El gobierno español formado por el PSOE (Partido Socialista) y Podemos ha pedido que la OTAN considere como 'amenazas híbridas' la migración, así como la inseguridad alimentaria y el terrorismo. Esta referencia a las denuncias de la OTAN sobre la 'guerra híbrida' rusa antes del inicio del conflicto militar en Ucrania se produce cuando Madrid se prepara para albergar del 28 al 30 de junio la cumbre de la OTAN de 2022.
El ministro de Asuntos Exteriores del PSOE, José Manuel Albares, dijo a Reuters que el gobierno español tiene la intención de presionar para la inclusión de estas amenazas 'no militares' en el documento de 'Concepto Estratégico' de la OTAN, la nueva hoja de ruta política de la alianza para la próxima década. El documento, que se redactará en la conferencia, expondrá la 'misión' de la OTAN en medio de la guerra en Ucrania y la admisión de nuevos miembros como Suecia y Finlandia.
La OTAN también debe fortalecer su 'flanco sur', es decir, el Sahel y el Magreb, dijo Albares a Reuters, incluso cuando la alianza militar canaliza miles de millones de dólares en armas y vehículos militares a Ucrania para librar la guerra por delegación de la OTAN contra Rusia.
'Queremos que se reconozca', ha afirmado Albares, 'que también hay serias amenazas procedentes del flanco sur. El terrorismo, la ciberseguridad, el uso político de los recursos energéticos y de la migración irregular afectan a nuestra soberanía'. La inclusión de estas 'amenazas híbridas' en el documento estratégico de la OTAN, así como una referencia explícita al 'flanco sur', tendría un efecto 'disuasorio', afirmó Albares.
La caracterización de la migración por parte del gobierno PSOE-Podemos como una 'amenaza híbrida' no es solo una declaración de su intención de lanzar una brutal represión contra los refugiados y solicitantes de asilo. Madrid pretende instrumentalizar la llegada de unos pocos miles de refugiados al año a sus fronteras para impulsar guerras e intervenciones neocoloniales en estas regiones ricas en recursos del África del norte y subsahariana.
“Que a nadie le quepa duda de que esas amenazas híbridas no pueden ser utilizadas para desafiar nuestra integridad territorial y nuestra soberanía,” Albares continuó. “No hay que hacer nada nuevo, sólo hay que tener en cuenta que del flanco sur pueden emanar una serie de amenazas que en algún momento pueden requerir una reacción defensiva de la OTAN exactamente igual que la que estamos viendo en el flanco este [énfasis añadido].”
Esto es nada menos que un llamamiento a la OTAN para que convierta el Magreb y el Sahel en una nueva Ucrania, afirmando sus intereses en esta región a través de guerras por delegación o incluso una intervención militar directa.
Si la migración fuera reconocida como una amenaza estratégica e 'híbrida', se plantean varias preguntas. ¿Constituiría la llegada de refugiados a las fronteras meridionales del bloque de la OTAN un 'ataque' a la alianza? ¿Desencadenaría esto el artículo 5 del tratado de la OTAN, obligando a los 30 estados miembros a salir en 'defensa' de España librando una guerra contra los empobrecidos estados africanos o de Oriente Medio?
¿Qué país sería considerado el agresor? ¿Aquel de dónde vienen la mayoría de los migrantes? ¿O cualquier país por el que pasen los refugiados en su camino a Europa, y que no logra detenerlos? Cada uno de estos escenarios corre el riesgo de que estalle una guerra a gran escala.
En este sentido, es significativo que Albares enmarque sus demandas reaccionarias como parte del conflicto en curso de la OTAN con Rusia, explicando que las intervenciones en el Sahel y el Magreb serían necesarias para combatir la 'creciente influencia rusa' en la región. Refiriéndose al despliegue de mercenarios rusos del Grupo Wagner en Malí, declaró: “La presencia de Rusia [en Malí] no ayuda en nada, no ayuda en nada a avanzar en la democracia, a estabilizar.”
Las declaraciones de Albares recuerdan los acontecimientos del otoño pasado. En octubre y noviembre, mientras unos pocos miles de refugiados de Irak, Siria, Yemen y otras zonas de guerra intentaban ingresar a la Unión Europea desde Bielorrusia, políticos y medios de comunicación europeos denunciaron al presidente bielorruso Alexander Lukashenko por supuestamente usar a estos refugiados y migrantes como arma en una 'guerra híbrida'. Su objetivo era aumentar las tensiones con Bielorrusia, un aliado ruso, como parte de su campaña para sitiar militarmente y, en última instancia, librar una guerra contra Rusia.
