Español

Bayrou impone el presupuesto de austeridad en Francia, revelando la bancarrota del Nuevo Frente Popular

La Asamblea Nacional francesa aprobó ayer la invocación por parte del primer ministro François Bayrou del antidemocrático artículo 49.3 de la Constitución para imponer un presupuesto sin votación parlamentaria. Este incluye 53.000 millones de euros en recortes de austeridad y aumentos de impuestos para proteger el incremento del gasto militar, al tiempo que reduce el déficit presupuestario del 7 al 5,3 por ciento del PIB.

El gobierno de Bayrou, el neofascista Reagrupamiento Nacional (RN) y el Partido Socialista (PS), que representa a las grandes empresas, se opusieron a dos mociones de censura presentadas por La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon, que también recibió votos de diputados estalinistas. Bayrou anunció ayer que invocará nuevamente el artículo 49.3 para imponer el presupuesto de la seguridad social sin votación este viernes. Esto validará los impopulares recortes a las pensiones de Macron en 2023 y recortará aún más tanto las pensiones como la atención médica.

Jean-Luc Mélenchon, en el centro, pronuncia un discurso mientras Daniele Obono, segundo a la derecha, gesticula, tras la segunda vuelta de las elecciones legislativas el domingo 7 de julio de 2024 en París. [AP Photo/Thomas Padilla]

Este presupuesto pisotea la voluntad del pueblo. Los recortes a las pensiones de Macron, impuestos a pesar de huelgas masivas que finalmente fueron desconvocadas por las burocracias sindicales, son rechazados por el 91 por ciento de la población. Los aumentos del gasto militar, que más que duplican el presupuesto de 31.000 millones de euros en 2017 a 69.000 millones de euros en 2030, buscan preparar al ejército francés para guerras entre grandes potencias, como el llamado de Macron a enviar tropas a Ucrania para luchar contra Rusia. Esto es rechazado por una abrumadora mayoría del pueblo francés.

Si Bayrou y Macron pueden imponer el presupuesto a pesar de esto, se debe sobre todo a la bancarrota de Mélenchon. Trabajó para resucitar al PS e incorporarlo en la alianza del Nuevo Frente Popular (NFP) que lidera LFI. Al retirar candidatos de LFI y apoyar a candidatos del PS y del partido Renacimiento de Macron en las elecciones legislativas anticipadas del año pasado, Mélenchon jugó un papel central en la formación del gobierno que su partido ahora ha intentado, sin éxito, censurar.

El presupuesto representa un ataque brutal contra la clase trabajadora para continuar desviando fondos hacia el ejército y pagar a la aristocracia financiera mediante el servicio de la insostenible deuda estatal de Francia, que supera los 3 billones de euros. Contiene 32.000 millones de euros en medidas de austeridad y 21.000 millones en aumentos de impuestos, incluyendo un incremento de 8.000 millones en el impuesto corporativo durante un año. Pero con Francia enfrentando un enorme déficit y Trump exigiendo que los países europeos más que dupliquen nuevamente el gasto militar hasta el 5 por ciento del PIB, la burguesía pretende intensificar aún más la austeridad.

Los recortes incluyen €1.850 millones en servicios de empleo, 1.190 millones en educación, 630 millones en investigación y 781 millones en gasto en desarrollo. Los programas ecológicos se reducen en un 14 por ciento y un recorte de 2.200 millones afecta los subsidios estatales a las autoridades regionales, lo que ha llevado al departamento de Hérault a eliminar por completo el gasto en cultura. Entre los aumentos de impuestos que afectarán a las masas trabajadoras, se incluye un fuerte incremento para los trabajadores autónomos y mayores impuestos a los boletos de avión.

Además, tras la reelección de Trump, la aristocracia financiera ha declarado que un aumento de €8.000 millones en el impuesto corporativo es intolerable. Bernard Arnault (con una fortuna de 189.000 millones de dólares), recién llegado de la toma de posesión de Trump en Washington, denunció descaradamente el presupuesto, insinuando que su holding LVMH está considerando abandonar Francia.

