La morenista Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) ha reaccionado con total indiferencia al fallo reaccionario del Tribunal Constitucional de España declarando inconstitucionales las medidas de cierre del COVID-19 impuestas en la primavera de 2020. Su diario en línea Izquierda Diario no ha dicho absolutamente nada sobre esta sentencia.
El mes pasado, el Tribunal Constitucional dictaminó que las restricciones implementadas para frenar la propagación del coronavirus excedían el ámbito del estado de alarma, el mecanismo jurídico utilizado para imponer medidas de distanciamiento social como los confinamientos. El recurso fue presentado por el partido de ultraderecha Vox.
El WSWS ha tomado nota de la importancia de esta decisión. Escribimos: 'La sentencia en España representa una escalada de la política de 'inmunidad colectiva' seguida por toda la burguesía europea. Esta política de mantener a los trabajadores no esenciales en el trabajo, dejando que el virus se propague para evitar cualquier desaceleración en el flujo de ganancias corporativas, provocará miles de muertes más por COVID-19. Esto fue expresado de manera más cruda por el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, quien supuestamente exigió el año pasado en una reunión privada del gabinete filtrada: ‘No más jo..dos cierres— que los cuerpos se acumulen por miles''.
La señal de la clase dominante es clara: No habrá ninguna medida que limite la propagación del virus que ponga en riesgo la acumulación de ganancias.
Días después de la sentencia, se suspendieron una serie de medidas limitadas reintroducidas a nivel regional para detener la propagación del virus. El Tribunal Superior de Justicia de Canarias, una región que atrae el turismo masivo de Europa, suspendió la medida del Gobierno regional que obligaba a restaurantes, hoteles y gimnasios a exigir un certificado COVID-19 para poder acceder a estos locales. El domingo, el Tribunal Superior de Justicia de Asturias rechazó el toque de queda entre la 1:00 a.m. y las 6:00 a.m. en varias ciudades y pueblos de Asturias, donde el virus se esparce sin freno.
Ambas regiones están en riesgo extremo de contagio, habiendo superado los 350 casos por cada 100.000 habitantes durante siete días consecutivos, ya que los hospitales están cada vez más abarrotados.
La quinta ola ha infectado hasta ahora a 500.000 personas, en su mayoría jóvenes de entre 12 y 29 años, causando la muerte innecesaria de casi 500 personas. La semana pasada, 98 personas murieron a causa del virus. Esto es prácticamente el doble de las 50 muertes semanales reportadas la semana anterior y el triple de las 32 muertes de hace tres semanas. Se espera que las muertes aumenten en los próximos días.
La morenista CRT —que fue totalmente indiferente el pasado mes de abril cuando el Gobierno de coalición Partido Socialista (PSOE)-Podemos anunció que ponía fin a todas las restricciones de distanciamiento social, lo que ahora ha provocado la actual ola de contagios— ha guardado un completo silencio sobre la última sentencia.
Su último artículo sobre la situación del COVID-19, publicado el 16 de julio, 'Nueva ola de contagios ante una sanidad pública extenuada', no decía nada sobre el fallo reaccionario de la Corte Constitucional anunciado dos días antes. Este artículo, sorprendentemente, fue escrito hace casi tres semanas.
Como de costumbre, la CRT culpa de la propagación del virus simplemente a la incapacidad de los gobiernos autonómico y estatal para invertir lo suficiente en el sistema de salud pública. Escribieron: 'La situación [de la quinta ola] tampoco era impredecible. Como en las cuatro olas anteriores el repunte se empezó a notar en Atención Primaria y los servicios de Salud Pública. ... Sin embargo, ni el Gobierno del PSOE y UP ni los gobiernos autonómicos han reforzado la sanidad pública'.
Otra razón para la propagación del virus, según el CRT, es la “negativa de los gobiernos a liberar las patentes de las vacunas ', que según afirman ha “dado tiempo a la pandemia para desarrollar nuevas variantes que incrementan la capacidad de infección del virus, lo que a su vez han trastocado los planes de vacunación de los gobiernos'.
La vacunación masiva y el fortalecimiento de los sistemas de salud pública son claramente vitales, como ha insistido el WSWS. Sin embargo, representan sólo un componente de lo que debe ser un esfuerzo global para erradicar el virus, junto con otras medidas como el uso de mascarillas, el distanciamiento social y las pruebas masivas.
