El surgimiento de un movimiento global de grandes protestas de trabajadores y jóvenes contra el genocidio israelí en Gaza marca un punto de inflexión histórico en la lucha de clases. En todo Estados Unidos, han estallado fuertes protestas en los campus universitarios que ahora se enfrentan a una represión policial masiva a nivel nacional orquestada por la administración Biden. En Europa, cientos de miles de personas han inundado las calles de Londres, Berlín, Dublín, Madrid, Barcelona, Ginebra y París, exigiendo un alto el fuego inmediato en Gaza y pidiendo a sus gobiernos que dejen de armar y apoyar el genocidio israelí.
En este contexto, el partido pequeñoburgués español Anticapitalistas tiene como objetivo desviar la rabia de las masas por el genocidio llamando a los trabajadores y a la juventud a no depositar “ni un voto al genocidio palestino.” Este es un callejón sin salida y una trampa para los jóvenes y trabajadores que se oponen al genocidio. El apoyo unánime al genocidio de los partidos gobernantes capitalistas de todas las tendencias, desde los demócratas de Biden en Estados Unidos hasta los conservadores británicos y los socialdemócratas alemanes o españoles, deja un punto muy claro: no se puede detener el genocidio con un voto. La clase obrera debe movilizarse contra los gobiernos progenocidio.
Anticapitalistas, sin embargo, promueve ilusiones de que el gobierno del Partido Socialista (PSOE)-Sumar puede virar de sus políticas de austeridad, guerra y militarismo a través de la presión desde abajo, incluso mientras continúa vendiendo y comprando armas al régimen sionista. Este es el carácter del artículo publicado en El Salto bajo el título “Ni un voto al genocidio contra el pueblo palestino” escrito por Germán Montañés, miembro de Anticapitalistas y de su ala juvenil, Abrir Brecha.
Montañés afirma en primer lugar que desde la guerra árabe-israelí de 1967, “El consenso internacional se desplazó aún más a favor del sionismo.” Hoy en día, señala, “tenemos un gobierno ‘progresista’ conformado por PSOE-Sumar. […] Sin embargo, ni en la agenda política española ni en la europea ha aparecido en estos meses la discusión acerca de la imposición de sanciones a Israel.”
Anticapitalistas ayudó a construir el partido Podemos, que gobernó con una agenda de austeridad y militarismo entre 2020 y 2023 en alianza con el PSOE, y del que surgió Sumar. Montañés hace lo que es, en efecto, una admisión devastadora del papel reaccionario y la bancarrota política de la organización que su tendencia ayudó a construir. Escribe:
En el Estado Español, un gobierno del PSOE y Sumar sigue comprando y vendiendo armas al estado israelí, mientras promete una conferencia de paz en el futuro, una vez todos los gazatíes hayan sido asesinados o estén en campos de refugiadas. En los Estados Unidos, Biden sigue mandando armas a Israel mientras se erige como la gran defensa ante la amenaza de Trump.
Tras esta afirmación, Montañés respalda la campaña 'No comprometido' lanzada a principios de año por los Socialistas Democráticos de América (DSA) como el camino a seguir. Afirma:
Para mostrar el descontento por el apoyo de la administración Biden a Israel, en varios estados se han levantado campañas para votar “No comprometido” en las primarias. En Michigan, mientras 618.000 electores votaron a Biden como candidato demócrata, más de 100.000 eligieron “ no comprometido ”. Esta campaña, que se ha reproducido en otros estados como Minnesota (el 20% de los demócratas votaron “no comprometido”), Carolina del Norte o Colorado, está apoyada por organizaciones judías antisionistas como “Jewish Voice for Peace Action” o socialistas como “Democratic Socialist of America”
Montañes llama a no “avalar a aquellos partidos políticos que por activa o por pasiva sostienen el sionismo. Además de contribuir de manera efectiva a la lucha del pueblo palestino, esta campaña también sería una forma de fomentar en nuestras propias sociedades ideas que rechazan los postulados de la extrema derecha.”
Sin embargo, como ha advertido el WSWS, la campaña 'No comprometido' en los EE.UU. es una cínica maniobra política lanzada por el DSA y otras fuerzas pseudoizquierdistas. Presentada como una forma de presionar a la Administración Biden para que abandone su apoyo al genocidio, en realidad pretende salvar la campaña de Biden para las elecciones presidenciales de este año y canalizar a los trabajadores y jóvenes descontentos detrás de los demócratas. Está respaldada por sectores destacados del Partido Demócrata y fue fuertemente promovida en la televisión digital y en el New York Times.
Anticapitalistas, aterrorizados por la creciente oposición a la izquierda del gobierno PSOE-Sumar por su apoyo a Israel, espera lanzar esta campaña en España. Montañes escribe:
Lo que está pasando en Palestina se debe nombrar claramente: genocidio, limpieza étnica, apartheid, colonialismo. Si el “progresismo”, continuando con su política de renuncias, no es capaz siquiera de establecer una línea roja ante esta barbarie, debe ser blanco de nuestra crítica más despiadada. Especialmente lamentable es la posición del “ala izquierda” del Gobierno, Sumar. […] Sumar —y todo el arco izquierdo del parlamento— renunció a plantear la cuestión de la compraventa de armas a Israel como una exigencia clave en las negociaciones de investidura de Pedro Sánchez en noviembre.
Esto falsea la naturaleza de la 'crítica despiadada' a Sumar, Podemos y Anticapitalistas que se necesita. La oposición de masas entre los trabajadores y la juventud debe unificarse en un movimiento internacional socialista contra la guerra para detener el genocidio. Esto requiere construir una dirección revolucionaria trotskista en la clase obrera contra los partidos pseudoizquierdistas como el DSA y Anticapitalistas, que están profundamente implicados en el apoyo de las potencias imperialistas al genocidio de Gaza.
