este brutal ataque del Gobierno de Wickremesinghe a sus derechos sociales. A principios de este año, decenas de miles de trabajadores de la Junta de Electricidad de Ceilán (CEB) celebraron una huelga de tres días y protestas contra los planes de privatización.
El Gobierno de Wickremesinghe está intensificando la represión estatal y con ello pretende reprimir estas luchas en desarrollo de la clase obrera. Las prohibiciones de huelgas en servicios esenciales y de acciones laborales en varias empresas del sector público, el despliegue de los militares para romper las huelgas, y la suspensión de trabajadores por emprender huelgas son algunas de estas medidas represivas. El Gobierno de Wickremesinghe está intensificando la guerra de clases contra la clase obrera.
Los partidos burgueses de la oposición, incluidos el Samagi Jana Balawegaya (SJB) y el Janatha Vimukthi Peramuna (JVP), no tienen diferencias fundamentales con el Gobierno de Wickremesinghe sobre su política económica. Están comprometidos con el mismo programa de austeridad del FMI. Seguirían haciéndolo con la misma crueldad si llegaran al poder en unas futuras elecciones. Por ello, no dudarán en reprimir brutalmente la oposición de los trabajadores, los jóvenes y los pobres rurales.
Los sindicatos, con la ayuda de organizaciones pseudoizquierdistas como el Partido Socialista de Primera Línea (PSF), son un baluarte para bloquear un movimiento político independiente de la clase obrera contra el asalto del Gobierno de Wickremesinghe a sus derechos sociales y democráticos. Esto es exactamente lo que hicieron durante la revuelta masiva de 2022 que derrocó al Gobierno de Rajapakse.
La lección política crucial que la clase obrera debe extraer de la experiencia del levantamiento de masas de 2022 es la necesidad de una dirección y una perspectiva socialistas revolucionarias para asegurar su victoria contra la embestida de la clase dominante. Aunque el levantamiento de masas consiguió obligar al entonces presidente Gotabhaya Rajapakse a dimitir y huir del país, y tumbó su Gobierno, la élite gobernante tuvo un respiro al instalar a Wickremesinghe a la presidencia. La clase obrera fue incapaz de aplicar su propia solución socialista a la crisis debido a la falta de una dirección y perspectiva revolucionarias.
Como parte de sus ataques más amplios contra los derechos democráticos, el Gobierno de Wickremesinghe ha decidido imponer un aumento de 52 veces en el depósito de seguridad para candidatos presidenciales de partidos políticos reconocidos a 2,6 millones de rupias, al tiempo que se eleva esta tarifa para los candidatos independientes de 75.000 rupias a 3,1 millones de rupias. Los depósitos para otras elecciones también se multiplicarán varias veces. El objetivo de esta medida es marginar a los oponentes políticos en general y evitar una oposición socialista, es decir, el SEP en particular, en unas próximas elecciones.
En respuesta a la ofensiva de la clase dominante contra los derechos sociales y democráticos de la clase obrera, incluida esta última medida del Gobierno de Wickremesinghe, el SEP ha lanzado una ambiciosa campaña para desarrollar el trabajo político y teórico de nuestro partido y para expandir el propio partido. Un fondo para la construcción del partido de 3,5 millones de rupias, así como una campaña de reclutamiento para el partido y el JEIIS, el desarrollo de nuestra cobertura para el WSWS y la publicación de literatura marxista-trotskista en cingalés y tamil forman parte de esta campaña.
Al mismo tiempo, el SEP prosigue su campaña para construir un Congreso Democrático y Socialista de los Trabajadores y las Masas Rurales (DSC), que iniciamos a mediados de julio de 2022 durante el levantamiento masivo. Hacemos un llamamiento a los trabajadores para que formen sus propios comités de acción en cada lugar de trabajo, fábrica, plantación y barrio, independiente de las burocracias sindicales y de todos los partidos burgueses. Los pobres rurales también deben formar estos comités en sus zonas.
El CDS se basará en delegados elegidos democráticamente por dichos comités de acción. A través de la construcción del DSC, el SEP desarrolla su lucha para movilizar independientemente a la clase obrera en un movimiento político, movilizar a la población rural pobre y a los jóvenes, basada en el socialismo internacional, para derrocar el dominio burgués y establecer un Gobierno de obreros y campesinos. Esto forma parte de una lucha más amplia por el socialismo a escala internacional, en la que el SEP colabora estrechamente con nuestros partidos hermanos del CICI.
Llamo a los trabajadores, jóvenes, pobres del campo y a los intelectuales de mentalidad socialista a unirse al SEP para llevar adelante esta lucha política crucial.