Las omisiones de la CRT sobre el distanciamiento social y los confinamientos como política científica necesaria contra el virus y su silencio sobre el fallo del Tribunal Constitucional no son accidentales. Durante la pandemia, los morenistas se opusieron de manera consistente a las medidas de distanciamiento social, reaccionando de manera ambivalente al sufrimiento y la muerte infligidos principalmente a la clase trabajadora debido al manejo criminal de la pandemia por parte de la élite gobernante. Si bien se hacen pasar por críticos de las políticas del gobierno capitalista PSOE-Podemos, en realidad su posición se alinea con la de la clase dominante en todos sus fundamentos.
De hecho, si la CRT fuera sincera, dirían que están de acuerdo con el recurso del partido de extrema derecha Vox y el fallo del Tribunal Constitucional. En enero pasado, la CRT intensificó su agitación contra el distanciamiento social. Izquierda Diario publicó un artículo, titulado sarcásticamente 'Más restricciones, la receta para hacer frente a la tercera ola', denunciando las medidas críticas de salud pública, como los encierros y el distanciamiento social, como 'autoritarias y paliativas'.
“Como si fuera un grifo”, declararon los morenistas, “van [el Gobierno del PSOE-Podemos] limitando nuestras libertades y movimientos a su gusto”. Ese lenguaje se hizo eco del de Vox, que atacó los confinamientos como la 'mayor violación de derechos en la historia'.
Esto se produjo después de que la CRT defendiera la reapertura de las escuelas. El pasado mes de septiembre, cuando Madrid decidió reabrir las escuelas aunque eso significara una rápida propagación del virus, la CRT pidió un regreso 'seguro' a los centros educativos, al tiempo que reconoció que la seguridad de profesores y estudiantes 'no se puede garantizar'.
En mayo, cuando el Gobierno PSOE-Podemos puso fin al estado de alarma —el mecanismo jurídico ahora repudiado por el Tribunal Constitucional como medio que permite a los gobiernos regionales imponer medidas sanitarias, como cierres, toques de queda y restricciones a la movilidad—, la CRT no criticó esta imprudente puesta en peligro de la vida de millones de trabajadores en España. En cambio, se negaron a hacer advertencias sobre el grave peligro que sigue representando el COVID-19. Tampoco exigieron esfuerzos continuados para combatir la pandemia.
Ahora, en medio de la quinta ola, la intervención más significativa de la CRT ha sido lanzar una campaña políticamente criminal para alentar a los jóvenes a regresar a locales de ocio nocturno y bares. A pesar de los evidentes riesgos para la salud que plantea la reapertura de estas instalaciones, pidieron activamente que permanecieran abiertas y alentaron a la asistencia, afirmando: 'Los jóvenes tienen derecho a disfrutar'. Uno de sus artículos declaró: 'Es hora de exigir un retorno seguro de la vida social, cultural y educativa'.
Un representante juvenil de la CRT fue invitado en la televisión pública en horario de máxima audiencia en Cataluña para agitar por 'test de antígenos y medidas para reanudar una socialización segura y necesaria'.
El silencio de la CRT sobre el fallo judicial refleja los intereses materiales de clase sobre los que se basa esta tendencia. Habla en nombre de las capas acomodadas de la clase media alta y los burócratas sindicales, cuyas posiciones y estilos de vida dependen del movimiento alcista de los mercados de valores y la explotación de los trabajadores. Estos intereses se alinean con las demandas del Tribunal Constitucional, Vox y el Gobierno del PSOE-Podemos contra las medidas de salud pública.
Contra las políticas reaccionarias y anticientíficas de la CRT y otras organizaciones de pseudoizquierda, el Comité Internacional de la Cuarta Internacional ha luchado constantemente por la vacunación masiva, como parte de una lucha global para erradicar el virus, a través del uso de mascarillas, el distanciamiento social, las pruebas masivas y el cierre de la producción no esencial hasta que toda la población mundial se encuentre en situación segura.
Tal esfuerzo, como exigía la declaración del Consejo Editorial de WSWS publicada el 29 de julio, debe ser pagado por los billones acumulados por los superricos. Esa batalla sólo puede librarse a través de una ruptura política con todos los representantes de la pseudoizquierda, como parte de una lucha independiente de los trabajadores y la juventud por el socialismo en España e internacionalmente.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 3 de agosto de 2021)