El colapso de un paso elevado en la línea más nueva del Metro de la Ciudad de México el lunes por la noche dejó al menos 24 muertos y 79 heridos después de que vagones de tren y trozos de cemento cayeron de pico a una calle 20 metros más abajo, aplastando a los vehículos que pasaban.
El desastre ha alimentado una creciente ira popular por la negligencia criminal del gobierno y la corrupción que también ha provocado cientos de miles de muertes por COVID-19 en México, entre los países más afectados por la pandemia.
En el lugar del colapso, los equipos de rescate y los socorristas trabajaron frenéticamente para salvar las vidas de los heridos y sacar a los sobrevivientes de los escombros, los vagones del tren caídos y los vehículos de motor dañados. Se trajo equipos pesados para bajar los vagones del tren que cuelgan de las vías y recuperar los cuerpos de cuatro pasajeros atrapados en el interior. Tropas con cascos armados con armas automáticos rodearon el sitio.
Familiares angustiados corrieron de un hospital a otro tratando de encontrar a sus seres queridos desaparecidos que estaban tomando el tren esa noche. Un joven que se enteró de que su padre, un conductor, había muerto en el desastre, dijo a Univisión: “Como todos los demás, quiero justicia. Esto no fue culpa nuestra".
El desastre del tren ocurrió alrededor de las 10:30 p.m. el lunes en un tramo elevado de La Linea 12 del Metro de la ciudad en el sureste de la capital mexicana. La Línea 12, la sección más nueva del sistema de transporte másivo, fue construido en 2012 para conectar la parte este de la Ciudad de México, entre sus áreas menos desarrollados, con el centro de la ciudad.
Desde su inicio, el proyecto estuvo plagado de sobrecostos, finalización tardía, construcción de mala calidad y acusaciones de corrupción política generalizado. Según Jorge Gaviño, quien fuera director del sistema de Metro en 2017, la línea “nació con problemas endémicos que nunca se resolverían en su vida” y requerirían un mantenimiento continuo.
Los medios mexicanos informaron que las personas que viven en el barrio de Los Olivos cerca del paso elevado colapsado habían advertido repetidamente el año pasado que estaban apareciendo grietas en el puente y que había temblores visibles de sus columnas y vigas aéreas. La estructura resultó dañada en el poderoso terremoto de 2017 que sacudió el sureste de la ciudad y mató a 369 personas.
Los trabajadores de tránsito anunciaron el martes que realizarán un paro para cerrar las 12 líneas del Sistema de Transporte Colectivo de la Ciudad de México (STC) por condiciones cada vez más peligrosas y falta de mantenimiento y para exigir el despido inmediato de la directora del sistema, Florencia Serranía.
Incluso cuando todavía se estaban sacando cuerpos de los escombros el martes por la mañana, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador declaró, junto con su simpatía por los muertos y heridos, su "solidaridad" con la alcaldesa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, miembro de su gobernante partido MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional).
López Obrador, conocido popularmente como AMLO, insistió en que habría una investigación rápida y exhaustiva del desastre y que "no habría impunidad para nadie". Prometió que "absolutamente nada se ocultará" al público. Al mismo tiempo, advirtió contra "cayendo en el terreno de la especulación y el culpar sin tener pruebas de los posibles responsables".
Sheinbaum hizo comentarios similares a los periodistas, declarando: “En este momento, no podemos especular sobre lo que sucedió. Tiene que haber una investigación profunda y el responsable debe ser considerado responsable”.
Tanto AMLO como Sheinbaum tienen amplios motivos políticos para sofocar la "especulación". El presidente mexicano actual y sus aliados políticos controlan la capital mexicana desde principios de la década de 2000.
Fue bajo el mandato del exalcalde, Marcelo Ebrard, ahora ministro de Relaciones Exteriores de México y uno de los aliados políticos más cercanos de AMLO, que se construyó La Línea 12. Dijo a los medios el martes: "No tengo miedo de nada" y que se pondría "a disposición de las autoridades".
