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Bienestar capitalista al estilo AMLO: un análisis crítico sobre los programas de transferencias de efectivo y salario mínimo en México

Conforme llega a su fin el sexenio del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), y el país se prepara para llevar a cabo las elecciones presidenciales, la prensa de la pseudoizquierda ha prestado un énfasis desmedido a los programas de transferencias de efectivo y a los incrementos al salario mínimo que fueron implementados durante su administración.

Artesana en Capácuaro, Michoacán, 19 de mayo de 2020 [Photo by A Lo Mexa / CC BY-SA 4.0]

Estos programas, agrupados bajo el término “Programas para el bienestar”, han sido un componente central de la llamada “Cuarta Transformación” (4T). Esta fraseología ha sido utilizada de forma fraudulenta tanto por el presidente como sus seguidores pseudoizquierdistas para elevar la importancia histórica de las políticas gubernamentales al nivel de la Guerra de Independencia contra la monarquía española, el movimiento de reforma liberal y la guerra contra Francia, y la Revolución Mexicana a principios del siglo XX.

Pero en realidad las políticas gubernamentales efectuadas por AMLO, y en particular las modestas transferencias de efectivo que han tenido lugar bajo su mandato, están muy lejos de representar algún tipo de transformación histórica. Al contrario, estos programas tienen como fin el cumplir dos propósitos principales.

El primero consiste en garantizar que la clase trabajadora mexicana continúe desempeñando el papel que le han asignado las potencias imperialistas, el cual es fungir como una fuente de mano de obra barata a disposición de la explotación capitalista mientras que Washington intensifica su guerra económica en contra de China en su búsqueda depredadora de una nueva redistribución del mundo.

El segundo consiste en mantener bajo control la creciente lucha de los trabajadores, asegurándose de que el capital internacional pueda continuar su saqueo sin obstáculos. Como recientemente comentó el hombre más rico de México, Carlos Slim, elogiando las políticas de AMLO, que “hay paz social, no hay confrontación”, y que “la actitud de la población en general es muy positiva, […] haya malestar o no haya malestar”.

Programas de bienestar social

El más grande de los programas de transferencia de efectivo es el denominado “pensión para el bienestar de las personas adultas mayores”, el cual provee una pensión económica a personas mayores de 65 años. Consiste en un pago mensual de 3.000 pesos ($145) que ha llegado a aproximadamente 11 millones de personas mayores, cerca del 8 por ciento de la población. El programa tiene un presupuesto para 2024 de 465 mil millones de pesos ($22,5 mil millones), lo cual representa alrededor del 85 por ciento del presupuesto total de los programas para el bienestar.

Otros programas incluyen:

• “Pensión para el bienestar de las personas con discapacidad”, que proporciona una pensión mensual de 1.550 pesos ($75) a personas discapacitadas menores de 30 años. El programa cuenta con un presupuesto para 2024 de 28 mil millones de pesos ($1,3 mil millones) y ha llegado a aproximadamente 1,5 millones de personas, o el 1 por ciento de la población.

• “Programa de apoyo para el bienestar de niñas y niños, hijos de madres trabajadoras”, que proporciona una transferencia mensual en efectivo de 1.600 pesos ($77) a los hijos de madres trabajadoras. El programa, con un presupuesto para 2024 de 3 mil millones de pesos ($175 millones), ha beneficiado a alrededor de un cuarto de millón de menores, o el 0,2 por ciento de la población.

• “Becas Benito Juárez”, que proporcionan pagos mensuales de 920 pesos ($55) y 2.800 pesos ($168) a estudiantes pobres en escuelas públicas y universidades respectivamente. Con un presupuesto de 80 mil millones de pesos ($4,8 mil millones) en 2024, el programa ha llegado a 12,5 millones de estudiantes, o el 9 por ciento de la población.

