Publicamos el informe al Octavo Congreso del Partido Socialista por la Igualdad (EE.UU.), presentado por Jerry White. El congreso se celebró del 4 al 9 de agosto de 2024. Adoptó por unanimidad dos resoluciones: “Las elecciones estadounidenses de 2024 y las tareas del Partido Socialista por la Igualdad” y “¡Liberen a Bogdan Syrotiuk!”.
Me gustaría complementar el informe del camarada Tom Hall con una reseña de la intervención del Partido Socialista por la Igualdad en las elecciones del sindicato United Auto Workers (UAW) en 2022-23 y la lucha en curso entre los trabajadores del sector automotor. Las lecciones de la campaña de Will Lehman serán fundamentales en la lucha por romper el control de la burocracia procapitalista y probélica del UAW, construir la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB, o IWA-RFC, por su sigla en inglés) y ganar a los trabajadores para una perspectiva internacionalista y socialista. Como dice la resolución del Congreso, esto será central para la campaña del Partido Socialista pro la Igualdad (SEP, sigla en inglés) en las elecciones estadounidenses de 2024.
No hay duda de que el aparato del UAW se ha convertido en un instrumento central en los planes del imperialismo estadounidense para una guerra global, y el Partido Demócrata está intensificando sus esfuerzos para renovar su imagen. Kamala Harris y Tim Walz estuvieron hoy en Detroit celebrando una reunión con el presidente de la UAW, Shawn Fain, en la sede de la Solidarity House del sindicato. Después de mantener en secreto la ubicación de su manifestación conjunta, anunciaron que se llevará a cabo en un hangar de aviones en el Aeropuerto Metropolitano de Detroit, lo más lejos posible de las protestas contra el genocidio.
El último Congreso del partido comenzó el 31 de julio de 2022, apenas cuatro días después de que Will Lehman fuera nominado en la Convención Constitucional del UAW. Nuestra escuela de verano de 2023 siguió a un año de intensa campaña para llevar el programa del partido a los trabajadores del sector automotor.
Al final de su informe de apertura de la escuela, el camarada David North dijo:
La intervención del partido en las elecciones de la UAW proporcionó una visión de la conciencia de la clase trabajadora. La candidatura del camarada Will Lehman, que declaró abiertamente sus convicciones socialistas y pidió la abolición del aparato, obtuvo el apoyo de 5.000 trabajadores del sector automotor. Y miles más habrían votado por él si hubieran sabido siquiera de la elección. Pero la burocracia, que reconoce y teme el crecimiento del radicalismo político y el movimiento hacia el socialismo, hizo todo lo posible para bloquear la participación de los trabajadores en las elecciones.
North continuó:
La campaña de Lehman es una demostración significativa del liderazgo del SEP en la oposición militante dentro de la clase obrera a los aparatos burocráticos de los sindicatos reaccionarios. La Alianza Internacional de Trabajadores de Comités de Base, iniciada por el partido, se está desarrollando dentro de los Estados Unidos e internacionalmente como un movimiento genuino de trabajadores militantes en fábricas y lugares de trabajo en todo el país.
La crisis que lleva décadas en la burocracia del UAW, manifestada en la exposición de la corrupción y los sobornos generalizados, las revueltas repetidas de los trabajadores del sector automotor y la decisión del gobierno estadounidense de celebrar la primera elección directa de los principales dirigentes del UAW, presentó una enorme oportunidad para que el partido luchara por su programa. Cualesquiera que fueran los desafíos que planteara la realización de una campaña para presidente del UAW (y había muchos), no podíamos dejar pasar esta oportunidad. Sin intervenir, no sería posible tener una imagen precisa de la “situación objetiva”, y mucho menos cambiarla.
Entre el anuncio de la candidatura de Will el 30 de junio de 2022 y el último artículo elaborado por Marcus Day sobre el respaldo del UAW a Harris el 1 de agosto (un período de 26 meses), el WSWS publicó no menos de 580 artículos sobre las luchas de los trabajadores automotrices.
Este trabajo fue el resultado de un intenso trabajo teórico, político y práctico del SEP para proporcionar liderazgo a la clase obrera y brindarle una perspectiva y un programa para sus luchas. El camarada Will se presentó a las elecciones como representante de un poderoso movimiento revolucionario internacional, el Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI).