Bajo Ebrard, La Línea 12 se convirtió en uno de los proyectos de infraestructura pública más costosos en la historia de la Ciudad de México, completado tarde con un sobrecosto masivo del 60 por ciento. La principal empresa involucrada en la construcción fue CARSO Infraestructura y Construcción, S.A.B. de C.V (CCICSA), una empresa controlada por la familia del milmillonario más rico del país, Carlos Slim, uno de los "empresarios honestos" a quienes AMLO invitó a unirse a su "campaña de unidad" para reformar México cuando fue elegido por primera vez en 2018.
Dentro de los 10 días posteriores a la apertura de la línea en 2012, se cerró debido a problemas eléctricos. Las faltas en la construcción forzaron el cierre de la mayor parte de La Línea 12 durante meses en 2014 mientras se realizaban trabajos de reparación en las estaciones, incluyendo uno donde tuvo lugar la tragedia del lunes por la noche. Un estudio posterior encontró que las ruedas del tren utilizadas en la línea, fabricadas según los estándares europeos, no eran compatibles con los rieles que se habían instalado, que estaban basados en los estándares estadounidenses.
En 2015, una comisión creada por la Cámara de Diputados federal registro 11.000 faltas de construcción en la línea del tren y concluyeron que el proyecto había involucrado una corrupción masiva.
Las trágicas muertes en el sistema de metro de la Ciudad de México se produjeron en medio de continuas muertes masivas por la pandemia de COVID-19.
El martes, el número de infecciones por coronavirus registrados se situó en 2.350.000, mientras que el número de muertes aumentó a 217.345. En marzo, el Departamento de Salud de México reconoció que la cifra oficial implicaba un recuento insuficiente del 60 por ciento, lo que significa que la cifra real de muertos estaba más cerca de 350.000.
Un informe condenatorio emitido el mes pasado por la Universidad de California en San Francisco encontró que las políticas del gobierno de AMLO —incluyendo su incapacidad para asignar recursos para combatir la pandemia, pruebas extremadamente inadecuadas y la falta de apoyo para medidas básicas como el distanciamiento social, restricciones de viajes y el uso de máscaras faciales— habían provocado muertes masivas. Citó, por ejemplo, las reiteradas declaraciones del subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, portavoz del gobierno sobre la pandemia, de que las mascarillas no ofrecen protección contra el contagio del virus.
El gobierno de AMLO, según el estudio, "priorizó mantener las apariencias y la política partidista antes que la salud".
Estas políticas han sido impulsadas por intereses de clase definida. Se han sacrificado cientos de miles de vidas para asegurar las enormes fortunas y ganancias del capitalismo tanto en México como internacionalmente. Las políticas seguidas por el supuesto gobierno nacionalista de “izquierda” de AMLO en México apenas se distinguen de las que están llevadas a cabo por el aspirante dictador fascista, el presidente Jair Bolsonaro en Brasil.
Los únicos cierres efectivos en el país fueron los que fueron aplicados por los trabajadores mexicanos, que llevaron a cabo huelgas salvajes en abril y mayo del año pasado que se encontraron con miles de despidos en las fábricas de propiedad mayoritariamente extranjera en la frontera entre Estados Unidos y México.
A instancias de Washington, AMLO acordó declarar “esencial” toda la manufactura para asegurar el suministro de repuestos a las corporaciones automotrices estadounidenses y otras empresas manufactureras, al mismo tiempo que confiaba en las empresas y los sindicatos para encubrir los brotes en las fábricas mexicanas.
El derechista PAN (Partido Acción Nacional) emitió un comunicado el martes acusando al partido Morena de AMLO por las muertes del lunes. “Los políticos de Morena matan con su corrupción y sus malas decisiones; ya lo vimos con su pésimo manejo de la pandemia, y ahora lo estamos viendo con la tragedia en el Metro, donde murieron personas inocentes por la corrupción y la indiferencia de las autoridades en la Ciudad de México”.
Mientras todo esto es cierto, proviene de un partido que inició la “guerra contra las drogas” respaldado por Estados Unidos que ha matado al menos 70.000 mexicanos. La pandemia, como el desastre del Metro, ha dejado al descubierto la criminalidad de toda la burguesía mexicana, incluyendo sus representantes de la llamada "izquierda" como AMLO, y la necesidad de movilizar a la clase trabajadora de forma independiente en la lucha por la transformación socialista de la sociedad.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 4 de mayo de 2021)