• “Jóvenes construyendo el futuro”, que proporciona un salario mínimo patrocinado por el estado para jóvenes desempleados de 18 a 29 años que se inscriben en un programa de aprendizaje con empresas participantes. El programa tiene un presupuesto para 2024 de 24 mil millones de pesos ($1,4 mil millones) y ha llegado a aproximadamente 2,9 millones de jóvenes, o el 2 por ciento de la población.

• “La escuela es nuestra”, que proporciona financiamiento directo a las escuelas para mejoras y mantenimiento de la infraestructura. El programa tiene un presupuesto para 2024 de 20 mil millones de pesos ($1,2 mil millones) y ha llegado a aproximadamente 100.000 escuelas o el 75 por ciento del total.

• Existen otras iniciativas menores como “Sembrando vida”, un programa agrícola, y “Financiera para el bienestar”, un programa de microcréditos para pequeñas empresas.

Aumentos del salario mínimo

Además de los programas sociales, los aumentos al salario mínimo también se han presentado como significativos.

En números absolutos, los aumentos al salario mínimo podrían, en efecto, parecer significativos. Desde la década de 1980 y la imposición de la austeridad por las instituciones financieras internacionales depredadoras, el salario mínimo sufrió una caída constante, llegando a su nivel más bajo en 2016, pagando 7 dólares por día en dólares estadounidenses ajustados a 2024.

En contraste, bajo la administración de AMLO, el salario mínimo ha aumentado de 88 pesos en 2018 a 249 pesos ($15) por día en 2024, un aumento promedio del 12 por ciento anual.

Salario mínimo diario (Datos de CEFA, CONEVAL) [Photo: CEFA, CONEVAL]

Pero a pesar de haberse más que duplicado en los últimos ocho años, este sueldo sigue siendo un salario de pobreza.

De hecho, el salario mínimo se ha mantenido bastante por debajo de la línea de pobreza, la cual es definida por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) como el costo de la canasta básica de alimentos y otros bienes esenciales. Fue únicamente a principios de 2024 que el salario mínimo finalmente logró superar la línea de pobreza en un 10 por ciento. El salario mínimo es, esencialmente, un sueldo sancionado por el estado que garantiza la pobreza.

Salario mínimo en relación a la línea de pobreza (Datos de CEFA, CONEVAL) [Photo: CEFA, CONEVAL]

En cualquier caso, en un país donde tres de cada cinco personas trabajan en el sector informal, las regulaciones de salarios mínimos son en gran medida irrelevantes.

En realidad, y como lo muestran estudios económicos, estas medidas han tenido un impacto insignificante en las tasas generales de pobreza, que se mantienen en niveles muy altos en todo el país.

Impacto en las tasas de pobreza

Las cifras más recientes del INEGI muestran que el porcentaje de la población que vive en la pobreza disminuyó del 41,9 por ciento en 2018 al 36,3 por ciento en 2022. Sin embargo, en el mismo período, el porcentaje de la población que se encuentra en pobreza extrema se mantuvo prácticamente inmóvil, pasando del 7 por ciento al 7,1 por ciento.

Esto significa que, durante estos cuatro años, y teniendo en cuenta el crecimiento de la población, cerca de 400.000 personas se unieron a las filas de los extremadamente pobres. Las cifras de pobreza para el año 2023 aún no están disponibles, pero se espera que sean publicadas por el INEGI poco después de las elecciones presidenciales.

Un estudio preparado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) respalda el argumento de que la pobreza no ha sido impactada de manera significativa. El estudio publicado en la revista Nexos, encontró que los dineros dispersados por el gobierno mediante sus programas sociales tuvieron un efecto más bien reducido en las tasas de pobreza. El estudio atribuyó las modestas mejoras al fuerte aumento de ingresos laborales que tuvieron lugar durante el primer bienio de la pandemia de COVID-19, incluyendo los aumentos al salario mínimo diario.

