El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, pronunció el martes en Estrasburgo (Francia) un contundente discurso durante una sesión de 90 minutos de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE, sigla en inglés). Assange describió 14 años de persecución extrajudicial, represión y encarcelamiento contra él por parte de Estados Unidos y Gran Bretaña, y sus escalofriantes efectos sobre la libertad de los medios de comunicación en todo el mundo.
Assange viajó desde Australia para comparecer ante la PACE en persona. Estaba sentado junto a su esposa Stella y el editor jefe de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson. Fue el primer discurso público de Assange desde su salida de la prisión de Belmarsh hace cuatro meses, tras llegar a un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Dijo Assange sobre el acuerdo, en el que se declaró culpable de conspirar con la analista de inteligencia del ejército estadounidense Chelsea Manning para obtener y divulgar documentos clasificados: “Al final elegí la libertad antes que una justicia irrealizable después de estar detenido durante años y enfrentarme a una condena de 175 años sin ningún recurso efectivo”. Y subrayó: “No estoy libre hoy porque el sistema haya funcionado, estoy libre hoy tras años de encarcelamiento porque me declaré culpable de periodismo”.
Afirmó que sin una campaña mundial sin precedentes por su libertad, llevada a cabo por activistas, ciudadanos, profesionales jurídicos y médicos y representantes políticos, “nunca habría visto la luz del día”.
Assange comparecía en una sesión parlamentaria especialmente convocada sobre su detención y condena. Fue presentada por la representante islandesa Thórhildur Sunna Ævarsdóttir, relatora general sobre la situación de los defensores de los derechos humanos del Consejo de Europa y miembro del Partido Pirata. El miércoles, la PACE debatirá su informe, “La detención y condena de Julian Assange y sus escalofriantes efectos sobre los derechos humanos”.
El desgaste personal que ha supuesto para Assange la vendetta liderada por Estados Unidos contra WikiLeaks ha sido evidente. Assange dijo a PACE:
La experiencia del aislamiento durante años en una pequeña celda es difícil de transmitir. Despoja a uno de su sentido de sí mismo, dejando sólo la esencia bruta de la existencia. Aún no estoy totalmente preparado para hablar de lo que he soportado, la lucha incesante por mantenerme vivo tanto física como mentalmente. Tampoco puedo hablar aún de la muerte en la horca, el asesinato y la negligencia médica de mis compañeros de prisión.
Y continuó:
El aislamiento me ha pasado factura, que estoy intentando superar, y expresarme en este contexto es un reto. Sin embargo, la gravedad de esta ocasión y el peso de los temas que nos ocupan me obligan a dejar a un lado mis reservas y dirigirme a ustedes directamente.
Assange aprovechó su comparecencia para advertir de las implicaciones de largo alcance de su procesamiento en virtud de la Ley de Espionaje, que había criminalizado el periodismo e instaurado un régimen de “represión transnacional”. Su condena significaba que cualquier periodista de cualquier parte del mundo podía ser acusado, extraditado y encarcelado por denunciar crímenes de guerra y otros abusos contra los derechos humanos cometidos por el gobierno estadounidense.
Tras 14 años de encarcelamiento en Gran Bretaña, bajo arresto domiciliario, en la embajada de Ecuador en Londres y después en prisión, Assange describió cómo salió de “la mazmorra de Belmarsh” y descubrió “cuánto terreno se ha perdido durante ese tiempo... cómo expresar la verdad ha sido socavado, atacado, debilitado y disminuido. Veo más impunidad, más secretismo, más represalias por decir la verdad y más autocensura.
“Es difícil no trazar una línea desde la persecución del gobierno estadounidense contra mí, que está cruzando el Rubicón al criminalizar internacionalmente el periodismo, hasta el clima de frialdad para la libertad de expresión que existe ahora”.
Assange dijo que WikiLeaks había “obtenido y publicado la verdad sobre decenas de miles de víctimas ocultas de la guerra y otros horrores nunca vistos, sobre programas de asesinatos, entregas, torturas y vigilancia masiva. Revelamos no sólo cuándo y dónde ocurrieron estas cosas, sino con frecuencia las políticas, los acuerdos y las estructuras que había detrás”.
Recordó cómo el vídeo de WikiLeaks Asesinato Colateral publicado en 2010 —en el que se veía a la tripulación de un helicóptero Apache estadounidense “volando en pedazos con avidez a periodistas iraquíes y a sus rescatadores”— había expuesto la realidad de la guerra moderna y “conmocionado al mundo”.
Assange describió la persecución que siguió, incluidas las acciones encubiertas de la CIA:
Ahora es un asunto de dominio público que bajo la dirección explícita de [el director de la CIA Mike] Pompeo, la CIA elaboró planes para secuestrarme y asesinarme dentro de la Embajada de Ecuador en Londres y autorizó perseguir a mis colegas europeos, sometiéndonos a robos, ataques de piratería informática y la colocación de información falsa.
Mi esposa y mi hijo pequeño también estaban en el punto de mira. Se asignó permanentemente a un agente de la CIA para que rastreara a mi esposa y se dieron instrucciones para obtener ADN del pañal de mi hijo de seis meses. Este es el testimonio de más de 30 funcionarios y ex funcionarios de los servicios de inteligencia estadounidenses.
Concluyó:
El hecho de que la CIA me persiguiera a mí, a mi familia y a mis asociados por medios agresivos extrajudiciales y extraterritoriales nos ofrece una visión poco frecuente de cómo las poderosas organizaciones de inteligencia ejercen la represión transnacional.
En el turno de preguntas que siguió, Assange respondió a una pregunta sobre sus planes para el futuro. Habló de la transformación del clima político al que se enfrenta WikiLeaks:
Mientras que antes publicábamos importantes vídeos de crímenes de guerra que suscitaban el debate público, ahora todos los días se retransmiten en directo horrores de las guerras de Ucrania y Gaza. Cientos de periodistas han sido asesinados en Gaza y Ucrania juntas. La impunidad parece aumentar, y todavía no se sabe qué hacer al respecto.
A la pregunta de si sabía desde el principio la escasa protección jurídica de que disponía WikiLeaks en Europa, Assange respondió que esperaba que la protección jurídica de la que gozaba WikiLeaks en Europa fuera más amplia. Pero añadió:
Mi ingenuidad fue creer en la ley. A la hora de la verdad, las leyes son sólo trozos de papel que pueden reinterpretarse en función de la conveniencia política. Son las reglas que dicta la clase dirigente en general y, si esas reglas no se ajustan a lo que quiere hacer, las reinterpreta.
Otro representante de la PACE preguntó si, en retrospectiva, Assange habría hecho algo diferente. Respondió: “Una vez que estuve atrapado en el Reino Unido, me llevó tiempo entender cómo era la sociedad británica: en quién se podía confiar, en quién no, los diferentes tipos de maniobras que se hacen en esa sociedad. Hay diferentes socios mediáticos que tal vez podríamos haber elegido de otra manera”.
Los socios mediáticos de Assange en ese momento, encabezados por el periódico el Guardian y el New York Times, publicaron las explosivas revelaciones de WikiLeaks antes de romper relaciones con Assange. Conspiraron con el Pentágono, la CIA y el Estado británico en una campaña de difamación que duró una década, destinada a destruir a Assange y contribuir directamente al “ambiente escalofriante” de terrorismo de Estado y asesinatos guiados con precisión de periodistas en Gaza y más allá, armados, financiados y dirigidos por las potencias imperialistas de Europa, Estados Unidos y Australia.
(Artículo publicado originalmente en inglés el primero de octubre de 2024)