La campaña de terrorismo político instigada por Donald Trump y el Partido Republicano contra miles de trabajadores haitianos en Springfield, Ohio, marca un punto de inflexión en la crisis del sistema político estadounidense.
Trump, Vance y el Partido Republicano han promovido un clima de violencia que ha paralizado los servicios públicos en una ciudad de clase trabajadora con 60.000 habitantes. El objetivo de Trump previo a las elecciones de noviembre es completar una transición hacia la violencia de tipo paramilitar, efectivamente cambiando la orden que había dado a sus partidarios de extrema derecha de “esperen listos” a “marchen”. El domingo, Trump anunció que tenía planes de ir pronto a Springfield.
Los orígenes exactos de las calumnias contra los haitianos son difusos pero, en algún momento a inicios de agosto, los neonazis locales difundieron la mentira de que los inmigrantes haitianos estaban comiéndose los perros y gatos de Springfield. Luego, los operadores políticos en torno a Trump o Vance la adoptaron. Trump lo convirtió en un tema central político en el debate del martes, cunado dijo, “Fíjense en lo que pasa en las ciudades de todo Estados Unidos. No vayan a Springfield. En Springfield, están comiéndose los perros. La gente que llegó. Están comiéndose los gatos. Están comiéndose las mascotas de los habitantes”.
Después del debate, la campaña de Trump utilizó a Vance para dar al ataque fascista contra los inmigrantes un falso barniz “obrero”. El viernes, Vance publicó una declaración en Twitter/X diciendo que la situación en Springfield pone de manifiesto por qué apoya a Trump: “Los costos de la vivienda se disparan. Las enfermedades transmisibles van en aumento. Los accidentes automovilísticos, la delincuencia y las primas de seguros suben. Los ciudadanos se quejan durante meses (o más) y en su mayoría son ignorados”. Esta declaración demagógica, que se basa en más de un siglo de hostigamiento racial xenófobo, ha sido vista 37 millones de veces.
En respuesta a la apelación de Trump y Vance, los elementos de extrema derecha ahora han inundado la ciudad de Springfield con amenazas de violencia, prometiendo bombardear escuelas y participar en tiroteos masivos de trabajadores y escolares haitianos.
El gobierno de la ciudad, que previamente había aclarado que no había informes de mascotas desaparecidas, se vio obligado a cerrar el Ayuntamiento y el Departamento de Vehículos Motorizados de Springfield, mientras que las amenazas de bomba obligaron a varias escuelas y hospitales a cerrar y evacuar el viernes. Las dos universidades de la región, Clark College y Wittenberg University, anunciaron que las clases y los eventos se cancelarían debido a las amenazas en curso.
De los 12.000-20.000 inmigrantes haitianos que viven legalmente en la zona y trabajan en sus fábricas y almacenes, muchos han dicho a los periodistas que temen abandonar sus hogares. Un estudiante de secundaria cuya escuela fue evacuada el viernes le dijo al New York Times: “Todo el mundo está completamente nervioso, es realmente estresante. Siento que algo grande está a punto de suceder, pero no sé lo que es”.
En respuesta a las amenazas de bomba, Trump y Vance han aumentado el volumen de sus ataques contra haitianos e inmigrantes. En “Meet the Press” el domingo, Vance admitió efectivamente que el tema de “comer mascotas” fue inventado: “Si tengo que crear historias para que los medios estadounidenses realmente presten atención al sufrimiento del pueblo estadounidense, entonces eso es lo que voy a hacer”, dijo Vance, antes de decir que los haitianos habían aumentado las “tasas de enfermedades” y eran culpables del aumento de los costos de vivienda, atención médica y seguro de automóviles para los trabajadores.