La intervención del movimiento trotskista en las luchas de los trabajadores del sector automotor, por supuesto, se remonta a décadas atrás, a antes de la fundación del UAW en 1935. Los trabajadores influenciados por el movimiento o ganados para él desempeñaron papeles destacados en la huelga de Toledo Auto-Lite de 1934 y la huelga de brazos caídos de Flint de 1936-37 y organizaron las manifestaciones masivas en Detroit contra la ley Taft-Hartley en 1947.
El auge de posguerra y la consolidación de la burocracia proimperialista bajo Reuther plantearon graves desafíos a este trabajo. Como escribió el camarada David North en The Heritage We Defend, James P. Cannon, el líder de los trotskistas estadounidenses, libró una lucha decisiva en 1953 contra los pablistas estadounidenses encabezados por Bert Cochran, quien era responsable del trabajo del partido en el UAW en Detroit. Al declarar que nunca se podría ganar a los trabajadores estadounidenses “argumentándolos sobre los pros y los contras de la lucha Stalin-Trotsky”, Cochran encontró apoyo principalmente entre un sector de los sindicalistas dentro del partido que, frente a la rabiosa caza de brujas macartista, había perdido toda confianza en una perspectiva revolucionaria.
En los años 1970 y 1980, la Workers League (antecesora del SEP de EE.UU), libró una poderosa lucha entre los trabajadores del automóvil, oponiéndose al corporativismo de la burocracia del UAW y su complicidad en la destrucción de los puestos de trabajo de más de un millón de miembros del UAW.
Como señaló el camarada North en su informe de apertura, el documento de perspectivas de 1988 del Comité Internacional analizó la globalización de la producción capitalista, el surgimiento de las corporaciones transnacionales y la transformación de las organizaciones sindicales y reformistas de base nacional en instrumentos corporativistas de la clase dominante. Por ello, la clase obrera debería tener una estrategia internacional y coordinar sus luchas a escala global.
Los últimos 15 años han visto un desarrollo cualitativo en la rebelión contra el aparato del UAW y en la influencia del partido. Esto incluye nuestro papel clave en el rechazo al contrato de Chrysler de 2015; la manifestación de 2019 contra el cierre de plantas de GM y la vinculación de trabajadores estadounidenses con trabajadores mexicanos en Silao y Matamoros; la ola de huelgas salvajes de 2020 por la propagación del COVID en las plantas; y la huelga de 2021 de los trabajadores de Volvo Trucks en Virginia.
Atemorizada por esta revuelta de las bases y el creciente apoyo al SEP, la administración Biden se propuso renovar la imagen de la desacreditada burocracia del UAW. Esto fue clave para la estrategia corporativista del “presidente más prosindicato de la historia”, para reprimir la lucha de clases y disciplinar a la clase trabajadora para una “guerra total”.
El esfuerzo por instalar sin problemas una nueva figura se vio interrumpido por la intervención del SEP. Como escribió el camarada Eric London en una perspectiva del 21 de marzo de 2023:
Desde el principio, la elección del UAW fue orquestada por el Estado para resolver la crisis en el UAW derivada del escándalo de corrupción. Su objetivo era proporcionar al aparato del UAW un escaparate y poner en marcha un liderazgo con suficiente legitimidad para frenar la rebelión en ciernes de las bases. Este plan sólo podía tener éxito en la medida en que las bases no tuvieran representación en las urnas y sólo pudieran elegir entre burócratas seleccionados a dedo que representaban a diferentes camarillas.
La campaña de Will Lehman puso un palo en la rueda a este plan. Lehman se presentó con un programa socialista y promovió la abolición de la burocracia del UAW y la concesión de poder a las bases en los talleres. Se presentó como miembro de la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base y contó con el apoyo del Partido Socialista por la Igualdad y del World Socialist Web Site.
La respuesta de la burocracia y del supervisor del UAW designado por el tribunal fue emprender un esfuerzo sistemático para suprimir la participación y privar a los trabajadores de base de la oportunidad de votar por Lehman.
A pesar de esto, a través de decenas de declaraciones, videos, en el debate presidencial del 22 de septiembre del UAW y campañas de los miembros del partido, avanzamos en la lucha por abolir la burocracia, transferir el poder a los trabajadores en el taller y “normalizar” la lucha por la unidad internacional de la clase trabajadora y el socialismo.
En un momento, la principal publicación de la industria del transporte señaló el “factor Lehman” como el que proporcionaba liderazgo a la rebelión en Mack Trucks y dijo que había un “fervor socialista bastante bueno dentro de esta negociación ahora”.
Las declaraciones emitidas por la campaña durante y después de las elecciones no solo hablaban de luchas inmediatas, sino de cuestiones políticas fundamentales, incluida la guerra de poder de EE.UU. y la OTAN en Ucrania, el genocidio en Gaza y la amenaza de dictadura.
