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Tras la derrota en las elecciones autonómicas y municipales, el Gobierno español del PSOE-Podemos convoca elecciones anticipadas

Ayer, el presidente del Gobierno español del Partido Socialista (PSOE) y Unidas Podemos, Pedro Sánchez, reaccionó a su debacle en las elecciones regionales y locales del domingo anunciando repentinamente unas elecciones generales anticipadas para el 23 de julio. Las elecciones estaban previstas para diciembre de 2023.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, habla con las tropas españolas durante su visita a la base militar de Adazi en Kadaga, Letonia, el martes 8 de marzo. 8, 2022. [AP Photo/Roman Koksarov]

Tanto en la derrota como en el Gobierno, el PSOE y su socio de coalición pseudoizquierdista Podemos adoptaron una posición totalmente reaccionaria. Sánchez dijo que su Gobierno había impuesto los ataques más urgentes a la clase trabajadora, y que ahora se podía permitir que gobernaran el derechista Partido Popular (PP) y el partido fascista Vox.

Durante una breve comparecencia en las escalinatas de La Moncloa, Sánchez ha dicho: “He tomado esta decisión a la vista de los resultados de las elecciones autonómicas y municipales. Muchos presidentes y alcaldes socialistas con gestiones impecables se van a ver desplazados, incluso a pesar de ver aumentado su apoyo. Esas instituciones pasarán a ser gobernadas por el PP y Vox. El sentido del voto traslada un mensaje que va más allá. Asumo en primera persona los resultados y creo necesario dar una respuesta y someter nuestro mandato a la voluntad popular. El Gobierno ya ha sacado adelante las grandes reformas comprometidas.”

La derrota del Gobierno PSOE-Podemos es producto de su política de guerra imperialista en el exterior y de guerra de clases contra los trabajadores en casa. Las 'reformas' de las que habla Sánchez son ataques brutales contra la clase obrera. Ha impuesto recortes en las pensiones y consolidado la elevación de la edad de jubilación a los 67 años; impuesto aumentos salariales por debajo de la inflación a amplias capas de trabajadores; aprobado una reforma laboral que recorta las protecciones legales de los trabajadores; además de aprobar el mayor aumento del gasto militar de la historia de España, hasta superar los €27.000 millones anuales.

La indiferencia fascistizante del PSOE-Podemos hacia la vida humana se expresó en su política de beneficios por encima de vidas humanas durante la pandemia COVID-19, que ha provocado más de 160.000 muertes en exceso y decenas de millones de infecciones; y en el bárbaro encarcelamiento y asesinato de migrantes, incluida la infame masacre de 37 refugiados en las fronteras del enclave español de Melilla en África.

El PSOE y Podemos se unieron agresivamente a la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania, enviando lanzacohetes, vehículos blindados y tanques y entrenando a más de 850 tropas ucranianas en suelo español. Las armas enviadas por el Gobierno PSOE-Podemos fueron a parar al Batallón neonazi Azov. Este conflicto y el creciente peligro de un enfrentamiento directo entre la OTAN y las fuerzas rusas centrarán los seis meses que España ocupará la presidencia rotatoria de la Unión Europea (UE) en el segundo semestre de 2023.

De hecho, al disolver su Gobierno, Sánchez dijo: 'Nuestro país se dispone a desempeñar una responsabilidad muy importante como es la presidencia de turno del Consejo de la UE. Todo esto aconseja una clarificación de los españoles sobre las fuerzas políticas que deben liderar esta fase y las políticas a aplicar'.

La propuesta de Sánchez es 'clarificar' quién liderará la participación española y de la UE en la guerra de la OTAN contra Rusia. Un contendiente es la alianza entre Vox, los abiertos admiradores del sangriento régimen de 40 años del general Francisco Franco, que aplastó a los trabajadores durante la Guerra Civil española de 1936-1939 y envió a su División Azul a ayudar a Hitler contra la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial; y el Partido Popular (PP), partido fundado por ministros franquistas. Otro es el PSOE y Podemos, los descendientes desacreditados de los socialdemócratas y estalinistas que trabajaron con los franquistas en 1978 para establecer el actual régimen parlamentario de España.

La derecha española celebró la convocatoria de elecciones anticipadas. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, dijo que 'cuanto antes, mejor', mientras que el líder de Vox, Santiago Abascal, se comprometió a hacer de 'echar a Pedro Sánchez para derogar todas y cada una de sus políticas' el eje político de Vox.

'Estamos tristes', declaró blandamente el portavoz de Podemos, Pablo Echenique. Aparentemente en un esfuerzo por culpar del fiasco electoral al PSOE, dijo: “Pensamos que si el conjunto del bloque progresista hubiera tenido más valentía a la hora de ampliar derechos y tomar medidas valientes para mejorar la vida de la gente, seguramente no hubiéramos llegado a este punto”. Añadió que el Gobierno PSOE-Podemos 'no resuelve problemas'.

En realidad, el Gobierno PSOE-Podemos convoca elecciones anticipadas no para hacer una campaña que movilice a sus votantes contra la derecha, sino para entregar el poder a la derecha y que ésta lleve a cabo políticas consensuadas por toda la clase política.

