Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han aumentado su ataque contra Gaza, con aviones de combate lanzando bombardeos contra blancos de Hamas el lunes y sábado, en respuesta a globos incendiarios caseros que flotaban desde el enclave palestino sitiado.
Esto marca el aumento de hostilidades más grave desde la guerra de once días contra Gaza el mayo pasado que acabó con las vidas de más de 250 palestinos, al menos 66 niños y 41 mujeres incluidos.
Los ataques israelíes vienen después de la manifestación de sábado cerca de la frontera de Gaza con Israel, cuando soldados israelíes emplearon municiones reales e hirieron a al menos 41 palestinos, dos personas gravemente heridas incluidas, de las que una era un chico de 13 años que recibió un disparo a la cabeza. Las FDI dijeron que los palestinos habían disparado y herido gravemente a un miembro de su equipo de seguridad, un francotirador de 21 años de la unidad antiterrorista clandestina de la Policía Fronteriza.
El lunes, grupos palestinos, Hamas y Yihad Islámico, anunciaron un plan de tener una manifestación masiva el miércoles en el sur de Gaza cerca de la frontera con Israel. Las FDI respondieron por acumular sus fuerzas a lo largo de la frontera extremadamente fortificada con la Franja de Gaza y dieron instrucciones a los oficiales y soldados de responder “con más agresión” contra cualquier intento de violar la valla o atacar a los soldados.
Cientos de palestinos habían reunido el sábado cerca de la frontera para conmemorar el quincuagésimo segundo aniversario del ataque incendiario contra la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén, el tercer sitio más sagrado en el islam. Construida en el sitio del segundo templo judío destruido por el imperio romano hace 2.000 años, es uno de los sitios religiosos más disputados del mundo. Mientras un cristiano turista australiano que sufría de un enfermo mental era el autor del delito, se sospechaba que el estado israelí estaba involucrado activamente en planificar y facilitar el intento incendiario.
La mezquita se ha convertido en un símbolo de las violaciones en curso de los derechos básicos de los palestinos, su libertad religiosa incluida, más recientemente durante el Ramadán de este año, precipitando las tensiones que produjeron el asalto sangriento de Israel contra Gaza. Desde la captura y anexión de Israel de la Ciudad Vieja de Jerusalén después de la Guerra de los Seis Días en 1967, se ha convertido en un punto álgido frecuente, regularmente asaltado por colonos judíos y fuerzas de seguridad armadas, mientras rechazan la entrada a los devotos y los cimientos se dañan con la tunelización.
El Canal 7 israelí reportó “grupos del Monte del Templo” diciendo que había habido un aumento de 60 por ciento en el número de incursiones israelíes judíos contra el recinto de la mezquita Al-Aqsa durante los últimos tres meses, con unos 9.804 israelíes judíos asaltando el recinto durante los últimos tres meses, comparado con 6.133 durante el mismo período en el año pasado.
Según un acuerdo con Jordán, solo los musulmanes pueden adorar en el recinto de la mezquita, mientras los judíos pueden adorar en el Muro de las Lamentaciones abajo. Pero recientemente, el nuevo gobierno israelí, encabezado por Naftali Bennett, un exlíder de un consejo de colonos en Cisjordania, ha permitido que un número creciente de judíos adoren allí; es una medida que exacerbará las tensiones en Jerusalén Este. Mientras inicialmente pareció que iba a confirmar un cambio de política formal, diciendo que todas las religiones tendrían la “libertad religiosa” en el Monte del Templo, tuvo que retroceder después de unas críticas de miembros jordanos y árabes de su coalición, diciendo que el orden establecido previamente continuaba.
Durante los días antes de la manifestación de sábado, combatientes palestinos habían lanzado un cohete, el primer desde la cesación del fuego del 21 de mayo, hacia Israel al que el sistema anti cohete Iron Dome derribó.
Los globos y cohetes palestinos se dirigen a asegurar la liberación de prisioneros de Hamas detenidos en cárceles israelíes, la cesación del bloqueo israelí y egipcio que ha durado 14 años y el pago de los fondos prometidos por donantes internacionales por la reconstrucción de Gaza después de las guerras criminales de Israel contra Gaza en 2008-09, 2012, 2014 y 2021.