“Vengo de Estados Unidos y veo el enorme optimismo que prevalece en ese país. Y al regresar a Francia, es un balde de agua fría”, dijo Arnault. “Para fomentar la deslocalización, esto es ideal… No sé si ese es el objetivo del gobierno, pero en cualquier caso, se logrará”, agregó. “Las autoridades estadounidenses nos están animando a seguir instalando fábricas en Estados Unidos… En el contexto actual, es algo que estamos considerando seriamente”.

Estos comentarios subrayan que no hay nada que negociar con la clase dominante. Bayrou encabeza una dictadura de la oligarquía financiera, librando una guerra contra los trabajadores al mismo tiempo que las potencias de la OTAN se preparan para intensificar sus guerras de conquista en el extranjero, con Trump llamando a anexar Canadá, Panamá, Groenlandia y Gaza. La utilización racional de los recursos sociales y la defensa de los derechos sociales y democráticos requieren la movilización de la clase trabajadora en una lucha para expropiar a la clase dominante.

Pero Mélenchon ha llamado a los trabajadores a limitar la lucha de clases, canalizar el conflicto social a través del parlamento y respetar la “democracia” capitalista incluso cuando se está descomponiendo. Este fue el contenido de su reunión de anoche en Angers. Comenzó diciendo: “Siempre es lo mismo: algunos acumulan riquezas sin cesar, mientras que otros son saqueados de manera exacta y paralela. Todo lo que va a los multimillonarios fue tomado de quienes producen. Esa es la verdad”.

Pero luego argumentó que los trabajadores deberían adoptar una política no revolucionaria, citando el éxito del NFP al votar una moción de censura junto con el RN para derribar al gobierno de Barnier el otoño pasado, lo que llevó a Bayrou al poder. Dijo: “La revolución ciudadana a la que aspiramos se lleva a cabo en las urnas y a través de los votos en la Asamblea Nacional. Sin un solo metro de barricadas ni un solo disparo, logramos derribar a este gobierno. Es por este camino que venceremos, y por esta vía ciudadana democrática cambiaremos todo de arriba abajo”.

En realidad, la votación del presupuesto de Bayrou demuestra el callejón sin salida de la estrategia del NFP al censurar a Barnier. Como no movilizó a los trabajadores en la lucha y fue liderado por fuerzas hostiles a la revolución socialista, solo permitió que la burguesía recalibrara sus políticas antiobreras.

La responsabilidad de esto recae ante todo en Mélenchon. Obtuvo el 20 por ciento del voto en las elecciones presidenciales de 2022, en las que el PS y el estalinista PCF se derrumbaron, y los medios capitalistas lo retrataron—o más bien, en su mayoría lo denunciaron—como el principal político “de izquierda” de Francia. Pero respondió formando una alianza con el PS, el PCF y los Verdes, respaldando a sus candidatos en las elecciones legislativas de 2022 y 2024. También aceptó la desmovilización de la lucha contra los recortes a las pensiones en 2023 orquestada por las burocracias sindicales.

Así, Mélenchon trabajó para desmovilizar a la clase trabajadora, fortaleciendo a Macron y sus aliados en el parlamento. La imposición del presupuesto por parte de Bayrou es el resultado predecible.

LFI debate si expulsar al PS del NFP, pero esto es una maniobra cínica. Muchas fuerzas dentro del NFP —que incluye a LFI, el PS, el PCF, los Verdes y el pablista Nuevo Partido Anticapitalista, así como a las burocracias sindicales— apoyan el presupuesto de Bayrou. De hecho, la secretaria general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), Marylise Léon, dijo que el presupuesto era “socialmente injusto” pero exigió que se aprobara.

Cualquiera sea el desenlace de las luchas internas en el NFP, esta experiencia contiene profundas lecciones políticas. Detener la guerra imperialista en el extranjero y la guerra de clases en el país requiere la unificación y movilización de la clase trabajadora en lucha. Esto requiere la construcción de un movimiento internacional de los trabajadores de base por el socialismo, contra no solo los partidos capitalistas como el PS, Macron y el RN, sino también fuerzas como Mélenchon, que buscan bloquear una lucha de clase contra ellos.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 6 de febrero de 2025)