En “Face the Nation”, Vance le dijo a Margaret Brennan: “Ahora hay mil niños en un distrito pequeño que no hablan inglés, así que ahora los niños que están en ese distrito escolar no están recibiendo una buena educación. Los servicios de salud locales se han visto abrumados. Es una tragedia terrible. Cuando se le preguntó sobre las amenazas de bomba, Vance culpó a los medios de comunicación por ignorar las preocupaciones de los ciudadanos sobre la inmigración durante demasiado tiempo: “¿Por qué alguien llama con una amenaza de bomba, Margaret? Es porque quieren que les presten atención”.
Este respaldo a la violencia fascista está en sintonía con la decisión de Trump y los republicanos de llevar el ataque contra los inmigrantes más al frente y utilizar un lenguaje cada vez más violento. En un mitin en Las Vegas, Nevada, el sábado, Trump dijo: “[nuestro] país se enfrenta a una invasión como la de un ejército” y que “tenemos miles y miles y miles de terroristas que ingresan a nuestro país”. Dijo que ciudades como Springfield, Ohio, y Aurora, Colorado, donde Trump ha promovido una afirmación falsa de que las pandillas venezolanas son responsables de las malas condiciones de vida, necesitan ser “liberadas”. Repitió su falsa afirmación de que los inmigrantes se están preparando para votar ilegalmente en las próximas elecciones.
Según un reporte del evento en Nevada Current, la campaña de Trump presentó una serie de nuevas imágenes en las pantallas grandes:
En las pantallas de video junto al escenario, la campaña mostraba imágenes que conectaban a los inmigrantes con el crimen. En una, titulada “El plan Harris para los traficantes sexuales”, una alfombra roja conduce a puertas abiertas en la frontera de los EE. UU. Otra decía “nadie está a salvo con las fronteras abiertas de Kamala” y mostraba a un hombre con un arma al acecho detrás de una mujer en un callejón oscuro. Una tercera mostraba a un grupo de hombres latinos tatuados y decía ‘los nuevos gerentes de tu apartamento si Kamala es reelegida”.
El silencio casi total del Partido Demócrata en respuesta a esta campaña fascista le da a Trump rienda suelta para intensificarla aún más. Kamala Harris, quien ha pagado anuncios de televisión que la presentan como estricta contra la inmigración, no ha hecho una sola declaración oponiéndose a la promoción de Trump de mentiras contra los haitianos. Ni una sola vez durante el debate del martes señaló que las declaraciones de Trump sobre los haitianos que comen mascotas eran falsas, y en su lugar enfatizó que apoyaba un proyecto de ley respaldado por “algunos de los miembros más conservadores” del Congreso para tomar medidas firmes contra la inmigración.
Biden hizo una declaración superficial el viernes diciendo que “esto no es permisible en Estados Unidos, esto tiene que parar”. En realidad, el Gobierno de Biden-Harris ha allanado el camino para que Trump convierta a los haitianos en chivos expiatorios al participar en ataques implacables contra los derechos de los inmigrantes haitianos. En abril, el Gobierno reinició los vuelos de deportación a Haití a pesar de la actual crisis económica, social y política en el país.
Fue bajo Biden en 2022 que los agentes de la Patrulla Fronteriza fueron desplegados a caballo y armados con látigos para impedir que los solicitantes de asilo haitianos ingresaran al país en la frontera sur con México. Como resultado de las medidas que el Gobierno de Biden-Harris ha tomado para disuadir la inmigración desde Haití, cientos de personas han muerto tratando de ingresar al país en los últimos años. El 17 de julio de 2024, 40 haitianos murieron intentando viajar a los Estados Unidos cuando su barco se incendió frente a la costa de Cap Haitien.
Trump está promoviendo y los demócratas están colaborando en la provocación fascista contra los inmigrantes porque temen la amenaza de un movimiento unido de la clase trabajadora.
En oposición a este intento de dividir a la clase trabajadora, los trabajadores en Ohio, en todo Estados Unidos e internacionalmente deben intervenir para defender a sus hermanos y hermanas de clase. Esta es una necesidad estratégica en la lucha por la unidad internacional de la clase trabajadora contra el capitalismo y por el fin del sistema de Estados nación.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 14 de septiembre de 2024)