El siguiente discurso fue pronunciado por Max Boddy, secretario nacional adjunto del Partido Socialista por la Igualdad (Australia), ante el Acto Internacional en Línea del Día Internacional de los Trabajadores de 2024, llevado a cabo el sábado 4 de mayo.
Tanto en Australia como a escala internacional, el genocidio israelí en Gaza ha producido una gran conmoción y oposición. Todas las semanas desde hace seis meses, se han celebrado importantes protestas contra el ataque y el apoyo que ha recibido de las potencias imperialistas, incluida Australia.
Se trata del movimiento contra la guerra más sostenido de la historia del país, pero se ha llegado a un callejón sin salida.
Los grupos de pseudoizquierda que lideran las protestas, como los Verdes, insisten en que la tarea es presionar al gobierno laborista a cambiar de rumbo.
Pero esta perspectiva ya se ha intentado y fracasado. La administración laborista es una de las más agresivas en la defensa de Israel. No importa qué atrocidad perpetre el Estado sionista —ya sea la destrucción de hospitales, el bombardeo de zonas civiles, o ejecuciones a sangre fría—, los laboristas declaran que Israel tiene “derecho a defenderse”.
Al mismo tiempo, ha supervisado una importante represión del derecho a la protesta, así como de otras libertades civiles y ha ayudado a una caza de brujas sionista contra actores, artistas, trabajadores sanitarios y otros que calumnia como antisemitismo la oposición al genocidio. Esto se basa en un fraude, identificando falsamente al pueblo judío con un Estado guarnición respaldado por el imperialismo. Se ha expuesto en la práctica por la creciente participación del pueblo judío en las protestas contra el genocidio.
La pseudoizquierda y los Verdes intentan encubrir lo que revela esta complicidad. La posición de los laboristas sobre el genocidio no es un accidente o una aberración. El laborismo es un partido proguerra del imperialismo comprometidos con guerras criminales dirigidas por EE.UU. en todas partes.
En 1948, el gobierno australiano fue uno de los primeros del mundo en reconocer a Israel, establecido mediante la brutal desposesión de los palestinos. Desde entonces, los laboristas han apoyado todas y cada una de las acciones del Estado sionista.
El apoyo de los laboristas al genocidio en la actualidad es inseparable de su papel como socio clave de la campaña bélica global del imperialismo estadounidense. Eso incluye proporcionar más de mil millones de dólares para apoyar la guerra de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia en Ucrania. Pero aún más significativo, los laboristas completan la transformación de Australia en un punto de escala para la guerra liderada por EE.UU. contra China en esta región.
La otra línea de la falsa izquierda de clase media y los líderes de la protesta es que este movimiento contra el genocidio debe orientar a las direcciones sindicales. Pero los sindicatos no han tomado medida alguna, y son un aliado clave del gobierno laborista.
Para encubrir su papel en la represión de la oposición, el Consejo Australiano de Sindicatos (ACTU), el máximo órgano sindical, emitió una declaración la semana pasada pidiendo al gobierno que detenga los envíos de armas a Israel e imponga sanciones. Que tal declaración se hizo pública expresa el sentimiento generalizado entre los trabajadores de que hay que tomar medidas. Pero la ACTU no hace más que emitir llamamientos insensatos al Gobierno. De hecho, son los propios sindicatos que facilitan los envíos a Israel. Eso incluye al Sindicato Marítimo de Australia (MUA), presentado como un sindicato “de izquierdas” y “progresista”. Cada semana, asegura el ordenado ir y venir de la carga de la naviera israelí Zim, que, en octubre, dedicó toda su flota internacional al esfuerzo bélico. En ocasiones, la MUA hace declaraciones vacías de preocupación por los palestinos. Pero en febrero, invitó al primer ministro Anthony Albanese para dirigirse a su conferencia nacional, a pesar de ser parte del genocidio.
La guerra en el extranjero significa una guerra contra la clase obrera. Las viejas descripciones de Australia como “país afortunado”, exentos de penurias y tensiones sociales, han dado paso a la realidad de la brutal austeridad capitalista.
El gasto militar supera los 50.000 millones de dólares anuales como parte de la campaña bélica, especialmente contra China. La semana pasada, el Partido Laborista anunció otros 50.000 millones a lo largo de la década, lo que elevará el gasto anual en defensa a más de 100.000 millones de dólares en 2034. La adquisición por Australia de submarinos de propulsión nuclear, en el marco del acuerdo AUKUS, costará al menos 368.000 millones de dólares.
Hay fondos ilimitados para el militarismo y la guerra, pero no hay dinero para las necesidades de la gente corriente.
En 2022, los laboristas llegaron al poder con falsas promesas de que ofrecerían un futuro mejor. Pero en el poder, los laboristas han insistido en que la gente corriente haga “sacrificios”. Junto con los sindicatos, ha impuesto los mayores recortes reales de las condiciones de vida de los trabajadores en décadas.
En los tres años hasta diciembre, los salarios han bajado una media del 5,1% con respecto a la inflación. Tener un lugar seguro donde vivir es casi un lujo.
La cuota hipotecaria promedio semanal ha aumentado en 400 dólares desde mayo de 2022, más de ocho veces el aumento de los salarios medios. Como resultado, el número de australianos “en riesgo” de estrés hipotecario se ha duplicado en menos de dos años. Casi un tercio de los titulares de hipotecas en propiedad están ahora en esta categoría, el nivel más alto desde 2008. Los alquileres de apartamentos se han disparado hasta alcanzar máximos históricos en todo el país, aumentando en promedio 12,7% en los últimos 12 meses. De 45.000 viviendas de alquiler censadas en todo el país, menos de 300 son asequibles para un trabajador a tiempo completo con el salario mínimo.
La sanidad y la educación públicas están totalmente colapsadas, con falta de personal, hacinamiento y sin capacidad para satisfacer la demanda. Se prevén aún más recortes.
Además de los militares, este dinero va a parar a los ultrarricos. Desde 2020, se han acuñado 42 nuevos multimillonarios australianos, elevando el total a 159. La riqueza combinada de las 250 personas más ricas de Australia ha aumentado hasta 591.000 millones de dólares, un aumento del 57% en cuatro años.
Hay una oposición masiva a los laboristas y a toda la élite política y una mayor oposición al capitalismo. Pero para avanzar, este movimiento en desarrollo debe basarse en una comprensión de que el origen de todos los problemas que enfrentamos es el anticuado sistema de lucro.
Los laboristas y sus homólogos en todo el mundo se han expuesto como los partidos de derechas y podridos de las grandes empresas. La cuestión es que la clase obrera necesita su propio partido, basado en un programa socialista e internacionalista para acabar con la guerra, la desigualdad y su fuente, el sistema capitalista. Les pido que se unan al SEP y al CICI para luchar por esta perspectiva.