Cada día las duras medidas de austeridad aplicadas por el gobierno del fascistoide presidente Javier Milei acercan a Argentina a una guerra de clases total.
La oposición popular a estas políticas, que cuentan con el apoyo abrumador del capital financiero internacional y de Washington, estalló el martes con un movimiento de protesta estudiantil de más de un millón de personas que llenó las calles de Buenos Aires y otras ciudades importantes. Las manifestaciones se convocaron contra los recortes propuestos por el gobierno de Milei en la financiación de las universidades públicas del país, que han amenazado con forzar el cierre de la prestigiosa Universidad de Buenos Aires y de otras instituciones.
Después de haber intentado minimizar la importancia de este movimiento en las últimas semanas, el gobierno se vio obligado a dar marcha atrás ante la avalancha masiva, insistiendo en que su intención no era cerrar universidades, sino controlar sus presupuestos. En su campaña electoral ultraderechista, Milei había promovido las universidades privadas como superiores a las públicas y había abogado por un sistema de vales para desviar la financiación de las instituciones públicas.
Sea cual sea el cambio táctico en su retórica ante las protestas masivas de los estudiantes, el gobierno de Milei sigue decidido a aplicar su programa de austeridad y a utilizar la fuerza para imponerlo a la clase trabajadora argentina.
El 10 de abril, en el bulevar 9 de Julio del centro de Buenos Aires, decenas de policías y gendarmes del gobierno reprimieron brutalmente una manifestación en demanda de alimentos. Los miles de manifestantes fueron atacados con gases lacrimógenos, cañones de agua, balas de goma y palizas.
Los manifestantes se habían concentrado frente al antiguo Ministerio de Desarrollo Social, que el presidente Javier Milei disolvió y convirtió en un departamento del nuevo Ministerio de Capital Humano. Desafiaron las prohibiciones impuestas recientemente contra las marchas y concentraciones que bloquean el tráfico para exigir alimentos para los miles de comedores sociales del país privados recientemente de la ayuda del gobierno.
Otra reivindicación de los manifestantes era el fin de las suspensiones cada vez más arbitrarias de los subsidios a los parados.
Mientras los manifestantes se curaban las heridas y la gente seguía siendo detenida, funcionarios municipales y federales celebraban el ataque en las redes sociales. Milei, que estaba de visita en Miami durante estos acontecimientos, aplaudió a la policía y a los gendarmes, indicando que los ataques contra la clase trabajadora, los pobres y la prensa continuarán y se acelerarán.
Las políticas de terapia de choque económico de Milei se dirigen contra la clase obrera y la clase media, causando miseria y hambre generalizadas en toda esta nación, mientras se permite a las élites económicas, a las empresas petroleras y mineras y a los patrones agrícolas ocultar sus beneficios en dólares en bancos extranjeros, con la aprobación de Milei.
La estrategia de Milei consiste en abolir los programas sociales y traer de vuelta condiciones de explotación no vistas desde principios del siglo XX. Nada más asumir la presidencia en diciembre pasado, devaluó el peso un 50%, eliminó los controles de precios del transporte público, la electricidad y otros bienes y servicios esenciales, e inició una oleada continua de despidos de trabajadores estatales. Al tiempo que provocaba un repunte de la inflación y el desempleo, su administración puso fin a las subvenciones a los comedores sociales de todo el país.
Este programa está ahora respaldado por el imperialismo estadounidense, el Fondo Monetario Internacional, la oligarquía argentina y los fondos buitre de cobertura de todo el mundo. El 10 de abril, el Banco Mundial, que representa los intereses del imperialismo mundial, añadió su nombre a la lista anterior declarando que la austeridad de Milei era 'dolorosa pero necesaria' para sacar a Argentina de su crisis.