Los llamamientos de España para un enfoque estratégico en el 'flanco sur' se producen en medio de las crecientes tensiones hispano-argelinas desencadenadas por el conflicto argelino-marroquí sobre el Sáhara Occidental.
Las relaciones entre Argelia y España se han tensado desde que el primer ministro del PSOE, Pedro Sánchez, reconoció las reclamaciones de Marruecos sobre el Sáhara Occidental a mediados de marzo. El Sáhara Occidental es una antigua posesión colonial española escasamente habitada en la frontera suroeste de Marruecos, con considerables reservas de minerales y fosfatos. Rabat ha tratado durante mucho tiempo de ponerlo bajo la administración marroquí como una 'región autónoma'.
Después de que España pusiera fin a su tradicional neutralidad en esta disputa, Argelia, que ha respaldado al independentista Frente Polisario prosaharaui, retiró a su embajador de Madrid. El 8 de junio, aparecieron informes indicando que Argel había decidido terminar oficialmente su tratado de amistad con España de 20 años de duración, aunque el gobierno argelino más tarde negó estos informes.
El gobierno español teme que Argelia, que suministró el 40 por ciento de las importaciones de gas natural de España en 2021, ahora pueda cortar el suministro de energía al país. Esto se produce cuando la Unión Europea y la OTAN hacen campaña por un embargo de energía contra Rusia, el principal proveedor de petróleo y gas de la UE, en medio de la guerra en Ucrania.
La ministra de Economía de España y vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, trató de culpar a Rusia del deterioro de las relaciones de Madrid con Argelia, y dijo a Catalunya Radio que 'Ya vi que Argelia estaba cada vez más alineada con Rusia. No me ha sorprendido tanto cómo eso se concreta. Lo importante es responder con unidad y determinación desde la UE'.
El llamamiento a que los refugiados sean considerados un tipo de guerra 'híbrida' es una escalada significativa de la feroz campaña anti migrantes de Madrid, que ha adoptado directamente del programa del partido de extrema derecha Vox.
En un comunicado del 18 de mayo, Vox declaró: “El gobierno marroquí no cesa de atacar a España a través de sus actos hostiles contra las ciudades autónomas [Enclaves españoles norteafricanos de Ceuta y Melilla].” Refiriéndose a los migrantes en las fronteras hispano-marroquíes como 'guerra híbrida',” Vox continuó: ““las agresiones padecidas por España no encuentran respuesta alguna frente a las hostilidades de Marruecos.”
Los propios comentarios de Vox se hacen eco de los realizados por el presidente Sánchez el pasado mes de mayo. Mientras varios miles de migrantes marroquíes intentaban cruzar a Ceuta, Sánchez casi había acusado al gobierno marroquí de librar una guerra contra España. Rabat, que según los informes había abierto su lado de la frontera en represalia por la posición anterior de España sobre el Sáhara Occidental, había 'utilizado la inmigración', declaró Sánchez, 'por desavenencias y discrepancias en política exterior '.
Sánchez declaró que esto era 'inadmisible' y similar a 'atacar las fronteras'.
El gobierno PSOE-Podemos ya tiene la sangre de miles de refugiados en sus manos. Bloqueando las rutas 'legales' para entrar en España, ha obligado a los desesperados migrantes a realizar peligrosos viajes por mar en embarcaciones inseguras o improvisadas, en las que miles se han ahogado. El viernes, decenas de migrantes africanos murieron y cientos resultaron heridos cuando intentaban escalar la valla fronteriza entre Marruecos y Melilla.
El belicista gobierno PSOE-Podemos se ha adherido plenamente a la guerra de la OTAN contra Rusia y está haciendo campaña por la escalada del conflicto imperialista en el extranjero, todo mientras reprime a los refugiados en sus fronteras y a la oposición de los trabajadores en casa. La cuestión decisiva es construir un movimiento contra la guerra en la clase obrera, en oposición irreconciliable a partidos pseudoizquierdistas como Podemos, defendiendo a los refugiados y migrantes como parte de una lucha por el socialismo en España e internacionalmente.
(Publicaod originalmente en inglés el 26 de junio de 2022)