Cualquiera que sea el partido que gane las elecciones de julio de 2023 y se convierta en el mascarón de proa europeo de la guerra de la OTAN contra Rusia, también atacará brutalmente a la clase obrera en casa. En esto, trabajará en la continuidad directa de las políticas del Gobierno PSOE-Podemos. De hecho, Sánchez no adelantó repentinamente las elecciones de diciembre a julio para movilizar a la población contra el peligro del fascismo y la guerra, sino porque vio la oportunidad de entregar el poder a la derecha para llevar a cabo políticas apoyadas por toda la clase política.

En las elecciones, el PP obtuvo el 31,5 por ciento de los votos frente al 28,2 por ciento del PSOE. En comparación con los mismos comicios de 2019, el apoyo al PSOE cayó un 1,2 por ciento, mientras que el PP subió casi un 9 por ciento, asegurándose mayorías absolutas en la Comunidad de Madrid y Madrid capital, y llevándose Aragón, Comunidad Valenciana y Baleares. Vox duplicó sus votos, pasando de 47 diputados autonómicos a 119. Sobre todo, Podemos sufrió un desplome electoral de, pasando de 47 diputados autonómicos a 15. Fue barrido en Madrid, Valencia y Canarias.

Sánchez no hace campaña para revertir esta derrota en las próximas elecciones, sino que prepara una política de guerra común con Podemos, el PP y Vox. Su primer mitin público tras anunciar las elecciones anticipadas será el acto de mañana organizado por el Cercle de d'Economía, la organización empresarial catalana fundada en 1958, durante la dictadura franquista, para abrir España al capital internacional. En el centro del debate, según el orden del día de la reunión, estará la guerra de Ucrania.

Entre los asistentes figuran el líder del PP y posible futuro Presidente del gobierno, Feijóo, la alcaldesa interina de Barcelona apoyada por Podemos, Ada Colau, el rey español, Felipe VI, el comisario de Asuntos Exteriores de la UE y miembro del PSOE, Josep Borrell, el investigador principal del think tank proimperialista Chatman House, Yu Jie, y la vicesecretaria general adjunta de la OTAN para Diplomacia Pública Carmen Romero.

La Bolsa española reaccionó con “apatía” tal y como apunto el diario derechista ABC ante el anuncio sorpresa de Sánchez, que sin duda fue cuidadosamente discutido con los grandes banqueros de antemano. Banqueros e inversores confían en que, siga o no Sánchez después del 23 de julio, seguirán cosechando beneficios récord. Bajo el Gobierno PSOE-Podemos, los beneficios empresariales aumentaron hasta los €56.000 millones en 2022, sobre unos ingresos de 629.000 millones. Esto supuso un aumento del 35% respecto a 2021.

La fuerza que emerge como oposición a las intrigas reaccionarias del establishment político es la clase obrera europea e internacional. Incluso mientras la OTAN intensifica su guerra con Rusia, una ola de luchas de clases se está desarrollando en toda Europa, desde las luchas de los trabajadores franceses a través de los Pirineos contra los recortes de pensiones del presidente Emmanuel Macron hasta las huelgas masivas contra la inflación en Alemania y Gran Bretaña. En España, el Gobierno PSOE-Podemos envió decenas de miles de policías antidisturbios para atacar las huelgas masivas de los metalúrgicos y una huelga nacional de camioneros .

La cuestión crítica es construir una dirección revolucionaria en la clase obrera para dirigirla en la lucha contra el capitalismo y sus defensores de pseudoizquierda, como Podemos. Hay que construir secciones, en España y en todo el mundo, del Comité Internacional de la Cuarta Internacional, el movimiento trotskista mundial, el único que advirtió a la clase obrera del papel reaccionario que jugarían las burocracias estalinistas y pablistas que fundaron Podemos. Cuando Podemos formó una coalición con el PSOE en 2019, mientras se preparaba para llegar al gobierno con el PSOE en 2020, lo advirtió:

Desde que negoció con el régimen fascista-franquista una transición a un gobierno parlamentario en 1978, el PSOE ha sido el principal instrumento de la burguesía para imponer las medidas de austeridad de la UE y para librar guerras imperialistas, desde Afganistán a Libia. Podemos ya está respaldando las políticas reaccionarias que el PSOE perseguirá.

Sería más que inútil apelar a los adinerados profesores universitarios, oficiales estatales, oficiales militares y burócratas sindicales que componen Podemos que persigan una política menos regresiva. Podemos está opuesto a cualquier iniciativa de la clase obrera que afecte de alguna manera la riqueza, propiedad e intereses materiales de su base de apoyo en la acomodada clase media. […]

El resurgimiento fascista ha expuesto la bancarrota de la pseudoizquierda. Su defensa del capitalismo y su rechazo a cualquier política que limite las prerrogativas de la propiedad y riqueza burguesas impide cualquier llamamiento a la clase obrera. El papel siendo desempeñado por Podemos reproduce esencialmente el papel traicionero de los estalinistas y socialdemócratas en la España de los años treinta. Su alianza con una sección de la burguesía española en lo que se llamó el Frente Popular excluyó las políticas revolucionarias de la lucha contra el general Franco y sus aliados fascistas. El resultado fue el aplastamiento de la revolución socialista y la victoria de Franco.

Las lecciones de los años treinta tienen que ser aprendidas. La lucha contra el fascismo hoy requiere un ataque de la clase obrera contra la propiedad capitalista, buscando la expropiación de la aristocracia financiera.

La disolución por Sánchez del Gobierno PSOE-Podemos para escalar la guerra y la austeridad reivindica plenamente este aviso.

(Publicado originalmente en inglés el 29 de mayo de 2023)

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