Mientras tanto, señala el estudio, la forma en que se mide la pobreza cambió en 2016. Mientras que el INEGI introdujo un modelo para corregir el cambio, el estudio encontró que el modelo, cuando se aplicó a las cifras de 2022, arrojó discrepancias significativas, apuntando a una posible subestimación de las tasas de pobreza en ese año.

Otros economistas e investigadores sociales han señalado que los programas de transferencias exhiben un carácter regresivo dado que han reducido el alcance a los sectores más pobres de la población. Por ejemplo, de 2018 a 2020, la población que ganaba el 10 por ciento inferior de ingresos vio reducidos sus recibos de transferencias en un 42 por ciento en términos reales. En contraste, las transferencias terminaron beneficiando a los hogares con ingresos más altos, dado que tienen mejores medios para descubrir los programas y obtener acceso a ellos.

Un informe de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza llegó a conclusiones similares. Además de señalar el aumento de la pobreza extrema, destacó que el número de personas que no pueden acceder a los servicios de salud se vio duplicado, pasando del 16 por ciento en 2018 al 39 por ciento en 2022. Esto representa un total de 30 millones de personas que perdieron el acceso a los servicios de salud bajo la administración de AMLO.

El informe también encontró que dispersiones efectuadas el programa “Jóvenes construyendo el futuro” no han tenido ningún efecto sustancial en la situación laboral de los jóvenes. De hecho, el número de jóvenes empleados en trabajos formales sufrió una caída de 2018 a 2022.

El contexto internacional

A medida que Washington continúa su avance rumbo a una guerra mundial con China, el gobierno mexicano se ha mostrado ansioso por posicionarse como un socio confiable, sirviendo a los intereses de los Estados Unidos en la región.

A pesar de su retórica nacionalista, AMLO ha sido un leal servidor del imperialismo estadounidense, militarizando el país a través del despliegue de la Guardia Nacional en la frontera sur, e implementando la política llamada “Quédate en México” que ha obligado a miles de migrantes centroamericanos a esperar en México mientras sus solicitudes de asilo son procesadas en los Estados Unidos.

A medida que EE. UU. intensifique sus esfuerzos beligerantes en contra de China, el gobierno mexicano buscará alinear aún más sus políticas con los intereses corporativos estadounidenses.

Como se expresó claramente en un reciente artículo en Foreign Affairs, las oportunidades para que las corporaciones estadounidenses trasladen sus operaciones desde Asia hacia las Américas dependen de los bajos costos laborales en la región y de la capacidad de los gobiernos latinoamericanos para asegurar un ambiente estable y competitivo para la inversión, es decir, su capacidad para suprimir la lucha de clases.

Este es el papel que desempeñan los programas de bienestar de AMLO y los incrementos al salario mínimo. No están diseñados para erradicar la pobreza y la desigualdad. Al contrario, su enfoque es la supresión de la lucha de clases, mientras se mantienen los niveles salariales que satisfacen las demandas competitivas del mercado. En última instancia, se basan en las necesidades del imperialismo estadounidense.

La creación de una zona de libre comercio en Norteamérica a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, donde se redujeron los impuestos corporativos al 20 por ciento y el impuesto al valor agregado se redujo a la mitad del 16 al 8 por ciento, es parte de una estrategia basada en la creación de incentivos para las corporaciones. Y de estos incentivos, asegurar que los salarios se mantengan bajos sigue siendo el más importante.

En última instancia, los programas de bienestar bajo la administración de AMLO representan una herramienta crítica de la clase dominante para contener la lucha de clases. Los trabajadores deben liberarse de las ataduras del partido de AMLO, MORENA, y de sus satélites pseudoizquierdistas, y construir su propia organización política independiente basada en un programa socialista para luchar por arrebatar las fuerzas productivas de las manos de la clase capitalista y ponerlas en las manos de un gobierno de los trabajadores. Solo de esta manera la clase trabajadora en México y en el resto del mundo podrá finalmente poner el fin a la pobreza y todos los demás males sociales provocados por el capitalismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 31 de marzo de 2024)

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