Las sietes conferencias presentadas aquí representan un hito en la revitalización del marxismo en la clase obrera internacional.
Se pronunciaron en la escuela de verano internacional de Partido Socialista por la Igualdad en Sídney, Australia, del 3 al 10 de enero de 1998. Fue el primer simposio como este organizado por el Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI), el movimiento trotskista mundial.
La premisa central que guio estas conferencias es que una respuesta a las cuestiones urgentes de la actualidad —el aumento de la desigualdad social, el recrudecimiento de la crisis económica, el declive del nivel cultural de la sociedad y la parálisis política que predomina en el movimiento obrero— está vinculada al examen y asimilación de las grandes lecciones estratégicas del siglo veinte.
Presentadas en el transcurso de ocho días por parte de miembros líderes del CICI, así como el historiador marxista ruso, el profesor Vadim Rogovin, estas conferencias no fueron solo el producto de un prolongado trabajo teórico. Fueron fascinantes, esclarecedoras, originales y estimulantes.
Cada presentación destacó la existencia de una alternativa a las enormes traiciones del estalinismo, la socialdemocracia y los movimientos nacionalistas: la lucha por el marxismo auténtico avanzada por León Trotsky y la Cuarta Internacional.
Ninguna discusión sobre el socialismo en el siglo veinte merece ser tomada en serio a menos que considere con el cuidado necesario las consecuencias de la derrota de Trotsky. No solo es esencial considerar 'lo ocurrido' bajo Stalin; sino también 'lo que pudo ocurrir' si Trotsky prevaleciera.
La globalización de la producción ha preparado un nuevo periodo de revolución social. Este es el resultado inevitable de los vastos cambios en la estructura de la economía mundial capitalista de las últimas dos décadas, la culminación de procesos que se remontan más de 200 años.
En la década de 1890, Eduard Bernstein, entonces una figura líder del Partido Socialdemócrata Alemán, argumentó que el capitalismo no estaba encaminado ni al colapso ni a un desastre social, y que podía ser reformado gradualmente, en vez de ser reemplazado por un movimiento insurreccional de la clase obrera. El debate que desencadenó sobre las cuestiones de reforma y revolución retiene todo su significado 100 años después.
¿Constituyó la estrategia política avanzada por Fidel Castro y el Che Guevara un nuevo camino al socialismo o acabó siendo, como advirtió el CICI hace 35 años, un callejón sin salida y una trampa para la clase obrera?
Los sindicatos han sido incapaces de defender a la clase obrera contra la ofensiva del capital. En la medida en que este fracaso haya quedado demostrado por varias décadas a nivel internacional, es inescapable tener que inspeccionar sus causas objetivas.