El DSA, que está liderando la campaña 'No comprometidos', no es un partido socialista. Al igual que Anticapitalistas, es un partido del gobierno capitalista hostil al socialismo y a la clase obrera. Su función política es desorientar y confundir a los trabajadores y jóvenes que buscan una alternativa socialista genuina y encadenarlos al establishment político capitalista. Está compuesto por oportunistas de la pequeña burguesía, dedicados sobre todo a la preservación, bajo el capitalismo, de los privilegios que tiene la capa acomodada de la clase media que representan.
DSA es una facción del Partido Demócrata, uno de los dos principales partidos capitalistas de los Estados Unidos. En 2022, desempeñó un papel fundamental en la aprobación de los grandes gastos de guerra y en la prohibición de una huelga nacional de trabajadores ferroviarios. El mes pasado, sus representantes en el Congreso de los Estados Unidos votaron otros 60.000 millones de dólares para la guerra por delegación de la OTAN contra Rusia en Ucrania, y 8.100 millones de dólares en fondos para la región del Indo-Pacífico de cara a los preparativos de guerra contra China.
En España, Anticapitalistas ha trabajado para estrangular políticamente a la clase obrera durante décadas, exigiendo que los trabajadores se subordinen a partidos imperialistas como el socialdemócrata PSOE, el principal partido de gobierno capitalista español. En 2014, Anticapitalistas fundó Podemos con profesores estalinistas con una orientación explícita hacia el PSOE.
Seis años después, entró en el gobierno con el PSOE, dejando a Podemos y el gobierno posteriormente. Abandonó Podemos no porque se opusiera a ninguna de las políticas emblemáticas del Gobierno: la guerra, la orden de retorno al trabajo en medio de la pandemia de COVID-19 que provocó cientos de miles de muertes, la austeridad y las medidas propias de un Estado policial. De hecho, al salir del Gobierno, se comprometió a 'apoyaremos todas las conquistas que se produzcan en este marco [del Gobierno PSOE-Podemos]', añadiendo: “no hay duda de que nos encontraremos en muchas luchas comunes con la gente de Podemos.”
En ese momento, el WSWS advirtió que la salida de Anticapitalistas era una maniobra para preservar la capacidad de Anticapitalistas de intervenir en las luchas sociales para bloquear la oposición de la clase trabajadora. Estas advertencias fueron plenamente confirmadas.
Desde su alcaldía en Cádiz, Anticapitalistas exigió a los 22,000 trabajadores metalúrgicos de la ciudad en huelga que respetaran un acuerdo sindical que implicaba una traición en noviembre de 2021, mientras que el gobierno PSOE-Podemos enviaba a la policía antidisturbios y vehículos blindados contra los huelguistas Tras el estallido de la guerra en Ucrania en febrero de 2022, Anticapitalistas defendió la guerra proxy de la OTAN en Ucrania, mientras Podemos armaba al régimen ucraniano. Temiendo un descalabro electoral de Podemos después de tres años de políticas de austeridad y militarismo, Anticapitalistas llamó a votar por Sumar, una escisión de Podemos, en las elecciones del año pasado.
El llamamiento de Montañés a un voto 'no comprometido' sigue desempeñando el mismo papel esencial de suprimir la lucha de clases y atar a los trabajadores y la juventud a los partidos imperialistas.
Llama a 'no votar' a los partidos pro-genocidio, pero las elecciones generales no se esperan hasta 2027. Mientras tanto, Anticapitalistas quiere que los trabajadores participen en las protestas contra el genocidio controladas por ellos y el estalinista Partido Comunista de España, que está en el gobierno dentro de Sumar, a través de la Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina (RESCOP). En estas protestas, promueven ilusiones de que si se ejerce suficiente presión sobre el gobierno PSOE-Sumar, la clase dominante 'cambiará de rumbo'.
Al mismo tiempo, Anticapitalistas seguirá trabajando para apoyar al gobierno PSOE-Sumar, impulsando a otros partidos capitalistas que respalden al gobierno en el parlamento. Durante las elecciones del pasado mes de febrero en la comunidad autónoma de Galicia, Anticapitalistas llamó a votar por el Bloque Nacionalista Galego (BNG). Para las elecciones en el Euskadi celebradas el mes pasado, Anticapitalistas llamó a votar por el partido nacionalista vasco EH Bildu. Estos dos partidos juegan un papel central a la hora de dotar al gobierno PSOE-Sumar de una mayoría parlamentaria.
Uno de los diputados de EH Bildu, Jon Inarritu, es un sionista que firmó un manifiesto en contra del boicot a Israel, alabando al Estado sionista “como una referencia para los pueblos que aspiran a su soberanía ' y presumiendo de los lazos comerciales de las empresas vascas con Israel.
No hay un camino 'no comprometido' para detener la guerra y el genocidio. La administración Biden y el gobierno PSOE-Sumar pretenden seguir suministrando al genocida régimen sionista todo el apoyo político, militar y económico que necesita.
Poner fin al genocidio de los palestinos y oponerse a la guerra en expansión llevada a cabo por las potencias de la OTAN y sus representantes en todo Oriente Medio y en Ucrania contra Rusia exige la construcción de un movimiento global socialista contra la guerra en la clase trabajadora. lo cual plantea como una tarea urgente la construcción de una dirección política en la clase obrera, basada en la perspectiva de la revolución socialista mundial. Esto significa la construcción de secciones del CICI en España y en países de toda Europa.