En respuesta a una de esas declaraciones, un trabajador de la planta de GE Aerospace en Cincinnati nos dijo:
Todos los demás candidatos en el debate eran comunes y corrientes. Will tenía sustancia y era diferente. Cuando vimos el anuncio de Will en la revista Solidarity, los dos no lo podíamos creer. Dijimos que o era socialista o era un tipo de derechas que se hacía pasar por un populista. Empezamos a seguir a Will. Luego recibimos su carta pidiendo la libertad de Julian Assange y dijimos que tenía mucho sentido. Fue genial tener a alguien que hablara por nosotros. Empezamos a hablar con los compañeros de trabajo y nos dijeron: 'Votaré por él'. Sabemos que no todos están de acuerdo con el socialismo o lo entienden, pero ven a alguien que les da esperanza y que tiene sus intereses como trabajadores.
Durante la campaña electoral, el SEP surgió como el único defensor de los derechos democráticos de los trabajadores. Expusimos la supresión deliberada de votos y la sanción de esto por parte del monitor del UAW y la administración Biden, y movilizamos a los trabajadores para que presentaran declaraciones juradas y tomaran otras medidas para defender su derecho a votar en una elección significativa. Por el contrario, los agentes de los Socialistas Demócratas de Estados Unidos (DSA) que respaldan a Fain, al igual que el Departamento de Trabajo de Biden, no mostraron nada más que desprecio por los derechos de los trabajadores.
Tras la instalación de Fain como presidente del UAW en marzo de 2023, una reunión organizada por el SEP para establecer una Red de Comités de Base de Trabajadores Automotores declaró:
La verdadera lucha por la democracia en el sindicato está por venir. La reorganización de puestos entre los burócratas de Solidarity House no cambia nada. La colaboración del UAW con el gobierno y las corporaciones, la traición a los intereses de los trabajadores y la supresión de sus derechos democráticos no cambiarán con el reemplazo de Curry por Fain. Lo que se requiere es la transferencia de poder a la base y la eliminación de todo el aparato del UAW…
Esta advertencia se reivindicó durante los siguientes meses, cuando Fain y la Casa Blanca intentaron reprimir la rebelión de la base con la falsa “huelga stand up” (de pie) e imponer un contrato que allanaría el camino para recortes masivos de empleos para hacer que los trabajadores paguen por la transición geoestratégicamente importante a los vehículos eléctricos.
El 30 de agosto de 2022, la AIO-CB publicó la declaración “¡Detengan el baño de sangre de los empleos de vehículos eléctricos!”, que advertía del ataque masivo que se avecinaba. También explicó que el
gobierno estadounidense considera que el esfuerzo por construir una línea de suministro nacional de vehículos eléctricos y asegurar el acceso a minerales críticos necesarios para la producción de microchips y semiconductores es una cuestión de necesidad militar, de modo que no tenga que depender de China para producir equipo militar y mantener una base industrial.
Este es el significado de las repetidas referencias de Fain y Biden al “Arsenal de la democracia”. El 7 de octubre de 2023, el mismo día en que Israel comenzó su guerra en Gaza, Fain lo explicó. “Reuther”, dijo, “tuvo la visión de convertir el exceso de capacidad para producir aviones y tanques”, pero “los tres grandes directores ejecutivos se rieron de él y se burlaron de él, diciéndole que se mantuviera en su camino”.
Continuó:
Cuando ocurrió Pearl Harbor, FDR fue a ver a Reuther y ellos adoptaron ese plan, y hoy no se nos reconoce ese mérito. El arsenal de democracia de Reuther, empleado por FDR y construido por nuestros trabajadores, fue la pieza principal e integral de nuestra victoria en esa guerra.
Sin duda, Fain espera que una administración Harris demuestre la veracidad de la famosa declaración de Trotsky: “En tiempos de guerra o revolución, cuando la burguesía se ve sumida en dificultades excepcionales, los dirigentes sindicales suelen convertirse en ministros burgueses”.
¿Qué significó este Arsenal de Democracia para la clase trabajadora?