Mientras Israel afirmó que sus 2.750 ataques aéreos y 2.300 ataques de artillería contra Gaza el mayo pasado se dirigían hacia las fábricas y almacenes de armas de los combatientes palestinos, la mayoría (61 por ciento) de los daños afectaron los sectores inmobiliario e infraestructura, 33 por ciento los sectores económico y empresarial, con unos 1.500 establecimientos económicos destruidos o dañados, y 7 por ciento el sector del desarrollo social. Esto causó pérdidas y daños que suman a $479 millones, según el Comité Gubernamental Mayor por la Reconstrucción de Gaza, con el Banco Mundial estimando que Gaza necesitaba $485 millones para restaurar las condiciones pobres que existían antes de la guerra.
El lunes, un tercer reporte del Observatorios de Derechos Humanos (HRW, por sus siglas en inglés) sobre la guerra del mayo pasado concluyó que los ataques aéreos israelíes que demolieron cuatro edificios de gran altura, incluido el edificio de 12 pisos al-Jalaa que albergaba las oficinas locales de la Prensa Asociada y Al Jazeera y muchas familias, dañaron edificios cercanos, dejaron a docenas de personas sin hogar y destrozaron varias empresas, y “aparentemente” no habían violado las leyes internacionales sobre la guerra.
Los reportes más tempranos de HRW acusaron al gobierno israelí de crímenes de guerra por ataques que, según la misma organización, no tenían un blanco militar obvio pero mataron a docenas de civiles, mientras dijo que las acciones de grupos palestinos basados en Gaza, lanzando cohetes indiscriminadamente a ciudades israelíes, también representaban un crimen de guerra. HRW ha instado la Corte Penal Internacional que incluya el asalto del mayo pasado contra Gaza en sus investigaciones en curso de posibles delitos de guerra por Israel y combatientes palestinos.
La tendencia de Israel de atacar empresas, fábricas y pequeñas empresas, así como sus repetidos cierres de las fronteras de Gaza, ha empobrecido más a los palestinos. Según la Organización Internacional del Trabajo, menos de 20 por ciento de las personas de edad laboral tienen empleo, mientras dos tercios de mujeres y jóvenes no lo tienen.
Desde la guerra, Israel se ha negado a permitir que materiales de construcción necesarios para la reconstrucción (un proceso que daría empleo a 60.000 trabajadores) entren en Gaza hasta que Hamas acuerde a liberar a dos civiles israelíes y los cuerpos de dos soldados israelíes. Hamas concedió la liberación, con la condición de la liberación de dos prisioneros palestinos en cárceles israelíes.
El jueves pasado, las Naciones Unidos y Qatar asintieron a dar ayuda a familias empobrecidas en Gaza, a través de la cual 100.000 familias recibirán $100 al mes empezando en septiembre, de fondos proveídos por el gobierno qatarí y distribuido por el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas y con transferencias bancarias en vez de transferencias de efectivo directas. El acuerdo no abordó el problema más amplio de la reconstrucción de Gaza, y no incluyó ninguna medida para pagar los salarios de los funcionarios del gobierno de Hamas.
En una medida evidentemente diseñada para presionar más a Hamas y a los palestinos en Gaza, Egipto confirmó que iba a cerrar su frontera en Rafah con Gaza, el único punto de entrada y salida no controlado por Israel, indefinidamente empezando el lunes. Ni Hamas ni Egipto explicó las razones tras este cierre del paso fronterizo que Egipto había abierto en mayo para permitir que personas de Gaza heridas recibiesen atención médica en Egipto y para entregar ayuda humanitaria. Ayer, el canal Al-Arabiya reportó que Hamas había acordado a dejar de lanzar globos incendiarios desde Gaza después de conversaciones con agentes de inteligencia egipcia.
La postura cada vez más agresiva de Israel hacia Hamas toma lugar entre un aumento de la violencia contra los palestinos en Cisjordania. Ayer, un soldado israelí disparó mortalmente a un joven palestino de 16 años después de que fuerzas de seguridad asaltaron el campamento de refugiados Balata, cerca de Nablus. Más temprano durante este mes, tropas israelíes dispararon a 22 personas durante una protesta en Nablus, matando a una e hiriendo a los demás, cuando tropas israelíes los dispararon con balas de goma.
Israel ha estado persiguiendo una guerra clandestina con Irán, con el blanco de interrumpir sus facilidades nucleares, infraestructura básica y transporte. Por la noche el jueves pasado, Israel atacó campamentos militares sirios cerca de Damasco y Homs, con el blanco de destruir arsenales vinculados con los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán y las milicias chiitas, Hezbolá de Líbano incluido, que según reportes fueron derribados por los sistemas de defensa aérea rusos del ejército sirio.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 24 de agosto de 2021)
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