El 19 de abril, Milei asistió a una conferencia empresarial anual en la estación de esquí de Llao Llao, en la ciudad de Bariloche, provincia de Río Negro. La conferencia reúne a los principales directores ejecutivos de Argentina. A Milei se le impidió utilizar el aeropuerto de Bariloche y se vio obligado a desviarse por las protestas de los trabajadores del Estado, que exigían el fin de los despidos y la restitución de los aumentos salariales y defendían el derecho de los jubilados. La protesta tuvo lugar desafiando una masiva presencia policial.
En la conferencia, el presidente pronunció un discurso en el que aplaudió como 'héroes' a los CEOs que logran evadir los impuestos del gobierno ('las garras del Estado') y envían sus dólares al exterior; 'Ustedes se ríen pero yo lo veo así. Yo recomendaría comprar dólares en negro, para que no tengan que pagar un montón de impuestos estúpidos para financiar a los inútiles', insistió Milei.
Sin duda, para Milei, los 'inútiles' son los trabajadores, los estudiantes, los pequeños agricultores y los sectores menos acomodados de la clase media.
La economía capitalista de libre mercado de Milei tiene mucho en común con los supuestos remedios de los 'Chicago Boys' adoptados por el dictador militar chileno Augusto Pinochet en la década de 1970, que implicaban la destrucción de los sistemas de jubilación estatales y la privatización de las empresas públicas y la educación pública. Hoy, funcionarios del gobierno argentino acusan abiertamente a los profesores de las escuelas públicas de 'adoctrinar' a los alumnos contra el libre mercado y el capitalismo.
Como en el caso de Pinochet, la contrarreforma de Milei requerirá medidas dictatoriales.
Es el resultado de una sucesión de gobiernos que han incrementado fuertemente la desigualdad socioeconómica, tanto peronistas como de derecha abierta, que contribuyeron a ello con un mayor endeudamiento con Wall Street y el FMI, así como con políticas inflacionarias. Milei heredó una economía en la que más del 40 por ciento de la población vivía en la pobreza, y el 32,5 por ciento de los 6,5 millones de trabajadores con empleo no podrían llegar a fin de mes a finales de 2023. Ahora, la pobreza ha aumentado hasta el 60%, y el salario medio ha caído por debajo del coste de la vida.
La tradición de escolarización obligatoria, gratuita y no religiosa, abierta a todos los niños y niñas, que existe en Argentina desde la década de 1880, está siendo cuestionada ahora por funcionarios del gobierno que han sugerido que los padres pueden querer que sus hijos e hijas trabajen y ayuden con las finanzas del hogar, en lugar de ir a la escuela.
Además de los miles de trabajadores estatales que han sido despedidos, Milei limitó los aumentos salariales en febrero y marzo al 14%, muy por debajo de la inflación del 37% registrada en ese mismo periodo. Decenas de miles de trabajadores se ven en la necesidad de trabajar horas extra.
El lunes 22 de abril se anunciaron recortes sustanciales en la financiación gubernamental del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), y la eliminación de varias de sus unidades de producción. En palabras del decreto firmado por el presidente del INCAA, Carlos Pirovano, las nuevas reglas promoverán 'una estructura que conduzca a mecanismos y procesos más ágiles' en el contexto de menores costos.
Mientras trabajadores y estudiantes entran en lucha, las centrales sindicales CTA y CGT han convocado un paro nacional para presionar al Congreso y a Milei para que renuncien a estas brutales medidas de austeridad. El sindicato de transportistas realizará una huelga el 6 de mayo de tres horas como preludio.
Milei ya se enfrentó a una huelga nacional de 12 horas el 24 de enero, en la que 5 millones de trabajadores dejaron de trabajar y más de 1 millón se sumaron a las manifestaciones en toda Argentina. Mientras los trabajadores han demostrado repetidamente su voluntad de luchar hasta las últimas consecuencias, la burocracia sindical y sus aliados de pseudoizquierda dirigen sus luchas hacia el aislamiento y la derrota.
Es necesario que los trabajadores tomen conciencia de la importancia internacional de su lucha contra Milei. Deben formar órganos de lucha independientes, comités obreros que lleguen a todos los sectores de la clase obrera de Argentina y del mundo.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 24 de abril de 2024)