En los 11 meses anteriores a Pearl Harbor, hubo 4.288 huelgas, en las que participaron 2,3 millones de trabajadores, contra la creciente inflación y los salarios de pobreza. En junio de 1941, Roosevelt desplegó tropas federales para romper una huelga de 12.000 trabajadores de North American Aviation en Inglewood, California, que estalló en desafío a las burocracias proguerra de la AFL y la CIO. Cuando las tropas estadounidenses con bayonetas atacaron los piquetes, los gritos de “¡Heil Roosevelt!” estallaron entre las filas obreras, escribió Art Preis, miembro del Partido Socialista de los Trabajadores (SWP) trotskista, en ese entonces sección estadounidense de la Cuarta Internacional, en su libro Labor’s Giant Step.
Continuó:
Así, el gobierno de Estados Unidos libró su primer enfrentamiento militar de la Segunda Guerra Mundial en suelo norteamericano contra trabajadores norteamericanos que se resistían a los salarios de hambre.
Un mes después, en julio de 1941, Roosevelt, con el apoyo de la burocracia de los Teamsters y de los estalinistas, incriminaría a 18 trotskistas en virtud de la infame Ley Smith en un juicio destinado a aplastar toda oposición dentro de la clase obrera norteamericana a la entrada del imperialismo norteamericano en la Segunda Guerra Mundial.
Reuther, Sidney Hillman y otros dirigentes sindicales, totalmente apoyados por los estalinistas, ahora partidarios de la guerra, hicieron una promesa de no hacer huelga, aceptaron una congelación de los salarios en tiempo de guerra, la eliminación de un aumento salarial por el trabajo en fin de semana y, en muchas industrias, la prohibición de que los trabajadores abandonaran sus puestos de trabajo sin permiso bajo pena de ser reclutados para el servicio militar. A cambio, los sindicatos obtuvieron protecciones de “mantenimiento de la afiliación”, obligando a los trabajadores a pagar las cuotas.
Las huelgas en tiempos de guerra, incluidas las huelgas espontáneas de cientos de miles de mineros del carbón en 1943, continuaron. En efecto, la clase dominante estadounidense apenas controlaba su “frente interno” en la Segunda Guerra Mundial en condiciones mucho más favorables que las actuales.
El imperialismo estadounidense se embarca ahora en una guerra profundamente impopular por la dominación global sin ningún dirigente sindical o político que tenga credibilidad en la clase trabajadora. Esto no ocurre después de un período de reformismo del New Deal (un lujo en ese momento, que según Trotsky dependía de la riqueza sin precedentes de Estados Unidos), sino después de un período de casi medio siglo de contrarrevolución social y ataques despiadados a la posición social de la clase trabajadora.
Es muy significativo que la campaña haya recibido votos sustanciales de los trabajadores de la industria de defensa, incluidas las plantas de General Dynamics en Ohio y Virginia, y la planta de Allison Transmission en Indianápolis, que producen vehículos militares para Estados Unidos e Israel. En oposición a la falsa resolución de alto el fuego de la burocracia del UAW, Will publicó un video de TikTok en noviembre de 2023, llamando a los trabajadores a detener la producción y el envío de armas a Israel, que fue visto cientos de miles de veces.
La campaña también ganó un gran número de seguidores entre los miembros del UAW en la Universidad de California, y cuando 48.000 estudiantes de posgrado y otros trabajadores lanzaron una huelga política contra el genocidio y la represión de los derechos de los trabajadores en el campus en mayo-junio de 2024, el partido fue la única fuerza que intervino con un programa político e iniciativas para ampliar la lucha y oponerse al aislamiento de la burocracia del UAW.
El 25 de junio de 2024, un juez federal confirmó la demanda de Will contra el Departamento de Trabajo de la administración Biden por su negativa a actuar sobre sus quejas de supresión sistemática de votantes en las elecciones del UAW.
En una perspectiva del 4 de julio, titulada “¡Exijamos una nueva elección del UAW! ¡Todo el poder a las bases!”, la AIO-CB declaró:
La exposición del fraude electoral, combinada con la continua traición de los intereses de los trabajadores y la corrupción, constituye un caso indiscutible para la celebración de una nueva elección del UAW.
Pero los trabajadores no pueden confiar en el Departamento de Trabajo, el supervisor del UAW o los tribunales para defender sus derechos. Si se van a celebrar elecciones verdaderamente democráticas, los trabajadores de base deben luchar por ellas y supervisarlas.
La declaración continúa:
La única manera de que una nueva votación no produzca otro títere del gobierno corporativo es que este proceso esté conectado a la lucha por construir nuevos órganos de autodeterminación independiente de los propios trabajadores.
Durante la campaña electoral del UAW y la lucha por el contrato, el SEP ayudó a los trabajadores a crear comités de base en Detroit, Dearborn, Lansing, Flint, Toledo, Kokomo, Chicago y otras áreas. Estos comités debatieron y discutieron cuestiones políticas y tácticas, emitieron declaraciones y demandas programáticas y dieron expresión, de manera embrionaria, a la lucha de los trabajadores por establecer la autodeterminación.
Pero el partido enfrenta muchos desafíos políticos para reclutar a estos trabajadores y resolver la crisis de liderazgo. A pesar de la creciente militancia, los trabajadores siguen bajo la influencia de la política capitalista. En esta campaña electoral, debemos librar una lucha decidida para romper con los trabajadores del Partido Demócrata y la influencia reaccionaria de Trump y su esfuerzo por desviar el descontento económico y político convirtiendo a los inmigrantes en chivos expiatorios y construyendo un movimiento fascista.
Esto significa intensificar la lucha contra las organizaciones pseudoizquierdistas, que se han integrado cada vez más en la burocracia sindical. Cuando el Comite Internacional estaba sacando las conclusiones más trascendentales de la globalización de la producción, los defensores de la “reforma sindical” afirmaban que no había ocurrido nada fundamental.
En 1988, el capitalista de Estado Kim Moody, uno de los principales fundadores de Labor Notes, escribió que “la decadencia del sindicalismo en los EE.UU. no se debe simplemente, ni siquiera principalmente, a cambios en la estructura económica”, sino más bien a la decisión subjetiva de los dirigentes sindicales estadounidenses de adoptar el “sindicalismo empresarial”. Las “aperturas para las reformas del estado de bienestar”, dijo, eran mucho mayores en Europa y Canadá, donde los partidos socialdemócratas y estalinistas supuestamente “ayudaron a moderar la marcha de la privatización, la desregulación y los recortes en los servicios sociales”.
¿Dónde han ido a parar todos aquellos que rechazaron la lucha por el socialismo en la clase trabajadora y persiguieron a varios “reformistas” burocráticos? Dentro de la burocracia sindical, mientras ésta trata de obligar a la clase trabajadora a aceptar los sacrificios necesarios para la guerra mundial.
En los próximos meses habrá una oposición social masiva por las consecuencias del contrato del UAW. Ya se han producido miles de despidos y las condiciones en las fábricas son cada vez más letales. El 17 de abril, Tywaun Long, de 43 años, murió de un ataque cardíaco en la planta de camiones Ford en Dearborn debido a las agotadoras horas de trabajo y al exceso de velocidad. Poco antes, había ido al médico, pero le negaron la asistencia, según su viuda.
[El 7 de agosto, el día en que se presentó este informe, 450 trabajadores de Dakkota Integrated Systems se declararon en huelga en Chicago, iniciando una rebelión sostenida contra la burocracia del UAW. El último día del Congreso, Stellantis anunció que despediría a 2.450 trabajadores en la planta de ensamblaje de camiones Warren en el área metropolitana de Detroit.]
Estas condiciones solo empeorarán a medida que la clase dominante intensifique la explotación de los trabajadores para pagar las enormes deudas de Estados Unidos y el costo de la guerra mundial.
A las demandas de los partidos controlados por las corporaciones de recortes de empleo, austeridad y guerra, la campaña electoral del Partido Socialista por la Igualdad opondrá la demanda de que los trabajadores tienen el derecho social a un trabajo seguro y bien remunerado. Las nuevas tecnologías como los vehículos eléctricos, la inteligencia artificial y otras formas de automatización deben utilizarse para acortar las horas de trabajo y mejorar drásticamente los niveles de vida, no para despedir a los trabajadores de sus puestos de trabajo y empobrecerlos. Los comités de base deben afirmar su control sobre la producción y la seguridad.
Pero nada de esto se puede lograr sin que la clase trabajadora tome el poder político en sus propias manos, expropiando la riqueza de los oligarcas corporativos y financieros y poniendo la industria automotriz bajo la propiedad colectiva y el control democrático de la clase trabajadora, como parte del establecimiento de una sociedad socialista global planificada.
La campaña de Lehman demostró lo que el partido puede hacer en cualquier lugar. La crisis llevará a millones de trabajadores más a un conflicto fundamental con la burocracia sindical, tanto los partidos capitalistas como el sistema de lucro que defienden. A través de la campaña electoral del SEP, la construcción de la Alianza Internacional Obrera de Comités de y una lucha política decidida para ganar a los trabajadores para el partido, podremos transformar este movimiento global emergente de la clase trabajadora en un movimiento revolucionario políticamente consciente por el socialismo.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 2 de septiembre de 2024)
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